PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

lunes, 31 de mayo de 2010

APRENDIENDO A SER PADRES


La incertidumbre: ¿cómplice o enemiga?

Dice Jorge Bucay que el problema más difícil de tratar en estos tiempos es la incertidumbre; que lo que más nos angustia es no tener un mundo predecible, para actuar en consecuencia. Según este psiquiatra y escritor, el mundo de las cosas ciertas se terminó en torno a 1970.

Sean o no del todo ciertas las reflexiones de este pensador de pautas para lograr la felicidad, sí que es verdad que, si en algo nos acecha la incertidumbre, es en relación a la tarea de educar a nuestros hijos. Esa presión constante de no saber si estamos en el buen camino en nuestra misión de educadores, unas veces nos da aliento y otras nos ahoga.

Nos da aliento porque hace que estemos permanentemente en guardia, buscando nuevas fórmulas afectivas para llegar con más certeza al corazón de nuestros niños y jóvenes; de nuestros hijos o alumnos. Pienso que la lucha contra la incertidumbre puede ser ese reto ilusionante que nos obliga a estar al día. Debemos acompañar a nuestros hijos en ese trabajo diario, serio y responsable que hace que se acorten las distancias entre lo incierto y lo real.

Ahora que se acercan fechas muy importantes para nuestros hijos en etapa de formación, no debemos olvidar que los alumnos menos preocupados por los resultados son aquellos que han practicado aquello de “Estudiar todos los días, a la misma hora, en el mismo sitio y durante el mismo tiempo” Volviendo al hilo de las afirmaciones del Maestro Bucay, entiendo que el margen de incertidumbre para estos chicos será menor que para aquellos que no se han tomado el estudio bajo la bandera de la constancia y del esfuerzo diario.

Es la reflexión que debemos hacernos junto a nuestros hijos si los resultados no son satisfactorios. Hay que hacerles caer en la cuenta de que, si realmente no se trabajó lo suficiente en cantidad y en rigor, el resultado estaba cantado.
Acompañar a nuestros hijos en la reflexión seria de medir el esfuerzo personal frente a las exigencias, es enseñarles a ser honestos con ellos mismos; a ser honrados. Y la honestidad y la honradez son valores que imprimen carácter; que marcan para toda la vida al ser humano.

Nos incumbe como educadores quitar la máscara que a veces tienen los estudiantes de pensar que han trabajado lo suficiente, porque se han dado el atracón del último mes. Decirles desde el cariño que les tenemos que la incertidumbre, a veces, es el fruto del trabajo hecho bajo mínimos; es enseñarles que hay que ser rigurosos con uno mismo.

Es verdad que vivimos en un mundo incierto, de consecuencias imprevisibles. Pero también es cierto que, a menor conocimiento, mayor incertidumbre.

La incertidumbre, el miedo a los resultados se debe reducir siempre que sea posible, a base de formación y de la adquisición de conocimientos. Este sistema educativo tan benevolente es una trampa que puede ser mortal. O que ya lo está siendo. Es similar a quien te enseña primero su cara más amable, para luego, cuando ya te has familiarizado con ella, mostrarte su rostro más doliente.

Nos ha tocado educar contra corriente. No están de moda, ni las buenas maneras, ni el trabajo a conciencia; ni siquiera están de moda los sentimientos. Como si amar ya no se usara. Pero a nuestros chicos les aguarda una sociedad en que, valores y contravalores mantienen una lucha férrea. Leyendo de nuevo las reflexiones de Jorge Bucay, me pregunto:

¿Será que la incertidumbre radica, realmente, en no saber quién va a ganar esta guerra, que parece una batalla perdida?

Trabajemos todos, desde nuestro sitio, para que nuestros jóvenes se posicionen donde están los valores que les dignifican como seres humanos. Y uno de esos valores es, sin lugar a dudas, el valor del saber, de prepararse a conciencia para que el futuro tenga de incierto, lo justo que le corresponde como tal. Ni un punto más.

Este articulo es una colaboración de J.T.G.

sábado, 29 de mayo de 2010

EL MAYOR OBSTÁCULO UNO MISMO


Un mendigo había estado sentado más treinta años a la orilla de un camino. Un día pasó por allí un desconocido. "Una monedita", murmuró mecánicamente el mendigo, alargando su ya arrugada mano. "No tengo nada que darle", dijo el desconocido. Después preguntó: "Qué es eso en lo que está sentado?" "Nada", contestó el mendigo. "Sólo una caja vieja. Me he sentado en ella desde que tengo memoria". "¿Alguna vez ha mirado lo que hay dentro?", preguntó el desconocido. "No" dijo el mendigo. "¿Para qué? No hay nada dentro". "Échele una ojeada", insistió el desconocido, uno nunca sabe que podemos encontrar cuando miramos dentro. El mendigo se las arregló después de un duro esfuerzo para abrir la caja. Con asombro, incredulidad y alborozo, vio que la caja estaba llena de monedas oro.

Yo para Uds. soy ese desconocido, que periódicamente a través de ESTE SU BLOG les habla, que no tiene nada que darles y que les dice articulo del BLOG, que miren dentro. No dentro de una caja como en el cuento, sino en un lugar aún más cercano, dentro de ustedes mismos.

"¡Pero yo no soy un mendigo! ", pensaran muchos de Uds.

Los que no han encontrado su verdadera riqueza, que no es otra que la alegría y armonía del Ser Uno Mismo junto con una profunda paz interior, son mendigos, incluso si tienen mucha riqueza material.

Buscan fuera de ellos en el mundo exterior, mendrugos de placer o de realización para lograr la aceptación, la seguridad o el amor, mientras llevan den¬tro sin ser conscientes de ello, un tesoro que no sólo tiene todas esas cosas sino que es infinitamente mayor que todo lo que el mundo material pueda ofrecer.

La palabra conocimiento Espiritual evoca la idea algo sobrehumano y el ego quiere conservar las cosas así, pero es simplemente el estado natural de sentir la unidad con el Ser.

Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, algo que, casi paradójicamente, es esencialmente usted y sin embargo es mucho más grande que usted.

Es encontrar su verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma. La incapacidad de sentir esta conexión da lugar a la ilusión de la separación, de usted mismo y del mundo que lo rodea.

Entonces usted se percibe a sí mismo, consciente o inconscientemente, como un fragmento ais¬lado. Como consecuencia de sentirse aislado surge el miedo y lo que es aun peor, el conflicto entre lo que sentimos en nuestro interior y lo que sentimos en nuestro exterior se vuelve la norma.

Me encanta la sencilla definición del “Conocimiento Espiritual” dada por Buda el lo define como "el fin del sufrimiento". No hay nada sobrehumano en esto, ¿cierto? Por supuesto, como toda definición, es incompleta.

Sólo dice lo que el Conocimiento Espiritual no es: no es sufrimiento. ¿Pero qué queda cuando ya no hay sufrimiento? El Buda no habla sobre esto y su silencio implica que usted tiene que averiguarlo por sí mismo. Usa una definición negativa para que la mente no la convierta en algo que se deba creer, en un logro sobrehumano, o en una meta que es imposible de alcanzar.

La libertad comienza cuando te das cuenta
De que no eres «el pensador».
En el momento en que empiezas a observar al pensador,
Se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces te das cuenta de que hay un vasto reino
De inteligencia más allá del pensamiento,
Y de que el pensamiento
Sólo es una pequeña parte de esa inteligencia.
También te das cuenta de que todas las cosas
Verdaderamente importantes
—la belleza, el amor, la creatividad,
La alegría, la paz interna—
Surgen de más allá de la mente.

Empiezas a despertar.

Cuando tú conciencia
Se dirige hacia fuera,
Surgen la mente y el mundo.
Cuando se dirige hacia dentro,
Alcanza su propia esencia
Lo no Manifestado. Lo inmaterial
Llegando asentir tu Espíritu

Preguntaba el monje: «Todas estas montañas y estos ríos y la tierra y las estrellas... ¿de dónde vienen?
Y preguntó el Maestro: « ¿Y de dónde viene tu pregunta?».

¡Busca en tu interior!

Dice Confucio: «No enseñar a un hombre que está dispuesto a aprender es desaprovechar a un hombre. Enseñar a quien no está dispuesto a aprender es malgastar las palabras



jueves, 27 de mayo de 2010

LOS SUEÑOS Y LA COMUNICACIÓN CON EL MUNDO ESPIRITUAL

Una de las técnicas primarias que las almas recién desencarnadas usan para llegar a las personas que las aman es por intermedio del estado del sueño.

La pena que abruma la mente consciente se retira temporalmente del primer plano de nuestros pensamientos cuando estamos dormidos. Incluso aunque nos encontremos en un estado inestable de sueño, la mente inconsciente es más receptiva.

Desdichadamente, la persona que sufre la pena a menudo despierta de un sueño que pudo haber contenido un mensaje y borra de su memoria cualquier rastro del mismo. Ya sean imágenes o símbolos, lo que haya visto mientras dormía no tendría significado alguno en ese momento o la secuencia del sueño pudo ser interpretada como un anhelo si, por ejemplo, quien sueña se vio a sí mismo con quien falleció.

Antes de proseguir, me gustaría ofrecer una guía en lo referente a la naturaleza general de los sueños. Mi experiencia profesional con sueños proviene principalmente de escuchar a mis pacientes bajo hipnosis explicando como, ya desencarnados, utilizan el estado del sueño para llegar a los vivos. Los espíritus son muy selectivos en el uso de nuestras secuencias de sueño y he llegado a la conclusión de que la mayoría de los sueños no tienen un gran significado.

Revisando diferentes estudios sobre los sueños puedo apreciar que incluso especialistas del área consideran que muchos sueños durante la noche no son más que una maraña de detalles absurdos que son el resultado de una sobrecarga en nuestros circuitos por la actividad diaria. Si la mente se ventila durante ciertos ciclos al dormir, quiere decir que las transmisiones nerviosas que pasan a través de las uniones entre neuronas liberan vapor para relajar el cerebro.
Clasifico los sueños en tres formas y una de ellas es el estado de limpieza general. Hay momentos en la noche en que muchos pensamientos aislados del día son tomados y eliminados de la mente como basura. No les podemos encontrar sentido alguno sencillamente porque no lo tienen. Por otra parte, todos sabemos que existe un lado más cognoscitivo en el sueño. Yo divido este estado en dos partes, la solución de problemas y el espiritual, los cuales se encuentran separados por una delgada línea. Hay personas que han tenido premoniciones de algún evento futuro como consecuencia de un sueño. El estado de nuestra mente puede ser alterado por los sueños.

Uno de los períodos más estresantes de nuestras vidas tiene lugar durante el luto, cuando los afectos de alguien que amamos nos son arrebatados y creemos que es para siempre.
Quizás el único alivio de la opresión de la pena se produce mientras dormimos. Vamos a la cama con angustia, al día siguiente despertamos y la pena sigue ahí; sin embargo, hay un enigma en el medio, así algunas mañanas nos reciben con una mejor idea de lo que debemos hacer para soportar la pena y seguir adelante.
La solución de problemas por medio de secuencias de sueño es un proceso de incubación mental que ha sido llamado de procedimiento porque las imágenes parecen enseñarnos la forma en que debemos proceder. ¿Viene este conocimiento de algún lugar diferente a nosotros mismos? Si el sueño se desborda dentro del mundo del espíritu, entonces los tejedores de sueños probablemente nos están haciendo un llamado como consejeros que nos asisten durante nuestro conflicto emocional.
Los sueños espirituales involucran nuestros guías, almas maestras y compañeros espirituales que vienen como mensajeros para asistirnos con soluciones. No necesitamos estar sufriendo para recibir este tipo de ayuda. Dentro de la mezcla espiritual del sueño también poseemos la capacidad de recordar nuestras experiencias en otros mundos físicos y mentales, incluyendo el mundo del espíritu. ¿Cuántos de ustedes ha soñado alguna vez que puede volar o nadar fácilmente bajo el agua? He descubierto con algunos pacientes, que estos recuerdos míticos contienen información sobre vidas que llevaron como criaturas voladoras o acuáticas inteligentes en otros planetas.
Frecuentemente, estas clases de secuencias del sueño nos brindan un indicio metafórico que nos da la oportunidad de comparar nuestras vidas pasadas con la actual. El carácter inmortal de nuestra alma no cambia mucho entre los cuerpos en que resida o encarne, así que estas comparaciones no son del todo extrañas.
Algunas de nuestras más grandes revelaciones provienen de eventos, lugares y patrones de comportamiento soñados y que nacen de experiencias vividas antes de adquirir nuestro cuerpo actual.
En este contexto son importantes las clases de preparación a las que asistimos en el mundo del espíritu antes de retornar a una nueva vida. Lo menciono ahora porque esta experiencia está relacionada con nuestros sueños. La clase está diseñada para permitir el reconocimiento de personas y eventos futuros, así mientras nos preparamos para encarnar, un maestro nos fortalece en aspectos importantes del contrato que es nuestra nueva vida. Una parte integral de la clase es conocer e interactuar con almas, tanto de nuestro grupo como de otros, que compartirán en parte nuestra nueva vida.
Recuerdos de estas clases de preparación pueden ser producidos en nuestros sueños con el propósito de encender una luz en la oscuridad de nuestra desesperación, particularmente cuando es un compañero espiritual quien se encuentra perdido en la vida. Jung dijo, "Los sueños representan temores y deseos reprimidos, pero también pueden expresar verdades ineludibles que no son ilusiones o simples fantasías".
A veces estas verdades son formuladas en rompecabezas metafóricos y representadas como imágenes modelo durante el sueño. Los símbolos del sueño son generalizados culturalmente y el glosario de sueños no está inmune a este tipo de prejuicio, por eso, cada persona debería seguir su propia intuición para descubrir el significado de un sueño.
Los aborígenes australianos, una cultura con más de 10.000 años de historia inalterada, creen que el tiempo del sueño es en verdad tiempo real en términos de realidad objetiva. La percepción de un sueño es a menudo tan real como una experiencia despierta. Para las almas en el mundo del espíritu, el tiempo siempre está en presente, así que sin importar qué tanto tiempo hayan podido estar lejos físicamente de su vida, desean que usted sea consciente de que ellas aún están en la realidad del ahora. ¿Cómo hace un espíritu amoroso para que usted obtenga conocimiento y aceptación de estos eventos en sus sueños?
Sirva como referencia uno de los casos que atendí en mi consulta:

Mi paciente en este caso acaba de morir de neumonía en la ciudad de Nueva York, es 1935. Era una joven mujer, poco mayor de treinta años de edad, que vino a esta ciudad después de haber crecido en una pequeña población occidental. La muerte de Sylvia fue repentina y deseaba dar consuelo a su madre viuda.
Dr. N.: ¿Después de morir, se marcha inmediatamente al mundo del espíritu?
P: No, no lo hago. Debo despedirme de mi madre, por lo que deseo permanecer en la Tierra por un tiempo, hasta que ella se entere.
Dr. N.: ¿Hay alguien más a quien desea ver antes de visitar a su madre?
P: (vacila, luego con voz ronca) Si... hay un antiguo novio... su nombre es Phil... iré a su casa antes...
Dr. N.: (con suavidad) Ya veo; ¿estaba enamorada de Phil?
P: (pausa) Si, pero nunca nos casamos... yo... sólo quiero acariciarlo una vez más. En realidad no hago contacto con él porque está dormido y no sueña. No puedo permanecer por largo tiempo porque quiero llegar a mi madre antes de que escuche la noticia de mi muerte.
Dr. N.: ¿No se está apresurando un poco con Phil? ¿Por qué no espera un ciclo de sueño apropiado para dejarle un mensaje?
P: (con firmeza) Phil no ha sido parte de mi vida por años. Me entregué a él cuando éramos muy jóvenes. Él difícilmente piensa en mí ahora... y... bueno... si me encontrara en un sueño... posiblemente no captaría el mensaje. Por el momento son suficientes los rastros de mi energía, ya que nos encontraremos de nuevo en el mundo del espíritu.
Dr. N.: Después de dejar a Phil, ¿se dirige a donde su madre?
P: Si. Comienzo con una comunicación convencional de pensamientos mientras está despierta pero no logro ningún resultado. Está tan triste, su pena por no estar junto a mi lecho la oprime demasiado.
Dr. N.: ¿Qué métodos ha utilizado hasta ahora?
P: Proyecto mis pensamientos en una luz amarilla y anaranjada, como la llama de una vela y la ubico alrededor de su cabeza, enviando pensamientos de amor. No tengo éxito. Ella no percibe mi presencia junto a ella. Buscaré un sueño.
Dr. N.: Está bien Sylvia, pero vayamos despacio. Por favor comience diciéndome si usted elige un sueño de su madre o si puede crear el suyo propio.
P: Aun no soy buena para crear sueños. Para mí es más fácil tomar uno de los suyos, entrar en él para lograr un contacto más natural y luego participar en el mismo. Quiero que ella sepa con claridad que soy yo en su sueño.
Dr. N.: Bien, ahora lléveme a través del proceso.
P: Los primeros sueños no son apropiados. El primero es una maraña de cosas absurdas, el otro involucra un fragmento anterior de su vida en el que no estoy. Finalmente tiene un sueño en el que camina sola por los campos de siembra que rodean mi casa. Usted debe saber que ella no siente pena en este sueño, aún no he muerto.
Dr. N.: ¿Qué tan bueno es este sueño, Sylvia, si no está en él?
P: (riéndose de mí) Pero, ¿es que no se da cuenta? Voy a aparecer delicadamente en el sueño.
Dr. N.: ¿Puede alterar la secuencia del sueño para incluirse en él?
P: Seguro, entro al sueño desde el otro extremo del campo sincronizando mis patrones de energía con los pensamientos de mi madre. Proyecto una imagen mía, tal como lucía la última vez que ella me vio. Me acerco lentamente por entre la tierra sembrada para permitirle que se habitúe a mi presencia. Hago señas con las manos y sonrió, finalmente llego hasta ella. Nos abrazamos y en este momento envío olas de energía rejuvenecedora a su cuerpo que duerme.
Dr. N.: ¿Y qué hará esto por su madre?
P: Esta escena será elevada a un nivel más alto de la conciencia de mi madre. Quiero asegurarme que el sueño aún estará ahí cuando ella despierte.
Dr. N.: ¿Cómo puede estar segura de que ella no creerá que todo fue una proyección de su anhelo de tenerla y descarte el sueño como un mensaje real?
P: La influencia de un sueño intenso como este es muy grande. Cuando mi madre despierta, tiene una impresión intensa del paisaje en el que estábamos y siente que estoy con ella. Con el tiempo el recuerdo es tan real que ella está segura de ello.
Dr. N.: Sylvia, ¿la imagen del sueño se desplaza de lo inconsciente a la realidad de la conciencia como resultado de su transferencia de energía?
P: Si, es un proceso de filtración en el que continúo enviando ondas de energía hacia ella durante los siguientes días hasta que ella comienza a aceptar mi partida. Deseo que sienta que aún soy parte de ella y que siempre lo seré.

Volviendo al estado de sueño de Phil, fue evidente que Sylvia no intentó permanecer por mucho tiempo para manifestar sus sentimientos en su mente inconsciente. Al parecer no se producen sueños cuando el cerebro se encuentra en un estado profundo Delta donde no hay rápido movimiento ocular. El sueño RMO, también conocido como reposo paradójico, es mucho más ligero y por lo tanto un estado más activo del sueño, especialmente en las etapas iniciales y finales del reposo.

Extracto del libro
DESTINO DE LAS ALMAS
(Un eterno crecimiento espiritual)
DEL Dr. MICHAEL NEWTON

miércoles, 26 de mayo de 2010

MEMORIAS DE VIDAS PASADAS EN LOS NIÑOS

Características básicas de los comportamientos relacionados con memorias de vidas pasadas en niños:

Las tres áreas en que se basa la identificación de los casos más completos y verificables son las siguientes:

Esquemas de información: Datos que aporte el niño sobre personas y lugares conocidos por una personalidad fallecida y aparentemente incognoscibles para el niño.

Esquemas de comportamiento: Habilidades que los niños no han podido aprender en esta vida por medios normales y que eran propias de la fallecida.

Esquemas físicos: Marcas de nacimiento o deformaciones que correspondan a las dos personalidades.

Los casos de niños que expresan una gran cantidad de recuerdos y en los que se puede llegar a verificar la relación de las memorias del niño con la personalidad anterior son extremadamente infrecuentes. Sin embargo, pueden servirnos para identificar patrones de comportamiento, tendencias, características, que se puedan presentar en una mucha menor medida e intensidad en nuestros propios niños.

CUANDO COMIENZAN A EXPRESAR POSIBLES RECUERDOS DE VIDAS PASADAS ?
Desde el momento que un niño comienza a poder hablar, hasta los 7 años aproximadamente. Luego, en la mayoría de los casos, las memorias se diluyen y no se tienen recuerdos ni imágenes concretas de lo que se ha mencionado cuando eran niños.

CIRCUNSTANCIAS Y DISPARADORES DE RECUERDOS:
Los recuerdos pueden surgir espontáneamente en cualquier momento. La visita de alguien conocido, una foto, un olor, un objeto, una música, algo que les asuste (ver abajo fobias o miedos), algo que ven en televisión, un lugar nuevo que visiten, pueden servir de disparador.
“Los sujetos han notado a veces que las memorias de vidas pasadas han surgido por primera vez durante una enfermedad, o se han tornado más claros durante la misma” I.S. (Ian Stevenson)
“Los períodos justo antes de irse a dormir y justo en el momento de despertarse han sido observados como los más propicios para hablar más libremente de sus memorias” I.S.
En los viajes en coche. C.B. (Carol Bowman)
En los días nublados, lluviosos. Se supone que en esos días el niño tiende a no jugar afuera y a estar más adentro de la casa, sin tanta actividad, cosa que lo puede llevar a que las memorias vengan más fácilmente a su conciencia.
Mientras están jugando y hablando consigo mismos. Cuando están concentrados dibujando, o mientras se están bañando.
También influye la actitud de los padres, si parecen estar abiertos a escucharlos. C.B.

FOBIAS O MIEDOS:
“Hay niños que han mostrado fobias aún antes de poder hablar y comunicar información verbal acerca de la vida anterior” I.S.
Según Stevenson, las fobias o miedos se relacionan generalmente con algún hecho importante de su vida pasada, generalmente la forma de su muerte, y también con los sentimientos que tenía en los últimos tiempos de la vida anterior.
Por ejemplo: Miedo al abandono (a quedarse solos), al agua (niños que tienen terror al agua sin motivo aparente, incluso en una bañadera), al fuego, a ciertos animales, a las multitudes, a los autos, camiones, trenes, uniformes, a ver sangre, cuchillos, sogas, alguien tirado en el piso, a lugares cerrados, a quedarse atrapado (por ejemplo accidentalmente en un ropero), a perderse en la noche, a determinados ruidos (explosiones, tambores, ruido de aviones), luces fuertes, etc. pueden ser asociados a memorias pasadas.
Una actividad o evento, que lo separe de sus padres (el primer día de clases, ir a un campamento, dejarlo al cuidado de una persona que no conozcan) puede traer de vuelta la ansiedad de la separación de un trauma proveniente del pasado. C.B.
Por supuesto, estos miedos disparadores de recuerdos pueden instalar simplemente un temor o fobia, y quizás no hagan surgir una memoria explícita en palabras...uno puede llegar a tener un niño asustado pero no palabras para explicar el miedo.

GUSTOS Y COMPORTAMIENTOS:
Las preferencias en las comidas, en la forma de vestirse, sus movimientos (forma de sentarse, de dormir, de bailar, los gestos habituales que caracterizan a una persona ) pueden indicarnos cosas que no hayan podido ser aprendidas en nuestro hogar. (Sobre todo si son distintas a las de su familia o a las de su país) También su estructura de pensamiento, su tendencia a la espiritualidad, sus rasgos de carácter, la forma en que reacciona a las adversidades, su tendencia a las adicciones (tabaco, alcohol) son características que aparentemente pueden conservarse de una personalidad anterior.
“No solo los miedos, sino también cualquier rasgo puede ser el resultado de vidas pasadas. Hemos hablado con niños que tienen talentos inusuales, intereses únicos, o comportamientos curiosos que tienen a sus padres intrigados y perplejos.” C.B.
Pueden tener por ejemplo habilidades inusuales para manejar una máquina, para dibujar, tocar algún instrumento musical, etc.

JUEGOS:
Un juego obsesivo o que se repite puede ser indicativo de un hecho que esté almacenado en la memoria del niño. (Como un volver a actuar una escena problemática para él)
También pueden mostrar características de una personalidad anterior (por ejemplo el trabajo que realizaban, las actividades diarias que hacían, etc.)

TIPOS DE COMENTARIOS QUE HACEN
*Se ve a sí mismo o a los demás en otra edad: “Cuando yo era grande...”, “Cuando vos eras chica...”, “Ay...Estás tan grande ahora...”
*Deseos de volver a su “otra casa”: “El niño amenazaba con irse allí (su hogar anterior) cuando se enojaba con su madre” I.S.
*“Papá, esta casa no es la nuestra”
*“Mi otra mamá era más gorda”
*Cuando yo viví antes... / Cuando yo me morí...
*Por ejemplo un niño que vio por televisión que había comenzado una guerra, dijo: “A mí no me van a hacer pelear de vuelta”
*Otro ejemplo: Un niño de 2 años y medio acostumbraba poner agua en una botella, se ponía sus medias y zapatos y decía: “Me voy a ver a mi esposa”...”Ella está enferma. Le voy a llevar los remedios para que se cure” I.S.
*Según los autores, los temas que más claros tienen y que más expresan son en primer lugar la causa de su muerte anterior y en segundo, los asuntos que han dejado sin resolver en otra vida (“unfinished business”).
*Algunos tienen aparentes recuerdos de experiencias “entre vidas”
*Algunos niños expresan solo alguna frase suelta, y otros dan todo tipo de detalles, e historias coherentes.

INTERES ESPECÍFICO POR OTRO PAIS O POR ALGUNA EPOCA EN ESPECIAL:
Se pueden sentir atraídos por lo relacionado con un país en especial (los lugares -que ven en fotos o televisión-, el idioma, alguna persona en especial de otra cultura, etc.)
“ Hemos encontrado ejemplos en que el niño ha demostrado un especial interés en el lenguaje de la presunta vida anterior y aptitud para ese lenguaje” I.S.
Por ejemplo: “Empezó a hablar a los 15 meses de edad, pero al principio solo utilizó palabras que eran inteligibles para sus padres...y no habló fluidamente en su propio idioma hasta la edad de seis años” I.S.
Esta afinidad con una cultura o una época diferente se puede manifestar en una preferencia por un tipo distinto de comida, de vestimenta, o costumbres que están fuera de lo habitual en su familia.
Si bien la afinidad puede ser un indicativo, la aversión o el rechazo a las mismas también pueden apuntar a lo mismo. (Los niños pueden llorar al oír un lenguaje determinado, o resistirse a comer ciertas comidas, o expresar disgusto por una época en particular)

EMOCIONES Y RECONOCIMIENTOS:
En ocasiones, los niños presentan emociones muy fuertes al encontrarse con una persona en especial (que recuerdan o reconocen).
También sienten especial apego o rechazo por cierta persona en particular, sin motivo aparente.
Pueden también reconocer lugares, como en el caso de una niña que reconoció el lugar donde había estado su colegio: “Ahí había un colegio, y yo iba a estudiar en él”
Las fotos de grupos familiares también son material que pude motivar al niño a expresarse.

SUEÑOS:
Los sueños repetidos, con imágenes muy vívidas y coherentes, con una gran sensación de realidad, pueden ser asociados a memorias de vidas pasadas. Estos sueños pueden dejar una fuerte impresión que queda en la memoria por varios días, meses o años.
Tiene sentido que se manifiesten en sueños ya que las memorias de vidas pasadas residen en el inconsciente, y los sueños muchas veces son la expresión del inconsciente. C.B.
Características de los sueños que se repiten: Usualmente empiezan y terminan en el mismo lugar de la historia, como un video que siempre muestra el mismo fragmento una y otra vez. Algunos son simples imágenes, inmóviles, como una foto, que el que sueña ve una y otra vez sin variaciones. Otros sueños progresan, luego se detienen sin resolverse, justo en el punto de crisis. (La crisis puede ser una muerte inminente o el sueño puede terminar justo antes de que un factor importante sea revelado). A veces la historia progresa levemente en cada nueva repetición, en otros casos, después de varios sueños repetidos, de pronto se salta al punto de crisis.
A veces estos sueños se hacen cada vez menos frecuentes cuando el niño va creciendo hasta que en un momento determinado desaparecen. Pero no siempre. Los sueños recurrentes pueden comenzar en la infancia y continuar en la edad adulta.
No todos los sueños recurrentes se pueden asociar con vidas pasadas, y también es importante saber que hay sueños de vidas pasadas que se tienen una sola vez (igual tienden a ser vívidos y movilizantes, difíciles de olvidar).
Sueños donde el que sueña se ve a sí mismo como otra persona, en otro tiempo y lugar.
Pesadillas: Según C.B. algunas pesadillas representan traumas de una vida pasada que necesitan resolverse. Es importante tomarlas como oportunidades para resolver situaciones que han quedado atrapadas en el inconsciente y no minimizar la realidad de la emoción del niño diciéndole “es solo un sueño”. Cuando una memoria es traída al estado consciente (cuando el niño cuenta el sueño o habla espontáneamente del pasado), la memoria se empieza a disolver por sí misma y cesa de interferir con la realidad actual. Aliente a su hijo a hablar del sueño, perciba las emocione que hay en su historia y reconozca ante el niño la veracidad de estas emociones para que este las pueda expresar libremente. Entonces clarifique la diferencia entre pasado y presente, asegurándole que ahora está seguro y querido.

CARACTERISTICAS FISICAS:
Los niños pueden tener marcas de nacimientos que se correspondan con recuerdos de su vida anterior.
Pueden tener síntomas de enfermedades que reflejen experiencias anteriores (generalmente relacionadas con la forma de la muerte de la personalidad que recuerda, I.S.)
Pueden tener parecido físico. Sobre todo en algún rasgo físico determinado.
Ejemplos: “Señalando el lugar de su marca de nacimiento, el niño dijo: “Me lastimé acá”, y agregó que esto había sucedido “cuando era grande” I.S.

COMO DIFERENCIAR LAS MEMORIAS DE VIDAS PASADAS DE LA FANTASIA
(Fuente de información: textos extraídos de libros de Carol Bowman y Ian Stevenson)
“Pienso en como las memorias de vidas pasadas se asemejan, en la superficie, a las fantasías.
En ambas, el niño puede experimentar el sentirse una persona diferente, en un tiempo o época distinta, viendo cosas que los demás no ven, hablando con gente que no vemos que exista.
Sin embargo, cuanto más pienso en esto, más fácil me resulta diferenciar entre las dos:
*Un niño enganchado en un juego de fantasía construye una realidad temporaria, que cambia a su propia voluntad. (Puede fácilmente saltar de una imagen a otra, de una persona, entorno determinado, a otro. Por ejemplo puede situarse en el rol de un soldado que defiende heroicamente un fuerte en un momento, y al rato encontrarse en la piel de un cocinero, fabricando fabulosos pasteles para la Reina y el Rey del mundo.)
En estas fantasías aparecen muchas inconsistencias. Hay una mezcla de lo que el niño considera verdadero en el rol que está jugando, adornado con una gran imaginación y una magia imposible. El resultado es una gran mezcla de ficción y realidad.”
*Cuando Sarah y Chase (sus hijos) recordaron sus vidas pasadas, sin embargo, vieron otro tipo de realidad. Una intacta y consistente realidad interior con solo algunos detalles cuestionables. Y estas memorias tenían el aroma de la verdad. Ninguno de los dos tenía “poderes mágicos” para salvarse.
Por el contrario, los eventos que describieron eran más trágicos que cualquier cosa que ellos hubieran experimentado o hubieran visto en esta vida. No estaban jugando. No se estaban divirtiendo en historias armadas, que pudieran ellos mismos dirigir y controlar a su propia voluntad...”

“Hablando con los padres y comparando los casos, he llegado a hacer una lista de cuatro signos que nos pueden ayudar a discernir entre una fantasía y una memoria de vida:
1) Tono de voz y actitud
2) Consistencia a lo largo del tiempo
3) Conocimiento más allá de la experiencia del niño
4) Comportamiento del niño que coincidan con lo que expresa
No todas las memorias son tan completas y poseen los cuatro signos, lo más común es encontrar una combinación de dos o tres de ellos. Cualquiera sea su combinación, sin importar cuán ricas sean las memorias, los signos siempre delinean una historia coherente.”

1) ACTITUD Y TONO DE VOZ AL EXPRESARSE
Al expresar memorias los niños adoptan una actitud seria, a veces adulta, cambian el tono de la voz, fijan su mirada (mantienen el contacto de ojo-a-ojo), tienen una intensidad especial. Pueden usar palabras que no sabíamos que figuraban en su vocabulario, y hasta realizar oraciones completas cuando todavía hablan a media lengua.
“Estaba hablando en su voz de niño-pequeño pero con la seriedad y la forma de expresarse de un adulto. Algunas de la palabras que usó me sorprendieron...estaban fuera de su vocabulario habitual y nunca se las había oído decir antes”
“Aunque esta era la voz de mi pequeña, su tono era serio y maduro, totalmente desacostumbrado para cualquier niña de cinco años”
El lenguaje de su cuerpo acompaña lo que están expresando con palabras. (Tenso, relajado, etc.):
“Este lenguaje sutil de su cuerpo agregó una dimensión extra a su ya fascinante relato”
En ocasiones hacen uso de los verbos en tiempo presente (como si lo estuvieran viviendo o fueran ellos mismos la personalidad anterior):
“...En este punto, la niña (de 6 años) contaba su historia como un observador, reportando en forma objetiva lo que veía, sin ningún tipo de emoción o identificación. Al preguntarle cuáles eran sus sentimientos en ese momento, la perspectiva de la niña cambió completamente. Comenzó a hablar como una niña adolescente, en el tiempo verbal presente, totalmente absorbida en el miedo que le causaba lo que estaba relatando...”
“En muchos niños es común el uso del tiempo presente al referirse a las personas y objetos relacionados con los recuerdos de vidas pasadas que aparentan tener. En estas circunstancias este uso del presente parece provenir de que el niño tiene la sensación de que la vida pasada en alguna manera no forma parte del pasado sino que aún es su presente...” I.S.
El tipo de comunicación cambia: En las historias de fantasía el niño habla hacia un espectador (su madre, padre). En las memorias, la comunicación no es interactiva. El niño expresa enunciados, se encuentra seguro de sí mismo en lo que expresa, no necesita la interacción con el espectador. (Tal como si expresara un recuerdo de la semana pasada, o de las últimas vacaciones)
El momento en que el niño termina de expresar la memoria es fácil de identificar. Cambia nuevamente en forma rápida su actitud a la de un niño, cambia el tema, y sale jugando como si nada inusual hubiera sucedido.

2) CONSISTENCIA A TRAVES DEL TIEMPO:
El niño repite la misma historia, a lo largo de un período de días, semanas, meses o años, sin hacer cambios significativos en su argumento ni en los detalles de la misma. Usualmente comienzan con fragmentos o imágenes aisladas. A medida que pasa el tiempo, es común que el niño al tener más vocabulario, incorpore descripciones más precisas, detalles adicionales, pero sin cambiar la coherencia de la historia, que se mantiene constante.
Una madre explica como las memorias de su hija son diferentes de las historias de fantasía que habitualmente cuenta: “Cuando aparecen estas memorias, ella siempre viene con la misma y consistente historia. Por el contrario, cuando cuenta una fantasía, agrega partes de otras historias, de su imaginación, de los cuentos de hadas, mezclando todo junto en el cuento que está imaginando. Puedo identificar esto fácilmente: ella altera las fantasías, y la historia siempre cambia.
Pero en las historias de vidas pasadas, no hay ningún tipo de fantasía que ella introduzca. Es como un hecho, una realidad, y es muy clara en cuanto a los detalles. Ha contado lo mismo al menos tres veces y es siempre consistente.” C.B.

3) CONOCIMIENTO MÁS ALLA DE LA EXPERIENCIA DEL NIÑO
Si usted escucha que su pequeño niño habla cosas que usted SABE que el niño no ha aprendido aún, o a las cual él o ella no ha estado expuesto, es probable que esté ante un caso de memoria espontánea. (Puede probar de preguntarle Cómo sabes esto?)
A veces una memoria puede ser identificada por una sola observación que haga el niño, que usted sepa que está más allá de su experiencia. Se torna más difícil identificar este signo en las memorias de niños mayores, que han tenido más contacto con otros medios para adquirir información (televisión, internet, amigos del colegio, otros familiares).
Para dar un ejemplo: Un niño de 2 años mira una foto de un álbum familiar, reconoce y dice el nombre de un familiar muerto hace años, y que usted sabe que el niño nunca vio ni escuchó hablar de él.
Xenoglosia: Pueden usar un lenguaje que no hayan podido aprender por medios normales, y que a veces hasta los propios padres desconocen.
También palabras que estén fuera de uso en el vocabulario actual.
Otra perspectiva a evaluar son las emociones que el niño describe. Si habla de la vida de un adulto, y expresa emociones maduras que estarían fuera de la comprensión de un niño pequeño. (Si bien pueden llegar a imitar las palabras y el tono de un adulto, no tienen la experiencia de vida como para saber cuáles son las emociones de un adulto )

4) COMPORTAMIENTOS DEL NIÑO QUE COINCIDAN CON LO QUE EXPRESA
Si escucha manifestaciones de su hijo que usted sospecha que pueden tener relación con memorias de vidas pasadas, busque rasgos de comportamiento y características físicas que puedan explicar la historia. Piense en sus miedos o fobias, habilidades inusuales para su edad y conocimiento, o algún talento que no tenga explicación y pueda estar relacionado con su historia.
Lo mismo con los rasgos físicos: Si el niño le cuenta una historia de una aparente vida pasada donde hace referencia a una herida o muerte, busque en el niño si tiene una marca de nacimiento, una dolencia crónica que coincida con lo que está contando.
A la inversa, si el niño presenta un comportamiento inexplicable, que a usted lo desconcierta, pregúntese a sí mismo si no ha escuchado algo que el niño haya dicho que pueda estar asociado a su comportamiento. (Esté atento a trozos de conversaciones, u observaciones que a usted le parezcan raras)

INDIVIDUALIDAD (uniqueness)
“Cuantas veces encontramos en las familias a niños que parecen ser totalmente distintos entre uno y otro, y también distintos a sus padres. Hemos sentido la individualidad, lo “único” que es nuestro propio hijo cuando lo tomamos en brazos por primera vez. Las semillas de la personalidad ya estaban ahí en el momento del nacimiento. Lo hemos podido sentir.”
“ Quizás esta individualidad, este ser únicos, no es solamente el resultado de una combinación azarosa de los genes de sus padres. Quizás derivan también de vestigios de una personalidad pasada y de la experiencia que estos niños traen con ellos a esta vida. Y quizás también nuestros hijos son mucho más que una página en blanco para ser escrita por la experiencia, como la ciencia nos ha hecho creer por tanto tiempo” Carol Bowman.

ALGUNOS FRAGMENTOS DE TEXTOS SOBRE EL MISMO TEMA:

CAROL BOWMAN (traumas)
“Las ideas y los pensamientos pueden trascender la muerte. El último pensamiento que ocupaba nuestra mente en el mismo momento de la muerte, se puede imprimir en el alma y dominar su pensamiento en la próxima vida. (“life script”) Estos pensamientos pueden moldear la disposición de una persona, en sus expectativas, y en sus motivaciones, coloreando toda su percepción de cómo funciona el mundo y de cómo deben actuar las personas.
Por ejemplo: “No soy suficientemente bueno para esto” puede derivar de cualquier fracaso serio en una vida anterior. “Es todo por mi culpa” puede provenir de haber hecho cualquier tipo de error fatal o con muy malas consecuencias.
No son solo los traumas asociados a la muerte los que se acarrean al presente. La segunda categoría más común de traumas (después de la muerte violenta) es la separación y el abandono.
...El haber estado permanentemente separado de su familia o parientes, puede violar en tal manera la psiquis de una persona, que la pérdida sigue dominando la mente hasta atravesar la muerte, aún cuando la pérdida haya sucedido varios años antes de dicha muerte. Este trauma se puede manifestar en futuras vidas como inseguridad, una incapacidad para confiar en los otros, una posesividad extrema, o la ansiedad por separación en un bebe...
...La dificultad para mantener relaciones personales y familiares satisfactorias pueden tener también hondas raíces en escenarios del pasado. Las mismas personas entran y salen de nuestras vidas, reapareciendo una y otra vez para sanar los vínculos del pasado.
Venimos de vuelta para volver a explorar los mismos temas que nos han quedado pendientes, solo que intercambiamos nuestros roles de una vida a otra. Las relaciones van desde el amor al odio, con todos los matices entre ellos. Los temas a tratarse pueden ser compartidos por grupos de dos, tres o cualquier número de personas. (Las relaciones positivas, yo creo, son las más comunes). C.B.

DR. ROGER WOOLGER
“La elevada conciencia que se tiene en el momento de la muerte imprime con exagerada intensidad los pensamientos del que está muriendo, sus sentimientos, sus sensaciones, en cualquiera que sea el nombre que le damos al vehículo que transfiere nuestra esencia desde una vida a la siguiente.”
“Especialmente en los casos de muerte traumática no tenemos forma de terminar los asuntos de la vida o de la muerte, que por lo tanto quedan inconclusos...Los asuntos inconclusos son los que impulsan la aparición de recuerdos y se pueden manifestar también como problemas o traumas en otra vida.”

DR. IAN STEVENSON
“Los ejemplos más comunes de “asuntos incompletos” son los casos de madres que mueren dejando niños pequeños que necesitaban de su cuidado. Entre las memorias de una vida, los asuntos que han quedado incompletos tienden a recordarse más que los que han sido completados”...

“Las últimas palabras (de la personalidad anterior), sus últimos pensamientos, o un hecho ocurrido justo antes de su muerte, frecuentemente figuran entre las memorias que expresa el niño. De hecho, es excepcional que el niño no mencione “algo” de las circunstancias de la muerte de la personalidad previa. A menudo los detalles recordados son remarcablemente exactos, pero a veces no, y he estudiado varios casos en los cuales los niños han confundido eventos que han sucedido justo antes de la muerte con la causa de la muerte en sí misma”

Si quieres saber más sobre este tema, te invito a visitar nuestra página web donde podrás encontrar DISTINTAS HIPOTESIS SOBRE EL ORIGEN DE ESTOS CASOS, Como actuar si tu hijo aparenta tener memorias de vidas pasadas, 'ANTES DE NACER' (un estudio realizado sobre regresiones), Casos de memorias en Niños, 'SOBRE LA EXISTENCIA DEL ALMA', 'Ateos y Agnósticos', DR.IAN STEVENSON (breve biografía), Sueños acerca de vidas pasadas, etc.

lunes, 24 de mayo de 2010

CONEXIÓN CON EL HIJO PERDIDO


Entrevista con Anji Carmelo, doctora en metafísica y autora de varios libros sobre el duelo y la muerte.

Anji nació en Filipinas hace 61 años. Afincada en Barcelona, trabaja vinculada a asociaciones de víctimas y de enfermos de cáncer. Impartió una conferencia a los miembros de la asociación vizcaína Krisalida, de padres de hijos fallecidos en accidentes o por enfermedades, entre otras causas.

Su voz transmite calma y sus enseñanzas alivian el desgarro que sufren quienes han perdido a un ser querido.

PREGUNTA-¿Cómo pueden los padres de Marta del Castillo superar este momento?
RESPUESTA-Cada duelo es tan distinto como cada persona. Es muy difícil saber de antemano cómo se puede llevar. El caso está rodeado de las peores circunstancias, por la forma de la muerte, por el hecho de que aún no hayan encontrado a Marta… Es desgarrador, pero cada uno tiene su fuerza. Llevo 18 años trabajando con temas de duelo, y se tiene que llorar, se tiene que poder expresar todo el dolor, el horror que supone esa pérdida para el padre, la madre, los hermanos, la pareja… En el momento en que estás metida en algo tan tremendamente horrible, dentro de ti empieza a surgir todo lo que necesitas para superar ese momento. Lo llaman estado de shock porque no somos así de rápidos, pero en esa situación un poco fuera de la realidad se está gestando la fuerza, el aguante, el valor, todo lo que necesitas para poder sobrevivir. Si eso no fuera así, nos fulminaría en pocos segundos.

P.- Entonces, la salida está en su interior.
R.-Por eso pueden levantarse cada día y dar un paso, vestirse… Esa fuerza ya está dentro, lo que pasa es que ellos no lo reconocerán hasta mucho más tarde, cuando puedan decir ‘He cambiado, soy mucho más fuerte, las cosas que antes me tumbaban, ahora ni caso’. No quieren reconocerlo porque en muchos está la creencia de que no pueden haber ganado a través de lo peor que les puede pasar en la vida.

P.-¿Y cómo deben actuar las personas que acompañan en ese duelo?
R.-Es importante que aunque el acompañante sepa que esa persona lleva esa fuerza dentro, no lo diga, porque se le rebelarán. Si les dices, ‘vas a poder’, ellos contestarán, ‘cállate, no sabes de lo que estás hablando porque tú no has pasado por ello’. Lo que ellos quieren al principio es que tú comprendas ese dolor, su tragedia.

P.-Hay que escucharles.
R.-Debes estar para cualquier cosa que puedan necesitar, pero sin marcar sus necesidades porque si no, se sentirán avasallados, agobiados; o por el contrario pensarán que ya nadie les hace caso. Han perdido significado, probablemente esa persona que se ha ido es la que más significado les daba, se produce una gran pérdida de autoestima. Y si han tenido, por muy poco que sea, algo que ver con esa muerte, la culpabilidad es tremenda.

P.-Cuando no recuperan el cuerpo, como en el caso de Marta, los allegados no pueden cerrar la herida.
R.-Si apareciera el cadáver, supondría poner un punto final y eso les dejaría descansar, dentro de lo que cabe, sabiendo que a su vez ella también está descansando en paz.

P.-Pero, ¿se puede llegar a superar la muerte de un hijo?
R.-Sí, se puede superar la muerte de un hijo. Conozco muchas personas que lo han conseguido y que están ayudando a otros. Desarrollan una serie de cualidades impresionantes: compasión, comprensión, empatía…, que les hace personas con una dimensión más, en este mundo de hoy en que cada uno va a lo suyo.

P.-En su último libro ‘De la oruga a la mariposa’ describe esa metamorfosis. ¿Cómo es?
R.-La mariposa es el símbolo por excelencia de la vida después de la vida. Dejamos de ser orugas y nos convertimos en algo que la oruga nunca pensó que podría ser. Yo he recogido ese símbolo, no me refiero a la persona muerta sino a los que se quedan en orugas totales, se encierran en esa crisálida, pero en algún momento salen como mariposas. En este libro tengo bastantes testimonios de mariposas, de padres que explican ese lado.

P.-¿Y cómo viven esa transformación?
R.-Según la física cuántica, la energía no muere. Heredamos la energía de nuestros seres queridos o de cualquier persona con la que hemos tenido una relación. Entonces, cuando un hijo se va y el dolor va desapareciendo poco a poco, de pronto los padres empiezan a experimentar cosas que sus hijos sentían y que ellos muchas veces rechazaban. Es como si la energía del hijo volviera para formar parte de ellos.

P.-Póngame un ejemplo.
R.-Comienzan a ir a conciertos de U2 y dicen que lo disfrutan, aunque antes, cuando su hijo estaba en casa, decían ‘quita esa música que no la aguanto’. Pasa una y otra vez, o de pronto se encuentran pronunciando palabras que ellos utilizaban. Es impactante y muy bonito, porque te das cuenta de que realmente no ha muerto.

P.-Una muerte traumática, un asesinato, un accidente de tráfico, ¿agrava el duelo?
R.-Sí, porque añade el agravante de la sorpresa, algo que no esperabas. Si es una enfermedad que se veía venir, como la vejez, se puede preparar, viviendo más a esa persona, estando con ella, se empieza el duelo, se puede decir todo lo que tenías que decir. De esta otra forma, hay muchas cosas que se han quedado en el tintero, que no has podido decir. Yo mantengo una creencia, que la gente no conoce, y es que esa persona, esté donde esté, está escuchando, está conectado, puedes decir lo que no has podido decir en vida y seguro que le llega. Pero esto será más adelante, hay una primera etapa en que todo es dolor y sufrimiento.

ANJI CARMELO es ESPECIALISTA EN DUELO y fue entrevistada por AINHOA DE LAS HERAS en este artículo publicado en www.ElCorreo.com/Vizcaya, el día 24 mayo 2.010

sábado, 22 de mayo de 2010

APARACIONES Y OTRAS POSIBLES COMUNICACIONES DESPUES DE LA MUERTE FÍSICA


Los seres queridos que han fallecido: ¿Pueden comunicarse con nosotros?

Este es un tema del que habitualmente no se habla en forma abierta, quizás por un preconcepto de que si uno por ejemplo escucha voces, es un signo de trastorno psíquico, o si ve algo fuera de lo común, se considera que está alucinando.
Sin embargo, entre la gente que ha sufrido pérdidas, este tipo de experiencias son mucho más comunes de lo que uno puede creer.

Ahora nos podemos preguntar si estas experiencias son producto de un deseo, de una imaginación de la persona que está sufriendo, de un estado alterado de stress y de debilidad o congoja...o si simplemente son comunicaciones reales de seres que han partido. No es fácil dilucidarlo.

Una cosa interesante que apuntaría a la realidad de estos hechos, es que la persona fallecida no siempre se comunica con el familiar más allegado (que en teoría sería el que estaría más propenso a sufrir alucinaciones debido al stress y a la necesidad de contacto). También es llamativo que estas ‘comunicaciones’ suceden generalmente como eventos únicos (no se repiten a diario, no suceden cada vez que la persona está debilitada, o estresada, o muy sensible).

A lo que vamos, suponiendo que la persona que ha quedado viva está en un estado tal de ansiedad y stress que provocaría una alucinación, lo que uno esperaría encontrar es que en cada pico de stress o agudo dolor, la experiencia de la visión se repitiera. Y en la mayoría de los casos esto no sucede. Por el contrario, muchas de estas experiencias han tenido lugar meses o años después de la partida del ser querido. (O sea que no coincidiría con el momento de mayor shock emocional que sigue a la muerte )

¿Cuántas personas ha tenido estas experiencias?

Bill y Judy Guggenheim, en su proyecto de investigación sobre ‘Comunicaciones después de la muerte’ (ADC Project - After Death Comunnication, en USA) han llegado a la siguiente conclusión: “Basado en nuestra investigación, estimamos en una forma conservadora, que al menos 50 millones de americanos, o el 20% de la población de Estados Unidos, ha tenido una o más experiencias de comunicación después de la muerte. Los porcentajes se elevan dramáticamente entre los padres que han perdido un hijo, los viudos, los niños que han perdido a sus padres y todos los demás que hayan sufrido la pérdida de un ser amado.”

Estos autores opinan que las Comunicaciones ADC también son muy comunes en otras partes del mundo, donde son socialmente aceptadas como comunicaciones reales de seres queridos fallecidos. La gente que ha vivido estas experiencias son capaces de compartirlo en una forma libre y alegre con los demás, y todos se benefician de discutir estos eventos abiertamente.

“Creemos que las comunicaciones ADC merecen el mismo grado de aceptación pública y de apertura de conciencia en nuestra propia cultura”, agregan Bill y Judy Guggenheim.

En nuestro entorno, si preguntamos en forma confidencial y directa, es llamativo el alto número de estas experiencias que han sido vividas en relación a la pérdida de un ser querido. Si bien son experiencias que por lo tanto podríamos considerar habituales, encontramos que es grande la resistencia a hablar de ello.

Distintos tipos de posibles ‘Comunicaciones después de la muerte’ (ADC) que más usualmente han sido ESTUDIADOS:
(Pueden presentarse de una sola forma o combinadas entre ellas)

A.- Sentir la presencia (de la persona fallecida). Es una sensación distintiva, casi física, de que él o ella están presentes. La mayoría de la gente que ha experimentado esto, dice reconocer a la persona y también identifica las emociones y su estado de ánimo general. Algunos pueden recibir mensajes no verbales en esta forma. Aún cuando este tipo de comunicación es la menos tangible y concreta de todas, cada experiencia tiene un comienzo y un final muy definido. Los que lo experimentan son claramente conscientes de cuando ‘llegan y cuando se van’ sus seres queridos fallecidos.

B.- Comunicaciones Auditivas (recibir un mensaje verbal, escuchar la voz de una persona fallecida) Algunas personas reportan haber escuchado una voz audible que provenía de una fuente externa a su propia persona.
Escuchan la voz en sus oídos, en la misma forma que escucharían a cualquier otra persona hablando con ellos. Pero la mayoría de las personas dicen haber escuchado la voz internamente, adentro de su cabeza o mente, y están igualmente convencidos de que la fuente de origen de esta voz era externa a ellos.
A esto se lo encuadra también dentro de las comunicaciones telepáticas. En ambos casos, tanto si oyen la voz en forma externa o interna, lo que más destacan es que la voz es claramente familiar, y su forma de hablar también. Estos mensajes en general son muy cortos, de unas pocas palabras, casi como un telegrama. (Por ejemplo: “Todo va a estar bien”) También hay casos donde se han escuchado palabras de advertencia ante un peligro inminente.

C.- Comunicaciones Táctiles (sentir el contacto físico con una persona fallecida) Estas experiencias generalmente consisten en un leve toque, una suave caricia, o beso, un brazo que nos rodea los hombros, una mano que nos toca el pelo. Si bien las experiencias táctiles pueden aparecer aisladas de otras, lo más frecuente es que se presenten en combinación con experiencias auditivas o de sentir la presencia del ser querido.

D.- Comunicaciones Olfativas (oler una fragancia específica que puede ser asociada a un amigo o familiar fallecido) Pueden ser aroma a perfume, colonia, flores, alguna comida en especial, bebida, tabaco, etc. Durante una experiencia de este tipo, la gente reporta haber sentido un olor que está claramente fuera de contexto con su entorno. El cuarto o el área donde están se impregna súbitamente con un aroma particular que no tiene una fuente física identificable. Dentro de estas experiencias, es habitual encontrar que dos o más personas las experimenten a la vez.

E.- Comunicaciones Visuales (Ver a la persona fallecida) Dentro de este tipo de experiencia, se puede hablar de Apariciones parciales y Apariciones completas. En la primera, la persona es capaz de ver solo una parte del cuerpo de la persona fallecida, o si lo ve entera, no la ve del todo sólida. Dentro de esta clase de formas de percibirlo, se encuentra el ver al ser querido como una luz brillante, como una cara dentro de una luz brillante, solo la parte superior del cuerpo o como un cuerpo casi transparente, como una niebla.
Las apariciones parciales o completas pueden incluir cualquiera de los tipos anteriores de contacto (sentir la presencia, escuchar una voz, sentir un contacto físico u oler una fragancia). En la descripción que se hace cuando ven luces, es habitual escuchar que la luz es ‘muy brillante, pero no lastima los ojos’.
Muchas veces se ve la persona más joven, en perfecto estado de salud, o sin algún problema físico que le hubiera aquejado durante su vida. (Por ejemplo, una persona que no podía caminar, se la ve caminando, con sus piernas bien. O una persona con un gran deterioro físico por causa de una enfermedad, se la ve saludable.) Si bien se suele pensar que suceden solo en circunstancias especiales, estas experiencias suelen pasar en cualquier lado, de día o de noche, indistintamente, adentro o afuera, hasta cuando estamos rodeados de otras personas, o manejando un auto, o solos.
Aún cuando la experiencia sucede en la oscuridad, la persona fallecida se puede ver con todo detalle. En algunos casos, una luz brillante se ve atrás de ellos, en otros, ellos mismos son la fuente de luz que se extiende más allá de su cuerpo e ilumina la habitación. Los que han visto este tipo de luces, las describen como una luz blanca y clara, aunque a veces también como con tonos dorados, amarillos o con toques azules (similares a las descripciones que realizan aquellos que dicen ver el aura humana). En los casos de apariciones ‘completas’, el cuerpo de la persona fallecida se ve exactamente como si estuviera ahí, sólido y real.
Muchos dicen percibir una gran serenidad espiritual, mucho amor o una gran paz, que se irradia del ser querido.

F.- Comunicación en forma de Visiones (se ve a la persona fallecida como en una foto, en dos dimensiones, o como un holograma en tres dimensiones, como una imagen flotante) Pueden ser vistas en forma externa o como una visión interna. Las visiones externas se experimentan con los ojos abiertos, y pueden ser comparadas a la visión de una diapositiva o de un video proyectado enfrente nuestro, suspendido en el aire. Las visiones internas son vistas en la mente, con los ojos abiertos o cerrados.
Estas visiones están generalmente compuestas por colores muy vívidos y brillantes, que irradian su propia luz, similar a lo que podríamos percibir si viéramos una imagen en un vidrio coloreado (como un vitraux) iluminado desde atrás. Las descripciones de este tipo de visiones coinciden en que es como mirar por un agujero hacia otra dimensión y sentir de una forma intuitiva que hay un mundo espiritual más allá de este.
Estas visiones pueden incluir mensajes telepáticos. Estas comunicaciones son más frecuentemente reportadas durante las visiones internas que son experimentadas durante una profunda relajación, meditación u oración.

G.- Comunicaciones en estado de Ensueño (que suceden en el momento en que uno se está durmiendo o justo cuando se está despertando) Este estado de ensueño (Alfa) se alcanza espontáneamente al dormirse y al despertarse. También puede ser inducido por prácticas de meditación, hipnosis, o profunda oración. Es importante destacar que las experiencias de comunicación tienen esencialmente las mismas características ya sea que se experimenten en estado despierto, de ensoñación o dormido.

H.- Comunicaciones en Sueños (hacer contacto mientras que están profundamente dormidos) Si bien se las llama ‘sueños’ es común escuchar el siguiente comentario de boca de quienes lo han experimentado: “Fue un sueño. Pero no era un sueño normal, era muy real.” Para diferenciar esta experiencia de un sueño común, podemos decir que los sueños son en general bastante fragmentados, llenos de simbolismos y situaciones fantásticas, e incompletos en muchos sentidos. Si bien algunos de ellos tienen una gran intensidad emocional, también típicamente presentan una cierta cualidad de irrealidad y son habitualmente olvidados con facilidad. Por contraste, las comunicaciones en sueños se sienten como un contacto ‘cara a cara’ con la persona fallecida.
Son mucho más ordenados, coloridos, vívidos y recordables que la mayoría de los sueños. Es bastante común que las comunicaciones en sueños involucren un número de personas que están físicamente vivas y también a la persona fallecida. Interesantemente, en casi todos los casos, el que experimenta la comunicación (el que está soñando) es el único que en el sueño es capaz de percibir y comunicarse con la persona fallecida, mientras los otros se mantienen completamente afuera de la experiencia.
Otro rasgo que se ha encontrado en este tipo de sueños, es la sensación de una barrera que separa a la persona que sueña de la persona fallecida. (Por ejemplo, estar del otro lado de un río, de una puerta, algo por donde no está permitido cruzar. Esta separación también coincide con algunas descripciones que realizan aquellos que han tenido experiencias de casi-muerte y han vuelto a la vida.)

I.- Comunicaciones durante una Experiencia Fuera del Cuerpo (OBE) (Sentir la sensación de salirse fuera de su cuerpo físico, y en ese momento encontrarse, sentir que se produce la comunicación con la persona fallecida) Estas experiencias son menos comunes que las anteriores. Las experiencias fuera del cuerpo pueden producirse mientras que se está despierto, en estado de ensoñación o dormido.
La comunicación se realiza al igual que en los otros tipos de comunicaciones, solo que el encuentro se produce en un estado de consciencia distinto. (Por ejemplo: Estar en su cuarto despierto, sentirse que se sale del cuerpo, ve su cuerpo desde arriba, va hacia otra habitación, ahí se encuentra con la persona fallecida, la ve o la siente, o la escucha, vuelve a su cuerpo).
En algunos casos, la experiencia se asemeja mucho en sus características a una ‘Experiencia cercana a la muerte’ o NDE, pero con la diferencia de no estar en peligro de muerte. (Por ejemplo, soñar con un túnel, una luz al fondo, encontrarse con su ser querido y otros familiares fallecidos, escuchar su voz diciéndole ‘Vuelve. Todavía no es el momento para ti, tienes aún mucho que hacer’, y luego sentir que la luz se va, y uno estar despierto en su cama).

J.- Comunicaciones por medio de Teléfonos (recibir una llamada telefónica, y oír la voz de la persona fallecida en el teléfono) Este tipo de comunicación se puede dar en sueños y también sucede cuando están despiertos. El teléfono realmente suena, al atender se escucha la voz de la persona fallecida, se puede en ocasiones mantener una conversación. La voz se puede escuchar en forma fuerte y clara o también como si estuviera muy lejos.
Luego de finalizada la comunicación, no se escucha que la otra persona corte, sino que se escucha silencio en la línea, como si hubieran cortado el cable. Otras personas describen haber recibido comunicaciones en sus contestadores telefónicos, grabadores de audio, radios, televisores o computadoras. (Según Bill Guggenheim, como los teléfonos son simples aparatos eléctricos, algunos de nuestros seres queridos fallecidos pueden aparentemente manipular la energía eléctrica para lograr este tipo de comunicación.)

K.- Comunicaciones a través de fenómenos físicos (luces que se prenden y apagan, radios y otros elementos eléctricos que se encienden, objetos mecánicos que se activan, fotos y otros objetos que se mueven o encuentran cambiados de lugar, retratos que irradian luz, algo que sale ‘volando’ de su lugar y aterriza al lado nuestro)

L.- Comunicaciones simbólicas (por medio de signos que son interpretados por la persona como un mensaje del familiar o amigo fallecido). Generalmente son signos que tienen significado personal para la persona doliente, por ejemplo mariposas o pájaros que se comportan de una manera particular, que se acercan a la persona, o se quedan quietos y no se asustan, mostrando un comportamiento no habitual. En general son experiencias subjetivas, que solo pueden ser evaluadas por la intuición del que las experimenta.
Un argumento importante para validar las comunicaciones como tales (y no como meras proyecciones del inconsciente , fantasías, alucinaciones o memorias causadas por la pena) son los casos en que las personas fallecidas se han comunicado con sus seres queridos, antes de que estos se enteraran que habían muerto. En el caso de una muerte súbita e inesperada, la persona que queda viva, y que no sabe del fallecimiento de su ser querido, no tendría motivo alguno para estar alucinando por una pena que aún no siente.

Los casos más comúnmente contados consisten en la visita de la persona que acaba de fallecer a un familiar o amigo que al desconocer que este ha fallecido, se sorprende mucho de verlo y no entiende qué es lo que está sucediendo. Muchas veces coincide el horario de la visita con el momento de su muerte, independientemente de la distancia física y el lugar adonde se encuentre el familiar que tiene esta experiencia.

Si han tenido alguna de estas experiencias siéntalas como algo normal y de las gracias por haber sido afortunado al saber que la muerte simplemente no existe…………….TAN SOLO ES UNA DESPEDIDA TEMPORAL DE NUESTROS SERES QUERIDOS.

viernes, 21 de mayo de 2010

VISIONES EN EL LECHO DE MUERTE

El fenómeno de las Visiones en el lecho de muerte (Deathbed Phenomena –DBP) son el conjunto de experiencias, percepciones, eventos y otros fenómenos vivenciados por aquellos que se encuentran cerca de una persona moribunda (cerca tanto en términos de proximidad física como de intimidad emocional), que parecen ser de naturaleza paranormal.

Los fenómenos más comúnmente registrados son los que se les ha comenzado a llamar como visiones de “llevarse a alguien”, en la que la persona moribunda reporta ver familiares fallecidos, figuras religiosas u otros, que vienen a recogerlo o a acompañarlo durante el proceso de su muerte.

Estas experiencias pueden transformar positivamente a la persona y a su experiencia de muerte, y pueden resultar en un marcado cambio emocional, como de paz, calma, alegría y raramente, en miedo.

Ocasionalmente los que están cuidando al moribundo cuentan haber visto la misma visión que la que ve la persona que está muriendo.

Tanto las personas que lo cuidan, como el que está muriendo, ocasionalmente han comentado el haber experimentado percepciones de fenómenos tales como salirse fuera del cuerpo (OBE-Out of body experience), escuchar música, o describir una radiante luz blanca, que envuelve a la persona moribunda y puede expandirse a través de la habitación, involucrando a los que lo cuidan también.


También han comentado ver luces que emanan del cuerpo en el momento de la muerte.

Algunas personas que están muriendo relatan la sensación de transitar de ida y de vuelta entre la presente existencia y una nueva realidad.

Aún hay otro grupo de Visiones DBP que incluyen las coincidencias inusuales, dónde, por ejemplo, los familiares o allegados de la persona que está muriendo, a cierta distancia del lecho de muerte, cuentan que la persona fallecida los ha visitado a ellos en la hora de la muerte. En algunos casos, no se conocía siquiera que la persona se encontraba enferma.

De acuerdo a recientes investigaciones realizadas, alrededor del 10 % de los enfermos terminales o de aquellos que se encargan de cuidarlos, han sentido algún tipo de evento inexplicable que abre una nueva ventana a la posibilidad de percibir que haya vida después de la muerte.

Una posible interpretación de estos eventos es que realmente haya vida después de la muerte, mientras que otra explicación sería que algún fenómeno paranormal, como (ESP Extra-sensory perception) está ocurriendo.

Es importante tener en cuenta para este tipo de estudios las posibilidades de explicación puramente físicas, tales como reacciones a medicamentos, alucinaciones, fiebre, y todo lo que se encuadre dentro de una coincidencia dentro de los parámetros de posibilidades normales.

Para poder identificar una Visión DBP en nuestro entorno, el siguiente es un listado de las experiencias más comúnmente relatadas:
* Visiones de parientes, conocidos o de figuras religiosas que aparentemente tienen el firme propósito de “llevarse” a la persona que está muriendo
* Coincidencias – usualmente relatadas por amigos o familiares de la persona que está muriendo, que dicen que la persona moribunda los ha visitado a ellos en el momento de la muerte
* Visiones de amigos o familiares fallecidos sentados en o que se hallan cerca de la cama del paciente, y que le confortan en forma emocional.
* Transición a nuevas realidades o dimensiones. El paciente relata una sensación de ir y volver de una realidad diferente, a causa del proceso de morir.
* Experimentar una luz radiante que envuelve a la persona que está muriendo, y puede extenderse por la habitación e involucrar al que lo está cuidando.
* Sueños de muerte, sueños, o visiones a través de los cuales el paciente se siente confortado y preparado para morir.
* Sueños vívidos, muy reales, o visiones, que tienen un significado importante para el paciente, y que lo ayudan al entendimiento de alguna faceta inconclusa o no resuelta de su vida.
* Una sensación de ser “llamado” o “absorbido” por algo o alguien.
* Ver gente, animales, pájaros, aún sin mirarlos en forma directa, como por el rabillo del ojo.
* Un súbito deseo de escribir poesía o prosa.
* Un súbito deseo de entonar cantos religiosos o espirituales
* Una simbólica aparición de un animal, pájaro o insecto, cerca del momento de la muerte o en el momento mismo.
* En el momento de la muerte, eventos sincrónicos suceden –como luces que se encienden o apagan o relojes que se detienen-.
* Un paciente que ha estado en un coma profundo, súbitamente recupera la conciencia lo suficiente como para decir adiós a los seres queridos que están alrededor suyo.
* Un fuerte y repentino deseo de enmendar problemas familiares.

Creo que es importante tener conocimiento de estas experiencias para poder acompañar y comprender mejor a los que les toca partir...

miércoles, 19 de mayo de 2010

MÁS ALLA DE LA LUZ

Como vivenciaron la 'muerte' los que han estado más cerca de ella.

QUÉ SE SIENTE AL MORIR
Cualquier dolor que deba sufrirse viene primero. Instintivamente se lucha por vivir.
Eso es automático.

Es inconcebible para la mente consciente que pueda existir cualquier otra realidad fuera de la materia terrestre circunscrita por el tiempo y el espacio.

Estamos acostumbrados a ello. Estamos entrenados, desde nuestro nacimiento, para vivir y desarrollarnos en ella. Conocemos que somos nosotros mismos por el estímulo externo que recibimos. La vida nos dice quiénes somos y lo aceptamos así. Eso, también, es automático y debe ser esperado así.

El cuerpo se torna fláccido. El corazón se detiene. No fluye aire ni hacia adentro ni hacia fuera.
Se pierde la vista, el sentimiento y el movimiento – aunque la habilidad de escuchar es la última que se pierde. La identidad cesa. El “tú” que alguna vez fuiste se convierte solo en una memoria.
No hay dolor en el momento de la muerte.
Sólo silencio apacible…calma…silencio.
Pero tú todavía existes.

Es fácil no respirar. De hecho, es más fácil, más cómodo e infinitamente más natural no respirar que respirar. La mayor sorpresa para la mayoría de las personas que están muriendo es darse cuenta que morir no finaliza la vida. Venga oscuridad o venga luz; o algún tipo de evento, sea positivo o negativo o algo en el medio, esperado o no, la mayor sorpresa de todas es darse cuenta que tú eres todavía tú. Todavía puedes pensar, todavía puedes ver, oír, moverte, razonar, preguntarte, sentir, preguntar y decir chistes – si lo deseas.

Todavía estas vivo, muy vivo. Realmente, estás más vivo después de la muerte que en cualquier momento desde que naciste. Sólo que la manera de todo esto es diferente; diferente porque ya no vistes un cuerpo denso para filtrar y amplificar las diferentes sensaciones que una vez viste como los únicos indicadores válidos de lo que constituye la vida. Siempre te habían enseñado que se debe vestir un cuerpo para vivir.

Si esperas morir cuando mueras, te decepcionarás. La única cosa que el morir hace es ayudarte a soltar, a quitar el susurro y a descartar la “chaqueta” que una vez vestiste (más comúnmente referida como el cuerpo).

Cuando mueres pierdes tu cuerpo. Eso es todo lo que pasa. Nada más se pierde. Tú no eres tu cuerpo. Es sólo algo que usas por un momento, porque vivir en el plano terrestre es infinitamente más significativo y más involucrado si estás encerrado en sus trampas y sujeto a sus reglas.

LO QUE ES LA MUERTE
Hay un aumento de energía al momento de morir, un aumento en la velocidad, como si repentinamente estuvieras vibrando más rápido que antes. Utilizando un radio como analogía, este aumento de velocidad es comparable a haber vivido toda tu vida en una cierta frecuencia de radio cuando repentinamente alguien o algo viene y cambia el dial. Ese movimiento te cambia a otra longitud de onda superior. La frecuencia original donde una vez exististe esta todavía allí. No cambió. Todo es aún lo mismo que era antes. Sólo tú cambiaste, solo tú aceleraste para permitir la entrada hacia la próxima frecuencia de radio en el dial.

Como sucede con todos los radios y las estaciones de radio, pueden presentarse distorsiones de las señales de transmisión debido a patrones de interferencia. Estos pueden permitir o forzar a las frecuencias a coexistir o a mezclarse por períodos de tiempo.

Normalmente, la mayoría de los cambios en el dial son rápidos y eficientes pero, ocasionalmente, uno puede encontrar interferencia quizá de una emoción fuerte, de un sentido del deber o de una necesidad de cumplir con un voto o mantener una promesa. Esta interferencia puede permitir la coexistencia de frecuencias por unos pocos segundos, días o aún años (quizá eso explica los fantasmas o aparecidos); pero más tarde o más temprano, eventualmente, cada frecuencia dada de vibración, perseguirá o será empujada hacia donde pertenece.

Tú encajas en tu punto particular del dial debido a tu velocidad de vibración. No puedes coexistir para siempre en donde no perteneces. ¿Quién puede decir cuántos puntos hay en el dial o cuántas frecuencias hay para habitar? Nadie lo sabe. Al morir cambias frecuencias. Cambias sobre otra longitud de onda en la vida. Todavía eres un punto en el dial pero te mueves un grado hacia arriba o hacia abajo.

Tú no mueres cuando mueres. Tú cambias tu conciencia y tu velocidad de vibración.
Eso es todo lo que la muerte es…un cambio de plano de existencia.


El siguiente material es un extracto de dos de los libros de P.M.H. Atwater – “Más Allá de la Luz: Los Misterios y Revelaciones de las Experiencias Cercanas a la Muerte” (Libros Avon, New York City, 1994) y “Vivimos para Siempre: La Verdad Real Acerca de la Muerte A.R.E. Press, Virginia Beach, VA, 2004). Está basado en comentarios realizados –en primera persona- por más de 3.000 adultos que han experimentado estados cercanos a la muerte. Para conocer más acerca de la investigación de P.M.H. Atwater, L.H.D. sobre cercanía a la muerte, accede a www.cinemind.com/atwater y a http://www.nderf.org/Spanish/beyond_light_pmh.htm

Aunque tiene derechos registrados, la Dra. Atwater concede permiso para que este material sea copiado – siempre y cuando se den los créditos apropiados, se informe los libros de donde procede y su sitio web sea mencionado. Gracias por su cortesía.

lunes, 17 de mayo de 2010

SUPERANDO EL DOLOR

Cada ser humano siente la presencia del dolor en muchísimos momentos de su vida. Cada vez que hay un cambio significativo, este se hace presente. Un cambio de trabajo, una etapa escolar que termina, una mudanza a una nueva casa o apartamento, un divorcio, un animal de compañía extraviado y naturalmente con mayor intensidad, la muerte de un ser querido.

Algunos dolores son más intensos que otros. Algunos pueden hacernos añicos, dejándonos con la sensación que nuestra vida, como piezas de un rompecabezas, está tirada en el piso, rota en mil pedazos desordenados.

Cuando eso sucede, nos sentimos exhaustos ante tantas exigencias y tan poco consuelo. Nos sentimos asustados y tememos perder el control de nuestras emociones. Estamos lastimados, pero podemos hacernos más daño aún. Nos preguntamos y exclamamos: ¿por qué a mí? ¿Por qué debo vivir todo esto? ¡No podré soportar tanto dolor! ¡Dios es injusto conmigo! Y queremos darnos por vencidos.

Pero curiosamente, al mismo tiempo, algo dentro de Tí, Te hace sentir que quieres querer. Es la parte que busca extraer lo mejor de tí mismo y sacarme de la parálisis y la depresión que te domina. Cuando seas presa de la desesperanza, de la oscura soledad, tal vez sea bueno recordar que el momento más oscuro de la noche, se da, exactamente, en el instante previo al amanecer. Al ser golpeados por la muerte y cegados por el dolor, cuando creemos estar en el momento más oscuro de la noche de nuestra vida, comenzamos lentamente a buscar cómo superar nuestro dolor.

Elizabeth Kubler-Ross ha dado tal vez el aporte más importante al tema de la muerte. A través de sus muchísimos trabajos y libros publicados, nos ha ayudado a comprender y entender su significado con el fin de tener las mejores herramientas en nuestro proceso de superación del dolor.

Según ella explica, el proceso debe pasar por cinco etapas: negación, enojo, regateo, depresión y aceptación. Claro que no debemos entender esto como una receta mágica, porque no es un proceso típico, ni lineal. Si bien podremos encontrar elementos comunes, el dolor es único en cada ser humano. Ninguno es comparable a otro, y cada persona reaccionará y responderá de una manera diferente en cada etapa.

Cuando enfrentas la muerte, comienzas un viaje de sufrimiento que produce una sensación similar a la de estar perdidos y sin un mapa.

Por si fuera poco, es también la sensación de no estar muy seguro de saber hacia donde te diriges. Te encuentras buscando en el camino de tu vida una la salida en algún lugar entre el pasado y el presente.

Te unes a los demás desconsolados, que están en tierras desconocidas, rodeados de gente desconocida. Aun más angustioso resulta saber que no podemos regresar a nuestro punto de partida y desconocer cuánto tiempo estaremos perdidos.

Porque el dolor no tiene tiempo. No puedes fijarle una fecha límite y esperar que desaparezca. Y tú debes decidir tu propio camino.

Al enfrentarnos con una pérdida significativa, nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestra mente no pueden absorber en un instante la totalidad de esta nueva realidad. La negación nos da la posibilidad de absorber lentamente el golpe recibido. Pero actúa como olas, porque si bien en un momento podemos creer que comprendemos lo sucedido, minutos después podemos volver a exclamar, “no puedo creer que ya no esté aquí”.

Una parte central del ciclo es el enojo. Con la vida, con el cosmos; enojo con quien falleció, por habernos abandonado, por haber partido abruptamente y para siempre. Enojo por lo que dejamos de hacer o decir. Enojo con quien nos dice que debió haber una razón para la muerte. No hay consuelo. Sólo oscuridad y soledad, rabia y silencio. El enojo explota. Y con él la culpa. Lo que dijimos o callamos. Lo que dejamos de hacer, porque teníamos toda la vida por delante. Culpa porque yo estoy vivo y mi ser querido no. La culpa que me invade y domina.

El regateo puede ser contigo mismo, o, si eres una persona de fe, con tu Dios. A menudo, ofreceremos para intercambiar algo que nos aleje o esconda la realidad de lo sucedido. Trataremos de lograr algún acuerdo que nos permita recuperar a nuestro ser querido en un momento de su vida, anterior al momento de su muerte. Regateamos para recuperar lo que perdimos. No te sientas mal, es propio de la naturaleza humana querer volver al pasado que ahora creemos era más completo.

La muerte nos puede visitar en cualquier momento. Muchas veces de la manera más cruel. Curiosamente, los humanos, que nos sentimos tan poderosos ante muchas cosas, no tenemos ningún poder sobre las cosas más importantes de la vida, como la muerte. Yo voy a morir, todo lo que yo amo va a morir. Tiempo. Desesperanza. Desconsuelo. Depresión.

Con la depresión llega la parálisis. Dices, “en un minuto…”, “tal vez la próxima semana…”. Sabes que hay mucho para hacer, pero declaras: “luego lo haré”. Y el luego se transforma en semanas o meses. Nada importa. Estás caminando en círculos. Tu cuerpo quiere descansar. Tal vez no está mal, tal vez lo mejor es detenernos. Sentarnos y esperar que suceda lo que sea.

Algunos hablan sobre sus sentimientos, otros simplemente se vuelven contemplativos. El problema es que los sentimientos de dolor no desaparecen. Y la ausencia da lugar a las memorias.

Aun sin un mapa, finalmente puedes encontrar el camino a casa. Pero cuando llegas, descubres que las cosas ahora son diferentes. Tú eres diferente, otra persona.

Trabajar el proceso del dolor nos ayuda a reemplazar la negación por la aceptación. Entendemos, como en el poema, que aceptar significa acomodarnos a una nueva realidad. No significa olvidar, sino que has aprendido a crear dentro de ti un espacio, das lugar a la realidad de la pérdida. Aprendes a vivir así y se convierte en una parte de quien tú eres, para siempre.

Y comienzas a crecer, porque el dolor puede despertar dentro de cada uno nuevos valores y una apreciación más profunda de las personas o de las cosas. Puede ayudarnos a replantear nuestras prioridades. El dolor puede hacernos más sabios, por lo que aprendimos con la muerte. Porque nadie puede decir que sabe mucho sobre la vida, si su sabiduría no incluye una relación con la muerte.

Pero esta etapa última del ciclo presenta un problema. No es necesariamente final.
Si bien lo negativo del sufrimiento es que, como la muerte, es para siempre, lo positivo es que el crecimiento y el cambio que ofrece, también son para siempre.

sábado, 15 de mayo de 2010

DOCTORA ELISABETH KÜBLER ROSS....GRACIAS

La Doctora Elisabeth Kübler-Ross Psiquiatra y Tanatologa. (Pionera en afirmar que la muerte no existe, trabajo durante 30 años con enfermos terminales, los diez últimos con enfermos terminales niños)

Desde este blog rendirla un modesto homenaje, a ella como persona y SU vida de dedicación a los demás, al trabajo y a la investigación.


Dice Elisabeth kübler Ross:
“Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa”.
“Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y regresamos a nuestro hogar, al mundo espiritual”.

REFLEXIÓN DE SU LIBRO “LA RUEDA DE LA VIDA”

"EL RATÓN" (infancia).
Al ratón le gusta meterse por todas partes, es animado y juguetón, y va siempre por delante de los demás.
"EL OSO" (edad madura, primeros años)
El oso es muy comodón y le encanta, hibernar. Al recordar su mocedad, se ríe de las correrías del ratón.
"EL BÚFALO" (edad madura, últimos años).
Al búfalo le gusta recorrer las praderas.
Confortablemente instalado, repasa su vida y anhela desprenderse de su pesada carga para convertirse en águila.
"EL ÁGUILA" (años finales).
Al águila le entusiasma sobrevolar el mundo desde las alturas, no a fin de contemplar con desprecio a la gente, sino para animarla a que mire hacia lo alto.

LA CASUALIDAD NO EXISTE
Tal vez esta introducción sea de utilidad. Durante años me ha perseguido la mala reputación. La verdad es que me han acosado personas que me consideran la Señora de la Muerte y del Morir. Creen que el haber dedicado más de tres decenios a investigar la muerte y la vida después de la muerte me convierte en experta en el tema. Yo creo que se equivocan.

La única realidad incontrovertible de mi trabajo es la importancia de la vida.
Siempre digo que la muerte puede ser una de las más grandiosas experiencias de la vida. Si se vive bien cada día, entonces no hay nada que temer.
Tal vez éste, que sin duda será mi último libro, aclare esta idea. Es posible que plantee nuevas preguntas e incluso proporcione las respuestas.

Desde donde estoy sentada en estos momentos, en la sala de estar llena de flores de mi casa en Scottsdale (Arizona), contemplo mis 70 años de vida y los considero extraordinarios. Cuando era niña, en Suiza, jamás, ni en mis sueños más locos —y eran realmente muy locos—, habría pronosticado que llegaría a ser la famosa autora de Sobre la muerte y los moribundos, una obra cuya exploración del último tránsito de la vida me situó en el centro de una polémica médica y teológica. Jamás me habría imaginado que después me pasaría el resto de la vida explicando que la muerte no existe.

Según la idea de mis padres, yo tendría que haber sido una simpática y devota ama de casa suiza. Pero acabé siendo una tozuda psiquiatra, escritora y conferenciante del suroeste de Estados Unidos, que se comunica con espíritus de un mundo que creo es mucho más acogedor, amable y perfecto que el nuestro.

Creo que la medicina moderna se ha convertido en una especie de profeta que ofrece una vida sin dolor. Eso es una tontería. Lo único que a mi juicio sana verdaderamente es el amor incondicional.

Algunas de mis opiniones son muy poco ortodoxas. Por ejemplo, durante los
últimos años he sufrido vanas embolias, entre ellas una de poca importancia justo después de la Navidad de 1996. Mis médicos me aconsejaron, y después me suplicaron, que dejara el tabaco, el café y los chocolates. Pero yo continúo dándome esos pequeños gustos. ¿Por qué no? Es mi vida.
Así es como siempre he vivido. Si soy tozuda e independiente, si estoy apegada a mis costumbres, si estoy un poco desequilibrada, ¿qué más da? Así soy yo.

De hecho, las piezas que componen mi existencia no parecen ensamblarse bien. Pero mis experiencias me han enseñado que no existen las casualidades en la vida. Las cosas que me ocurrieron tenían que ocurrir.

Estaba destinada a trabajar con enfermos moribundos. Tuve que hacerlo cuando me encontré con mi primer paciente de sida. Me sentí llamada a viajar unos 200.000 kilómetros al año para dirigir seminarios que ayudaban a las personas a hacer frente a los aspectos más dolorosos de la vida, la muerte y la transición entre ambas. Más adelante me sentí impulsada a comprar una granja de 120 hectáreas en Virginia, donde construí mi propio centro de curación e hice planes para adoptar a bebés infectados por el sida. Aunque todavía me duele reconocerlo, comprendo que estaba destinada a ser arrancada de ese lugar idílico.

En 1985, después de anunciar mi intención de adoptar a bebés infectados por el sida, me convertí en la persona más despreciada de todo el valle Shenandoah, y aunque pronto renuncié a mis planes, un grupo de hombres estuvo haciendo todo lo posible, excepto matarme, para obligarme a marcharme. Disparaban hacia las ventanas de mi casa y mataban a tiros a mis animales. Me enviaban mensajes amenazadores que me hicieron desagradable y peligrosa la vida en ese precioso paraje. Pero aquél era mi hogar, y obstinadamente me negué a hacer las maletas.

Viví casi diez años en la granja de Head Waters en Virginia. La granja era justo lo que había soñado, y para hacerla realidad invertí en ella todo el dinero ganado con los libros y conferencias. Construí mi casa, una cabaña cercana y una alquería. Construí también un centro de curación donde daba seminarios, reduciendo así el tiempo dedicado a mi ajetreado programa de viajes. Tenía el proyecto de adoptar a bebés infectados por el sida, para que disfrutaran de los años de vida que les quedaran, los que fueran, en plena naturaleza.

La vida sencilla de la granja lo era todo para mí. Nada me relajaba más después de un largo trayecto en avión que llegar al serpenteante camino que subía hasta mi casa. El silencio de la noche era más sedante que un somnífero. Por la mañana me despertaba la sinfonía que componían vacas, caballos, pollos, cerdos, asnos, hablando cada uno en su lengua. Su bullicio era la forma de darme la bienvenida. Los campos se extendían hasta donde alcanzaba mi vista, brillantes con el rocío recién caído. Los viejos árboles me ofrecían su silenciosa sabiduría.
Allí se trabajaba de verdad. El contacto con la tierra, el agua y el sol, que son la materia de la vida, me dejó las manos mugrientas.

Mi vida.
Mi alma estaba allí.
Entonces, el 6 de octubre de 1994 me incendiaron la casa.
Se quemó toda entera, hasta el suelo, y fue una pérdida total para mí. El fuego destruyó todos mis papeles. Todo lo que poseía se transformó en cenizas.

Atravesaba a toda prisa el aeropuerto de Baltimore a fin de coger un avión para llegar a casa cuando me enteré de que ésta estaba en llamas. El amigo que me lo dijo me suplicó que no fuera allí todavía. Pero toda mi vida me habían dicho que no estudiara medicina, que no hablara con pacientes moribundos, que no creara un hospital para enfermos de sida en la cárcel, y cada vez, obstinadamente, yo había hecho lo que me parecía correcto y no lo que se esperaba que hiciera. Esa vez no sería diferente.

Todo el mundo sufre contratiempos en la vida. Cuanto más numerosos son más aprendemos y maduramos.

El viaje en avión fue rápido. Muy pronto ya estaba en el asiento de atrás del coche de un amigo que conducía a toda velocidad por los oscuros caminos rurales. Desde varios kilómetros de distancia distinguí nubes de humo y lenguas de fuego que se perfilaban contra un cielo totalmente negro. Era evidente que se trataba de un gran incendio. Cuando ya estábamos más cerca, la casa, o lo que quedaba de ella, casi no se veía entre las llamas. Aquélla era una escena digna del infierno.

Los bomberos dijeron que jamás habían visto algo semejante. Debido al intenso calor no pudieron acercarse a la casa hasta la mañana siguiente.

Esa primera noche busqué refugio en la alquería, que no se hallaba lejos de la casa y estaba habilitada para acoger a mis invitados. Me preparé una taza de café, encendí un cigarrillo y me puse a pensar en la tremenda pérdida que representaban para mí los objetos carbonizados en ese horno ardiente que en otro tiempo fuera mi casa. Era algo aniquilador, pasmoso, incomprensible. Entre lo que había perdido estaban los diarios que llevaba mi padre desde que yo era niña, mis papeles y diarios personales, unos 20.000 historiales de casos relativos a mis estudios sobre la vida después de la muerte, mi colección de objetos de arte de los indios norteamericanos, fotografías, ropa, todo.

Durante 24 horas permanecí en estado de conmoción. No sabía cómo reaccionar, si llorar, gritar, levantar los puños contra Dios, o simplemente quedarme con la boca abierta ante la férrea intromisión del destino. La adversidad sólo nos hace más fuertes. Siempre me preguntan cómo es la muerte. Contesto que es maravillosa. Es lo más fácil que vamos a hacer jamás.

La vida es ardua. La vida es una lucha. La vida es como ir a la escuela; recibimos muchas lecciones. Cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones.
Aquélla era una de esas ocasiones, una de las lecciones. Dado que no servía de nada negar la pérdida, la acepté. ¿Qué otra cosa podía hacer? En todo caso, era sólo un montón de objetos materiales, y por muy importante o sentimental que fuera su significado, no eran nada comparados con el valor de la vida. Yo estaba ilesa, mis dos hijos, Kenneth y Barbara, ambos adultos, estaban vivos. Unos estúpidos habían logrado quemarme la casa y todo lo que había dentro, pero no podían destruirme a mí.

Cuando se aprende la lección, el dolor desaparece.

Esta vida mía, que comenzara a muchos miles de kilómetros, ha sido muchas cosas, pero jamás fácil. Esto es una realidad, no una queja. He aprendido que no hay dicha sin contratiempos. No hay placer sin dolor. ¿Conoceríamos el goce de la paz sin la angustia de la guerra? Si no fuera por el sida, ¿nos daríamos cuenta de que el mundo está en peligro? Si no fuera por la muerte, ¿valoraríamos la vida? Si no fuera por el odio, ¿sabríamos que el objetivo último es el amor?

Me gusta decir que "Si cubriéramos los desfiladeros para protegerlos de los vendavales, jamás veríamos la belleza de sus formas".

Reconozco que esa noche de octubre de hace dos años fue una de esas ocasiones en que es difícil encontrar la belleza. Pero en el transcurso de mi vida había estado en encrucijadas similares, escudriñando el horizonte en busca de algo casi imposible de ver. En esos momentos uno puede quedarse en la negatividad y buscar a quién culpar, o puede elegir sanar y continuar amando. Puesto que creo que la única finalidad de la existencia es madurar, no me costó escoger la alternativa.

Así pues, a los pocos días del incendio fui a la ciudad, me compré una muda de ropa y me preparé para afrontar cualquier cosa que pudiera ocurrir a continuación.
En cierto modo, ésa es la historia de mi vida.

ELISABETH KÜBLER ROSS
Nacida en Zurich, Suiza, Kübler-Ross se graduó de la escuela de medicina en la Universidad de Zurich en 1957. Ella llegó a Nueva York al año siguiente y se sintió horrorizada por el tratamiento hospitalario de los pacientes moribundos.

Fue denostada y criticada por sus colegas médicos, al principio, por su defensa de que hay vida después de la muerte, al final de sus más de 30 años ejerciendo la medicina su reconocimiento fue contundente, le fueron concedidos 25 “DOCTORADOS HONORIS CAUSA” en diferentes Universidades por su labor de trabajo, investigación y cuidados a los enfermos terminales.

Ella comenzó su trabajo con los enfermos terminales en la Universidad de Colorado Medical Center en Denver, y fue profesora de medicina del comportamiento y la psiquiatría en la Universidad de Virginia en Charlottesville.

Lo más importante que Kubler-Ross hizo fue sacar la muerte de la oscuridad en que la tenía la comunidad médica, dijo Carol Baldwin, una profesora investigadora asociada de medicina en la Universidad de Arizona y que trabajaba como enfermera en uno de los primeros hospicios de la nación en 1979.

"Ella realmente marcan la pauta para saber cómo comunicarse con los moribundos y sus seres queridos", dijo Baldwin recientemente. "Las familias entendieron que no debe dar miedo el ver a alguien morir."
Elisabeth Kubler-Ross, una psiquiatra que revolucionó la manera en que el mundo mira a los pacientes en fase terminal con su libro, “LA MUERTE UN AMANCER” Sobre la muerte y el morir.

Publicado en 1969, Sobre la muerte y los moribundos se centró en las necesidades de los moribundos y ofreció su teoría de que pasan por cinco etapas del duelo - negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Kübler-Ross escribió 12 libros Sobre la muerte y lo que nos sucede después de morir, incluyendo la manera de entender y aceptar la muerte de un niño y un estudio inicial sobre la epidemia de SIDA.

Algunos de lo más importantes Libros de Elisabeth Kübler-Ross

La muerte, un amanecer
[Este libro incluye un CD de audio] Un clásico moderno sobre el proceso del morir, la supervivencia de la consciencia y el arte de acompañar a enfermos terminales. Compuesto por tres conferencias impartidas por la autora. Uno de los libros más famosos y con más reconocimiento sobre este tema.
La rueda de la vida.
Autobiografía y testamento espiritual de esta excepcional mujer que reabrió el debate acerca del proceso del morir, de la supervivencia de la conciencia y el acompañar a los enfermos terminales. Este es también un libro sobre espiritualidad, sobre religión, sobre medicina, sobre psiquiatría, sobre el sentido de la vida...
Lecciones de vida.
Dos expertos sobre la muerte y el morir nos enseñan acerca de loa misterios de la vida y el vivir (Elisabeth Kübler-Ross, David Kessler)
Este es un libro que contempla la 'vida' desde la perspectiva del final de la misma. Los autores reflexionan sobre aquello que es importante, lo que nos olvidamos de hacer, los miedos y las oportunidades, poniendo énfasis en aquello que realmente puede proporcionarnos una vida 'plena' así como una despedida en 'paz' con nosotros mismos.
Los niños y la muerte
Este libro está basado en los años en que la autora trabajó con niños, y ofrece a las familias de niños enfermos o ya fallecidos la ayuda y la esperanza necesarias para superar esta trágica situación. Basado en buena parte en testimonios personales, este es un libro emotivo, sabio y humano.
Sobre el duelo y el dolor.
Cómo encontrar sentido al duelo a través de sus cinco etapas (Elisabeth Kübler-Ross, David Kessler)
Este es el último libro de E. Kübler-Ross, sobre el proceso del duelo y la despedida de un ser querido. Basándose en las 5 etapas de la aceptación del deceso, este libro se extiende para abarcar numerosos temas tanto del ámbito psicológico como espiritual relacionados con la pérdida. Un libro humano y muy completo.
Sobre la muerte y los moribundos.
Alivio del sufrimiento psicológico para los afectados
Este es el primer libro que escribió Elisabeth Kübler-Ross. En él pudo volcar todo lo que había aprendido en su trato con enfermos terminales. En él se exponen las famosas 5 fases de la aceptación de la muerte (ira, negación, aceptación...). El libro supuso un gran éxito, además de reabrir el interés sobre la tanatología y el tratamiento a los enfermos terminales.