PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

sábado, 30 de junio de 2012

LA EXPERIENCIA DE MUERTE COMPARTIDA: “DESTELLOS DE ETERNIDAD” DE RAYMOND MOODY

Si Vida después de la vida marcó un hito editorial y un impacto tanto en los ámbitos filosófico, religioso y médico como entre los millones de lectores que se identificaron y conmovieron con las investigaciones del doctor Moody, y que desde entonces se llamaron experiencias cercanas a la muerte, Destellos de eternidad va más lejos al narrar las experiencias sobrenaturales de personas que acompañaron a familiares o amigos en el momento de su muerte.

Las visiones metafísicas que contaban los que han vivido una experiencia de muerte cercana fueron interpretadas como causadas por la falta de oxígeno en el cerebro, fruto de la fuerte medicación o por el efecto de anestesiantes y por tanto como alucinaciones y no como una prueba de la existencia de otra vida.

Sin embargo, en esta ocasión, son personas sanas y despiertas las que narran detalladamente experiencias sorprendentes y, sobre todo, coincidentes con las que han contado miles de personas en todo el mundo en experiencias cercanas a la muerte. Además, muchas de las experiencias son compartidas por todos los que acompañan a la persona que acaba de fallecer. Una obra impactante e imprescindible que se convertirá en un nuevo referente en los estudios sobre experiencias en torno a la muerte.

ESTE ES UN FRAGMENTO DE UN ARTÍCULO DE OPINIÓN SOBRE ESE LIBRO:

He leído el libro Destellos de eternidad – Testimonios de experiencias de muerte compartidas – de Raymond A. Moody y me he quedado realmente estupefacto e impactado. Para mí este libro es el más impresionante de todos los libros que ha escrito este doctor por el fenómeno que aborda: la experiencia de muerte compartida.

Según el doctor Raymond Moody, es habitual que los acompañantes de los moribundos atraviesen por la misma clase de experiencia que las personas que están muriéndose, ya retornen a la vida o no. Dicho con otras palabras, los acompañantes relatan que cuando sus seres queridos fallecen, ellos experimentan las sensaciones y experiencias que se han recogido en personas que han estado a punto de morir. Informan que, a veces, sienten que se salen del cuerpo y acompañan al ser querido recién fallecido hasta la mitad del trayecto en su tránsito hacia la luz. Una vez que los acompañantes del moribundo vuelven a su cuerpo, sufren una profunda transformación personal, encuentran sentido a la vida y pierden el miedo a la muerte. Generalmente, son los propios familiares del moribundo quienes experimentan este fenómeno, ya que acompañan al moribundo en los momentos finales de su vida. Igualmente, aunque resulte sorprendente, los médicos y enfermeras/os que desempeñan la función de cuidar al moribundo también experimentan el fenómeno de la experiencia de muerte compartida.

El psiquiatra forense Raymond Moody ha clasificado 7 elementos que suelen estar presentes en las experiencias de muerte compartidas, aunque en la gran mayoría de los casos no se dan todos elementos, sino algunos de ellos.

Son los siguientes:

1.- Cambio de aspecto de la habitación.

2.- Presencia de una luz que los testigos (médicos, enfermeras y/o familiares) definen como mística: por ella aparecen a menudo familiares de la persona fallecida. Los acompañantes del fallecido ven o perciben a esos seres espirituales.

3.- Se escucha una música bella e indefinible.

4.- Los testigos viven una experiencia extracorpórea.

5.- Experimentan una revisión de la vida de la persona a punto de fallecer.

6.- Los testigos se encuentran con planos y paisajes celestiales.

7.- Los testigos perciben una niebla o humo que desprende el fallecido en el último aliento. Como dije anteriormente, en la gran mayoría de los casos no se dan todos los elementos citados anteriormente, sino algunos de ellos.

Lo más sorprendente y fascinante de este fenómeno es cuando los acompañantes de las personas que van a fallecer tienen percepciones visuales. Con frecuencia se relata que han contemplado el espíritu del recién fallecido bajo la forma de una réplica luminiscente y transparente cuando este abandona el cuerpo físico, o bien pueden percibir asombrosamente al muerto abandonando el cuerpo en forma de una esfera de luz dorada y neblinosa. Igualmente, los acompañantes aseguran haber visto entrar en la estancia espíritus de parientes y de amigos fallecidos como si quisieran guiar al fallecido hasta el otro mundo.

Aunque este fenómeno suene a ciencia ficción, la verdad es que no lo es. Los hechos están ahí. Han sido estudiados y replicados. Muchos familiares, médicos y enfermeras han informado sobre este fenómeno.

En este sentido, debo remarcar que se realizó un sondeo a enfermeras/os de hospitales del Reino Unido en donde se reporta que en el 50% de los casos se produce el fenómeno de la luz mística que inunda la habitación en el momento de la muerte del enfermo terminal. Algunos estudios informan que en el momento de la muerte del moribundo surge una luz mística en la habitación, sombras, aromas, fenómenos extraños, como relojes que se paran, luces que se apagan y encienden solas sin ninguna causa aparente, etc.

La credibilidad de todos estos hechos es máxima cuando los testigos que experimentan estos fenómenos son los propios médicos y enfermeras, además de los familiares. Además, estamos hablando de fenómenos objetivos, que son presenciados por varias personas al mismo tiempo.

POR LO TANTO, ESTE FENÓMENO, EL DE LA EXPERIENCIA DE MUERTE COMPARTIDA, ES VERDADERAMENTE REVOLUCIONARIO Y, AL PARECER, UNIVERSAL. COMPARTE LOS MISMOS ELEMENTOS QUE LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE.

viernes, 29 de junio de 2012

LA MUERTE NO ES EL FINAL

ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS DE CIENTIFICOS AL RESPECTO Y SUS REFLEXIONES.

La Dra. Elisabeth Kubler-Ross (1926-2004) fue una de las primeras personas en estudiar científica y honestamente la relación que tenemos con la muerte. Es considerada pionera de la teratología, y de las más famosas expertas del tema. Trabajó con miles de pacientes terminales. Estudio 20,000 casos de gente de todo el mundo que fueron declarados clínicamente muertos y después regresaron a la vida, ya sea que hubieran despertado naturalmente o fueran reanimados. Sus descubrimientos nos hay ayudado además de conocer más, a lograr mayor tranquilidad al pensar en el tema de la muerte o la de nuestros seres queridos, además de alcanzar una más amplia percepción de la vida misma.

A continuación presento un resumen de sus descubrimientos, con sus propias palabras:

“La experiencia de morir es casi idéntica a la experiencia del nacimiento. Es el nacer a una forma diferente de existencia la cual puede ser probada. Por miles de años te hicieron "creer" en las cosas del más allá. Pero para mí, ya no se trata de "creer" sino de "saber". Existen tres etapas al momento de la muerte. El fallecimiento del cuerpo humano es idéntico a lo que sucede cuando una mariposa emerge de su capullo. El capullo puede compararse al cuerpo humano, pero no es idéntico a tu ser real, sino que se trata solamente de la casa donde vive por un tiempo. Morir es mudarse de una casa a otra mucho más bella.

UNA MARIPOSA EMERGE.
Tan pronto como el capullo se encuentra en condiciones irreparables, la mariposa será liberada. En esta segunda etapa, el ser humano se alimenta de energía psíquica. Tan pronto como tu alma deja tu cuerpo, te das cuenta inmediatamente de que puedes percibir todo lo que sucede en el lugar donde falleciste. Sin embargo, no te encuentras registrando todos estos eventos mediante tu conciencia terrena, sino con otra clase de conciencia nueva.
Puedes enterarte de lo que los demás dicen exactamente, de lo que piensan y de cómo actúan. En esta segunda etapa el que ha fallecido también se dará cuenta de que se encuentra completo nuevamente. Personas que eran ciegas, pueden ver de nuevo, y gente que no podía escuchar y hablar, puede hacerlo otra vez.
Aquéllos de mis pacientes que sufrían de esclerosis múltiple, me decían llenos de alegría después de que regresaban de una experiencia cercana a la muerte "Dr. Ross, podía bailar de nuevo". Hicimos un experimento con gente ciega: Aquéllos que tuvieron una experiencia "fuera de su cuerpo" y regresaron, te podían contar en detalle qué colores y qué joyería llevabas si estabas presente en el momento.

NADIE MUERE SOLO.
En esta segunda etapa notarás que nadie muere solo. Cuando uno deja su cuerpo físico, uno no puede hablar más en términos de tiempo, espacio o distancia en el sentido común porque éstos son un fenómeno terrenal. En este sentido, uno se da cuenta de que nadie muere solo porque el difunto es capaz de visitar a quien desee.

Además, existe gente esperando por ti que fallecieron antes que tú, quienes te quieren y aprecian bastante. Lo que la iglesia les enseña a los niños pequeños sobre los ángeles de la guarda está basado en un hecho. Existen pruebas de que cada ser humano, desde su nacimiento hasta su muerte, es guiado por una entidad espiritual. Todos tenemos dicha guía espiritual, creamos en ella o no.

Algunos niños pequeños los conocen como "amigos imaginarios". Una paciente mía, ya anciana llegó a decirme: "Él está de nuevo aquí. Cuando era niña, él estaba siempre conmigo, pero me había olvidado completamente de que existía". Ella fallece un día después, llena de dicha sabiendo que alguien que la quiere la está esperando… En general, la gente que está esperando por nosotros en el otro lado son aquéllos quienes más nos quieren.

En los casos de niños muy pequeños, cuyos padres, abuelos y otros parientes cercanos todavía viven, son recibidos por sus ángeles de la guarda, o por Jesús o alguna otra figura religiosa. Nunca he conocido ningún niño protestante que sea recibido por la Virgen María, pero ha sido percibida por muchos niños católicos. Esto no es debido a una cuestión de discriminación, sino que simplemente eres recibido por personas significativas para ti.

TODOS ENCUENTRAN EL CIELO QUE HAN IMAGINADO.
Antes de que salgas de tu cuerpo físico para realizar la metamorfosis hacia la forma que tendrás por toda la eternidad, pasas por una etapa que se encuentra totalmente impregnada con imágenes terrenas. Puede ser que te encuentres flotando a través de un túnel, pasando por una gran puerta o cruzando un puente. Todos encuentran el cielo que han imaginado. Después de que has atravesado este túnel, puente o puerta, te encuentras al final de él rodeado por luz. Esta luz es más blanca que el blanco.

Es muy brillante, y cada vez que te aproximas más a ella, te sientes más y más envuelto por el más grande, indescriptible e incondicional amor que te hayas podido imaginar. Si alguien está teniendo una experiencia cercana a la muerte, le es permitido ver esta luz sólo por un breve instante. Después de esto, debe regresar. Pero cuando mueres realmente, la conexión entre el capullo y la mariposa se rompe. Después de esto, no es posible regresar a tu cuerpo terrenal. Pero tú no querrías regresar a él de cualquier manera, porque después de ver la luz nadie quiere regresar.

En esta luz, tú experimentarás por primera vez lo que el hombre pudo haber sido. Aquí se encontrarás entendimiento sin juzgar, y amor incondicional. En esta presencia, tú sabrás que toda tu vida en la tierra no fue más que una escuela a la que tuviste que asistir para poder pasar ciertas pruebas y aprender lecciones especiales. Tan pronto como has finalizado esta escuela y aprendido tus lecciones, será permitido que regreses a casa, que te gradúes!

LA MAYOR LECCIÓN DE TODAS.
Alguna gente pregunta: "¿Por qué los niños pequeños mueren?" La respuesta es simple. Ellos aprendieron en un período muy corto lo que uno tiene que aprender, lo cual pueden ser diferentes cosas. Hay una cosa que todos tienen que aprender antes de regresar y es el amor incondicional.

Si tú has aprendido y practicado esto, has aprendido la mayor lección de todas. En esta presencia de luz, tienes que voltear a ver lo que fue de tu vida desde el primer día hasta el último. Con esta visualización de tu vida has alcanzado la tercera etapa. Conocerás en detalle cada pensamiento que tuviste, recordarás cada palabra, cada acto.

Esta recapitulación es sólo una pequeña parte de tu conocimiento porque en este momento también conocerás todas las consecuencias resultantes de cada uno de tus pensamientos, palabras y actos. Dios es amor incondicional. Durante esta revisión de tu vida terrena no culparás a Dios por tu destino, sino que te darás cuenta de que tú mismo fuiste tú peor enemigo, debido a que te acusarás a ti mismo de haberte negado tantas oportunidades para crecer.

Ahora sabrás que hace mucho tiempo, cuando tu casa se quemó, tu hijo murió, tu esposo se lastimó, todas esas tragedias fueron solamente oportunidades para crecer: para crecer en entendimiento, en amor, en todas esas cosas que tenemos que aprender. Todos hemos sido creados para vivir una maravillosa vida, aunque de momento no la entendamos.

Mi más grande deseo es que comiences a verla de manera diferente. Si aceptas tu vida como algo para lo que fuiste creado, ya no volverás a cuestionar cuáles vidas son prolongadas y cuáles no, cuales son mejores o peores.

LA DRA. ELISABETH KUBLER-ROSS AL FINAL DE SU VIDA OBTUVO EL RECONOCIMIENTO POR PARTE DE TODOS A SU LABOR Y RECIBIÓ 26 DOCTORADOS HONORÍFICOS, DE DIFERENTES UNIVERSIDADES DEL MUNDO.

REFLEXIÓN PERSONAL
Decidí compartir con todos los lectores de este blog este articulo porque hasta ayer me encontraba a mi misma quejándome de mi vida, no me gustaba mi realidad solo porque tenía problemas. Temía que los demás supieran algunos aspectos de mi vida que hasta se me hacían vergonzosos.

Pero después de leer este artículo entendí algo. Al ver realmente las vidas de personas que envidiaba, por ejemplo mi amiga a quien le dan todo el dinero para caprichos que quiera, o mi compañera de trabajo que es tan simpática y todo le sale bien….. Sin embargo, la primera no quiere siquiera estar en su casa con su familia porque no se tratan con cariño y la segunda igual tendrá algo en su vida de que repelar. Pero ¿qué pasaría si naciéramos sin problemas? … no tendríamos nada que crecer. Y cuál sería el punto de nacer y vivir si no tuviéramos nada que aprender. ¿Vendríamos a que entonces?

Es solo que a veces aprender lecciones y crecer puede ser doloroso, porque se requieren de problemas para poder resolverlos y en esta cultura, se nos ha enseñado que los problemas y el dolor son malos. ¿Qué ironía no?
Es una colaboración de M.L.C.P.

jueves, 28 de junio de 2012

OTRO ENFOQUE SOBRE EL DUELO

Análisis de Las Crisis Universales
Hoy nos ocuparemos del duelo, visto desde una perspectiva más universal.

Tal y como fue planteado desde el principio, el Universo desde su origen está en una constante “gran crisis universal” fluyendo y buscando su balance constantemente. Siendo el Gran Sistema Mayor contiene infinidad de subsistemas que a su vez contienen otros subsistemas y así sucesivamente continua este modelo desde lo macro hasta lo micro. Todo el universo esta bajo la influencia de los efectos de las ocho fuerzas que actúan igualmente sobre cada subsistema incluyéndonos a nosotros. Todos los subsistemas continúan fluyendo en el tiempo afectados por todas las fuerzas, pudiendo entrar en crisis menores o mayores, obvias o imperceptibles, pero crisis. El estado de crisis es propio de todos los sistemas y sus variables.

Nadie debe de extrañarse o asombrarse de estar en una crisis, ya que las crisis son un efecto de la existencia propia del universo, en otras palabras sin crisis es imposible la existencia del universo y por ende de nosotros. El concepto crisis no necesariamente significa algo desagradable, generalmente nos han educado a pensar de esa forma, pero la crisis es un proceso universal de donde emergen respuestas al constante efecto de las ocho fuerzas sobre las variables o los sistemas.

En nuestro caso las clasificaremos en crisis grupales y crisis individuales. Pasemos pues a analizar algunas de las crisis más significativas de nuestra existencia

CRISIS UNIVERSAL DE PÉRDIDA: EL DUELO

Son crisis inevitables en un universo dinámico e impredecible como el nuestro. Llegan por lo regular en cualquier momento, afectados por la fuerza de lo impredecible y su efecto de “lo sorpresivo”, pueden o no estar acompañadas por el efecto de “lo catastrófico” y producen unos efectos ya conocidos en nosotros.

De estos efectos el más representativo lo es el proceso de duelo, el cual es un proceso psicológico normal que se pone en marcha frente a la pérdida de un ser querido. Crea una angustia intensa y un dolor innegable. Es complejo y continuo. Aún cuando es inevitable, muchas personas no están preparadas para resistir los sentimientos y pensamientos que éste proceso trae consigo. Toda pérdida nos deja ansiosos, aislados, confundidos, vacíos, deprimidos, irritables, enojados y tristes.

El duelo crea una sensación de caos o desorden en nuestra existencia, ya que nos posiciona. Destruye nuestra conexión con una realidad familiar de seguridad y apoyo. Desacelera nuestro existir y crea incertidumbre para nuestro “futuro”. Lo que era, ya no es más. Lo que creíamos ayer, hoy ya no se sostiene. Cambia nuestra vida dramáticamente. Y mientras el mundo a nuestro alrededor continua hacia adelante, por la desaceleración que sufren nuestros sentimientos, sentimos que él nuestro se ha detenido.

El tiempo parece no avanzar y nos sitúa frente a frente con la fuerza de lo inflacionario y con la fragilidad de la vida. La crisis se puede manifestar en forma de problemas físicos, emocionales, espirituales e intelectuales. El pecho y el abdomen suelen doler. Nos cuesta respirar, concentrarnos y pensar. Podemos experimentar aislamiento social y presiones económicas. Lo profundo de nuestro dolor parece convencernos de que nadie puede ayudarnos o de que no podremos sobrevivir.

Cuando tratamos de ignorar o evitar el duelo, este va a hacer su aparición forzosamente de alguna forma. No va a desaparecer porque lo ignoremos. Por lo que ya conoces de nuestro universo, sabrás que nadie atraviesa los mismos procesos de la misma forma.

Por ser parte de los puntos de reconciliación por los que atraviesan los seres humanos en cualquier cultura o época, ya mucho antes de que surgieran los profesionales de la salud mental, los seres humanos tenían formas de lidiar con las pérdidas que fueron la mejor respuesta en su época. Sin embargo, actualmente las personas en duelo recurren a profesionales en busca de ayuda terapéutica.

En otra época la gente se dirigía a sus instituciones religiosas para recibir apoyo y poder calmar su dolor, pero hoy día existe una red e profesionales de ayuda especializados en estas áreas. Generaciones atrás la familia permanecía cerca y los vecinos ofrecían su compañía en los momentos difíciles. Ahora ya no existe tal sentido de comunidad y la familia extendida muchas veces no está disponible, la gente viaja mucho y a veces viven en otros países. Por estas razones en estos tiempos la gente solicita ayuda a profesionales de la salud mental con el objeto de recibir la ayuda que antes provenía de esas fuentes.

Solo para mencionarlas, las otras fases de la crisis de pérdida son:
1.- fase de embotamiento de la sensibilidad
2.- fase de anhelo y búsqueda de la figura perdida.
3.- fase de desorganización y desesperanza.
4.- fase de mayor o menor grado de reorganización.

La respuesta más adecuada a esta crisis incluye los siguientes aspectos: recibir ayuda para poder comprender la realidad de la pérdida, recibir ayuda para analizar las emociones y el dolor de las pérdidas, recibir ayuda para poder reubicarse a un medio en el que el fallecido está ausente, y recibir ayuda para que logremos reubicar emocionalmente al fallecido y proseguir hacia adelante con nuestra vida.

¿Cómo saber si nuestra respuesta más adecuada ha sido efectiva en esta crisis?

Lo sabemos cuándo sentimos que nuestros procesos internos y externos vuelven a acelerarse, lo sabemos si podemos pensar en la persona que perdimos sin experimentar un dolor intenso incapacitador, nuestros pensamientos vuelven a la velocidad y ritmo anterior.

Cuando hemos recuperado el interés por la vida y sentimos esperanza y gratificación, nuestra actividad psicomotora recupera su anterior velocidad. También cuando logramos otra vez reubicarnos en nuevos roles, y se ponen a fluir otra vez ideas y comportamientos nuevos. El dolor nunca acaba en un sentido, solo logramos reubicar al fallecido en nuestra vida emocional, que nos permite proseguir viviendo de una forma eficaz en la sociedad.

Lo fundamental en el duelo por muerte con respecto a otro tipo de pérdidas es que con la muerte del ser querido perdemos la relación emocional directa e irreversiblemente el contacto físico.

¿Cuáles son las consecuencias del manejo inadecuado de esta crisis?

Simplemente nos podemos posicionar por largo tiempo, pueden aparecer complicaciones tales como duelos crónicos, retrasados, exagerados, o enmascarados, cada uno de los cuales necesitan trabajarse con soluciones específicas de acuerdo al caso. Otros tipos de pérdidas.

La pérdida del amor, de las ilusiones, de las dependencias y de las expectativas imposibles, requieren por igual de intervenciones adecuadas.

A pesar de ser crisis universales individuales, es necesario resolverlas para poder mantener nuestro balance y resonancia con los demás y así proseguir fluyendo

miércoles, 27 de junio de 2012

RECOMENDACIONES DURANTE EL DUELO

Superar y adaptarse a la perdida de un ser querido no es fácil, necesita esfuerzo y tiempo, implica una actitud de transformación del ambiente, de las relaciones sociales y las vivencias personales; existen diferentes opciones de ayuda pero hay cinco recomendaciones sencillas que facilitan el proceso:

1.- LLORAR ES IMPORTANTE:
El deseo de llorar es característico durante el duelo, generalmente se hace a escondidas por que el llanto preocupa a los demás y genera acciones represivas; se cree que llorar entristece mas, que dificulta el paso del fallecido a una “nueva vida”, que no es de hombres o en esencia que es malo; pero cuando no hay llanto no se permite una función natural del organismo para liberar tensión emocional y generalmente como consecuencia se presenta el dolor de cabeza, el dolor de espalda y la tensión del cuello.

Al evitar el llanto damos preferencia a las exigencias sociales pero no se permite parte de un proceso de carga y descarga emocional que es sano y que facilita la presencia de tiempos de relajación, en donde se organizan ideas frente al cambio que implica el duelo.

2.- HABLA DE LO QUE SIENTES:
Todos los seres humanos evitamos el dolor y no sabemos como enfrentarlo, generalmente no se tocan temas tristes y frente a un doliente se prefieren temas diversos que no le recuerden lo que siente, pero hablar de las vivencias internas permite crear puentes de unión y comprensión con otras personas, sentir que no se está solo, que hay apoyo y preocupación de otro en los momentos de soledad; se posibilita ahondar en las circunstancias de la muerte y reinterpretar la situación, darle un nuevo sentido a la vida y encontrar razones de lucha.

3.- VIVE ESTE MOMENTO EN FAMILIA:
Una familia unida facilita herramientas para soportar el dolor que genera la perdida de un ser querido: compañía, dialogo abierto y sincero, frases de aliento, actividades lúdicas generadoras de nuevos recuerdos positivos, sentido de pertenencia a un grupo que no deja solo a sus integrantes y el contacto físico: un beso o un abrazo, sin duda reconfortan, dan sensación de protección y alivio frente al dolor.

La familia llena espacios de soledad y permite la reconstrucción de una nueva rutina de vida.

4.- GENERA CAMBIOS FÍSICOS EN TU HOGAR:
Es normal que tras la perdida de un ser querido los recuerdos lleguen en cascada y que las imágenes del espacio compartido rememoren instantes vividos, por desgracia son los recuerdos tristes los mas repetitivos y no se trascienden los legados que dejó como aprendizaje para la vida el ser querido.

Es importante generar cambios en la casa porque le exige al cerebro crear nuevas asociaciones y recuerdos frente a un ambiente que se ha teñido de tristeza; el cambio de color en las paredes y el cambio de ubicación de las pertenencias del fallecido ayuda al proceso de aceptación de la perdida, a reubicarse en un espacio sin él, a darle nuevo sentido a su relación y planificar el futuro, evitando la detención del tiempo y los recuerdos en un ambiente estático.

5.- CAMBIAR LAS RUTINAS ESTABLECIDAS CON TU SER QUERIDO:
Sucede que mientras nos adaptamos a la perdida, durante el día se profundiza la sensación de soledad en algunas horas especificas, especialmente en esos espacios destinados a compartir y a estar en contacto con la persona que falleció; por eso la hora del almuerzo, la hora de la tele que veían juntos, la hora de la caminata o la hora de la charla nocturna, etc., se convierten en momentos tristes llenos de emociones, añoranza y búsqueda; ante lo cual se recomienda de forma muy consciente generar variaciones a la rutina, salir a caminar, asistir a la iglesia, visitar un amigo, comenzar a estudiar, aplazar unos minutos las horas de alimentación, etc., con la intención de adaptarse a un ambiente sin su ser querido.

El duelo es una vivencia única y personal que a pesar del dolor permite el crecimiento personal hacia la autodependencia y reorganización de la vida, es una oportunidad para crecer y entender la misión que cada uno tiene sobre la tierra.

lunes, 25 de junio de 2012

COMPARTIENDO SENTIMIENTOS

LOS PORQUÉS Y LOS PARAQUÉS

PREGUNTA: Cuando ya han pasado unos años, como en mi caso, el 2 de agosto hará 6 años que R. nos dejó y con la seguridad y certeza que él es feliz, me gustaría preguntaros si ya habéis cambiado el porqué…por el para que…..

RESPUESTA: Yo no creo en los “paraqués”, no creo en que las cosas sucedan para que yo aprenda o cambie, me parece un sistema pedagógico realmente pésimo. Si yo misma lo usara en la docencia, me denunciarían por crueldad innecesaria. Y además, aplicado a nuestras vidas, eso supondría la existencia de uno o varios sádicos cósmicos que van creando horrores para que las personas los vivan (o vivamos), los sufran y con ellos aprendan y evolucionen antes y mejor. Por cierto, ¿y por qué esa prisa?

No. Yo más bien creo que cada uno juega las cartas que le correspondieron en la vida, pero no confundiendo las causas con los efectos. Me explico: si yo leo bestsellers en inglés para no perder lo que sé de ese idioma, de ello no puedo deducir que esas novelas se escribieron para mejorar las habilidades de los estudiantes. Que a mí me sirva para eso no significa que esa sea su finalidad y su causa última.

No he cambiado los porqués, sigo sin saberlos. Y menos aún me planteo los paraqués, como ya he contado. Han pasado ocho años y he comprendido que la vida es así, que nacemos y morimos, que la mayoría de las veces sucede sin aparente lógica, suponiendo, además, que sea lógico existir y luego no existir. Creo que hay otro lado, y que allí seguimos, pero lo que se ve desde este es eso: existimos y luego no existimos.

Le he dado muchas vueltas. Y he comprendido que nuestra mente analítica necesita respuestas, organización, razones… y que vivir sin angustia también las requiere. Por eso las religiones tranquilizan, cuando convencen. Por eso, tras una pérdida, revisamos nuestras creencias con otros filtros y a menudo muchas de las premisas que dábamos por sentadas, que nos contaron en un momento tranquilo y que tampoco pensamos mucho, ya no nos valen.

Le he dado muchas vueltas, como os cuento, y sigo sin encontrar la solución. Tengo atisbos y experiencias personales sobre los mundos intermedios, esos a los que se llega en los sueños (lúcidos o no), en meditaciones y con ejercicios especiales (por ejemplo de ese Hemi-Sync que tanto me interesa). Pero no me atrevo a extraer de ellos generalizaciones que sirvan para todos. Me van sirviendo a mí, aunque también he de decir que van cambiando, depurándose, mostrándome nuevas perspectivas.

Simplemente, creo que nacemos y morimos, y hay mal, enfermedad, injusticia y dolor, que todo cambia, que nada permanece… y que esto sucede porque son las reglas de este universo. Por qué estamos aquí o para qué, si hay otros (intuyo que sí) con otras reglas, si somos seres nuevos o hemos vivido antes en otros espacio-tiempos… todo eso sigue siendo un arcano para mí.

Lo que puedo constatar es que antes necesitaba saber la solución con angustia, como si fuera el resultado de un problema matemático y fuera cuestión de dedicarle tiempo y energía. Ahora me está pareciendo comprender que pasaré toda mi existencia experimentando la curiosidad intelectual, la duda, la emoción, la esperanza… todo junto. Y que no es importante que dé con la clave, que no es una competición, sino que siga viviendo con consciencia, esa que ha crecido exponencialmente con las pérdidas, que me hace sufrir, pero que también me hace cada vez más humana y menos mera pieza biológica de un hábitat.

Se calma la angustia, y eso es lo esperable y lo sano en el proceso de duelo, pero he llegado a un nuevo estado de comprensión. Supongo que es lo que los grandes pensadores de siglos han ido nombrando de diversas maneras, a mi modesto entender lo más parecido sería la “iluminación”. Y si bien es cierto que en el dolor hay señales y proximidades que se van diluyendo cuando va llegando la calma, en la serenidad está la medida real de todas las cosas. Ahora estoy aprendiéndola, aunque sea menos llamativa.

Es una colaboración de S.R.S

sábado, 23 de junio de 2012

ACTITUDES FRENTE AL DUELO

Duelo se le llama al proceso de adaptación que viven todos los seres humanos tras la pérdida de un ser querido, se caracteriza por el esfuerzo personal de asumir los cambios de una nueva realidad que exige más responsabilidades e independencia para sobrevivir y que en muchos de los casos lleva a cuestionarse, la forma de vivir y pensar antes de sufrir la pérdida.

Este proceso es único y diferente para todas las personas, no es posible considerar como norma el paso obligado por una serie de etapas rígidas y generales (aunque dichas etapas del duelo son orientativas), ya que cada quien emplea herramientas aprendidas durante su vida en situaciones de perdida previas de forma distinta.

Algunas personas expresan sus emociones y otras no, algunos enfrentan este momento con fortaleza y otros con mayor sensibilidad, algunos se adaptan rápidamente y otros con más dificultad, pero lo importante es comprender que cada quien vive un proceso marcado por su historia y dependerá de su actitud frente a los cambios la forma como se viva el proceso.

LA FORMA DE ENFRENTAR LA SITUACIÓN DE PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO ESTÁ MARCADA POR UN APRENDIZAJE CULTURAL QUE DICTA INEXPRESIVIDAD Y RECUPERACIÓN ACELERADA, NO SE TOLERAN LOS PROCESOS LARGOS DE ADAPTACIÓN YA QUE LA EXPRESIÓN DEL DOLOR DE ALGUIEN INCOMODA A LOS DEMÁS Y SE EJERCE PRESIÓN PARA RELEGAR LAS EMOCIONES A LA CLANDESTINIDAD, AUN DENTRO DE UNA MISMA FAMILIA AFECTADA.

No existe comprensión respecto a un proceso adaptativo lento, se ignora que la intensidad emocional es alta y que va disminuyendo su intensidad y frecuencia con el paso del tiempo, que puede promediar de uno a tres años; y que se necesitan condiciones en el entrono más cercano, adecuadas para enfrentar y superar la situación de pérdida.

El doliente necesita hablar de lo que siente para reubicarse y reorganizar su realidad, necesita tiempo para sanar su dolor a través de la atención y el cuidado de sus allegados porque es más fácil vivir un duelo acompañado que solo y si hay permisividad para la descarga emocional se aceleran y alargan los periodos de descanso, tranquilidad y reaprendizaje.

EXISTEN DOS ACTITUDES BÁSICAS FRENTE AL PROCESO DE ADAPTACIÓN:

LA PASIVIDAD Y LA ACTIVIDAD.

Muchas personas viven este proceso pasivamente con poco contacto social, sin la posibilidad del dialogo, el apoyo y el contacto físico; se espera el paso del tiempo para una sanación mágica, no se enfrentan posibilidades de cambio y observan la muerte como un castigo que vino a desestabilizarlos sin tener para nada en cuenta la posibilidad de recuperación como un objetivo a largo plazo.

Otros por el contrario, de forma más vital y activa, tratan de vivir la vida en las nuevas circunstancias, generan condiciones de crecimiento personal y aprendizaje, socializando, enfrentando responsabilidades, conociendo amistades o fortaleciendo las ya existentes, pero en esencia asumiendo una actitud de enfrentar la vida.

La pérdida de la ilusión para seguir luchando en la vida es la razón que detiene el proceso de cambio, ya que la razón de vivir se busca fuera de sí: en la existencia de otro, en la cantidad de logros obtenidos y en la facilidad o falta de esfuerzo al enfrentar los problemas.

Por eso al fallecer un ser querido se pierde el rumbo, por que la soledad obliga a pensar en función propia y no de otro, se requiere enfrentar situaciones nuevas sin apoyo externo, se requiere tomar decisiones y en muchos casos no hay preparación para enfrentar estas situaciones.

Es importante trazar un plan, saber hacia dónde se quiere llegar, planificar actividades diarias que permitan la construcción de metas personales a corto y mediano plazo y no son necesariamente metas materiales, son en función al cambio y a la adaptación.

Una meta puede ser descargar emociones para ganar control sobre ellas; caminar, pasear o hacer deporte para mejorar la condición física del cuerpo y ganar fortaleza frente a las nuevas circunstancias; aprender algo nuevo: sencillo o complejo, etc.

Todo cambio es importante por mínimo que parezca: salir de la cama parece fácil pero puede implicar mucho esfuerzo para alguien en duelo; pensar en actividades de cambio moviliza el deseo por seguir luchando, la ayuda y compañía familiar da la sensación de importancia y refuerza el concepto de razones para luchar.

Finalmente se deben generar nuevas experiencias para alternar las lógicas sensaciones de tristeza y desconsuelo, características del proceso adaptativo, con nuevas experiencias esperanzadoras y formativas, que permitan sentir que se crece y se ejerce control sobre la vida.

Definitivamente son dos las palabras que resumen la vivencia de un proceso de duelo:

CAMBIOS Y PACIENCIA, cambios porque la realidad nunca volverá a ser la misma y la ausencia de un ser querido exige enfrentar nuevos aprendizajes; y paciencia porque el duelo es un proceso lento con muchas dificultades para superar, es como atravesar un bosque a oscuras, sin mapas, ni señales, se transita a tientas mientras se aprenden estrategias que aceleran la superación de dicho duelo.

jueves, 21 de junio de 2012

¿REACCIONAN IGUAL HOMBRES Y MUJERES ANTE LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO?

Las personas poseen personalidades diferentes, se diferencian por las características físicas, aptitudes, actitudes, distintas formas de pensar, diferente tipo de creencias, de hablar, de reaccionar ante las situaciones, etc.

Estas diferencias son innatas en los seres humanos y es por estas que se distinguen unos de otros. Y por ello, en esta medida aplicándolo en el tema de las pérdidas se diría que todo duelo es único e irrepetible, no existen dos duelos iguales.

PERO SERÍA IMPORTANTE PREGUNTARSE: ¿ES IGUAL PARA HOMBRE Y MUJERES?

A la hora de expresar dolor y enfrentarlo, los hombres y las mujeres tienen diferentes formas de hacerlo, claro que no solo por las diferencias que anteriormente descritas. Pero tampoco se puede afirmar, que ciertas respuestas o todas ellas son exclusivas de algún género en especial, pues se debe tener en cuenta que hay hombres que reaccionan con un estilo o reacción muy femenina y viceversa.

Las mujeres generalmente tienen una forma particular de reaccionar; en general se observan mucho más angustiadas, con llanto prominente, aislamiento, ataques de ira, ansiedad, miedos, y esto se da desde el mismo momento en que sucede la pérdida.

Pasado un tiempo y cuando la ausencia se torna mucho más intensa, aparecen otras reacciones emocionales como desordenes del sueño y alimentación, baja autoestima, dificultad para vincularse a la vida social, sentimiento de inadecuación y minusvalía.

En el caso de los hombres, se reconoce un patrón de respuesta diferente en el que se pudiera decir que se transforman en “hombres de acero” porque deben convertirse en el soporte de la familia. Ellos controlan la expresión emocional para mantener la imagen pública de fuerza y dureza, asume una actitud controladora, protectora, solucionador de todos los problemas que se presentan, regula sus emociones y se vuelve autosuficiente y difícilmente se verá rodar una lágrima por su rostro.

Entender estas diferencias es importante, gracias a dicho entendimiento, se podría resolver las dudas y problemas que surgen en estos momentos de dolor y que desafortunadamente llevan a malos entendidos, que hacen que las relaciones y las familias se distancien, porque no se logra entender este tipo de reacciones.

Estas manifestaciones no quieren decir que el otro no sienta (hombre), o que uno de ellos sienta más que el otro (mujer), como se podría creer ante las reacciones de los géneros antes descritas, sino que cada uno tiene la opción de responder de forma diferente.

Esto deja ver una vez más, que el duelo, es un proceso de mucha paciencia, no sólo con cada uno y su interior, sino con el resto de la familia, por ello, algo importante en ese momento no es solo tener en cuenta la forma como se reacciona, sino partir del sentimiento que se tenía hacia esa persona, los afectos que se han creado con ese ser querido, la situación y momento por el cual estaban atravesando, entre otros, porque es ese vínculo el que marcará posteriores situaciones y reacciones y sobre todo la forma de afrontar el duelo.

Por ello, es importante que se pueda compartir el sentimiento, las rabias, los miedos, las angustias y todo lo relacionado con el ser querido.

Evitar quedarse callado es fundamental por lo que debemos tratar de expresar a los seres más cercanos nuestras emociones y sentimientos, y sí ese alguien más cercano, es de la familia, no tema es muy posible que esa persona también este esperando ese momento para desahogar todo el dolor que lleva este momento.

Esto ayudará mucho a ambos en su proceso de adaptación a la pérdida y superación del duelo.

miércoles, 20 de junio de 2012

LA SOLEDAD DURANTE EL DUELO

TRAS LA MUERTE DE UN SER QUERIDO, SON MUCHAS LAS REACCIONES QUE PUEDE PRESENTAR EL DOLIENTE Y TODAS ELLAS SE ENCUENTRAN ENMARCADAS EN UN HISTORIAL DONDE PARA CADA PERSONA ES DIFERENTE, LA FORMA DE ENFRENTAR LOS MOMENTOS DIFÍCILES O DE PERDIDA.

En el entorno familiar se aprenden diferentes formas de enfrentar estas situaciones, por ello unas personas actúan con fortaleza o se vuelven inexpresivos, otros tienden a ser sensibles y a ponerse en contacto con el dolor, otras pueden evitar y eludir los sentimientos, pueden comportarse de forma agresiva y pelearse con cualquier situación, etc. Las reacciones dan salida a la tensión emocional propia de un momento de dolor, y se convierte en el medio para enfrentar la situación y encontrar elementos de protección a la vivencia de pérdida y desprendimiento.

La realidad no se acepta fácilmente y pasan varios días con la sensación de que “todo ha sido un sueño”, se trata de mantener las rutinas diarias que se compartían con el ser querido, pero en ese mismo contexto se reconfirma la ausencia y se recrudece el dolor.

Intuitivamente los allegados y familiares del doliente se acercan y lo acompañan, se dan frases de aliento y se colabora con ciertas necesidades, pero con el paso de los días la compañía disminuye y aumentan los momentos de soledad; comienza así un proceso de confrontación entre el deseo de mantener “vivo” al ser querido y la necesidad de adaptarse a su ausencia. De ahí, que sea normal que las personas más cercanas al fallecido presenten mayores dificultades para adaptarse, ya que sus vidas en muchos casos son complementarias o dependientes y vislumbrar el futuro sin ese apoyo genera temor y retraimiento, se tiende a aislarse para repasar un sin número de pensamientos e ideas repetitivas que tienen la intención de generar comprensión de lo sucedido.

A continuación se presentan algunas pautas que ayudan a enfrentar la soledad con una perspectiva positiva y constructiva, con la intención de generar una actitud de cambio y adaptación a las nuevas circunstancias:

1. REVALORA LA SOLEDAD:

Muchas personas creen que “estar solo” es lo peor que le puede suceder; cuando todo se hace en función de otro se detiene el crecimiento individual y se alienta el desarrollo en pareja o del otro, pero tras la soledad se crece a nivel personal, de hecho la pérdida de un ser querido nos impulsa a desarrollar habilidades de subsistencia sin ese complemento; claro está que es un proceso lento y difícil, pero casi todos los seres humanos se amoldan a la situación, desarrollan potencialidades desconocidas y aprenden a creer en sí mismos.

La soledad brinda espacio para pensar todo lo que se quiera, y a esta decisión puede darle un enfoque positivo o negativo; Se puede elegir aprovechar ese tiempo para conocer nuevas cosas, estudiar algo nuevo, desarrollar manualidades o un arte, leer, hacer deporte, jugar, caminar y conocer nuevos lugares y muy seguramente nuevas personas.

Pero también puedo tomarse la opción de encerrarse, creer que la vida también terminó y llorar todos los días; Si te encuentras en este punto es importante reflexionar sobre lo siguiente: ¿Crees que la misión de tu ser querido en esta vida fue dejarte triste?, ¿qué deseaba tu ser querido: que fueras feliz o infeliz? Y finalmente ¿no crees que haces parte del legado de tu ser querido en esta vida y contigo trasciende su existencia?

Tú eres el dueño de tus ideas y puedes hacer de ellas tus aliadas en el proceso que estás viviendo.

2. ENFRENTA TUS TEMORES:

Siempre se teme a lo desconocido o se temen algunas situaciones o cosas especificas, y con la pérdida del ser querido se enfrentan a un sin número de aspectos que muy seguramente no se habían enfrentado antes o “él o ella” lo hacían por ti, se teme a ciertas responsabilidades heredadas, a cometer errores, a volver a sentir dolor, etc.

Pero la mejor estrategia para continuar es hacer un listado de los temores que te genera la vida, analizar detalladamente sus circunstancias especificas y prepararse; Planificar lo que se debe hacer y cómo hacerlo, preguntando e informándose de lo que hay que hacer, aprovechando el Internet, la biblioteca o un amigo que lo guié; Para poder descubrir que cuando se hace el esfuerzo de conocer algo, lo haces rutinario y le pierdes temor.

Los miedos se vencen enfrentándolos pero es más fácil si planificas y te preparas, además el enfrentarlos te permite ganar confianza en ti mismo y tu autoestima crece al notar que puedes.

3. TEN CONCIENCIA DEL AQUÍ Y EL AHORA:

Durante el duelo nuestro ser se retrae al pasado, se sostiene sobre lo sucedido y se repasan las situaciones vividas una y otra vez, se anhela retroceder el tiempo y recomenzar de nuevo; la vida se estanca mirando el pasado, olvidando el presente y el futuro.

En estas circunstancias se pierden nuevas vivencias y se olvida el contacto con familiares, amigos y muchas cosas que te gustan, se olvida que en el presente se vive y que en él se debe construir la realidad y los cambios para un nuevo y satisfactorio futuro.

El pensamiento de ideas e imágenes repetitivas es normal pero debe alternarse conscientemente con nuevas vivencias y una forma de conseguirlo es realizar actividades que llamen tu propia atención y te permitan mantener el contacto con el aquí y el ahora: las manualidades, la lectura de un libro ameno y positivo, una película llamativa y divertida, los ejercicios físicos, conocer nuevos lugares, la relajación y la respiración, te preparan poco a poco a estar en contacto con este instante, con el aquí y ahora que permitirán construir las bases del futuro.

No se debe desvalorar las pequeñas situaciones de cambio, y aprender de cada una de ellas y permitirte recordar que la vida tiene mucho más que dolor.

4. EXPERIMENTA NUEVAS COSAS:

Seguramente tienes un concepto de ti mismo, él forma tu carácter pero también lo limita, Ya que esa idea que tienes habla de lo que haces y lo que no; tal vez ese auto concepto te dice que las herramientas que tienes para enfrentar la vida no son las más adecuadas y prefieres aislarte temiendo el dolor y cometer errores; Pero cuando te animas y te permites vivir situaciones nuevas, manipulas las circunstancias y experimentas, te das cuenta de todo tu potencial y alcance, reconoces que puedes ser mucho más de lo que crees y que tus limites son tuyos y podrás variarlos.

Experimentar la vida en actitud responsable y de aprendizaje permite sentir que el desarrollo no se detuvo y que tras la pérdida también puedes crecer.

5. CREA NUEVAS METAS.

Cuando se tienen metas se gana una visión diferente de la vida, se tiene un sentido y el camino para seguir, no tienen que ser altas y elaboradas; pero puedes comenzar con metas pequeñas, simples y a corto plazo, superarlas da confianza en ti mismo y te permite mirar más lejos, ganas confianza en tus cualidades y los objetivos elaborados y trascendentes también se desarrollan.

Las metas te permiten crecer y si piensas que tus logros son en honor al ser querido que no esté, tendrás un impulso adicional a tus deseos de superación.

martes, 19 de junio de 2012

COMO ACOMPAÑAR A UN NIÑO EN DUELO EN

MEDIO DEL DOLOR Y LA PÉRDIDA DEL SER QUERIDO, SE APARTA A LOS NIÑOS, PORQUE SE CREE QUE “NO SE DAN CUENTA” DE LO QUE SUCEDE Y QUEREMOS EVITARLES EL DOLOR y aunque se piense que estos están inmersos en otras cosas, ellos se dan cuenta de los cambios significativos que hay en el hogar, las reacciones de cada uno de los miembros de la familia, su llanto, su rostro, su postura corporal, los cambios de rutina, la ausencia del ser querido fallecido, etc., es decir, se dan cuenta de que algo pasa y por consiguiente les afecta.

LA MEJOR MANERA DE ACOMPAÑAR A UN NIÑO EN LOS MOMENTOS DEL DUELO, ES NO OCULTAR LA REALIDAD QUE SE ESTÁ VIVIENDO, ES PODER COMPARTIR LA NOTICIA DE UNA FORMA CLARA Y REAL, CON PALABRAS SENCILLAS.

Después de algunas horas del aturdimiento por lo ocurrido se debe informar al pequeño lo sucedido, por doloroso que pueda ser. Para ello es importante buscar un lugar adecuado lejos del bullicio, y las alteraciones de los otros miembros de la familia, donde el niño se sienta cómodo, este sitio puede ser su cuarto, la sala de juegos, etc.

De igual forma se necesita una persona indicada para dar la noticia, siendo en ese momento la más indicada una cercana al niño (madre, padre, abuelos, personas a cargo), a la cual el menor le tenga suficiente confianza, y es muy importante la actitud de la persona al dar la noticia: calmada y de apoyo al menor.

En este proceso se debe explicar cómo ocurrió la muerte, utilizando palabras sencillas, no es necesario brindar más detalles de lo necesario, o contar por menores de lo sucedido con el ser querido. Lo más importante es que estén calmados, y ser sinceros al hablar de lo que sucedió.

En caso de muerte violenta, no es necesario contar al niño en qué condiciones esta el cuerpo, o donde impacto el arma, y es importante evitar que los infantes presencien escenas de descontrol e intenso dolor por parte de los adultos y/o frases como por ejemplo “¿Por qué me dejaste sola?, ¿Qué va a ser de mi vida? “Yo me quiero morir” lo primordial en este y todos los casos es poder brindarle la orientación necesaria para que pueda acomodarse a la pérdida.

En casos de suicidio es mejor no ocultar lo sucedió, ya que tarde o temprano por personas ajenas a la familia el niño se puede enterar y será complicada su reorientación. Es por eso, que es necesario explicar al infante que es el suicidio y contestar sus preguntas.

Es necesario alentar al niño a participar de todos los ritos fúnebres (velatorio, entierro, misa etc.), porque esto ayudará a que él comprenda que es la muerte e inicie el proceso de duelo.

Sí el menor no quiere participar no es necesario obligarlo, después de unos días se puede realizar con el niño un rito simbólico, como puede ser una carta donde exprese lo que sintió, y lo que siente, esa cartita se puede quemar, dejar en el camposanto o permitir que un río se la lleve y creer que el mensaje llega al ser fallecido.

En el velatorio no es necesario que el menor permanezca las 24 horas, con 3 0 4 horas es suficiente, sólo si el niño quiere quedarse, se puede permitir tratando de estar con él y brindarle todo el apoyo en la interrogantes que manifieste.

Finalmente, es importante explicar con antelación que sucederá en el rito funerario, que va a observar, que escuchará, que acaecerá en el velatorio, inicialmente con el ataúd, se explica ¿Qué es? ¿Para qué sirve? Y ¿Qué encontrará?, siempre se le debe decir con claridad que el cuerpo del ser querido, no podrá moverse, no le hablara, no se levantará, que no siente frío, ni hambre que deja de moverse para siempre.

Una frase muy importante y que no debe faltar en este proceso, es que el niño entienda que su ser querido NO REGRESARÁ, que no lo volverá a ver, ni sentir, ni escuchar que su recuerdo, está siempre en él, cada vez que evoquemos como era, que le gustaba, porque se enojaba en ese momento su ser querido estará allí, no en presencia pero si en esencia, en su mente y su corazón, sólo de esta manera podremos ayudar a los niños a ajustarse al proceso de la pérdida de un ser querido.

lunes, 18 de junio de 2012

LOS CICLOS DEL DOLOR DURANTE EL DUELO

ES NORMAL QUE LA PERSONA DURANTE EL DUELO TENGA LA SENSACIÓN DE QUE EL DOLOR "VA Y VIENE"; que en un momento está muy triste pero al siguiente hay calma y en esa calma es cuando se da la posibilidad de pensar, meditar o realizar otras actividades.

Este proceso se inicia desde el momento del fallecimiento del ser querido, pero con una frecuencia alta, es decir que se llora constantemente y no se sienten tanto los espacios de calma, de hecho la sensación de tristeza es generalizada y es normal escuchar expresiones que dudan del fin del dolor (sobre todo durante la primera fase del duelo).

Pero poco a poco, los tiempos de "calma" empiezan a crecer y se puede notar la un nuevo ciclo que con el paso del tiempo convierte la relación: intensidad del dolor y tiempo de tranquilidad, inversamente proporcionales; es decir que a más sensación de dolor, es menor el tiempo de relajación que tiene el doliente; o en etapas más avanzadas del proceso, la proporción inversa también se mantiene, la intensidad del dolor es menor frente a espacios de tranquilidad más largos (segunda etapa del duelo).

Se presenta entonces un proceso de adaptación y aceptación de la pérdida del ser querido caracterizado por una intensidad de dolor alta en su comienzo que va lentamente disminuyendo con el paso del tiempo. (Tercera etapa del duelo)

ENTENDER ESTA SITUACIÓN EN EL PROCESO DE DUELO PERMITE DARNOS CUENTA DE LA IMPORTANCIA DE MECANISMOS REGULADORES DE LA TENSIÓN EMOCIONAL COMO EL LLANTO.

ESTE ENTENDIMIENTO ES IGUAL DE IMPORTANTE PARA LA PERSONA QUE ESTÁ EN DUELO COMO PARA SUS FAMILIARES MÁS CERCANOS YA QUE SON EN LOS QUE SE APOYARA DICHA PERSONA Y QUIENES A SU VEZ DEBEN APOYARLO.

Si la persona que está en duelo, no llora, no se presenta un fenómeno natural de "desahogo", de "soltar" el dolor, es decir que el llanto, en un punto alto de sensación de dolor, libera la carga emocional y trae como consecuencia el descanso; por eso, el llanto no se debe mirar como un problema, sino como un mecanismo de defensa que ayuda a la mejora de un proceso que no es lineal sino cíclico.

SI NO HAY LLANTO U OTRAS FORMAS DE “DESAHOGO”, LA PERSONA QUE ESTÁ EN DUELO NO DESCANSA y su dolor se transforma en mal genio, estrés, miedo, rabia, angustia, etc.

Todo contrario de lo que se pretende, por lo que la tristeza se convierte en común denominador de su vida.

Cuando la familia entiende la existencia de este “DESAHOGO EMOCIONAL Y PSICOLÓGICO QUE ES EL LLANTO”, puede pasar por encima de las creencias culturales y religiosas que anulan la importancia del llanto en la evolución positiva de quien está en duelo, y pueden centrarse más en ofrecer consuelo o actos de amor, frente a lo típico: "DEMOSTRAR FORTALEZA". Cayendo en la falsa creencia que “LLORAR ES MALO”

Otras formas de Desahogo que regulan, permiten y ayudan, el descenso en la intensidad del dolor y facilitan el normal desarrollo del duelo en todas sus etapas, por su factor liberador de emociones son por ejemplo:

El contacto con la naturaleza, el dialogo, la escritura, la lectura de estos temas, el deporte y en general todas aquellas que potencien en quien está en duelo su superación.