PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

domingo, 28 de julio de 2013

EL SUICIDIO DE UN SER QUERIDO

LA MUERTE POR SUICIDIO DEJA TRAS DE SÍ MUCHAS PREGUNTAS: ¿POR QUÉ LO HIZO? ¿PODÍAMOS HABERLO EVITADO? ... 

POR MÁS QUE LO INTENTAS, NO CONSIGUES ENTENDER LAS RAZONES QUE TUVO PARA QUITARSE LA VIDA.

Es frecuente también un sentimiento de vergüenza, que lleva a no querer hablar de las circunstancias de la muerte. Algunas personas necesitan mucho tiempo solamente para pronunciar la palabra suicidio. 

Seguramente te invade también un sentimiento de culpabilidad. Te puedes sentir mal por algo que dijiste o hiciste. La sensación de culpa es algo perfectamente normal después de una muerte de estas características. Uno se reprocha el no haberse dado cuenta de lo mal que estaba... y suele quedar una fuerte sensación de no haber sabido cuidarle.

Después del suicidio de un ser querido, puede ser natural sentir mucha rabia y enfado hacia la persona que te abandonó (¡Cómo has podido hacerme esto!), hacia Dios que no hizo nada por impedirlo, y hacia todos los que han podido contribuir directa o indirectamente en la realización de esta acción desesperada. La rabia es un sentimiento pasajero, y como tal, irá disminuyendo.

Recuerda que no pudiste elegir por él o por ella, y que la decisión del suicidio fue enteramente suya. Acepta también que a pesar de lo que hayas podido decirle, tus palabras no han tenido nada que ver con su decisión.

EN DUELO DESPUÉS DE UN SUICIDIO
Documento elaborado por la asociación francesa de ayuda en el duelo Deuil après suicide: Traducido y adaptado por Alain Giacchi

Como seres humanos nos cuesta aceptar que somos mortales, y cada vez que la muerte nos golpea, parece como si fuera la primera vez. Cada duelo es único. No hay jerarquías en el mundo del dolor. Cada uno vive su duelo a su manera. El proceso dependerá de las relaciones afectivas previas con el difunto, de las circunstancias de la muerte y de la forma de ser del que se queda. Dependiendo de cada caso, el “trabajo de duelo” que es necesario realizar será más o menos difícil, más o menos largo. 

Cuando se trata de un suicidio, se ponen en juego determinadas circunstancias que pueden llevar a la persona en duelo hacia dificultades particulares. La muerte parece que ha hecho trampa: se ha llevado a alguien a quien todavía no le había llegado la hora. Se trata de una muerte para la cual uno generalmente no se ha podido preparar y en la que el propio fallecido es el autor. El suicidio se vive como una trasgresión de las leyes naturales, una trasgresión estigmatizada desde antiguo por la sociedad, las leyes y las religiones.

LA PERSONA EN DUELO SE VA A VER INMERSA EN UNA SITUACIÓN ESPECIALMENTE AGOTADORA.

Agotadora porque no comprende, porque duda incluso que haya podido ser así, porque se rebela contra Dios o contra el destino, contra el hecho mismo del suicidio. Agotadora porque se siente culpable “si lo hubiera sabido, si me hubiera dando cuenta, si…si…si…”. Se puede sentir también asediada en cualquier momento por las imágenes traumáticas de la muerte. Quizás no encuentre tampoco en su entorno la ayuda que hubiera recibido de tratarse de una muerte por accidente o enfermedad.

NO COMPRENDO LO QUE HA PASADO
Todo suicidio tiene su parte de misterio. Para comprender a la persona que se ha suicidado tendríamos que ser ella. Y ni siquiera en ese caso, ya que ni ella misma sería seguramente consciente de la causa profunda, incluso secreta de su sufrimiento. Todo lo que podemos decir es que se ha suicidado porque estaba en un estado de sufrimiento tal que la vida se había vuelto intolerable. Para poner fin al sufrimiento, para que éste cesara, no encontró otra solución que quitarse la vida. Querer comprender más allá, solo sirve para torturarse, es hacerse preguntas que corren el riesgo de no encontrar jamás una respuesta. La crisis suicida puede tener varios significados; obedece a varias causas, es evolutiva y se vive en lo más íntimo de la persona. Admitir que la persona que se ha suicidado se ha llevado con ella su parte del misterio, y que más que juzgarla, se trata de esforzarse en aceptar que no podremos nunca comprenderlo todo. Poder mantener hacia ella nuestro aprecio y nuestro amor es superar ya una etapa, y es una señal de que el duelo evoluciona adecuadamente.

NO PUEDO CREERLO
 "¡No, no es verdad, no, no es posible!" La primera actitud ante la muerte es el rechazo. Esta es una reacción universal y normal. ¿Podemos aceptar el suicidio?. ¿Cómo no vamos a rechazarlo con todas nuestras fuerzas?. Hasta muchos años después, en determinados momentos, nos puede resultar todavía difícil de creer: "¿No habrá sido solamente una pesadilla?" Pero por otro lado, es imposible negar la terrible realidad. La posibilidad del suicidio puede resultar a veces insoportable, y podemos aferrarnos a otras hipótesis, sobre todo cuando las circunstancias de la muerte nos pueden hacer pensar en un accidente o en un homicidio. En algunas personas, el rechazo de la realidad del suicidio no cede con el tiempo, se agrava y puede llegar a convertirse en un estado de negación permanente. El trabajo de duelo se bloquea y puede aparecer una depresión prolongada y otras complicaciones. El rechazo y la negación hay que respetarlos entendiéndolos como signos de un gran sufrimiento. Normalmente van cediendo con el paso del tiempo..

SI HUBIERA...
"Me siento culpable de no haberme dado cuenta, de no haber sido capaz de percibir alguna señal de alarma, de no haber estado presente en el momento oportuno…" Los sentimientos de culpabilidad suelen ocupar una gran parte de las vivencias de cualquier persona en duelo. Son más intensas cuando se trata de una muerte por suicidio, y todavía más intensas si cabe cuando se trata de una persona joven. Es frecuente dejar de lado todos los buenos recuerdos, así como todo lo que hemos hecho de bueno y positivo por esa persona. Es perfectamente natural que no se nos pase por la cabeza la posibilidad del suicidio cuando una persona cercana está pasando por un mal momento, y menos todavía si no lo menciona para nada. Solo a posteriori podremos encontrar sentido o explicación a palabras y comportamientos de la persona fallecida, que de ninguna manera hubieran podido ser interpretados de la misma manera en aquel momento.

NADIE PUEDE COMPRENDERME.
Después del suicidio de un ser querido un doloroso sentimiento de soledad se puede ir apoderando poco a poco de nosotros. Los más cercanos tienen tendencia a replegarse sobre ellos mismos y a vivir la enorme pena que sienten en familia, desligándose sin darse cuenta de la vida social que llevaban hasta entonces. Otros familiares, los amigos, los vecinos no saben muy bien qué hacer, qué decir. Sin embargo suele ser reconfortante encontrar personas que te demuestran su preocupación y su deseo de ayudarte sin ni siquiera habérselo pedido. Hasta parece que esas ocasiones todo sea más fácil. La mayoría de las veces las personas quieren ayudar pero no saben cómo. No se atreven, tienen miedo de herirte, y terminan muchas veces por no hacer ni decir nada. Es bueno que aprendamos a pedir ayuda. “Mi familia y mis amigos no se negarían a ayudarme si les necesito” Aceptar una invitación para salir y distraerse suele resultar difícil, especialmente al principio: pasar un rato agradable puede vivirse como una traición hacia la persona muerta. Pero estos encuentros nos suelen hacen bien: "En algunos momentos tengo necesidad de dejarme cuidar, de rodearme de afecto"

DÓNDE ENCONTRAR AYUDA.
Frecuentemente el suicidio está rodeado de un halo de silencio. No sientes ganas de hablar de ello y percibes que las demás tampoco quieren que se les hable sobre lo sucedido. Y sin embargo HABLAR TE SIRVE DE DESAHOGO. ¿CON QUIEN HABLAR? La actitud más natural sería hablar primero con la propia familia, con aquellos que sentimos más cercanos. A veces esto no es posible, bien porque existen tensiones o conflictos anteriores, o bien porque cada uno busca de alguna manera con su silencio proteger a los demás. Podemos hablar entonces con un amigo de confianza, alguien que pensemos que pueda escucharnos con interés y delicadeza, sin juzgarnos ni a nosotros por lo que decimos y sentimos, ni tampoco a la persona fallecida. Podemos también hablar con un médico de confianza. El nos escuchará y podrá orientarnos, si es necesario, hacia algún especialista. También podemos hablar con un sacerdote o acompañante espiritual. Existen también asociaciones que se dedican a escuchar, acoger y acompañar a personas que sufren la pérdida de un ser querido. Están formadas por profesionales y voluntarios especialmente preparados para escucharnos y orientarnos en el proceso de duelo.

NO LO OLVIDARÉ NUNCA... LA VIDA CONTINUA.
En otro tiempo, el duelo y el luto venían en gran parte determinado por convencionalismos sociales. Hoy en día, las costumbres y los rituales en torno a la muerte están desapareciendo dificultando la vivencia del duelo. Esto hace que muchas familias tengan que encontrar su propio camino. Dejemos pues tiempo al tiempo. La duración del trabajo interior del duelo es variable. El duelo después de un suicidio puede durar años. Sus particularidades multiplican los obstáculos que podemos encontrarnos. Podemos sufrir todavía bastante durante el segundo y tercer año, incluso más tarde, y esto no tiene nada anormal. No sería una razón suficiente para considéralo como un duelo patológico, se trataría simplemente de un duelo más difícil. Progresivamente la carga afectiva va disminuyendo; no olvidamos lo que ha ocurrido pero el tiempo va haciendo su papel. El dolor se va calmando. Ocurre lo mismo que con una herida, ésta cicatriza muy lentamente. Pero la cicatriz también queda, y nos puede molestar de vez en cuando. Así se explica porque a veces nos duele, especialmente en aniversarios y celebraciones, o simplemente cuando miramos una foto o una prenda de vestir. Pero ahora, cuando evocamos a nuestro ser querido, el dolor es más suave, es más como una nostalgia honda. Y se va haciendo posible volvernos de nuevo hacia la vida, iniciar poco a poco nuevas relaciones, nuevos apegos. Amar otra vez la vida no quiere decir olvidar al otro. Conjugando los recuerdos con las realidades del momento, el presente y el futuro se enriquecen con la evocación del pasado.

CARTA A UN SER QUERIDO DESPUÉS DE UN SUICIDIO.
"Te escribimos para decirte cuánto te echamos en falta y cómo ha cambiado la vida desde que nos has dejado.

Aún no nos hemos repuesto de lo sucedido, y nos duele que no nos dijeras adiós.

A veces nos sentimos resentidos contigo por el inmenso dolor que nos has causado.

A veces nos sentimos enojados con nosotros mismos por no haber sabido prevenir la tragedia.

Lamentablemente no hemos podido escoger en tu lugar, porque, si esto hubiera sido posible, tú estarías aún entre nosotros.

Pensamos siempre en ti, aun cuando los recuerdos nos entristecen. Sin embargo no hemos renunciado a vivir y a tener esperanza, a pesar de la amargura.

Tal vez nos habrás visto un poco más sonrientes: nuestro deseo es que tú hayas encontrado la paz que buscabas.

En nuestra plegaria pedimos poder abrazarte de nuevo al final de nuestros días. Con todo nuestro cariño:

TU FAMILIA".

viernes, 26 de julio de 2013

CUANDO LA PAREJA SE VA SIN DECIR ADIÓS

EL ABANDONO SILENCIOSO Cuando un ser querido nos abandona, dentro de nosotros sufrimos una perdida dolorosa. 

EL ABANDONO VOLUNTARIO. Es cuando uno de los miembros de la pareja decide dejar la relación, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas en la vida, o porque el ambiente está muy tenso, predomina la discordia y no hay armonía, por lo cual no pueden seguir juntos. 

Solemos pensar en el ABANDONO como algo físico, que sucede cuando una persona a la que quieres te deja o apenas pasa tiempo contigo. 

¿Cuántas veces tenemos la sensación de que en cualquier momento podemos ser abandonados? 

¿Cuántas veces, ante un retraso, sentimos verdadero pánico?

¿Cuántas veces nos desesperamos ante la posibilidad de que la persona amada pueda dejarnos?

Quien ha vivido el ABANDONO suele sentir un miedo incontrolable a que le dejen, procurando evitar a toda costa ser abandonado nuevamente.

*LA SENSACIÓN DE SER VALORADO ES ESENCIAL PARA LA SALUD MENTAL, TANTO EN LA PAREJA, COMO EN LAS RELACIONES FILIALES.

El ABANDONO está directamente relacionado con situaciones de rechazo, y puede intensificarse a lo largo de toda la vida, principalmente cuando se vivencían otras situaciones de rechazo y/o ABANDONO.

Cada vez que vivenciamos situaciones de pérdida es como si estuviésemos reviviendo la situación original de ABANDONO, que difícilmente se olvida. 

Podemos, reprimir o huir de esos sentimientos, pero raramente conseguimos lidiar sin dolor con cualquier posibilidad de pérdida y/o rechazo.

Las primeras consecuencias en el ABANDONO, son peores de lo que la pareja se espera. Tanto la felicidad, como la autoestima, como el estado financiero se ven profundamente afectados.

El daño es mayor aún si se llegaron a compartir diferentes compromisos (propiedades, amistades y, sobre todo, hijos) y el nivel de intimidad era muy alto.

EL ABANDONO SILENCIOSO es una ruptura traumática, y siempre ocasionará rechazo y enojo.- La persona que se siente abandonada lo interpreta como una muestra de rechazo brusco y cruel por parte del miembro de la pareja que ha decidido dejarle, puede vivir esta situación con intenso dolor.

Las personas rechazadas suelen pasar por un período de duelo, con numerosos síntomas depresivos: 

*falta de ilusión por los temas cotidianos 
*tristeza
*melancolía
*insomnio
*inapetencia
*pensamientos negativos y recurrentes
*sentir que el mundo se les viene encima

El ABANDONO silencioso provoca lo que conocemos como:

DUELO ANORMAL: Este término se emplea para describir una reacción de duelo poco común, se utiliza cuando el duelo es muy intenso, prolongado o la reacción se ha retrasado, o para describir los síntomas experimentados fuera de un rango normal, que según los expertos serían:

A.- Preocupación con sentimiento de desvalorización personal

B.- Sentimientos de culpa excesivos

C.- Lentitud acusada de pensamientos y movimientos

D.- Un periodo prolongado de no ser capaz de realizar una actividad normal.

Llegar al punto de perdonar el ABANDONO o a aquellos que nos han causado un dolor profundo, para algunos, esa es una tarea fácil, pero hay que admitir que para otros puede ser prácticamente imposible.

No es posible perdonar si el perdón se entiende como negación del hecho, pues es preciso sentir el dolor que ha quedado reprimido en nuestra alma. Perdonar no significa aceptar, sino permitirnos sentir y expresar toda la rabia y dolor reprimidos y encontrar caminos saludables que puedan transformar esos sentimientos en experiencia y aprendizaje.

Al hacernos más conscientes de nuestras heridas, entre ellas las generadas por el ABANDONO, podemos actuar sobre aquello que hemos vivenciado, aprendiendo a respetar nuestros sentimientos más profundos, asumiendo la responsabilidad por los cambios que podemos permitirnos vivenciar en el momento presente.

miércoles, 24 de julio de 2013

VOY A HACER DE CUENTA QUE NUNCA TE FUISTE

Ayer en uno de mis muchos e innumerables viajes y por eso de tener alma de terapeuta, que se refleja en la cara, se acerco a mí una persona que tenía necesidad de hablar. 

 Y mientras esperaba para embarcar en mi vuelo, me conto su historia, la verdad que me conmovió y vaya por él y por todos aquellos seres humanos que han sufrido este tipo de perdida, de la que escribimos y comentamos muy poco esta entrada en el blog, es un apoyo sentido para todos aquellos/as que han sufrido la pérdida de un ser querido que un día sin decir nada desapareció de sus vidas, se fue y no volvió. 







VOY A HACER DE CUENTA QUE NUNCA TE FUISTE, QUE HAS IDO DE VIAJE NADA MAS…. 

Yo te debo tanto, 
tanto amor que ahora, 
te regalo mi resignación. 
Sé que tú me amaste, 
yo pude sentirlo. 
Quiero descansar en tu perdón. 

Voy a hacer de cuenta 
que nunca te fuiste, 
que has ido de viaje y nada más. 
Y con tu recuerdo, 
cuando esté muy triste, 
le haré compañía a mi soledad. 

Quiero que mi ausencia, 
sean las grandes alas, 
con las que tú puedas emprender 
ese vuelo largo, 
de tantas escalas, 
que en algún lugar puedas perder. 

Yo aquí entre la nada 
voy a hablar de todo. 
Buscaré a mi modo continuar. 
Y hasta que los años cierren mi memoria 
no me dejaré de preguntar: 

¿Dónde estará mi primavera? 
¿Dónde se me ha escondido el sol, 
que mi jardín olvidó, 
y el Alma me marchitó? 


jueves, 18 de julio de 2013

PETICIÓN DE UNA MADRE EN DUELO

DESEARÍA… DESEARÍA QUE NO TUVIERAN TEMOR DE PRONUNCIAR EL NOMBRE DE MI HIJO.

ES IMPORTANTE Y NECESITO ESCUCHAR SU NOMBRE.

SI LLORO O ME EMOCIONO SI HABLAMOS DE MI HIJO, DESEARÍA QUE SUPIERAN QUE NO ES PORQUE ME HAN HERIDO, DE HECHO ES LA PARTIDA DE MI HIJO LA QUE HA CAUSADO MIS LÁGRIMAS.

Me han permitido llorar y se lo agradezco.

La explosión del llanto y la emoción son sanos.

Desearía llegar a tu casa y seguir viendo las fotos, manualidades y otros recuerdos de Mi hijo.

Tendré emociones altas y bajas, subidas y bajadas.

Desearía que cuando tenga un gran día no pienses que mi dolor se ha acabado o que si tengo un mal día necesito de un tratamiento psiquiátrico.

Desearía que supieras que la partida de un hijo es diferente de cualquier otra pérdida y debe ser vista desde otro punto de vista. Es la tragedia más grande y me gustaría que no la comparen con la partida de un padre, esposo o mascota. La pérdida de un hijo no es contagiosa así que desearía que no huyeran de mí.

Desearía que supieras que todas las reacciones “exageradas” de dolor que ves en mi son normales.

Depresión, rabia, frustración, desesperanzas y la puesta en duda de valores y creencias son de esperar después de la partida de un hijo, con el tiempo estas emociones se irán transformando.

Desearía que no esperen que mi dolor dure 6 meses. Los primeros años serán excesivamente traumáticos para nosotros.

Desearía que entendieran las reacciones físicas de mi dolor, puedo ganar o perder peso, dormir todo el día o no hacerlo, desarrollar algún tipo de enfermedad o me vuelva propensa a los accidentes producto de mi dolor.

El cumpleaños de nuestro hijo , el aniversario de su partida y las fiestas son fechas terribles para nosotros.

Desearía que nos dijesen que tienen a nuestro hijo presente. Si nos ven quietos o retraídos, sepan que estamos pensando en nuestro hijo , no traten de forzarnos a estar alegres. Es normal y bueno que la mayoría de nosotros reexaminemos nuestra fe, valores y creencias luego de perder un hijo . Nos haremos preguntas de cosas que nos han enseñado a lo largo de nuestras vidas y con fe y esperanza llegaremos a un nuevo entendimiento con nuestro Dios.

Desearía que me permitieran cuestionar mi religión sin hacerme sentir culpable. Desearía que no me ofrecieran tranquilizantes.

Estos son remedios temporales y la única manera que tenemos de sobreponernos al dolor es experimentándolo.

No podré sanar si no siento la herida.

Desearía que entendieran que el dolor cambia a las personas. No soy la misma persona que era antes de la partida de Mi hijo y nunca lo seré.

Si esperas que sea la misma de antes te frustrarás.

Soy una criatura nueva, con nuevos pensamientos, sueños, aspiraciones, valores y creencias.

POR FAVOR TRATEN DE CONOCER A MI NUEVO YO, TAL VEZ AÚN LES AGRADE

martes, 16 de julio de 2013

“DESEOS PARA UN HIJO"

SER MAMÁ NO ES FÁCIL. NI A LOS 21 NI A LOS 41. LOS MIEDOS ESTÁN, LOS ERRORES SE COMETEN, LAS HISTORIAS SE REPITEN. UN DÍA ELLOS SERÁN PAPÁS Y MAMÁS Y, DESDE AHÍ PODRÁN ENTENDERNOS Y PERDONARNOS, SI FUESE NECESARIO.

Mucho tiempo me preocupó ser una buena mamá, la opinión de los demás, el juicio de las familias "modelos". Hoy creo que lo único que importa es el amor y la buena intención. Desde ahí nada puede salir demasiado mal. 

Deseo para mi hijo que se va transformando lo mismo que deseamos todas las madres desde el momento que llegan al mundo sin manuales ni instrucciones. Espero que sea que sea buen tipo.

Que mantenga siempre la capacidad de disfrutar. Que no juzgue; que el dolor de los demás no le resulte indiferente; que responda cuando lo llamen. Que no comprometa sus valores; que tenga la suerte de encontrar sus pasiones y vivirlas plenamente. Que sepa pedir perdón; que se ame y se acepte imperfecto y genial a la vez.

Que tenga enojos cortos y alegrías larguísimas. Que sepa encontrar en cada persona lo mejor. Que ame a quien él quiera pero que respete a todos. Que sea buen amigo para tener buenos amigos. Que sepa tratar a una mujer; que solo se haga el machote con los amigos o en la práctica de cualquier deportel.

Que sepa el valor de la palabra familia y lo incondicional de un hermano. Que cuide su físico y su cabeza. Que nunca se olvide de quién es ni de dónde viene. Que sepa que en mi siempre tiene un refugio y, que mi casa (su casa) siempre será su puerto si necesita volver. Y sobre todo, le deseo que sepa ser él, que se reconozca cuando se mire al espejo y se duerma siempre con la paz de haber hecho lo correcto.

Por mi parte, solo espero que el amor que le di le haya servido. Que sienta que tiene una mamá a la que volvería a elegir sin tener que gastar mucho dinero en terapias para perdonar lo que seguramente, no le di.

Espero que se unan a mis deseos los padres y las madres que intentamos tanto hacerles sentir que aún cuando a veces nos equivocamos, nunca dejamos de amarlos tanto… 

Una madre…como otra cualquiera

lunes, 15 de julio de 2013

"CONSEJOS QUE RECIBIMOS ANTES DE VENIR A VIVIR UNA NUEVA VIDA".

RECIBIRÁS UN CUERPO. 
Puedes amarlo u odiarlo, pero será tuyo todo el tiempo. 

 APRENDERÁS LECCIONES TODO EL TIEMPO
 Estas inscrito en una escuela informal de tiempo completo llamada vida. Cada día se tiene la oportunidad de aprender lecciones. Puedes amarlas y pasar de nivel o simplemente considerarlas como dolorosas o irrelevantes y seguir cursando el mismo grado. 

 NO HAY FRACASOS, SÓLO LECCIONES. 
 El crecimiento es un proceso ensayo y error, experimentación. Los experimentos que no resultan óptimos son parte del proceso y del aprendizaje. 

 CADA LECCIÓN SE REPITE HASTA QUE SE APRENDE. 
 Esta se presentará de diversas formas. Cuando tú la hayas aprendido, pasarás a la siguiente automáticamente. 

 APRENDER LECCIONES ES UNA TAREA SIN FIN. 
No hay ninguna parte de la vida que no contenga sus lecciones. Si estás vivo, siempre habrá lecciones que aprender. 

 “ALLÁ” SOLO SERÁ MEJOR QUE “AQUÍ”, CUANDO TU "ALLÍ" SE CONVIERTA EN UN "AQUÍ". 

 LOS DEMÁS SON SIMPLEMENTE ESPEJOS DE TI
 No puedes amar u odiar algo en otra persona, a menos que ella refleje algo que amas u odias en ti mismo. 

 LO QUÉ HACES EN TU VIDA ES TU RESPONSABILIDAD. Tú tienes todas las herramientas y recursos que necesitas. Lo qué tú haces con ellos no es asunto de nadie. La elección es siempre tuya. 

 LAS RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE LA VIDA ESTÁN DENTRO DE TI. Sólo necesitas ver, sentir, escuchar y confiar. 

 TE OLVIDARÁS DE TODO ESTO Y SIN EMBARGO, RECORDARÁS....
 Esta es la explicación de vacío existencial que algunos sienten, recuerdan que hubo un antes de esta vida. 

 Es una colaboración de: M.G.S.

lunes, 8 de julio de 2013

LA REALIDAD ESPIRITUAL

La cuestión central de la existencia del alma en el ser humano, muy discutida por cierto, ha sido tratada bajo muy diversos puntos de vista, no solamente entre quienes niegan y reconocen su existencia. Entre estos últimos, las ópticas también son diferentes en lo que respecta a su naturaleza y atributos.

Por un lado, la filosofía materialista considera a la materia como única realidad, asumiendo que el pensamiento y toda manifestación psíquica son expresiones de naturaleza material.

En otro extremo, la filosofía espiritualista, en sus diferentes matices, reconoce la participación de dos elementos distintos en la constitución del universo: materia y espíritu, siendo este el principio inteligente del universo. A partir de las investigaciones en el campo de la nueva física, de la medicina psicosomática o de la psicología transpersonal, poco a poco el espíritu deja de ser un problema de la metafísica abstracta o una cuestión de fe para convertirse en un hecho concreto y positivo.

Sus atributos fundamentales son la individualidad, la inteligencia, la conciencia, la voluntad y el libre albedrío siendo su evolución moral la que determine la magnitud de estos atributos.

Dentro de este contexto y conforme a su naturaleza, el espíritu no permanece estático ni en una actitud contemplativa. Por el contrario, potencialmente tiene como cualidad esencial la actividad.

Esto significa la posibilidad de trasladarse, experimentar vivencias psíquicas y emotivas que lo ligan o relacionan a otros espíritus, enseñar, ayudar, aprender, todo ello en función de sus conquistas en el plano moral e intelectual. Su vehículo de comunicación es el pensamiento y el sentimiento, energías que si bien están presentes en el hombre, adquieren una dimensión trascendente en el plano espiritual.

Siendo los espíritus, las almas de los que han fallecido, estos conservan sus características psicológicas, sus virtudes e imperfecciones dentro un amplio espectro de niveles evolutivos, reproduciéndose en el espacio espiritual el paisaje social y moral que domina en el mundo corpóreo.

En la dinámica del progreso, todo es relativo y transitorio porque el espíritu posee la tendencia intrínseca a seguir creciendo moral e intelectualmente a través de vivencias y experiencias reencarnatorias. De esta manera, el espíritu también se encuentra dentro de la dinámica evolutiva del universo. Energía y materia o espíritu y cuerpo son las dos grandes vertientes de la evolución.

En este proceso de crecimiento, el hombre aprende poco a poco a percibirse como espíritu como realidad esencial en sí misma. Por eso no decimos que tenemos un espíritu sino que somos un espíritu que posee un cuerpo, herramienta fundamental para nuestro aprendizaje.

La realidad espiritual, su individualidad después de la muerte y su naturaleza intrínseca a progresar y evolucionar a través de experiencias reencarnatorias constituye uno de los grandes retos para el ser humano actual en cuanto a su estudio y comprensión, que le dara una mayor amplitud de conciencia, a la hora de entender los procesos por los que cada uno pasa en la vida..

viernes, 5 de julio de 2013

EL DESAFÍO DE SER PADRES


"CUANDO EL PADRE BRINDA DEMOSTRATIVO SU AMOR, DEJA DE ESTAR A MERCED DE LAS FUERZAS QUE LO SUPERAN, PUES ÉL SE CONVIERTE EN LA FUERZA MÁS PODEROSA." 

Indiscutible es el rol vitalizador y formador de la familia en cuyo seno crecen y se educan seres que han asumido espiritualmente, diferentes compromisos de progreso, individuales y en grupo. La familia se constituye en base a la fuerza del amor y ello significa comprender al otro ser y aceptarlo como es. En esta comprensión de las virtudes y debilidades de cada integrante, se fortalece la armonía y la tolerancia, todo lo cual crea un ámbito propicio para que en la familia se puedan desplegar todas las posibilidades de diálogo, de encuentro, enriqueciendo la capacidad para escuchar, hablar, compartir y amar.  (En la pirámide de Maslou esta como necesidad básica el afecto)

Todo esto que parecería tan natural, es motivo muchas veces de enfrentamientos, distanciamientos, rencores y desencuentros. De allí la función trascendente de los padres educadores que aprendieron y practican la armonía como conquista, la unión como estandarte, y el amor como fundamento de vida.

Son los padres quienes ejercen la insoslayable responsabilidad asumida ante Dios y ante sí mismos, de educar, y enseñar con el propio ejemplo aquello que consideran importante para otros seres que aman. La fuerza ejemplarizante que ellos puedan desplegar -con todos los defectos que pudieran tener- no es perfecta, pero sí valiosa, por el esfuerzo que se pone de manifiesto en querer hacer las cosas lo mejor posible, con los recursos y herramientas que se tienen.

La familia es entonces ese taller artesanal donde se modelan con esfuerzo los caracteres, se troquelan las personalidades, se toman los ejemplos de vida que pueden ser rectores en el futuro, y se aquilatan las fuerzas para la lucha de cada día.

En este ámbito es fundamental la actitud del padre como un referente importante para los hijos, quienes pueden tener en él, un espejo donde poder proyectarse en el afecto, en la seguridad y en la firmeza que por lo general su imagen evidencia. El modelo de padre que se nos ofrece hoy, es diferente en muchos aspectos de aquel que se erigía años atrás.

Las nuevas necesidades, de tiempos y de trabajos, lo colocan con frecuencia, junto a la mujer, en las tareas hogareñas y en la cotidianeidad de los problemas de los hijos. Esta nueva posición implica un mayor acercamiento a la rutina diaria y a las dificultades de todos los días; lo pone en contacto más de cerca con otros problemas, lo sensibiliza más y lo solidariza al compartir junto a la esposa, cuestiones y problemas comunes. Sin embargo, este nuevo rol de padre mantiene -y no debería perder por nada- rasgos comunes del carácter masculino que se manifiestan en el apoyo, en el esfuerzo sostenido por dar sostén al hogar, en la firmeza, en las convicciones, en la autoridad alimentada en la propia conducta. El padre debe procurar la conciencia del deber y el compromiso familiar asumido responsablemente, tarea que debe llenarlo de satisfacción y responsabilidad de sus actos.

Ser padre es tener la maravillosa oportunidad que Dios brinda de contribuir a la creación con una cuota de amor, de compromiso, de firmeza moral y rectitud en las acciones, valores estos que los hijos miran, escuchan, palpan y perciben como una realidad más poderosa que cualquier palabra.

Asimismo, tener un padre, invita al ser a una actitud agradecida y valorativa de la vida, y a ese ser que a pesar de sus limitaciones, seguramente hizo y hace lo mejor que puede por su familia, por prodigarse, por querer y ser querido.

Ser padre implicará un largo recorrido por la vida y en cada instancia , se lo podrá transitar de diferente manera, pero siempre lo vitalizará la fuerza del reconocimiento de los hijos, la obra realizada con los seres queridos, la mirada y el gesto cariñoso que intentan expresar todo el amor que se quiere dar.

Porque siempre será un faro que orienta, una experiencia de vida, ser o haber sido, padres de aquí, de allá, de ayer, de hoy y de siempre...

lunes, 1 de julio de 2013

“EL DOLOR CON QUE SE MIDEN TODOS LOS DOLORES”

“TRAS LA MUERTE DE UN HIJO, LA VIDA NUNCA SERÁ IGUAL. HAY QUE APRENDER A SER OTRO”. 

Una mujer que perdió al marido es una viuda. Un hijo que perdió a sus padres es un huérfano. Pero la muerte de un hijo es algo tan fuerte, que no existe una palabra para esa situación. LA MUERTE DE UN HIJO, DE HECHO, ES EL MAYOR DOLOR AL QUE UN SER HUMANO SE PUEDE EXPONER EN LA VIDA. 

“ES EL DOLOR CON QUE SE MIDEN TODOS LOS DOLORES”, ESCRIBIÓ el escritor húngaro Sándor Marai, “ES UN DOLOR EMOCIONAL Y RACIONALMENTE INADMISIBLE”, confesó la terapeuta gestáltica especializada en duelos y pérdidas Dafna Curiel. 

Los especialistas concuerdan que superar ese dolor es utópico. A lo sumo, con esfuerzo y ayuda, se puede aprender a convivir con él. Y una de las cosas que los psicólogos consideran útil en esta lucha es dar amor. “TRANSFORMAR EL DOLOR QUE DEJÓ EL HIJO EN AMOR PARA DAR A LOS SEMEJANTES ES UNA DE LAS ACCIONES MÁS IMPORTANTES Y FRUCTÍFERAS EN ESTE TIPO DE CIRCUNSTANCIAS”, ha señalado Dafna Curiel. 

Algunos terapeutas calculan que el duelo por la muerte de un hijo puede alcanzar un tiempo muy extenso,y no se pueden estipular porque cada ser es individual,como su duelo. 

La primera fase es el llanto. Al tiempo, sin embargo, los padres toman conciencia que no es necesario llorar cada vez que se acuerdan del hijo. Y se pasa a una fase denominada “nostalgia dulce”. La fase de una enorme ternura que tranquiliza el corazón. 

Otro elemento clave es compartir el sentimiento. Asociarse a otros padres que hayan sufrido un impacto similar. Buscar amigos. No encerrarse. Vivir el silencio. Unirse como pareja. Y cambiar. 

“PARA PASAR POR ESOS DOLORES ES NECESARIO ROMPER MUCHÍSIMOS ESQUEMAS”. 

Solo así, en parte, se puede volver a desarrollar una vida medianamente normal. Aunque, tras la muerte de un hijo, la vida nunca será igual. Hay que aprender a ser otro.