PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

martes, 28 de diciembre de 2010

LAS PEQUEÑAS SEÑALES QUE NOS AYUDAN A SEGUIR (1)


Era una mañana de otoño en 1971, poco después que mi familia se mudó a nuestra primera casa. Los niños estaban arriba desempacando, y yo miraba por la ventana a mi padre, que se movía misteriosamente en el patio delantero.


Mis padres vivían cerca, y papá ya nos había visitado varias veces.

— ¿Qué haces allá afuera? —le dije.
Sonriendo, levantó la mirada.

—Te estoy preparando una sorpresa.

Me pregunté qué tipo de sorpresa. Conociendo a mi padre, una persona alegre y carismática, podía esperar cualquier cosa. Pero papá no dijo más, y como yo estaba entretenida en los asuntos de nuestra nueva casa, me olvidé de la famosa sorpresa.

Hasta un crudo día de marzo en el que nuevamente miré por la ventana. Afuera estaba nublado. Pequeños montones de nieve sucia aún permanecían en el patio, mientras que botas y mitones húmedos llenaban nuestros clósets.


Siempre había odiado los inviernos de Chicago. ¿Acaso este terminaría alguna vez? Sin embargo, ¿era un espejismo? Me esforcé por ver lo que pensé que era algo rosa que se asomaba milagrosamente desde un montón de nieve. ¿Y qué era ese punto azul frente al patio, una pequeña nota de optimismo en ese momento? Tomé mi abrigo y salí para ver más claramente.

Eran azafranes, que no marchaban ordenadamente por la orilla de la casa (lo cual nunca podría haber visto desde la ventana), sino esparcidos al azar por todo el patio. Lavanda, azul, amarillo, y mi favorito, rosa. Pequeñas caras surgiendo en el viento, significaron la esperanza que casi había perdido.

¿Ves?, parecían decir. Has sobrevivido el largo y oscuro invierno. Y si aguantas un poco más, la vida será bella de nuevo.

“Papá…”. Sonreí, recordando los bulbos que había plantado en secreto el otoño anterior. Nada podía haber estado planeado más perfectamente, más enfocado a mis necesidades. Bendito sea, no solamente por las flores, sino por él.

Los azafranes de mi padre florecieron cada primavera durante las siguientes temporadas, trayendo consigo ese mismo sentimiento cada vez que llegaban: los tiempos difíciles están casi terminados, viene la luz, aguanta, resiste… Y de pronto, aparentemente, los bulbos no pudieron reproducirse más. Hubo una primavera que llegó con solamente la mitad de los bulbos usuales.

La siguiente temporada, cerca de 1979, no hubo ni uno solo. Extrañé los azafranes, pero mi vida estaba más ocupada que nunca, y nunca había sido una gran jardinera. Le pediré a papá que venga a plantar nuevos bulbos, pensé. Pero nunca lo hice.

Nuestro padre murió repentinamente, en un bello día de octubre de 1985. Sufrimos intensa, profunda, pero limpiamente, porque no había asuntos sin terminar, remordimientos o culpa. Siempre habíamos sido una familia llena de fe, y nos sostuvimos en ella en ese momento. Por supuesto que papá está en el Cielo. ¿A dónde más iría una persona tan amada?

El era todavía parte de nosotros. De hecho, probablemente podría hacer más por su familia ahora que se encontraba más cerca de Dios. Y si dudaba, solamente un poco, en la tranquila oscuridad de mi habitación, si involuntariamente cuestioné lo que la religión me había enseñando (la fe de pronto parecía demandar más valentía de la que podía reunir), nadie más se enteró. Sufrimos. Manejamos nuestro dolor. Nos reímos y lloramos juntos. La vida continuó.

Pasaron cuatro años, y en un triste día de la primavera de 1989, me encontré haciendo varios mandados y sintiéndome deprimida. Residuos del invierno, me dije a mí misma. Te dan cada primavera. Es química. Tal vez. Pero también era algo más. Una vez más me encontré pensando en papá. Esto no era inusual; hablábamos de él con frecuencia, recordando y disfrutando nuestras reminiscencias.


Pero esa vez en el auto, surgió mi vieja y nunca mencionada preocupación. ¿Cómo estaba él? Y aun cuando no me gustaba preguntármelo, ¿en dónde estaría? “Yo sé que sé, lo sé”, le dije a Dios en el familiar lenguaje que uso con frecuencia. Pero ¿Tú crees que me podrías mandar un signo, solamente algo pequeño, de que papá está seguro en casa contigo?

Inmediatamente me sentí culpable. Dios había sido muy bueno conmigo, y no tenía derecho de esperar algo a cambio. Pero algunas veces, me dije al entrar al estacionamiento de la casa, la fe es tan dura. De pronto bajé la velocidad, me detuve y miré al patio. Pequeños montones grises de nieve derretida. Pasto lodoso. Y ahí, enfrentando valerosamente al viento, un azafrán rosa. Espera, sigue, la luz viene pronto…

No había manera, lo sabía, de que una flor pudiera salir de un bulbo de más de 18 años que no había florecido en una década. Pero ahí estaba el azafrán, como un abrazo desde el cielo, y mis ojos se llenaron de lágrimas. Dios había escuchado. Y Él me amaba tanto que había mandado la seguridad que yo necesitaba de manera tierna y personal, para que no hubiera duda.
El azafrán rosa floreció solamente por un día. El 14 de abril. Cumpleaños de mi padre. Pero yo construí mi fe por toda una vida.

Extraído de “Aprendiendo a decir adiós” M. Rittner

sábado, 25 de diciembre de 2010

TRIATEZA EN NAVIDAD


Tristeza de Navidad… ¿Qué contradictorio, no?, si la navidad es época de felicidad , de encuentro, de gozo, de paz, de solidaridad, de amor…

Pero lamentablemente para mucha gente es así, es tristeza de navidad.

Porque tal vez están solos en sus casas, en una cama de hospital, en un asilo de ancianos, de guardia en un puesto de trabajo lejos de su familia, o simplemente solos sin familia…

Tal vez para ellos el 24 sea una noche más… noche de acostarse temprano… mirando por la ventana la felicidad de los demás, noche de más bullicio, noche de bocinas de autos que ríen sin cesar… noches que además tienen ese vacío en algún lugar del alma.

A todos ellos les digo rotundamente que NOOOOOO!!!… que NO es así. Que no debemos permitirnos que sea una noche más.

Debemos atrevernos a encontrar la navidad dentro de nosotros, sí.. dentro , porque es allí donde está ¡!!!!!

Muchos podrán decir ¿Cómo?, ¿De que manera?, es imposible!!!!!!!!…

ENTONCES LE PROPONGO LO SIGUIENTE:

Pongámonos nuestra mejor ropa, mirémonos al espejo porque allí esta uno de los invitados de esta noche…

Invitemos ahora al recuerdo más lindo de la infancia, busquemos en ese cajón olvidado la carpetita que nos tejió la abuela, aquellas figuritas del álbum con brillantina, la revista de historietas que quedó por ahí…

Luego invitemos al recuerdo de ese amigo imborrable, la foto que nos sacamos juntos, la carta que alguna vez nos escribió, ese regalo que nos hizo, las salidas a los bailes del 24 después de saludar a la familia…

Invitemos también al recuerdo de los familiares que ya no están, aquellos con los cuales compartíamos esas largas mesas navideñas, que a la hora de descorchar las botellas nos tapamos para que nos caiga encima el corcho y escuchar el grito de todos “¡será el próximo en casarse!!!!!”…

Y por ultimo invitemos al “espíritu de la navidad”, ese deseo de paz y amor que todos llevamos dentro, para que cuando lleguen las 12 abracemos fuerte esos recuerdos, demos un beso a la ausencia y como dijo Arjona “ realmente no estoy tan solo, quien te dijo que te fuiste?, si cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo”.

Por ello a quienes esta navidad sienten la soledad, les propongo cargarnos de recuerdos, y tal vez si se animan… solo tal vez… escribir sobre ellos…

Y desde hoy no se olviden que yo también estaré en su recuerdo con este mensaje y ustedes en el mío… ya somos dos… entonces ya no estamos solos.

¡Feliz navidad!!!!!!!!!!!!!!

jueves, 23 de diciembre de 2010

EL SÍNDROME DE LA SILLA VACÍA (2ª PARTE)


Mucha gente odia la Navidad porque, en cenas y fiestas, se hace más presente la ausencia de los seres queridos. Se da una disonancia entre la tristeza interior y los estímulos exteriores, que dictan que hay que estar alegre. Pero sobrevivir a estas fechas es posible.
EL PAÍS JOAN CARLES AMBROJO 11/12/2010


Nunca se está suficientemente preparado para la muerte de un ser querido. El primer año es el peor, sobre todo con la primera Navidad y otras fechas relacionadas con la persona perdida. “Lo mejor es normalizar la situación y tratar de que el ausente siga ocupando un lugar en la familia, aunque sea de otra manera”, añade Jiménez Ruiz.


No hay una única consigna: hay personas que se van de viaje para no revivir esas situaciones traumáticas. “¿Es bueno o malo? Puede ser una huida o una adaptación a esa situación; dependerá del sujeto”, añade el terapeuta.

“No hay una receta única para los que han perdido a un ser querido porque cada pérdida es distinta y cada uno muestra, oculta o siente el dolor de diferente forma”, dice Flor, madre de Helena, que cree haber encontrado un alivio en algo que dulcifica su dolor y le produce algo de bienestar. “Aconsejo a las madres con las que me relaciono que hagan aquellas cosas que antes les gustaban y no podía hacer. Cosas que les den paz y sosiego, y sé de muchas que pintan, cosen, hacen trabajos manuales, escriben, se buscan y conectan a través de Internet”.

Flor es de esas personas que busca cosas que le ayudan a agarrarse a la vida, “porque, aunque durante el duelo hay muchos momentos en los que deseas morirte, no te mueres y como decía mi psicóloga: ni siquiera los que se quitan la vida quieren morirse”. Flor y su marido necesitaron ayuda especializada en muertes traumáticas.


En su caso, durante cuatro años. Fue fundamental. “Me ayudó a reconocer de qué forma podía agarrarme a la vida”, explica. Lo ha hecho con la escritura y a través del deseo de concienciar sobre los mal llamados accidentes de tráfico especialmente a los jóvenes y al resto de la sociedad para que lleven una conducción responsable.

La sociedad está más sensibilizada con el tema del duelo, aunque hace unos años la familia estaba más capacitada para contener este mal trago: “Con su dispersión, el individuo se encuentra más solo”, apunta Alejandro Rocamora. Por ello, a veces es necesario recurrir a los grupos de ayuda mutua, con la participación de profesionales de la salud, que son un recurso comunitario que complementa a otros tipos de tratamiento. “Pero sin forzar a nadie a que acuda”, dice Fernando Boatas, psiquiatra y director del Centro de Salud Mental Comunitario de Martorell (Barcelona).

En su opinión, también se debe evitar el abuso de fármacos, “porque puede llevar a la persona apenada a caer en una trampa: anestesiar los sentimientos que forman parte de las reacciones humanas y se tienen que experimentar”.

Tampoco es bueno caer en la tentación de tomar ansiolíticos o antidepresivos. “La medicación debe ser un recurso a utilizar solo en casos muy extremos”, recomienda el psiquiatra de Martorell.

Con los niños lo mejor es utilizar un lenguaje claro y apropiado para su edad y explicarle que papá, mamá o la abuela ya no volverá. No vale el “se ha ido a un viaje muy largo”. Convertir la muerte en un tabú es contraproducente; es mejor explicarlo como algo natural “porque los niños lo vivirán de una forma más tranquila”.

Hasta los siete u ocho años, el niño no tiene el sentido de la muerte como proceso irreversible. En los adolescentes puede ser muy dramático porque es una edad en la que se encuentran inmersos en procesos de crisis.

Flor se encuentra ahora “tranquila y serena. La pérdida es única, la pena inmensa, el recuerdo constante, pero no hay amargura”. Entiende que su situación, sin más hijos ni nietos, les permite aislarse en estas fechas, pero pide a los padres que sí los tienen que hagan un esfuerzo para continuar una normalidad. “No pueden privar a sus otros hijos o nietos de unas fiestas que lo son para el resto”.

Esta madre se permite un grito final: “¡Que prohíban el anuncio de vuelve a casa, vuelve por Navidad! Todos tenemos a alguien que no volverá en Navidad”.

lunes, 20 de diciembre de 2010

EL SÍNDROME DE LA SILLA VACÍA (1ª PARTE)


Mucha gente odia la Navidad porque, en cenas y fiestas, se hace más presente la ausencia de los seres queridos. Se da una disonancia entre la tristeza interior y los estímulos exteriores, que dictan que hay que estar alegre. Pero sobrevivir a estas fechas es posible.
EL PAÍS JOAN CARLES AMBROJO 11/12/2010

El duelo es el dolor que vivimos ante la pérdida de un ser querido o, a un nivel posiblemente inferior, por un despido laboral, un traslado o un divorcio. En épocas como la Navidad, con sus reuniones familiares, se avivan los recuerdos de forma aguda y es normal sentir una cascada de emociones y sentimientos ante esa silla que queda vacía en el hogar.


Buscar apoyo en familiares y amigos o terapeutas, establecer nuevos ritos y permitir que afloren las emociones son algunas de las recomendaciones que dan los expertos para sobrevivir a unas fechas, como las navideñas, que tanta gente detesta.

Llanto, rabia, aflicción, desesperación, soledad, culpa, negación o incluso alivio son sentimientos normales y sanos que aparecen cuando una persona nos deja para siempre. Forman parte del proceso curativo de las heridas emocionales.”Yo ya no celebro la Navidad desde hace cinco años.


Nos vamos a un lugar bastante desierto, donde no nos conoce nadie, donde no hay luces, ni tiendas, ni regalos. Allí pasamos esos días, solos, mi marido y yo, con nuestros recuerdos. No podemos ver cómo los demás son felices en estos días y las celebraciones familiares ya no son tal, se han transformado en comidas normales”. Flor aún vive el dolor por la desaparición de Helena, su única hija, que murió siendo adolescente en un accidente de tráfico por culpa de un conductor bebido. “Estamos más en contacto con la naturaleza. El sol, el aire, la lluvia, grandes paseos, leer, escribir”.

Cualquier duelo es una reacción natural. Se trata de una forma de adaptación que sigue a un proceso de desapego, de despedida de alguien que se ha ido.

Cada persona expresa el dolor a su manera.”La intensidad del duelo no depende ni siquiera de la naturaleza del objeto, sino del valor que nosotros le atribuimos”, señala José María Jiménez Ruiz, experto en terapia familiar en psiquiatría.

“Entre otras cosas, porque se da una disonancia entre la experiencia que uno está viviendo por dentro y todos los estímulos exteriores que de alguna manera dicen que hay que estar alegre”, añade.

Marta perdió a una de sus cinco hermanas hace unas pocas semanas. “No me hago a la idea de que se ha marchado. La visualizo riendo, estábamos muy unidos”, dice. No se lo esperaban y su muerte, con 59 años y tras haberse recuperado de un cáncer, ha caído como un mazazo, sobre todo para el marido y los hijos, ya casados, que ahora acompañan día y noche a su padre. Marta, como el resto de su familia, reconoce que debe superarlo. Hace diez años, la muerte de su madre ya fue muy dolorosa y desde entonces la familia dispersa, algunos residen en Miami (Estados Unidos), trata de reunirse en las celebraciones. Ahora, su cuñado ha insistido: “Sabe que lloraremos más que reiremos, pero lo haremos todos juntos”, asegura Marta.

Un proceso de duelo sano puede requerir un par de años y sigue una serie de fases. Primero confusión, luego rabia y negación, depresión y finalmente superación. Si dura más tiempo los expertos pasan a considerarlo duelo patológico.”A los diez años puedes recordar a alguien, pero no trastorna el desarrollo natural de tu vida, ni te aíslas de tus amistades ni dejas de disfrutar de la vida”, añade Jiménez Ruiz. En todo caso, “el duelo no es una patología, sino un proceso normal de adaptación”, precisa Alejandro Rocamora, psiquiatra y uno de los fundadores del Teléfono de la Esperanza, que durante estos días atiende muchas llamadas motivadas por la soledad.

Quienes viven como ajenos a la pérdida utilizan un mecanismo de defensa o negación, se trata de un duelo aplazado. Cuando la pérdida es repentina es normal quedarse descolocado, desgarrado si se trata de un hijo, mientras que cuando alguien muere lentamente es posible hacer el duelo anticipadamente. Una de cada seis personas que pierde a un familiar desarrolla una depresión al año siguiente, advierte un estudio del año 2007 de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Los médicos de familia atienden al año un centenar de procesos de duelo depresivo, según José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de esta sociedad. El 5% de la población española sufre alguna pérdida y alrededor del 2% traduce esa pérdida en trastornos o depresiones “que se deben vigilar”, según Miquel Roca, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y de SEMERGEN.

Prácticamente el 90% de los casos son de duelo normal y los síntomas son fáciles de abordar y tratar, asegura Arbesú. El problema es la vulnerabilidad del paciente si el duelo llega a hacerse patológico en el tiempo, añade.


sábado, 18 de diciembre de 2010

ARREGLANDO NUESTRAS VIDAS (CUENTO DE FIN DE SEMANA)


Hace tiempo, el Rey de la Tristeza quería ver si todo estaba bien en el mundo.


Quería, principalmente, ver si todos sus súbditos estaban tristes, porque la persona que está realmente triste, es la más feliz ante la presencia de otras tristes almas.


El Rey de la Tristeza visitó su reino completo y descubrió que el mundo entero se sentía miserable. Ni una sola persona estaba contenta o satisfecha.

El rey no podía haber estado más feliz. Sin embargo, mientras regresaba a su ciudad capital, el rey vio algo sumamente desconcertante y terrible. A la distancia estaba un hombre sentado en un porche roto y viejo, sobre una silla vieja y desvencijada, con nada más que sobras de comida frente a él, en un viejo y quebrado plato. Este hombre estaba cantando y tocando la guitarra. ¡Sin duda alguna, este hombre estaba feliz!

El rey se quedó anonadado y temeroso, porque sabía demasiado bien que una persona feliz podía destruir completamente su reino. Sabía que tenía que observar a este hombre, pues nadie excepto él mismo era capaz de realizar estas labores. La tristeza debía ser cuidada a todo costo. El rey se disfrazó con harapos y se acercó al hombre, diciendo:

—No creo que nos hayamos conocido. ¿Quién eres?

—Todos me conocen. Soy El Gran Arreglador. Yo voy por las calles del mundo gritando: ¡Soy El Gran Arreglador! Háganme entrar a sus destruidos hogares, sus destruidas vidas, sus corazones rotos. No se preocupen por el costo. Tan sólo unos centavos son suficientes para comprarme un pequeño festín, porque uno debe festejar a cualquier costo.

El rey estaba alterado. Sabía que la gente triste nunca festeja. La comida ha perdido su sabor para el corazón entristecido. Él sabía que su reino estaría en riesgo si la gente comenzaba a festejar a pesar de estar sentados en sus derruidos porches, sobre sus resquebrajadas sillas, alimentando sus rotos corazones y comiendo sobras. Por eso el rey diseñó un plan.

Al siguiente día, cuando El Gran Arreglador comenzó a caminar por las calles invitando a la gente a darle entrada en sus vidas rotas, alguien gritó desde una ventana:

— ¿Qué te sucede? ¿No sabes que el rey decretó que arreglar es ahora ilegal?

La situación se veía difícil para El Gran Arreglador, porque necesitaba ganara algo para comer ese día. Así que se acercó a un hombre que cortaba madera y le preguntó si podía realizar algún trabajo por unos pocos centavos. Con lo conseguido pudo comprar una pequeña porción de la comida más barata disponible, y en cuanto pudo hizo de su escasa colación una pequeña fiesta.


El rey apareció en la casa del Arreglador y lo vio cantando. Estaba intrigado, y por lo tanto le preguntó:

— ¿Qué hay de nuevo?

El Arreglador contestó que el rey estaba loco, porque había prohibido arreglar. El rey dijo:

—Si eso es así, ¿por qué estás cantando? ¿Por qué tienes un festín?

El Arreglador le dijo que había encontrado un trabajo como leñador, y que había hecho tan buena labor, que había sido invitado al siguiente día para ganarse unos cuantos centavos más. Y eso era suficiente para ser feliz.

Al siguiente día, cuando El Gran Arreglador se acercó al hombre para el cual cortaba leña, lo encontró en estado de desmayo.
—Siento mucho tener que decirte esto, pero recién me enteré que el rey emitió un nuevo decreto prohibiendo el corte de leña. Tendrás que irte.

La situación se veía mal para El Gran Arreglador, pero se negó a darse por vencido, y pensó para sí mismo: “tengo que seguir andando por las calles del mundo buscando algo más para hacer, para poder hacer mi festejo”. El Arreglador estaba de camino, cuando vio una rica y hermosa mujer barriendo su porche, vestida con sus mejores ropas. El Arreglador le preguntó por qué estaba haciendo eso, y ella respondió que su sirvienta la había abandonado.


El Arreglador ofreció hacer este trabajo a cambio de unos cuantos centavos, y esa noche, el festejo fue definitivo.

El rey, nuevamente disfrazado, apareció una vez más en medio de la comida y le preguntó al Arreglador:

— ¿Cómo le haces? Pensé que cortar leña estaba prohibido.

El Arreglador contestó:

—Tienes razón. El rey está más loco que nunca, por lo que hoy encontré un nuevo trabajo: barro pisos.

Por supuesto que El Arreglador llegó al siguiente día para encontrarse con que barrer había sido prohibido. Esto fue seguido de prohibiciones para hornear, hacer jardinería, pintar y construir. Lo que fuera que encontraba El Arreglador para hacer, inmediatamente lo prohibía el rey al siguiente día.

Muy pronto el reino estaba en ruinas. Sin embargo, El Arreglador se rehusaba a desesperarse. Había que encontrar la manera de ganarse unos centavos. Decidió que no tenía más remedio que unirse al ejército del rey.


Los soldados siempre eran necesarios, y a pesar de que generalmente se les pagaba quincenalmente, El arreglador fue capaz de convenir un contrato especial con el capitán del rey, que le permitía recibir algunos centavos cada noche. Ser soldado (y matar) era lo más lejano al carácter de El Arreglador, pero decidió que podía marchar todo el día de un lado al otro batiendo su espada, pretendiendo ser leal al rey. Cada día recibía sus centavos, y en la noche se sentaba en su pequeño festejo.

Un día, el rey estaba revisando a sus tropas, y vio a un hombre marchando con una sonrisa en el rostro. Esa noche, una vez más disfrazado, se acercó a


Él Arreglador durante su festejo y le preguntó:

— ¿Cómo le hiciste?

El Arreglador le respondió:

—El rey está más loco que nunca, su reino se está destruyendo, pero un arreglador siempre encuentra la manera. Negocié con el capitán y ahora tengo la seguridad de un festejo cada noche. Puedo batir mi espada como el mejor de ellos.

Por supuesto que el Rey de la Tristeza estaba furioso. Le prohibió al capitán pagarle a El Arreglador cada noche, y una vez más este tuvo que cambiar sus hábitos. Ese día, mientras estaban marchando, El Arreglador pasó por una tienda de empeño y tuvo una idea. Después de las maniobras, fue a la tienda a cambiar su espada. ¡Recibió suficiente dinero para festejar por años! Sin embargo, los soldados deben tener una espada. El Arreglador encontró un pedazo de madera delgada y la cubrió con papel de plata. La colocó en su lugar y regresó a la diaria rutina de marchar con los soldados.

El siguiente día, el rey, vistiendo las ropas de un soldado común, se acercó a Él Arreglador. Riendo, El Arreglador le dijo cómo había ganado una vez más la partida al rey: empeñando su espada. El rey estaba encantado de escuchar esto, ya que la ley del país establecía que cualquier soldado sin espada sería condenado a muerte.


El rey diseñó un plan. Fue con el capitán para saber quién sería ejecutado ese día, y le dio instrucciones al capitán para que hiciera que El Arreglador fuera quien ejecutara al criminal. El rey estaría presente, y todos verían la caída de El Arreglador.

Una gran multitud se había reunido en el lugar de la ejecución, con el Rey de la Tristeza sentado en lo alto de su trono. El capitán se acercó a Él Arreglador y le dio instrucciones de matar al condenado con su espada. Sin embargo, El Arreglador no estaba preocupado. Se volvió para mirar al rey y a las personas, y declaró:

—Soy un curador de corazones rotos. Nunca en mi vida he matado a nadie y no mataré el día de hoy.

El Rey de la Tristeza estaba delirante de felicidad y dijo en voz alta:

—Si no matas inmediatamente a este hombre, tú serás ejecutado ahora mismo.

Tranquilamente, El Arreglador respondió para que todos oyeran:

—Amigos míos, todos ustedes me conocen. Soy El Gran Arreglador. Ustedes me dejaron entrar a sus derruidos hogares, sus corazones rotos, sus quebrantadas vidas. Saben que yo construyo, no destruyo. Doy esperanza, no creo desesperación. Y por lo tanto, si mi mensaje es real, este hombre vivirá, y regresará a casa. Si es falso, este hombre morirá.

El Arreglador removió su espada de su lugar y la enterró en el estómago del hombre. Por supuesto que se deshizo, y el hombre quedó libre.

¿Y El Arreglador? Regresó a cantar una nueva canción en su silla rota, en su derruido porche, festejando. ¿Acaso no es la tarea de la vida de cada uno?


Mucho del trabajo importante en la vida se centra en arreglar continuamente lo que se rompe y sedes compone una y otra vez. Nos ocupamos en arreglar algo para cantar una canción en ese derruido porche, a pesar de lo que haya ocurrido en nuestra vida.

Dentro de cada uno de nosotros hay un Gran Arreglador, y esa parte nuestra que tiene la capacidad de retener la esperanza. A cualquier lado que miremos descubrimos que el mundo se convierte en un lugar más pequeño porque cada acto tiene el potencial de recordarnos la pérdida de nuestro ser amado.


El Gran Arreglador viene para enseñarnos que somos capaces de sobreponernos, a pesar de estar sentados enana silla rota, sobre un porche derruido, frente a un plato de sobras. Nos enseña que hacer una fiesta finalmente es como encontrar nuevas maneras de volvernos a unir a cosas llenas de significado, mientras permanecemos en presencia de nuestra pérdida.

Sin embargo mientras pasa el tiempo y se multiplican nuestras preguntas acerca de nuestro lugar en el mundo, el Gran Arreglador dentro de nosotros susurra: “Mira fuera de ti mismo”. Quitar la arena de nuestros ojos de manera terrible es, sin embargo, un acto necesario. Estar comprometidos a arreglar es también estar comprometidos con los otros.

Con frecuencia, después de una pérdida, vagamos por el desierto de nuestras vidas. El dolor, la falta de esperanza, el aburrimiento, algunas veces parece demasiado grande, demasiado abrumador. Esos son los momentos en los que necesitamos más que nunca recordar a El Gran Arreglador. Arreglar nunca se completa. Es un proceso, no un evento. Y me hace recordar que, ahora, esta es mi vida.

Tal vez no es la vida que he escogido, ciertamente no es la vida que deseo en mis sueños.

Pero es mi vida ahora, mi única vida.

Y mi opción es arreglarme a mí mismo de cualquier manera posible para vencer a El Rey de la Tristeza que pretende dominar mi vida.

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jueves, 16 de diciembre de 2010

COMUNICACIONES DESPUÉS DE LA MUERTE FISICA

APARICIONES Y OTRAS POSIBLES COMUNICACIONES DESPUÉS DE LA MUERTE FÍSICA.


Los seres queridos que han fallecido: Pueden comunicarse con nosotros?


Este es un tema del que habitualmente no se habla en forma abierta, quizás por un preconcepto de que si uno por ejemplo escucha voces, es un signo de trastorno psíquico, o si ve algo fuera de lo común, se considera que está alucinando.


Sin embargo, entre la gente que ha sufrido pérdidas, este tipo de experiencias son mucho más comunes de lo que uno puede creer.


Ahora nos podemos preguntar si estas experiencias son producto de un deseo, de una imaginación de la persona que está sufriendo, de un estado alterado de stress y de debilidad o congoja...o si simplemente son comunicaciones reales de seres que han partido. No es fácil dilucidarlo.


Una cosa interesante que apuntaría a la realidad de estos hechos, es que la persona fallecida no siempre se comunica con el familiar más allegado (que en teoría sería el que estaría más propenso a alucinar debido al stress y a la necesidad de contacto). También es llamativo que estas ‘comunicaciones’ suceden generalmente como eventos únicos (no se repiten a diario, no suceden cada vez que la persona está debilitada, o estresada, o muy sensible ).


A lo que vamos, suponiendo que la persona que ha quedado viva está en un estado tal de ansiedad y stress que provocaría una alucinación, lo que uno esperaría encontrar es que en cada pico de stress o agudo dolor, la experiencia de la visión se repitiera. Y en la mayoría de los casos esto no sucede. Por el contrario, muchas de estas experiencias han tenido lugar meses o años después de la partida del ser querido. (O sea que no coincidiría con el momento de mayor shock emocional que sigue a la muerte )
Cuánta gente ha tenido estas experiencias?


Bill y Judy Guggenheim, en su proyecto de investigación sobre ‘Comunicaciones después de la muerte’ (ADC Project - After Death Comunnication, en USA) han llegado a la siguiente conclusión: “Basado en nuestra investigación, estimamos en una forma conservadora, que al menos 50 millones de americanos, o el 20% de la población de Estados Unidos, ha tenido una o más experiencias de comunicación después de la muerte. Los porcentajes se elevan dramáticamente entre los padres que han perdido un hijo, los viudos, los niños que han perdido a sus padres y todos los demás que hayan sufrido la pérdida de un ser amado.”


Estos autores opinan que las Comunicaciones ADC también son muy comunes en otras partes del mundo, donde son socialmente aceptadas como comunicaciones reales de seres queridos fallecidos. La gente que ha vivido estas experiencias son capaces de compartirlo en una forma libre y alegre con los demás, y todos se benefician de discutir estos eventos abiertamente.
“Creemos que las comunicaciones ADC merecen el mismo grado de aceptación pública y de apertura de conciencia en nuestra propia cultura”, agregan Bill y Judy Guggenheim.


En nuestro entorno, si preguntamos en forma confidencial y directa, es llamativo el alto número de estas experiencias que han sido vividas en relación a la pérdida de un ser querido. Si bien son experiencias que por lo tanto podríamos considerar habituales, encontramos que es grande la resistencia a hablar de ello.


Distintos tipos de posibles ‘Comunicaciones después de la muerte’ (ADC) que más usualmente han sido ESTUDIADOS:


(Pueden presentarse solas o combinadas entre ellas)


1)Sentir la presencia (de la persona fallecida). Es una sensación distintiva, casi física, de que él o ella están presentes. La mayoría de la gente que ha experimentado esto, dice reconocer a la persona y también identifica las emociones y su estado de ánimo general. Algunos pueden recibir mensajes no verbales en esta forma. Aún cuando este tipo de comunicación es la menos tangible y concreta de todas, cada experiencia tiene un comienzo y un final muy definido. Los que lo experimentan son claramente conscientes de cuando ‘llegan y cuando se van’ sus seres queridos fallecidos.


2)Comunicaciones Auditivas (recibir un mensaje verbal, escuchar la voz de una persona fallecida) Algunas personas reportan haber escuchado una voz audible que provenía de una fuente externa a su propia persona. Escuchan la voz en sus oídos, en la misma forma que escucharían a cualquier otra persona hablando con ellos. Pero la mayoría de las personas dicen haber escuchado la voz internamente, adentro de su cabeza o mente, y están igualmente convencidos de que la fuente de origen de esta voz era externa a ellos.




A esto se lo encuadra también dentro de las comunicaciones telepáticas. En ambos casos, tanto si oyen la voz en forma externa o interna, lo que más destacan es que la voz es claramente familiar, y su forma de hablar también. Estos mensajes en general son muy cortos, de unas pocas palabras, casi como un telegrama. (Por ejemplo: “Todo va a estar bien”)




También hay casos donde se han escuchado palabras de advertencia ante un peligro inminente.


3)Comunicaciones Táctiles (sentir el contacto físico con una persona fallecida) Estas experiencias generalmente consisten en un leve toque, una suave caricia, o beso, un brazo que nos rodea los hombros, una mano que nos toca el pelo. Si bien las experiencias táctiles pueden aparecer aisladas de otras, lo más frecuente es que se presenten en combinación con experiencias auditivas o de sentir la presencia del ser querido.


4)Comunicaciones Olfativas (oler una fragancia específica que puede ser asociada a un amigo o familiar fallecido) Pueden ser aroma a perfume, colonia, flores, alguna comida en especial, bebida, tabaco, etc. Durante una experiencia de este tipo, la gente reporta haber sentido un olor que está claramente fuera de contexto con su entorno. El cuarto o el área donde están se impregna súbitamente con un aroma particular que no tiene una fuente física identificable. Dentro de estas experiencias, es habitual encontrar que dos o más personas las experimenten a la vez.


5)Comunicaciones Visuales (Ver a la persona fallecida) Dentro de este tipo de experiencia, se puede hablar de Apariciones parciales y Apariciones completas. En la primera, la persona es capaz de ver solo una parte del cuerpo de la persona fallecida, o si lo ve entera, no la ve del todo sólida.




Dentro de esta clase de formas de percibirlo, se encuentra el ver al ser querido como una luz brillante, como una cara dentro de una luz brillante, solo la parte superior del cuerpo o como un cuerpo casi transparente, como una niebla. Las apariciones parciales o completas pueden incluir cualquiera de los tipos anteriores de contacto (sentir la presencia, escuchar una voz, sentir un contacto físico u oler una fragancia). En la descripción que se hace cuando ven luces, es habitual escuchar que la luz es ‘muy brillante, pero no lastima los ojos’.




Muchas veces se ve la persona más joven, en perfecto estado de salud, o sin algún problema físico que le hubiera aquejado durante su vida. (Por ejemplo, una persona que no podía caminar, se la ve caminando, con sus piernas bien.




O una persona con un gran deterioro físico por causa de una enfermedad, se la ve saludable.)Si bien se suele pensar que suceden solo en circunstancias especiales, estas experiencias suelen pasar en cualquier lado, de día o de noche, indistintamente, adentro o afuera, hasta cuando estamos rodeados de otras personas, o manejando un auto, o solos. Aún cuando la experiencia sucede en la oscuridad, la persona fallecida se puede ver con todo detalle.




En algunos casos, una luz brillante se ve atrás de ellos, en otros, ellos mismos son la fuente de luz que se extiende más allá de su cuerpo e ilumina la habitación. Los que han visto este tipo de luces, las describen como una luz blanca y clara, aunque a veces también como con tonos dorados, amarillos o con toques azules (similares a las descripciones que realizan aquellos que dicen ver el aura humana). En los casos de apariciones ‘completas’, el cuerpo de la persona fallecida se ve exactamente como si estuviera ahí, sólido y real. Muchos dicen percibir una gran serenidad espiritual, mucho amor o una gran paz, que se irradia del ser querido.


6)Comunicación en forma de Visiones (se ve a la persona fallecida como en una foto, en dos dimensiones, o como un holograma en tres dimensiones, como una imagen flotante) Pueden ser vistas en forma externa o como una visión interna. Las visiones externas se experimentan con los ojos abiertos, y pueden ser comparadas a la visión de una diapositiva o de un video proyectado enfrente nuestro, suspendido en el aire. Las visiones internas son vistas en la mente, con los ojos abiertos o cerrados.




Estas visiones están generalmente compuestas por colores muy vívidos y brillantes, que irradian su propia luz, similar a lo que podríamos percibir si viéramos una imagen en un vidrio coloreado (como un vitraux) iluminado desde atrás. Las descripciones de este tipo de visiones coinciden en que es como mirar por un agujero hacia otra dimensión y sentir de una forma intuitiva que hay un mundo espiritual más allá de este. Estas visiones pueden incluir mensajes telepáticos. Estas comunicaciones son más frecuentemente reportadas durante las visiones internas que son experimentadas durante una profunda relajación, meditación u oración.


7)Comunicaciones en estado de Ensueño (que suceden en el momento en que uno se está durmiendo o justo cuando se está despertando) Este estado de ensueño (Alfa) se alcanza espontáneamente al dormirse y al despertarse.




También puede ser inducido por prácticas de meditación, hipnosis, o profunda oración. Es importante destacar que las experiencias de comunicación tienen esencialmente las mismas características ya sea que se experimenten en estado despierto, de ensoñación o dormido.


8)Comunicaciones en Sueños (hacer contacto mientras que están profundamente dormidos) Si bien se las llama ‘sueños’ es común escuchar el siguiente comentario de boca de quienes lo han experimentado: “Fue un sueño. Pero no era un sueño normal, era muy real.” Para diferenciar esta experiencia de un sueño común , podemos decir que los sueños son en general bastante fragmentados, llenos de simbolismos y situaciones fantásticas, e incompletos en muchos sentidos. Si bien algunos de ellos tienen una gran intensidad emocional, también típicamente presentan una cierta cualidad de irrealidad y son habitualmente olvidados con facilidad. Por contraste, las comunicaciones en sueños se sienten como un contacto ‘cara a cara’ con la persona fallecida.




Son mucho más ordenados, coloridos, vívidos y recordables que la mayoría de los sueños. Es bastante común que las comunicaciones en sueños involucren un número de personas que están físicamente vivas y también a la persona fallecida. Interesantemente, en casi todos los casos, el que experimenta la comunicación (el que está soñando) es el único que en el sueño es capaz de percibir y comunicarse con la persona fallecida, mientras los otros se mantienen completamente afuera de la experiencia. Otro rasgo que se ha encontrado en este tipo de sueños, es la sensación de una barrera que separa a la persona que sueña de la persona fallecida. (Por ejemplo, estar del otro lado de un río, de una puerta, algo por donde no está permitido cruzar. Esta separación también coincide con algunas descripciones que realizan aquellos que han tenido experiencias de casi-muerte y han vuelto a la vida.)


9)Comunicaciones durante una Experiencia Fuera del Cuerpo (OBE) (Sentir la sensación de salirse fuera de su cuerpo físico, y en ese momento encontrarse, sentir que se produce la comunicación con la persona fallecida) Estas experiencias son menos comunes que las anteriores. Las experiencias fuera del cuerpo pueden producirse mientras que se está despierto, en estado de ensoñación o dormido. La comunicación se realiza al igual que en los otros tipos de comunicaciones, solo que el encuentro se produce en un estado de consciencia distinto.




(Por ejemplo: Estar en su cuarto despierto, sentirse que se sale del cuerpo, ve su cuerpo desde arriba, va hacia otra habitación, ahí se encuentra con la persona fallecida, la ve o la siente, o la escucha, vuelve a su cuerpo). En algunos casos, la experiencia se asemeja mucho en sus características a una ‘Experiencia cercana a la muerte’ o NDE, pero con la diferencia de no estar en peligro de muerte. (Por ejemplo, soñar con un túnel, una luz al fondo, encontrarse con su ser querido y otros familiares fallecidos, escuchar su voz diciéndole ‘Vuelve. Todavía no es el momento para ti, tienes aún mucho que hacer’, y luego sentir que la luz se va, y uno estar despierto en su cama).


10)Comunicaciones por medio de Teléfonos (recibir una llamada telefónica, y oír la voz de la persona fallecida en el teléfono) Este tipo de comunicación se puede dar en sueños y también sucede cuando están despiertos. El teléfono realmente suena, al atender se escucha la voz de la persona fallecida, se puede en ocasiones mantener una conversación. La voz se puede escuchar en forma fuerte y clara o también como si estuviera muy lejos. Luego de finalizada la comunicación, no se escucha que la otra persona corte, sino que se escucha silencio en la línea, como si hubieran cortado el cable. Otras personas describen haber recibido comunicaciones en sus contestadores telefónicos, grabadores de audio, radios, televisores o computadoras.




(Según Bill Guggenheim, como los teléfonos son simples aparatos eléctricos, algunos de nuestros seres queridos fallecidos pueden aparentemente manipular la energía eléctrica para lograr este tipo de comunicación.)


11)Comunicaciones a través de fenómenos físicos (luces que se prenden y apagan, radios y otros elementos eléctricos que se encienden, objetos mecánicos que se activan, fotos y otros objetos que se mueven o encuentran cambiados de lugar, retratos que irradian luz, algo que sale ‘volando’ de su lugar y aterriza al lado nuestro)


12)Comunicaciones simbólicas (por medio de signos que son interpretados por la persona como un mensaje del familiar o amigo fallecido). Generalmente son signos que tienen significado personal para la persona doliente, por ejemplo mariposas o pájaros que se comportan de una manera particular, que se acercan a la persona, o se quedan quietos y no se asustan, mostrando un comportamiento no habitual. En general son experiencias subjetivas, que solo pueden ser evaluadas por la intuición del que las experimenta.


Un argumento importante para validar las comunicaciones como tales (y no como meras proyecciones del inconsciente , fantasías, alucinaciones o memorias causadas por la pena) son los casos en que las personas fallecidas se han comunicado con sus seres queridos, antes de que estos se enteraran que habían muerto. En el caso de una muerte súbita e inesperada, la persona que queda viva, y que no sabe del fallecimiento de su ser querido, no tendría motivo alguno para estar alucinando por una pena que aún no siente.


Los casos más común mente documentados consisten en la visita de la persona que acaba de fallecer a un familiar o amigo que al desconocer que este ha fallecido, se sorprende mucho de verlo y no entiende qué es lo que está sucediendo. Muchas veces coincide el horario de la visita con el momento de su muerte, independientemente de la distancia física y el lugar adonde se encuentre el familiar que tiene esta experiencia.


Si han tenido alguna de estas experiencias y quieren compartirla, envíenosla y la publicaremos en el blog.

lunes, 13 de diciembre de 2010

LA ENTRADA EN EL MUNDO ESPIRITUAL


La puerta al mundo de las almas

Durante miles de años la gente en Mesopotamia creyó que las puertas para entrar y salir del cielo estaban situadas en los lados opuestos de la Vía Láctea, y lo llamaron el Río de las Almas. Después de la muerte, las almas tenían que esperar a que se elevara en el cielo la puerta de Sagitario y el equinoccio de otoño, cuando el día y la noche son iguales.

La vuelta a la Tierra en la siguiente reencarnación sólo podía producirse durante el equinoccio de primavera a través de la salida de Géminis en el cielo estrellado.

Mis PACIENTES me dicen que la migración del alma es mucho más sencilla. El efecto del túnel que experimentan cuando abandonan la Tierra es la entrada al mundo de los espíritus. A pesar de que las almas dejan sus cuerpos con mucha rapidez, creo que la entrada en el mundo espiritual es un proceso que se lleva a cabo con mucho cuidado. Después, cuando regresamos a la Tierra en otra vida, el camino de vuelta es mucho más rápido.

La situación del túnel con respecto a la Tierra varía en los relatos de mis clientes. Algunos de los que acaban de morir lo ven abriéndose por encima de sus cuerpos, mientras que otros dicen que suben muy por encima de la Tierra antes de verlo. En todos los casos, sin embargo, el tiempo que las almas tardan en llegar al túnel es mínimo una vez que han abandonado la Tierra. A continuación se relatan las observaciones de otro individuo en su lugar espiritual.

Caso 1

P: Estás abandonando tu cuerpo. Te ves alejándote más y más del lugar en el que has muerto y abandonas la Tierra. Cuéntame lo que estás experimentando.
R: Al principio… había mucha luz... más cerca de la Tierra… Ahora está más oscuro porque acabo de entrar en un túnel.
P: Descríbeme el túnel.
R: Es... un pasadizo estrecho... y oscuro... y hay un pequeño círculo de luz al final.
P: Bien, ¿qué pasa ahora?
R: Siento un suave tirón… como si alguien me llevara del brazo. Creo que debo dejarme llevar a través de este túnel... y lo hago. Ahora ya no es oscuro, es gris porque el círculo de luz se está ensanchando frente a mí. Es como si... (Se para).
P: Continúa.
R: Me invitan a que salga.
P: Deja que el círculo de luz se expanda delante de ti al final del túnel. Continúa explicándome lo que te está ocurriendo.
R: El círculo de luz se ensancha y... he salido del túnel. Hay... una neblina muy brillante… una niebla ligera. Yo me filtro a través de ella.
P: Una vez que has abandonado el túnel, ¿qué te llama la atención además de la falta de claridad visual?
R: (El sujeto baja la voz) Todo está... quieto... Es un lugar muy tranquilo... Estoy en el lugar de los espíritus.
P: ¿Tienes alguna otra impresión corno alma en este momento?
R: ¡El pensamiento! Siento la... fuerza del pensamiento a mi alrededor. Yo...
P: Relájate por completo y deja que las imágenes te lleguen con facilidad.
Continúa contándome exactamente lo que te ocurre. Por favor, sigue.
R: Bueno, es difícil expresarlo con palabras. Siento... pensamientos de amor... compañía... simpatía... Y todo ello está combinado con... la expectación... Es como si los demás estuvieran esperándome.
P: ¿Sientes seguridad o estás algo asustada?
R: No estoy asustada. Cuando estaba en el túnel, estaba más... desorientada. Sí, ahora me siento segura... Noto los pensamientos que me llegan... de amor... de
acogida. Es extraño, pero siento que todos a mi alrededor saben quién soy y por qué estoy aquí.
P: ¿Ves alguna evidencia de ello a tu alrededor?
R: (Bajando la voz) No, lo siento... armonía de pensamiento por todos lados.
P: Cuando saliste del túnel, hablaste de que a tu alrededor había sustancias parecidas a las nubes. ¿Estás en el cielo por encima de la Tierra?
R: (Pausa) No, no es eso, pero parece que estoy flotando sobre algo parecido a una nube, aunque diferente de las de la Tierra.
P: ¿Puedes ver la Tierra? ¿Está debajo de ti?
R: Puede ser, pero no la he visto desde que entré en el túnel.
P: ¿Sientes alguna conexión con la Tierra a través quizás de otra dimensión?
R: Es posible, sí. En mi mente la Tierra parece cercana... y me siento conectada con ella… pero sé que estoy en otro lugar.
P: ¿Qué más puedes decirme sobre el lugar en el que te encuentras?
R: Es un poco... lóbrego… pero me estoy alejando.

Este sujeto en particular, después de haber pasado por la experiencia de la muerte y del túnel, continúa adaptándose mentalmente a la ausencia de cuerpo mientras se interna en el mundo espiritual. Después del desconcierto inicial, sus primeras impresiones reflejan un sentimiento de bienestar. Este sentimiento es común entre todos mis clientes.

Una vez atravesado el túnel, nuestras almas han pasado ya por la primera puerta de su viaje al mundo del espíritu. La mayoría de ellos se dan cuenta en este momento de que no están muertos en realidad sino que únicamente se han librado de la carga de un cuerpo terrestre que ha muerto.


Con ello llega la aceptación en grados distintos dependiendo de la propia alma. Algunas personas miran con asombro a su alrededor mientras que otras me describen los datos exactos de lo que ven.


Gran parte depende de su madurez y sus experiencias vitales recientes. La reacción más común que obtengo es un respiro de alivio seguido de un comentario del tipo «¡Estupendo! ¡Estoy en casa de nuevo en este maravilloso lugar!»

Existen almas muy desarrolladas que salen tan rápido de su cuerpo que gran parte de lo que se describe aquí es para ellos una visión borrosa en su camino hacia su destino espiritual. Estas son almas superiores y en mi opinión son una minoría en la Tierra. El alma común no se mueve tan rápidamente y a veces duda. Si excluimos los raros casos de espíritus perturbados que luchan por seguir conectados a sus cuerpos, creo que son las almas jóvenes con menos vidas pasadas las que permanecen vinculadas con la Tierra después de la muerte.

La mayoría de mis PACIENTES dicen que cuando salen de la boca del túnel ven las cosas confusas durante algún tiempo. Creo que esto se debe a la densidad del cercano plano astral que rodea a la Tierra, llamado «Kamaloka» por los teosofistas. En el caso siguiente se describe este lugar desde la perspectiva de una persona mucho más analítica. El alma de este individuo demuestra un poder de observación considerablemente sensible a las formas, los colores y los niveles de vibración. Normalmente, estas descripciones tan gráficas aparecen en mis clientes cuando se han internado más en el mundo espiritual y se han acostumbrado a lo que les rodea.

Caso 2

P: Mientras te vas alejando del túnel, describe lo que ves a tu alrededor tan detalladamente como te sea posible.
R: Las cosas aparecen en... capas.
P: ¿En capas? ¿Cómo?
R: Mm. como... una tarta.
P: Utilizando el ejemplo de la tarta, explica qué quieres decir.
R: Quiero decir como algunas tartas que tienen la parte de arriba más estrecha que la de abajo. No era así cuando atravesaba el túnel. Veo capas... niveles de luz...
Parecen ser... traslúcidos... dentados...
P: ¿Quieres decir que el mundo de los espíritus está hecho con una estructura sólida?
R: Eso es lo que intento explicar. No es sólido, aunque al principio lo parece. Está organizado en capas y los niveles de luz están todos entrelazados en... finos rayos estratificados. No quiero hacer que parezca que no es simétrico; lo es. Pero veo muchas variaciones en el grosor y la refracción del color según las capas. Además se mueven hacia delante hacia atrás. También sentí este movimiento cuando me alejaba de la Tierra.
P: ¿Cuál es la causa de este movimiento en tu opinión?
R: No lo sé. Yo no lo diseñé.
P: Por tus descripciones me imagino el mundo de los espíritus como una plataforma inmensa formada por capas con secciones sombreadas de arriba abajo.
R: Sí, y las secciones son redondeadas: se curvan alejándose de mí cuando floto a través de ellas.
P: Desde el punto en el que tú observas, ¿puedes decirme algo sobre los colores de las capas?
R: Yo no he dicho que las capas tengan colores definidos. Son todos variaciones del blanco. Es más claro... más luminoso en el lugar al que me dirijo que de donde vengo.
A mi alrededor hay una blancura brumosa mucho más brillante que en el túnel.
P: Mientras flotas a través de estas capas espirituales, ¿tu alma sube o baja?
R: Ni lo uno ni lo otro. Me muevo transversalmente.
P: Bien: entonces ¿ves el mundo espiritual en este momento como una dimensión lineal formada por líneas y ángulos mientras lo estás atravesando?
R: (Pausa) Yo creo que es... sobre todo una extensión de energía inmaterial que está dividida en capas por las variaciones de tonos claros y oscuros. Creo que algo... me está empujando hacia mi nivel correcto de viaje e intenta relajarme,...
P: ¿De qué modo?
R: Estoy oyendo sonidos.
P: ¿Sonidos de qué tipo?
R: Un eco... de música... un tintineo musical... repiqueteo del viento… que vibra con mis movimientos... Es muy relajante.
P: Otras personas han definido estos sonidos como vibraciones, algo parecido a ir a caballo de la resonancia del sonido de un diapasón. ¿Estás de acuerdo con esta descripción?
R: (Asiente) Sí, así es... Y recuerdo también un olor y un sabor.
P: ¿Quieres decir que conservamos nuestros sentidos físicos después de la muerte?
R: Sí, el recuerdo de ellos... Las ondas de las notas musicales aquí son tan bellas... campanas... violines... ¡Qué tranquilidad!

Muchos viajeros del mundo de los espíritus me cuentan las sensaciones relajantes de estas vibraciones musicales. La sensación del sonido empieza muy pronto después del momento de la muerte.


Algunas personas me dicen que oyen zumbidos o cuchicheos inmediatamente después de abandonar sus cuerpos. Esta sensación se parece a la que se tiene cuando uno está cerca de los cables de teléfono.


El volumen de los sonidos puede variar antes de que las almas salgan de lo que yo interpreto que es el plano astral de la Tierra. La gente ha dicho que oyen los mismos sonidos cuando se encuentran bato anestesia general. Estos sordos zumbidos se hacen más musicales cuando se sale del túnel. A este tipo de música se le ha llamado apropiadamente la energía del universo porque revitaliza el alma.

Mencioné a las personas que hablaban de las capas del- mundo espiritual la posibilidad de que pudieran estar viendo planos astrales. En los escritos metafísicos aparecen muchos datos sobre planos por encima de la Tierra.


Desde las antiguas escrituras hindúes llamadas los Vedas, o textos orientales posteriores, los planos astrales han representado históricamente una serie de dimensiones crecientes por encima del mundo físico o tangible, que se funden con lo espiritual.


Estas regiones invisibles han sido experimentadas por distintas personas a lo largo de miles de años a través de la mente en estado de meditación y observaciones fuera del cuerpo. Las descripciones que se han hecho de los planos astrales coinciden en que son menos densos a medida que uno se aleja de la gran influencia de la Tierra.

Extracto del libro de Michael Newton

“LA VIDA ENTRE VIDAS”


Si desean leer el libro de este Psicologo Clinico mandenos un correo y se lo enviaremos gratis.

domingo, 12 de diciembre de 2010

EN MI SILENCIO INTERIOR


En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.

...Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después.

Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.

Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas
como son los sueños secretos.

Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas... para convertirse en árboles.

Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos.

Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.

Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez cegadora.

Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...

Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.

Nada hay que temer una sabiduría interior las acompaña, porque cada semilla sabe. Cómo llegar a ser árbol...

sábado, 11 de diciembre de 2010

LO QUE SIGNIFICA "HAY QUE DEJARLOS MARCHAR"

Hace poco tiempo conocí a una mujer cuyo esposo había fallecido siete meses antes. Entró a mi oficina con lágrimas en los ojos. Tan pronto se sentó, estuvo llorando durante unos cinco minutos.


Permanecí con ella en silencio, respetando su pena, reconociendo la necesidad que tenía de soltar la gran carga que llevaba. Luego le pregunté por la causa de esa tristeza. Con la voz llena de pasión y temor, me dijo que ese día había escuchado un programa en el radio sobre el luto, y esto la había trastornado terriblemente.


El experto hablaba sobre la necesidad que la persona enlutada tenía de despedirse de su ser querido para dejarlo ir. Tan pronto dijo las palabras “dejarlo ir”, comenzó a llorar de nuevo. Y agregó: “nunca olvidaré a mi esposo. Nunca dejaré mis recuerdos de él. ¿Cómo puedo borrar 38 años de amor?”


Era evidente que había entendido mal. Pensó que tenía que desconectarse de todo lo bueno que había tenido con su esposó y empezar de nuevo con la pizarra limpia para poder enfrentarse a su pena. Intenté asegurarle que estaba equivocada.


La pérdida no requiere que olvidemos nuestros recuerdos, más bien hace falta abrazarlos. La pérdida no requiere que dejemos de amar a nuestros seres queridos, sino que encontremos nuevas formas de amarlos. Antes, nuestro amor estaba mediado por la presencia. Ahora, está mediado por la ausencia. Necesitamos aprender a recordarlos y a amarlos aunque no estemos juntos.

Quizás ustedes, como esta mujer, no estén de acuerdo. Pero que hay que dejarlo ir, todo el mundo habla de dejarlo ir. La verdad, me parece, que hace falta también dejarla ir, pero sólo en cierta forma.

Tengo que dejar ir las expectativas y entender que mi vida ya no será como solía ser. Con el paso del tiempo, y a veces de bastante tiempo, tengo que aprender a dejar ir mi dolor, y reconocer y confiar en que puedo estar cerca de mí ser querido sin la presencia del dolor. Tengo que dejar ir la añoranza, y en su lugar sustituirlo con el recuerdo.

Cuando recuerdo, estoy consciente de lo que todavía tengo y puedo rescatar. No me concentro en lo que no tengo, sino en lo que queda. Este proceso de luto puede ser muy difícil. Cada uno de nosotros pasa por un proceso de abrir un nuevo espacio en nuestro corazón.

Los que hemos pasado por la experiencia del luto, hemos sido colocados en el salón de clases de la vida donde debemos aprender un nuevo idioma. Los políglotas saben la cantidad de tiempo, de repetición y de frustración que requiere poder hablar con fluidez un idioma. Es un proceso lento, pero no es insuperable. Lo mismo sucede con el idioma de amar en la separación.

Con la práctica, con apoyo, y con confianza en nuestra capacidad de soportar momentos, días y a veces años de práctica, también nosotros podemos aprender a vivir en un mundo diferente donde los recuerdos de nuestros seres queridos se convierten en una fuente de esperanza y crecimiento propio.

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miércoles, 8 de diciembre de 2010

RECUPERACIÓN EMOCIONAL DE LAS ALMAS Y QUIENES LES SOBREVIVEN

El tema de las relaciones afectivas posteriores de aquellos que sobreviven.
Enamorarse después de la muerte de un cónyuge en ocasiones genera sentimientos de culpa y hasta de traición, sin embargo en los dos casos mencionados, aquellos que partían sólo deseaban felicidad y amor a quienes les sobrevivían.
No obstante, el hecho de que los espíritus deseen esto para nosotros no significa que podamos compartir con facilidad nuestras expresiones de intimidad con amores pasados y presentes.


Personas que han tenido largos y felices matrimonios y luego pierden a su pareja tienen grandes posibilidades de lograr un exitoso segundo matrimonio. Esto es un tributo a la primera relación; tener otras relaciones no empequeñece ni deshonra nuestro primer amor, simplemente valida el logro de este sentimiento en medio de una sana aceptación.


Sé que poner a un lado los sentimientos de culpa es más fácil de decir que de hacer, incluso he recibido cartas de personas que han enviudado en las que me preguntan si la persona que ha partido puede realmente verlos en la habitación con alguien más.


En mi resumen sobre el mundo del espíritu, indicaba que las almas pierden la mayoría de su carga emocional negativa cuando se liberan de sus cuerpos.


Aunque es cierto que podemos arrastrar los síntomas de algún trauma emocional de la vida pasada a la siguiente, esta condición se encuentra en estado de suspensión hasta que retornamos a un cuerpo nuevo. Por otra parte, una gran cantidad de energía negativa es eliminada durante las primeras etapas de nuestro retorno al mundo del espíritu, especialmente después del desajuste que acontece durante la orientación.


Cuando las almas retornan de nuevo a un estado de energía pura en el mundo del espíritu, ya no sienten odio, rabia, envidia, celos o cosas similares.


Han venido a la Tierra para experimentar estos tipos de emociones y aprender de ellas pero, ¿sienten las almas tristeza por lo que dejan atrás, después de morir? Ciertamente, las almas experimentan nostalgia por los buenos momentos en sus vidas pasadas. Esto es neutralizado por un estado de dichosa omnisciencia y un grado tan alto de bienestar que las almas se sienten más vivas que en la Tierra.


No obstante, he encontrado dos clases de emociones negativas que existen dentro de las almas y que involucran alguna forma de tristeza. Una de ellas, que yo llamaría culpabilidad del karma, es ocasionada por tomar pobres decisiones, especialmente cuando otros resultaron lastimados por estas acciones.


La otra forma de tristeza no es la melancolía, ni la depresión, ni la infelicidad luctuosa en el sentido que la vida sigue a pesar de su partida sino que más bien proviene de su anhelo de reunirse con el origen de su existencia. Creo que todas las almas, sin importar su nivel de desarrollo, sienten este anhelo de buscar la perfección por la misma razón.


El factor que motiva a aquellas almas que vienen a la Tierra es el de crecer.


De ahí que los rastros de tristeza que distingo en las almas es básicamente la ausencia de elementos en su carácter inmortal y que ellas deben encontrar para completar su energía; el destino de las almas es buscar la verdad en sus experiencias para obtener sabiduría. Quienes le sobreviven han de saber que añorar no compromete los sentimientos de empatía, lástima y compasión de las almas hacia quienes sufren por su partida.


Dado que el carácter inmortal del alma ya no está limitado, por el temperamento y carácter individual de su último cuerpo, se encuentra en paz. Las almas tienen mejores cosas que hacer que interferir con las personas en la Tierra. En ciertos casos, algunas almas se encuentran tan alteradas por alguna injusticia hacia ellas en la vida, que no abandonan el plano astral de la Tierra después de la muerte hasta lograr alguna clase de solución.


El conflicto espiritual de estas almas no contempla la tristeza porque usted halle la felicidad con alguien más, a menos que se hubiese cometido un crimen para poder estar con otra persona. La gran ventaja de quien parte sobre quien le sobrevive es el hecho de saber que aún vive y que puede observar a aquellos que le son importantes. La integridad de las almas incluye el deseo de que aquellos que aman tengan la libertad de continuar con sus vidas en la forma que deseen. Si usted desea que un alma le visite, seguramente ésta lo hará, pero si no es así su deseo de privacidad será respetado.


Además, una parte de la energía que usted dejó en el mundo del espíritu siempre estará allí para ella.


Así como las almas pierden muchas emociones negativas al retornar al mundo del espíritu, los sentimientos positivos también sufren alteraciones. Por ejemplo, las almas sienten mucho amor, pero este amor no impone condiciones sobre la reciprocidad porque es brindado libre.


Las almas demuestran una coherencia universal hacia los demás que es tan absoluta que puede ser incomprensible en la Tierra. Esta es la razón por la que las almas nos parecen abstractas y enérgicas al mismo tiempo.


He escuchado acerca de algunas tradiciones culturales que aconsejan a quienes sobreviven dejar que las personas fallecidas se marchen y procurar no comunicarse con ellas dado que las almas tienen cosas más importantes por hacer.


La verdad es que las almas no desean que nos volvamos dependientes de una comunicación con ellas en detrimento de nuestra capacidad para tomar decisiones propias. No obstante, muchas personas no sólo necesitan consuelo sino también cierto tipo de aprobación al iniciar una nueva relación.


Espero que mi próximo caso ayude a disipar la idea de que quienes han partido no se interesan en el futuro de quienes les sobreviven. La privacidad siempre es respetada, siempre y cuando nos encontremos satisfechos.


Pero si una determinada acción, particularmente relacionada con un vínculo afectivo representa una posible decepción, ellas intentarán expresar su opinión para que seamos conscientes de ello. Dada la naturaleza dual de las almas, ellas pueden fácilmente ejecutar más de una tarea al mismo tiempo.


Esto incluye un período de tranquilidad en soledad en que pueden enfocar su energía en las personas que han dejado atrás. Las almas hacen esto para brindarnos mayor paz incluso cuando no estemos pidiendo ayuda.

Caso 12


George vino a verme en un cierto estado de desconsuelo provocado por sus sentimientos de culpa al tener un nuevo amor en su vida. Había enviudado hace dos años, después de un largo y feliz matrimonio con Francis. George reflexionaba sí ella lo miraba con desagrado por la relación que estaba llevando con Dorothy. Supe que Dorothy y su fallecido esposo, Frank, habían sido amigos cercanos de George y Francis.


En cualquier caso, George temía que su creciente atracción por Dorothy pudiese ser considerada como un acto de traición. Comienzo este caso en el momento de nuestra sesión en el que George ve a Francis después de una vida anterior juntos.


Dr. N.: ¿Ahora que ha entrado al círculo de compañeros espirituales, quién viene primero?
P: (llora) Oh, Dios, es Francis, es ella. Te he extrañado tanto, amor. Es tan bella... hemos estado juntos... desde el comienzo.
Dr. N.: ¿Ha visto que en realidad nunca la ha perdido en su vida actual, no es así? ¿Ella estará esperándolo cuando sea su hora de partir?
P: Si... siempre lo presentí... pero ahora sé...


Nota: George ha empezado a llorar y debemos detenernos por un rato.


Durante este tiempo quiero que mi paciente se acostumbre a abrazar a su esposa y a hablarle por medio de su mente superconsciente. Él está profundamente convencido de que su guía y el mío conspiraron para propiciar este encuentro. Le explico que la información que obtenga le podría ayudar a continuar su vida con Dorothy. El catalizador para este reconocimiento se hace evidente cuando comenzamos a identificar a otros miembros del grupo de almas de George.


Dr. N.: Ahora quiero que identifique las figuras que se encuentran cerca de Francis.
P: (radiante) Oh, increíble... no lo puedo creer... pero, claro... ahora tiene sentido.
Dr. N.: ¿Qué es lo que tiene sentido?
P: Son Dorothy y... (se torna muy emotivo)... y Frank, están de pie juntos, al lado de Francis, me sonríen... ¿No lo ve?
Dr. N.: ¿Qué debería ver?
P: Que ellos nos han... acercado, a Dorothy y a mí.
Dr. N.: ¿Explíqueme por qué lo cree así?
P: (impaciente conmigo) Ellos están felices de que nos hayamos encontrado en... una forma íntima. Dorothy había sufrido mucho tiempo por Frank y la pena que ambos sentimos se dispersa al tenernos como compañía.
Dr. N.: ¿Y ve que ustedes cuatro pertenecen al mismo grupo de almas?
P: Si... pero no tenía idea de que fuera así...
Dr. N.: Como almas, ¿cuáles son las diferencias entre Francis y Dorothy?
P: Francis es alma educadora muy fuerte mientras que Dorothy es más artística y creativa... delicada. Dorothy es un espíritu tranquilo, capaz de adaptarse más fácilmente que el resto de nosotros a las condiciones existentes.
Dr. N.: Ahora que tiene la aprobación de Francis y Frank, ¿qué obtendrá Dorothy de esta asociación como su segunda esposa en esta vida?
P: Consuelo, entendimiento, amor... Puedo brindarle más protección porque tengo metas muy definidas. Me enfrento a las cosas que Dorothy da por ciertas. Ella acepta demasiado. Tenemos un buen balance.
Dr. N.: ¿Es Dorothy su compañera espiritual primaria?
P: (enfáticamente) No, es Francis. Dorothy usualmente hace pareja con Frank en sus vidas, pero todos somos muy cercanos.
Dr. N.: ¿Ha interactuado con Dorothy anteriormente en otras vidas?
P: Si, pero en diferentes situaciones. Ella usualmente hace el papel
de mi hermana, una sobrina o una amiga cercana. Dr. N.: ¿Por qué hace usualmente pareja con Francis?
P: Francis y yo hemos estado juntos desde el comienzo. Somos muy cercanos porque hemos luchado juntos, ayudándonos... ella siempre es capaz de hacerme reír de mi seriedad, de mis tonterías.

Cuando cerré este segmento de nuestra sesión, sentí que George había ganado mucho conocimiento. Desbordaba de alegría por saber que no era un accidente que él y Dorothy se hubiesen acercado tanto. Las cuatro almas conocían sus destinos actuales con anticipación.


He recibido información similar proveniente de pacientes que no se encontraban en el mismo grupo de almas que su nuevo amor pero que se conectaban como almas asociadas de grupos cercanos. He descubierto que la mayoría de la gente sabe si la persona con quien viven no es una compañera espiritual cercana, pero esto no quiere decir que no se puedan mantener buenas relaciones con almas de otros grupos.




A continuación cito la declaración de un paciente que murió antes que su esposa en su anterior vida juntos:


Cuando llego a consolar a mi esposa después de mi muerte, lo hago como un amigo y compañero. En realidad no nos amamos. Ella no fue una íntima compañera espiritual para mi, ni yo lo fui para ella. Siento mucho respeto por ella. Necesitábamos esta relación para trabajar en aquellas cosas que atañían a nuestras fortalezas y debilidades.




Así que no digo, "Te amo" porque ella sabría que no es verdad o porque podría confundir mi espíritu con su verdadero compañero espiritual. Nuestro contrato en esta vida ha terminado y si ella lo desea, me gustaría que llevara a otra persona en su corazón.


EXTRACTO DEL LIBRO “DESTINO DE LAS ALMAS”
MICHAEL NEWTON