Conferencia del Dr. Jean-Jacques Charbonier
Médico anestesista reanimador – Touluse
Autor de “L’ Après-Vie existe” CLC Editions, 2006
Como anestesista reanimador me enfrento normalmente a comas, los provoco incluso, mis colegas que están allí lo saben. Se provocan comas, pérdidas de conciencia, comas bastante profundos, cuando se aplica una anestesia general. Se produce, en definitiva, un coma profundo porque el paciente no debe ser despertado por el bisturí del cirujano. Por tanto, se trata de comas que se “monitorizan” (vigilancia/control).
Sabemos muy bien lo que ocurre con la tensión, el corazón, la hemodinámica, la respiración, la saturación de oxígeno, etc. Contamos con un montón de gráficas y de parámetros que nos permiten vigilar a estos comatosos inducidos.
Sabemos muy bien lo que ocurre a nivel orgánico, pero no sabemos lo que ocurre, en definitiva, con lo que todavía no tiene nombre en medicina, que yo llamaría la entidad profunda del individuo y que los que los que practican el esoterismo lo van a llamar el “cuerpo etéreo” y los que son más bien religiosos van a llamar el alma… No sabemos muy bien lo que ocurre con esta entidad profunda que nos constituye puesto que, durante una anestesia general, los compañeros que están allí lo saben también, algunas personas salen de su cuerpo y asisten a su intervención. Es relativamente raro, pero sucede, y esto al margen de todo estado de muerte inminente.
Por ejemplo, me ha ocurrido tener una paciente que había pasado al pabellón operatorio de al lado, que había descrito su intervención pero también la que se daba en el pabellón de al lado y, como yo la vigilaba, sé que en ningún momento estuvo en peligro de muerte. Por tanto es algo bastante nuevo y esto se encuentra también a nivel de la reanimación.
Sabéis también que los médicos anestesistas se ocupan de unidades de reanimación. Yo soy médico de referencia de una unidad de reanimación de ocho camas en mi clínica de Toulouse y estamos en relación con comatosos. Estos comas los inducimos con productos químicos. ¿Por qué? Para tranquilizar a un organismo. En definitiva, la reanimación es bastante sencilla; parece muy complicado porque hay tubos, gráficas, etc., pero es muy sencillo. Se espera que el paciente recupere sus funciones iniciales, que cicatricen sus llagas… Se quiere suprimir el dolor, entonces se ve uno llevado en alguna ocasión a provocar comas y a prolongarlos durante semanas, a veces meses. Esto puede durar mucho tiempo y durante estos períodos hay personas que tienen también estas experiencias. Estas personas pueden saber lo que ha ocurrido en una sala de espera, enterarse de las visitas que les ha hecho.
Es muy importante saber que a estas personas no hay que abandonarlas aunque estén, a veces, en comas profundos. Hay que verlas, llevarles el amor que tenéis hacia ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario