PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

miércoles, 28 de agosto de 2013

EL MIEDO A LA MUERTE

EL MIEDO

Que es el miedo es una emoción , un sentimiento que va unido a todos nosotros , algo que no podemos cambiar y que en ocasiones nos es muy útil pues nos preserva de peligros y situaciones difíciles, pero en otras ocasiones nos paraliza nos impide disfrutar de nuestro libre albedrío nos impide nuestro crecimiento y aprendizaje, tan necesarios para nuestra evolución.

Es algo tan inherente en nosotros que no podemos obviarlo, pero si podemos aceptarlo, fluir con el y así, podremos controlarlo, y para eso hay una barita mágica, que es el conocimiento, el saber, el darnos cuenta de lo que hay, de lo que esta pasando, en concreto de descubrir quienes somos, el porque y el para que de nuestra existencia.

EL MIEDO A LA MUERTE

El porqué de ese miedo ,si preguntara hay alguna persona aquí presente que no tiene miedo a morir o al momento de la muerte o a aquello que conlleva todo lo referente a ese tema quizás, no encontrase muchos “no” y en cambio muchos “si”, otra pregunta ¿nos interesamos por ese tema? , ¿solemos hablar sobre la muerte? aquí puede que hubiera mas si, pero mi opinión es que casi siempre se habla de ella cuando de alguna manera se ha cruzado en nuestras vidas, enfermedades terminales, muerte de algún familiar o amigo.

No creen ustedes que lo lógico seria tratar el tema de la muerte desde la reflexión y objetividad sin dolor ni victimismo puesto que es algo que sabemos que nos va a ocurrir tarde o temprano.

Cuando somos conscientes de las cosas cuando sabemos, conocemos nos informamos y estudiamos somos capaces de entender, creo que esa es la palabra clave entender , entender el porque y el para que de la muerte y eso es lo que con esta pequeña charla y con el conjunto de todas las de mis compañeros intentaremos dar respuestas.

Una cosa esta clara la respuesta personal ante la muerte dependerá de muchos factores, entre los que destaca la edad, la cultura el tipo de creencias que se tenga y el nivel de apego  debemos tener en cuenta si la perdía a sido lenta rápida o violenta así como las experiencias que hayamos tenido antes y el grado de apoyo y comprensión que podamos recibir por parte de quienes nos rodean.

Aunque la generalización es inadecuada, es común que ante cualquier tipo de perdida presentemos una pequeña o gran conmoción que nos llevara, instantes y a veces hasta algunos días a un estado de embotamiento sensorial ese estado se entiende  como una anestesia emocional que nos impide reaccionar ya que el impacto de lo ocurrido nos impide actuar. 

Por lo general este estado viene acompañado por un sentimiento de negación por lo que uno intentara alejarse de lo ocurrido.

Posteriormente pasamos a un periodo de búsqueda del ser perdido o por lo menos el deseo de encontrarlo, donde aun prima la confusión así como Tb. la rabia y la actitud de rebeldía comió medio de aliviar el dolor, 

Continuando con la secuencia establecida, nos debe llegar la tristeza que es el estado característica del duelo cuando nos damos cuenta de la situación y sufrimos abiertamente el dolor de lo que ha pasado.

A veces si la tristeza es muy intensa nos puede conducir a la depresión en todo caso el último estadio es el de la aceptación. Pero si nos limitamos a transitar por estos estados no elaboraremos completamente el duelo sino que nos encallaremos en una actitud de victima indefensa de los hechos o viviremos la vida con amargura.

Para aceptar la muerte ya sea propia o de un ser querido o que incluso no conozcamos pero que nos afecta de alguna manera la estrategia esencial es darse el tiempo necesario sin importar cuanto sea y también concederse el permiso de ser auténticos sin tener que fingir o aparentar lo que no se siente estos deberían ser los ejes centrales en el proceso para lograr la recuperación necesaria o la aceptación del proceso anterior al desenlace.

Una recuperación que consistirá en encontrar el sentido de la vida nuevamente y si nunca existió, entonces acceder a el por primera vez. 

Como conseguirlo

Aceptar esta tarea es vital ya que nos sitúa en la realidad al aceptar la muerte solemos hacerlo a nivel mental pero  hay que aceptar la irreversibilidad del hecho a través de los sentimientos, ante los sucesos la mente puede entender el hecho en si, pero podemos comportarnos en nuestros actos cotidianos como si no fuera cierto.

Aunque nos genere dolor si deseamos lo contrario mientras no demostremos que aceptamos lo ocurrido con nuestros pensamientos sentimientos y acciones y guardemos una falsa expectativa de que todo va a cambiar viviremos una fantasía que solo prolongara el, despertar del dolor es natural un tiempo de negación pero su prolongación es contraproducente, aceptar los hechos es dolorosos pero es el camino que necesitamos recorrer para calmar el dolor.

Liberar las emociones y sentimientos que acompañaba tanto la perdida de un ser como la propia muerte, la compañía el apoyo de los cercanos y la expresión de los sentimientos mas profundos son el analgésico deseado que nos quita el dolor del alma liberar los sentimientos es la manera de que saquemos el dolor y todo lo que este conlleva La compañía y la escucha desinteresada y comprensiva de otros permitirán la superación gradual de la situación.

Capacitarse para desenvolverse con la propia situación o sin el ser perdido  

Esta tercera tarea que debemos llevar a cabo consiste en aprender de nuevo a vivir a pesar de no contar con la persona o sabiendo de nuestra muerte próxima capacitarnos para solucionar los problemas que surgen de la carencia de aquello que perdimos o que vamos a perder , lo lograremos gradualmente cuando volvamos a llenar en nuestro interior los espacios que quedan vacíos ante nuestra ausencia obligado nuestra o del ser querido , no se trata de un reemplazo Sin mas bien de una adaptación a la nueva realidad que ahora tenemos.

Volverse a motivar por la vida y los vivos, los seres humanos que aceptamos la muerte como un proceso de la vida aprendemos a vivir mas intensamente el presente y a disfrutar de los momentos buenos , de este modo se soporta mejor las situaciones desagradables y se llega a tener una conciencia mas plena de nuestros actos porque quien acepta su propia muerte y la de los demás obtiene la lección del desapego por lo tanto quizás la enseñanza sea no buscar nada en la vida que no estemos dispuestos a perder posteriormente.

Es una colaboración de: A.A.M.

lunes, 26 de agosto de 2013

CUANDO NOS DUELE EL DOLOR DE LOS DEMÁS

¿QUÉ HACER ANTE QUIÉN SUFRE LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO? 

¿CÓMO COMPORTARNOS SI DESEAMOS AYUDAR A QUIENES SUFREN EL DUELO?

CUANDO ALGUIEN CERCANO PIERDE A UN SER MUY QUERIDO, SOLEMOS DECIR: "SI ME NECESITAS LLÁMAME, PARA LO QUE NECESITES, PARA LO QUE SEA".

Seguro que lo decimos con el corazón, pero lo primero que tenemos que saber es que quienes han sufrido una gran pérdida no tienen apenas voluntad ni fuerza para pedir ayuda.

¿DE VERDAD PODEMOS PENSAR Y CREER QUE ALGUIEN SUMIDO EN LA MAYOR DE LAS TRISTEZAS, SIN DESEOS DE VIVIR, PUEDE DESCOLGAR EL TELÉFONO O DIRIGIRSE HASTA TU PUERTA PARA DECIRTE "TE NECESITO"?

Se debe asumir por tanto que hay que tomar la iniciativa. Para ayudar a una persona que sufre deberemos mostrar comprensión y mucho amor. No esperar a que acudan a nosotros. Se tiende a pensar que la pérdida hay que superarla rápidamente y sin ningún tipo de ayuda, aunque realmente no es así. El peso del dolor resulta más soportable cuántas más espaldas carguen con él y ayuden a sobrellevarlo.

NO NOS LIMITEMOS A DECIR: "SI HAY ALGO QUE HACER..." ENCUENTRE ESE "ALGO" POR SÍ MISMO, Y ENTONCES, SI ES CONVENIENTE, TOME LA INICIATIVA. ¿QUÉ HACER...DECIR...

CÓMO AYUDAR A QUIÉN ESTÁ SINTIENDO TANTO DOLOR?

ACOMPAÑAR:
-Sujetar la mano...acariciar una mejilla...y ofrecer todo el apoyo que creamos necesario tanto física, emocional como espiritualmente. 
-No se mantenga alejado por no saber qué decir o hacer. Es muy frecuente que nos asustemos ante el temor que produce el dolor que vemos y nos haga pensar:
"Es mejor dejarles ahora...Necesitan estar solos..."
Quizá nos mantengamos alejados porque temamos hacer o decir una inconveniencia, pero si evitamos estar con los dolientes se sentirán más solos e incomprendidos. Nuestra sola presencia puede infundirles ánimos. 

SERENAR: 
-Adoptar un aire reposado. 
-Calmarles con palabras cariñosas y gestos suaves. 
-Admitir con tolerancia las posibles manifestaciones de rabia, ira, llanto o cualquier brote de sentimientos y emociones contradictorios. 
-Recalcar las veces que sean necesarias que es normal que se sientan en ese estado de confusión y ansiedad, insistiendo en que no se están volviendo "locos" y que todos esos sentimientos por extraños y virulentos que sean, son normales ante la situación que están viviendo. 

ESCUCHAR, PERMITIR Y FAVORECER SU DESAHOGO: 
-Es muy importante para el doliente que sienta que comparten su dolor. 
-Dejarles expresarlo libremente y escucharles es esencial y una buena forma de aliviar su pena. 
-Puede que necesiten hablar de su ser querido, de cómo sucedió el accidente o la enfermedad, qué pasó o qué siente en esos momentos. 
-Por el contrario hay personas a las que les cuesta hablar y expresar lo que sienten. Lo mejor es que decidan por sí mismos sin tener que sentirse obligados a "comportarse" de un modo determinado. 
-No presionarles para que dejen de llorar, todo lo contrario, permitir su llanto y que puedan desahogarse. 
-No temer que se desfoguen con nosotros. Ser pacientes y comprensivos. -Es un gran error, creer que hay que evitar referirse al difunto ya que es muy doloroso para alguien en duelo, comprobar que ni siquiera nombren a su ser querido, no hablen de él o intenten evadir la conversación. 
-Al contrario de lo que se piensa, es muy gratificante para el doliente oír las cualidades, detalles y gestos que hiciese en vida con ellos su persona querida. 

COMPRENSIÓN: 
-Nunca diga: "Se cómo te sientes" ¿De verdad lo sabe? ¿Cómo comprender, por ejemplo, lo que sienten los padres cuando muere un hijo si no se ha experimentado esa misma pérdida?...Y aun si la ha experimentado, tenga en cuenta que no todo el mundo reacciona de la misma forma. 
-Una persona que ha experimentado la misma pérdida, puede ayudar mucho a otra en la misma situación, así podría confortar al doliente, saber cómo se sobrepuso de su pérdida contando su historia y dejar que la otra persona saque sus propias conclusiones. 

EVITAR LAS FRASES HECHAS: 
"La vida sigue"..."Dios lo ha querido así"..."Ya ha dejado de sufrir"... "Tienes otros hijos, marido, etc"..."Tienes una vida por delante"..."Puedes tener otro hijo"..."No te atormentes más"..."Tienes que intentar olvidar"... 
-Este tipo de frases ¡Suelen provocar más dolor, desconcierto y hasta rabia e indignación! Evitemos pronunciarlas y si no sabemos qué decir, es mejor no decir nada y utilizar la comunicación no verbal (un abrazo, una mirada, un gesto...o compartir tiempos de silencio). Este tipo de comunicación mostrará comprensión y que sientan que hay alguien preocupado por ellos y por su familia. 

BRINDARNOS EN TODO LO QUE PODAMOS: 
-No existe una manera única de ayudar, unos lo pueden hacer resolviendo trámites o papeleos, otros en tareas domésticas, visitando y permaneciendo a su lado si lo desea, especialmente en fechas señaladas (aniversarios, navidades, vacaciones...), compartiendo actividades que le gratifiquen o de cualquier otra forma que pueda serle útil. 
-Procurar que no estén solos mucho tiempo, respetando los momentos de soledad deseada y llenarles en lo posible el vacío de su pérdida. 

TOMAR LA INICIATIVA, SI FUERA NECESARIO: 
-Las personas en duelo suelen estar tan sumidas en su dolor, que éste les impide tener capacidad suficiente para enfrentarse a la ejecución o decisión de ciertas cuestiones o trámites. Su aturdimiento puede llevarles a no saber qué hacer, menos aún encargárselo a los demás, por tanto necesitan que alguien tome las decisiones por ellos. 
 -Siempre con la conveniente prudencia, si vemos que hay cosas que hacer ¡hagámoslas! tomemos la iniciativa. Es mejor decidir que preguntar cosas que son evidentes. 

EVITAR DAR CONSEJOS FÁCILES O SOLUCIONES INMEDIATAS: 
-Las personas en duelo se encuentran en un momento crucial de sus vidas y necesitan más que nunca del cariño, consuelo y apoyo de sus familiares y amigos. 
Están tan heridos tanto moral, mental, física y espiritualmente que no se encuentran con la capacidad suficiente para tomar decisiones, sobre todo si el fallecimiento se ha producido de forma brusca y accidental, terrorismo o han estado desaparecidos cierto tiempo. 
-En muchos casos los dolientes necesitarán bastante tiempo para asimilar la pérdida de un ser querido y no hay que atosigarles con consejos o demandarles que tomen decisiones precipitadas. Todo debe irse solucionando poco a poco, ¡habrá tiempo para ello!. 
-Nunca les diga que se deshagan de la ropa u otros efectos personales del difunto. Tampoco que tienen que deshacerse de los objetos que les traen recuerdos porque le prolonguen o provoquen más aflicción. 

OTRAS FORMAS DE AYUDA: 
-Ser generoso y hospitalario invitándoles a casa, a viajar... Tal vez rechacen el ofrecimiento por temor a perder el control de sus emociones frente a otras personas. 

También es posible que no les parezca bien disfrutar de compañía en tales momentos. En todo caso usted habrá dado el primer paso y los dolientes sabrán apreciarlo al percibir que no están solos y que alguien piensa en ellos. 

-Escriba una carta, poema o tarjeta de consuelo...Personas que han pasado por una pérdida dolorosa, han comentado que les ayudó mucho recibir algún escrito o carta de amigos y familiares. Pueden ser compuestas de unas pocas palabras de consuelo, pero debe estar escrita con el corazón. 
-Ayudarles a comenzar la tarea de escribir un diario, libro o también un blog que le ayude a expresar su dolor y sacarlo al exterior. 

 TAL VEZ DEBERÍAMOS TENER PRESENTE ALGO QUE UN DÍA ESCRIBIERA W.SHAKESPEARE: 

"EL PESAR OCULTO, COMO UN HORNO CERRADO, QUEMA EL CORAZÓN HASTA REDUCIRLO A CENIZAS" 

 *Escrito en base al conocimiento adquirido por nuestra experiencia y nuestras propias vivencias junto con las recomendaciones de: 

-SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CUIDADOS PALIATIVOS.

-A.M.A.D. ASOCIACIÓN DE MUTUA AYUDA ANTE EL DUELO.

viernes, 23 de agosto de 2013

SER MADRE

"Alma de seda y emoción de luna.
Ángel que en medio de la noche arcana
custodia el sueño de la blanca cuna,
la Madre es tal, que nadie determina
si es tan divino Dios como ella humana,
si es tan humano como Ella es divina". 
(Mario Vecchioli)

SER MADRE IMPLICA EL DESAFÍO SIEMPRE RENOVADO DE FAVORECER EL DESARROLLO PLENO -FÍSICO, PSÍQUICO Y EMOCIONAL- DE LOS HIJOS, PORQUE CON SU ACTITUD INTELIGENTE, ABNEGADA Y GENEROSA, PROMUEVE EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL Y EMOCIONAL DE ELLOS EN TODAS LAS ETAPAS DE LA VIDA, CADA UNA CON SUS MATICES, EXIGENCIAS Y DEMANDAS.

La figura de la madre, que se caracteriza por la entrega amorosa, incondicional, solidaria, forjadora de valores, merece no sólo cuando se festeja su día, sino más frecuentemente, una valoración que implique el reconocimiento a su tarea silenciosa, constante, sostenedora y vital. Una de las funciones trascendentes del espíritu encarnado en el sexo femenino, es la maternidad. Cumplir con ella requiere gran responsabilidad para quien la asume, dado que implica compromisos y renunciamientos en muchos órdenes, que se traducen siempre en posibilidad de amar y contribuir al crecimiento y realización de los hijos.

La madre que ama, prodiga a sus congéneres atenciones, cuidados, satisfacción de necesidades, aceptación respetuosa de las características del espíritu del hijo, conducción con firmeza y afecto hacia el desarrollo de los valores que entiende responden a una persona de bien, ilustración permanente basada en los conocimientos aprendidos y en la sabiduría que otorgan las experiencias vividas en este plano y en el espiritual.

La madre que ama, procura en ellos el aprendizaje continuo. Este no se produce cuando se les solucionan a los hijos todos los problemas, por el contrario, estas actitudes les restringen la capacidad de pensar, sentir y actuar. La limitación en la toma de decisiones acordes a su edad y comprensión, impide en ellos el desarrollo y la asunción de compromisos de vida, y a la vez, no crea responsabilidades directas de sus actos... 

Cuando la madre acompaña este proceso que naturalmente deben atravesar para aquilatar virtudes y superar tendencias erróneas, cumple con su función educadora fundamental, dado que les otorga a esos seres oportunidades de progreso, puesto que la comprensión del verdadero sentido de la vida, impone responsabilidad y da seguridad en un futuro mejor.

Ella intuye, investiga y descubre a través del análisis de las acciones y actitudes, y con la permanente conexión con el espíritu protector del hijo, cuáles son las características espirituales de ese ser, con el propósito de enseñar a pensar, sensibilizar y ayudarlo en el análisis de su propia personalidad.

La madre que ama, es capaz de luchar contra las adversidades hasta agotar sus fuerzas físicas, incluso olvidándose muchas veces de ella misma, de sus deseos o anhelos de realización personal.

UNA MADRE HOY DEBE RESPONDER A MUCHAS DEMANDAS DE LA FAMILIA Y DE LA SOCIEDAD. ALGUNAS DE ELLAS, DEDICAN SU TIEMPO A LA ATENCIÓN DE LAS ACTIVIDADES HOGAREÑAS, SIN OTRA RECOMPENSA APARENTE MÁS QUE LA QUE LE OTORGA UN AMBIENTE LIMPIO, ORDENADO Y ADECUADO PARA QUE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA ENCUENTREN ESPACIOS APTOS PARA UNA VIDA SANA Y FELIZ. SIN EMBARGO, QUIENES ASÍ LO PERCIBEN NO RECONOCEN MUCHAS VECES, LA GRANDIOSIDAD QUE ENCIERRA ESTA DEDICACIÓN, NI LOS VALORES QUE SON NECESARIOS REUNIR PARA PODER CONCRETARLAS. 

MUCHAS DE ELLAS ADEMÁS, CUMPLEN CON EL ROL DE VERDADERAS ADMINISTRADORAS DE RECURSOS, ESCASOS MUCHAS VECES, Y AGUDIZAN SU INGENIO Y CREATIVIDAD PARA OBTENER BUENOS RENDIMIENTOS DE LOS INGRESOS.

OTRAS, SUMAN EL DESEMPEÑO LABORAL FUERA DEL HOGAR, CON LA FINALIDAD DE CONTRIBUIR AL SOSTENIMIENTO FAMILIAR O DE PROYECCIÓN PROFESIONAL O SOLIDARIA. SUS ROLES DE TRABAJADORA Y DE MADRE SE COMPLEMENTAN AUNQUE ES DIFÍCIL PARA ELLA MUCHAS VECES, COMPAGINARLOS.

Los hijos necesitan ver que los adultos referentes en su vida se comportan de manera ética y responsable, tanto con respecto a los vínculos familiares como a los vínculos que establecen fuera de la familia. Las cualidades personales e interpersonales que se necesitan para conducirse en el mundo adulto se cultivan en la manera en que se interrelacionan los miembros de la familia, y la madre ocupa en ello, un lugar destacado.

Es a través de este esfuerzo como se consigue un ambiente agradable, de solidaridad, de armonía, donde crecen y se desarrollan las aptitudes, los gustos y los hábitos que en la vida son necesarios mantener para proyectarse, para programar las vivencias, cumplir los compromisos del espíritu y tener un futuro feliz.

miércoles, 21 de agosto de 2013

CONCIENCIA DE SER MUJER

PARA SER CONSCIENTES DE LA IMPORTANCIA QUE TIENE SER MUJER ES PRECISO, RECORDAR QUE SER MUJER IMPLICA TODO UN DESAFÍO Y TODA UNA RESPONSABILIDAD DE VIDA.

Muchos años de ostracismo y oscuridad la recluyeron a un plano secundario donde ciertos derechos, que hoy se consideran importantes en una sociedad moderna, eran desconocidos, ignorados e inimaginables.

La pintura que nos ofrecen algunas culturas y tradiciones nos sigue mostrando, lamentablemente, un espectáculo de sometimiento y abuso de poder, donde la mujer debe ocultar no sólo su rostro, sino también sus deseos, anhelos y su capacidad creadora.

Aunque muchos países desarrollados y otros en vías de serlo hayan aprobado leyes que reglamenten la igualdad de la mujer ante la ley, es cierto que aún subsisten muchos impedimentos para acceder a estos derechos.

Subyacen en forma más o menos velada, ciertas discriminaciones que van desde los sueldos menores hasta abusos físicos y emocionados. Pero una mirada atrás en la historia, nos permite reconocer logros importantes, en el avance de la igualdad de la mujer: el derecho al voto, reformas en la legislación de la familia y en la laboral, entre otras.

Colocar a la mujer en pie de igualdad con el hombre en cuanto a derechos civiles, posibilidades de capacitación intelectual e independencia económica, es sin dudas, una conquista ineludible en la civilización de los pueblos y en la sociedad actual.

Posibilitar su desarrollo en las actividades laborales, científicas, técnicas, culturales, de servicio a la comunidad, es valorar todo su potencial, factible de transformar y crear, de generar luz e inteligencia, con el tacto y la intuición que, muchas veces, la identifican.

Cada uno de los sexos debe buscar la complementariedad a partir de la diferenciación, lo masculino y lo femenino, con las mismas oportunidades laborales, intelectuales y de proyección a la sociedad, pero con diferentes compromisos de vida y funciones específicas.

La complexión orgánica de la mujer es muy sensible y su misión específica es el desarrollo del amor en sus formas más diversas. La procreación es la oportunidad del espíritu en su condición de mujer, de experimentar el amor, la entrega, la ternura y también el saber renunciar a ciertas comodidades y gustos personales.

La mujer debe aspirar a conquistar en el desarrollo de su función, los valores del sentimiento y la espiritualidad de la familia. Su objetivo es unificar a los seres y darles la felicidad de la vida mediante los valores propios de su función creadora. Es fundamental la actividad de la mujer en el ámbito de la familia, a fin de propiciar un clima de serenidad, comprensión, envolvimiento afectivo, estados que logran el fortalecimiento de las energías individuales debilitadas por las Luchas cotidianas.

Compañera del hombre, no rivalizando ni compitiendo con él, ella representa la perpetuidad de la vida y sigue ocupando el lugar más alto que le dio la naturaleza en el amor de la familia y de la humanidad. Tener conciencia de ser mujer es mucho más que haber nacido mujer, implica conocer, aceptar y desarrollar aquellos valores y actos que harán de su vida un hecho trascendente, pensando y haciendo en pos del amor y la unificación de los demás.

Tener conciencia de ser mujer es también vivir cada época de la vida de acuerdo con las necesidades del momento. Vivir con plenitud y responsabilidad las diferentes etapas de su existencia como hija, hermana, esposa, madre. En esta última, la mujer alcanza la plenitud de su realización y se proyecta con más humildad y comprensión.

Es por estas responsabilidades por las que también debe luchar, siendo libre para amar, crear y guiar.

El desafío radica esencialmente, en la posibilidad de desarrollar los valores de su espíritu con plena conciencia de lo que significa ser mujer, e inspirándose en la justicia, el amor y la verdad, saber renunciar cuando es preciso y exigir cuando es necesario.




Os dejo este video que es una muestra de la importancia de ser mujer

Es una colaboración de: M.B.D.S.

lunes, 19 de agosto de 2013

LA SOLEDAD DEL SUFRIMIENTO

El sufrimiento casi nunca atrae compañía. La gente no quiere estar mal y ni siquiera estar cerca del malestar. No solo nos pasa a los ciudadanos de a pie. Políticos, reyes, personajes del mundo del cine, alta sociedad y todo tipo de personas, sufrimos lo mismo. Es algo que no diferencia clases sociales, ni economías, ni respeta ninguna condición humana.

Parece como si los disgustos se pegasen a la piel y que el dolor pudiese saltar de una persona a otra con tanta facilidad que tuviese el poder de invadirnos como una enfermedad contagiosa.

En esos momentos uno aprecia a las poquísimas personas que están a su lado y agradece, desde lo profundo del corazón, su presencia. Tal vez porque esta compañía no es más que una moneda de cambio y dónde se instala hoy el dolor mañana puede embargar la alegría y ser nosotros los que podamos ayudar a otros a aliviar sus penas.

Hay un librito muy útil de Mª Jesús Álava Reyes que seguramente muchos conoceréis, que se titula “LA INUTILIDAD DEL SUFRIMIENTO” que os recomiendo leer a quien no lo haya hecho ya, incluso quienes lo hemos leído, debemos releerlo frecuentemente.

El sufrimiento no tiene límites. Puede empezar por ser insignificante y a penas rozarnos, pero también puede aliarse con el pensamiento tóxico y desmesurarse. A veces, adoptamos una postura tan absurda, cuando sufrimos, que incluso adoptamos el sufrimiento como huésped perpetuo de nuestra casa. Y lo peor, le hacemos nuestro mejor amigo.

LO QUE NOS DUELE NOS SIRVE SIEMPRE. APRENDEMOS DE ELLO EN TODOS LOS SENTIDOS. No solo recogemos, si somos inteligentes, el mensaje del suceso, sino que también nos da la oportunidad de reconocernos en la desgracia, de saber a dónde podemos llegar con nuestras fuerzas y a analizar nuestra capacidad regenerativa.

Recuperar la ilusión es un derecho que nos asiste a todos los seres humanos, pero también un deber absoluto para seguir siendo la pieza de este gran puzle que es la humanidad del que formamos parte.

ESTOY SEGURA QUE HEMOS VENIDO AQUÍ PARA APRENDER A SER FELICES. EN ELLO ESTAMOS CADA DÍA, PERO HAY BACHES, HAY PIEDRAS, HAY NUBES Y NIEBLAS QUE A VECES PARECEN DESVIARNOS DEL CAMINO.

REINVENTARSE SIEMPRE TIENE UN SABOR DULCE AL FINAL DE TODO. NOS PONE FRENTE A NUESTRA PROPIA GRANDEZA, ESA QUE A VECES NI SABEMOS QUE VIVE EN NOSOTROS.

Es una colaboración de: Mº.P.G.S.

sábado, 17 de agosto de 2013

EXPERIENCIAS SOBRE NUEVOS APRENDIZAJES

"LA VIVENCIA ENSEÑA MÁS QUE LA PALABRA. LAS PALABRAS FORMAN CONCEPTOS, LAS VIVENCIAS FORMAN EXPERIENCIA. LOS CONCEPTOS TRAZAN EL MAPA, LA EXPERIENCIA IMPLICA EL VIAJE. NINGUNA EXPERIENCIA SE PIERDE, PORQUE CADA EXPERIENCIA CONTIENE UNA LECCIÓN".

Las lecciones de la experiencia son siempre positivas aun cuando la experiencia no lo sea. 

En el libro "UNA VIDA CON PROPÓSITO", Dan Millman nos propone reflexionar acerca de aquellas cosas que podemos aprender a través de la experiencia y cuáles no, qué aspectos y acciones nos enriquecen y cuáles nos debilitan como seres humanos.

Reivindica en algunos párrafos, el valor de aprender de la vida, porque esta tiene un sentido, una dirección y buscar los medios y las formas para optimizar ese aprendizaje, puede constituirse también en un desafío.

La experiencia directa sigue siendo la mejor maestra, pero un libro nos puede proporcionar un mapa del territorio, una preparación que permite obtener más de la experiencia. Un libro puede señalar el camino, pero aún deberemos emprender el viaje. En realidad no necesitamos escoger entre libros y la experiencia.

El curso más sabio es elegir ambas cosas, porque nuestras vivencias seguirán planteándonos desafíos, pero las aprovecharemos más intensamente, si sabemos, conocemos y nos preparamos. "Integrar a la vida personal los principios y prácticas aprendidas en los libros puede tomar años. Nuestra receptividad e intereses cambian a lo largo del tiempo y la vida nos enseña a ser más humildes. No importa cuánto nos hayan enseñado los libros, está en la naturaleza de la vida bajar los humos antes de hallar sabiduría, caer de rodillas antes de elevar la mirada al cielo, enfrentar nuestra propia oscuridad antes de ver la luz. A cada uno le toca deambular por los bosques de la experiencia para recoger sabiduría mundana. Cada cosa que descubrimos sirve a su manera. Tenemos éxito cuando fallamos pero aprendemos de nuestros errores y ascendemos a las alturas por una escalera en caracol".

Estas referencias metafóricas sobre el valor de la vida y el modo de aprenderla y conocerla, puede invitarnos a reflexionar sobre los modos en que cada uno aborda y asimila lo que le sucede.

Algunos hacemos lo mismo una y otra vez, esperando resultados distintos. En lugar de repetir viejos errores, podemos cometer otros, probar también otros caminos y aprender de ellos. Cuando más aprendemos más adaptables somos. Aprender requiere cambios, cambiar implica rectificarse para abandonar lo viejo, y dejar lugar a lo nuevo. Nada cambia, si no cambiamos nosotros.

La transformación personal se gesta en lo íntimo de cada ser, cuando comprende, impulsado por la razón, el dolor o las diferentes circunstancias de vida, que debe orientar su camino hacia un rumbo diferente.

CONTACTO ESPIRITUAL

La voluntad y la íntima convicción de que es necesario cambiar en algunos aspectos, y de que hay que fortalecer otros, depende de cada individuo. Sólo él, apoyado en sus conocimientos, en sus talentos, en sus experiencias, en sus ideales, podrá trazar su camino, apoyándose siempre en las fuerzas que brindan los afectos, el contacto espiritual y la conciencia del bien.

Aprender a través de la experiencia, es sólo un camino, hay otros que se esbozan con perfecta claridad en la vida de los seres: la observación, la lectura, el recogimiento, el intercambio con otras personas...
Las rutas son variadas, pero todas se combinan para incentivarnos al mismo objetivo: el progreso en sus múltiples formas y dimensiones.

La experiencia es un camino más que se nos capitaliza en forma determinante, porque se imprime en nuestra psiquis y en nuestro corazón con la fuerza de lo vivido.

Pero "experiencia no es lo que nos sucede sino lo que hacemos con lo que nos sucede" (Aldous Huxley).

¿DE QUÉ MANERA LO CONVERTIMOS EN APRENDIZAJE?, ¿CÓMO AFRONTAMOS LO QUE NOS PASA? ¿REACCIONAMOS CON REBELDÍA, CON CONFORMIDAD, CON ACEPTACIÓN?

Elegir el rumbo, determinar el ritmo de la marcha, con quiénes y cómo lo recorremos, puede depender en gran parte de cada uno, que en función de su libre albedrío elige qué hacer y cómo hacerlo. Otras veces, las elecciones no son tantas y allí, nuestra capacidad, nuestra humildad y conformidad ante los hechos, se hace más necesaria.

APRENDER DE TODAS MANERAS, ES EL GRAN DESAFÍO AL QUE NOS INVITA LA EXISTENCIA, ACEPTÉMOSLO CON ALEGRÍA, OPTIMISMO, SABEDORES DE QUE DIOS EN SU INFINITO AMOR Y SABIDURÍA NOS OFRECE AQUELLO QUE PODEMOS Y SOMOS CAPACES DE DESARROLLAR. 

AMOR Y SABIDURÍA QUE NOS COBIJA CADA DÍA, CADA HORA, EN CADA VIDA QUE SE ADENTRA GENEROSA EN EL CAMINO DE LA EVOLUCIÓN, EN SUS DOS FACETAS, LA INDIVIDUAL Y LA COLECTIVA.

viernes, 16 de agosto de 2013

TOMAR CONCIENCIA DE LA MUERTE Y SU COMPRENSIÓN, POTENCIA ASPECTOS POSITIVOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANA

LA REVISIÓN DE DOCENAS DE ESTUDIOS REVELA QUE LA MORTALIDAD NO SOLO TIENE UN LADO OSCURO

“REFLEXIONAR SOBRE LA MUERTE NO TIENE PORQUÉ PROVOCAR SOLO MIEDO, AGRESIVIDAD, DESALIENTO Y OTRAS SENSACIONES NEGATIVAS, COMO CABRÍA ESPERAR.

DE HECHO, TIENE TAMBIÉN UN EFECTO POSITIVO EN LA PSICOLOGÍA HUMANA. ESTO ES LO QUE HA REVELADO LA REVISIÓN DE DOCENAS DE ESTUDIOS AL RESPECTO, REALIZADA POR CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE MISSOURI, EN ESTADOS UNIDOS.

LOS DATOS ARROJADOS HAN CONSTATADO QUE, EN LAS SITUACIONES EN QUE SE INCREMENTA LA CONCIENCIA DE LA MUERTE, COMO TRAS UN ATENTADO TERRORISTA O UNA CATÁSTROFE NATURAL, LA GENTE REAFIRMA LOS ASPECTOS POSITIVOS DEL MUNDO, Y SE PUEDE VOLVER MÁS PACÍFICA, COOPERATIVA Y CUIDADOSA”.

Según los autores del estudio, esta revisión ha demostrado que tener presente la muerte en nuestras vidas puede propiciar la reducción de actitudes belicistas, que tomemos mejores decisiones relacionadas con la salud; puede incrementar el altruismo y la tendencia a ayudar a otros e, incluso, puede reducir la tasa de divorcios.

Uno de los autores de la investigación, el profesor de ciencias de la psicología, Jamie Arndt, explica en un comunicado de dicha Universidad que “según la Teoría de la gestión del terror (TMT), las personas se enfrentan a la conciencia de su mortalidad sosteniendo creencias culturales y buscando formar parte de algo mayor y más perdurable que ellas mismas, como los países o las religiones”.

La TMT señala, más concretamente, que la conciencia de mortalidad hace que individuos y grupos sociales sientan la necesidad de reforzarse, a menudo llevando a cabo acciones punitivas y violentas e incluso provocando guerras.

Además, el miedo a la aniquilación absoluta provoca una ansiedad tan profunda y un sentimiento tan hondo de ausencia de sentido, que hace que las sociedades construyan y refuercen sus símbolos en forma leyes, sistemas religiosos de sentido, culturas y sistemas de creencias. Sin embargo, afirma Arndt, la idea de la muerte también puede tener un efecto positivo.

CUESTIÓN DE IDENTIFICACIÓN

Por ejemplo, en un estudio realizado con individuos estadounidenses, se les pidió a los participantes que imaginaran bien una catástrofe local bien una amenaza global relacionada con el cambio climático.

Los científicos evaluaron a continuación las actitudes belicistas de los participantes, concretamente con respecto a lo que ellos creían que era una potencial amenaza para su propio país: Irán.

Tras haber recordado la muerte, los participantes que habían pensado en el peligro del cambio climático expresaron niveles más bajos de belicismo que aquellas personas que habían pensado en un desastre local.

Según Kren Vail, director del estudio, estas diferencias en las actitudes tendrían su origen en el grado de identificación de los voluntarios con los afectados por ambos tipos de catástrofes.

“En los dos casos, (los participantes) respondieron a su conciencia de mortalidad tratando de proteger a grupos relevantes (para ellos). Cuando la amenaza estuvo localizada, los sujetos tendieron a defender a su grupo social más cercano; pero cuando la amenaza planteada resultó ser global, los participantes se identificaron a sí mismos con la humanidad entera, y se sintieron más pacíficos y cooperativos”.

QUÉ SUCEDE EN LAS CATÁSTROFES REALES

En el caso de catástrofes reales, como el ataque terrorista ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, el hecho de afrontar el miedo y la conciencia de la muerte puede tener tanto efectos positivos como negativos.

En aquella situación, “los medios de comunicación y los especialistas tendieron a centrarse en las reacciones negativas que este acto terrorista provocó, como la violencia y la discriminación que emergieron entonces contra los musulmanes”, afirma Vial.

Sin embargo, “algunos estudios revelaron que, tras el 11S, la gente también comenzó a expresar niveles más altos de gratitud, esperanza y bondad”.

Otro ejemplo: Tras el atentado sufrido por la ciudad estadounidense de Oklahoma en 1995, y que costó la vida a 168 personas, se constató un descenso en la tasa de divorcios en los condados circundantes.
Los científicos concluyen, a partir de todos los datos revisados que “tras un aumento de los estímulos que nos hacen conscientes de la muerte, la reacción positiva es intentar reafirmar que el mundo también tiene algunos aspectos positivos”.

EFECTOS EN LA VIDA PERSONAL

En su vida personal, los individuos también son capaces de sacarle partido a la conciencia incrementada de la muerte. En este sentido, algunos de los estudios revisados revelaron que los pensamientos sobre la mortalidad pueden despertar el deseo de hacer más ejercicio.

Otras investigaciones han constatado, por otra parte, que mantenerse conscientes de la realidad de la muerte puede reducir hábitos nocivos, como el tabaquismo, así como aumentar el cuidado personal.

“Una vez que empezamos a desarrollar el presente estudio, nos sorprendimos de la cantidad de investigaciones que demuestran los efectos positivos de la conciencia de mortalidad”, afirma Arndt, que añade que “la gente es muy capaz de extraer un lado luminoso de la muerte”. 

LOS RESULTADOS DE LA PRESENTE INVESTIGACIÓN HAN APARECIDO PUBLICADOS EN LA REVISTA PERSONALITY AND SOCIAL PSYCHOLOGY REVIEW, DE LA SOCIETY FOR PERSONALITY AND SOCIAL PSYCHOLOGY (SPSP).

sábado, 10 de agosto de 2013

NUEVAS VIDAS: NUEVAS OPORTUNIDADES

 "CON LA REENCARNACIÓN YA NO PODEMOS DECIR: ¡QUÉ CULPA TENGO YO DE HABER NACIDO EN ESTA ÉPOCA FATAL. ESTA ÉPOCA TÚ AYUDASTE A PREPARARLA EN UNA EXISTENCIA ANTERIOR. PROCURA QUE EL MUNDO DE MAÑANA SEA MEJOR; MÁS CULTO, MÁS JUSTO, PORQUE TÚ HAS DE VOLVER POR FUERZA A ÉL, Y COSECHARÁS LO QUE HAYAS SEMBRADO. DENTRO DE ALGUNOS SIGLOS QUIZÁ REPOSES A LA SOMBRA DE LA ENCINA CENTENARIA QUE HOY PLANTASTE". AMADO NERVO

Expresa Jon Aizpurua en su libro "Los Fundamentos del Espiritismo" lo siguiente: "El espíritu es el principio inteligente del Universo. Todo lo que tiene vida tiene espíritu. Existimos antes de nacer y continuamos viviendo después de la muerte. Apreciando la vida como un continuo y desde una óptica existencial, podemos afirmar que fuimos, somos y seremos, y desde una más amplia perspectiva espiritual, podemos sostener que preexistimos, existimos, coexistimos y subsistimos".

Todos los seres vivos son dinamizados por un ente psíquico imperecedero. En el reino vegetal se manifiesta en la sensibilidad ante los estímulos. En los animales, esa alma rudimentaria se expresa principalmente a través de los instintos y del raciocinio elemental; en los seres humanos es el asiento de la individualidad, la inteligencia, la conciencia, la voluntad y el libre albedrío".

El ser humano es un espíritu encarnado en un cuerpo. Este último, no es el individuo real, sino su representación exterior. A través de él, el espíritu adquiere experiencias en el mundo material, de acuerdo con el nivel de progreso moral e intelectual alcanzado. Estas situaciones por las que atraviesa el ser encarnado le permiten depurar sus errores así como también, aquilatar virtudes, engrandecer sus capacidades y contribuir a su progreso y al de los demás seres con los que se relaciona. El contar con este conocimiento le genera a la persona no sólo responsabilidades por sus pensamientos, sentimientos y acciones, sino que además, le otorga la tranquilidad y seguridad que devienen de saber que la vida del espíritu o alma, no termina con la muerte física.

El conocimiento y la evidencia de la reencarnación, libera al hombre de la angustia y preocupación acerca de su destino después de la existencia como encarnado, al demostrarle que después de la muerte del cuerpo físico, el espíritu sobrevive a este, reconociendo su inmortalidad y trascendencia más allá de lo sensorial.

La misericordia y el amor de Dios permiten al espíritu volver a nacer, ofreciendo así nuevas oportunidades para progresar. Reencarnar, es el retorno del espíritu a la vida corporal, a un cuerpo diferente en cada existencia, formado y constituido de acuerdo con las características psíquicas y biológicas predominantes en esa etapa de su proceso evolutivo.

A TRAVÉS DE LAS VIDAS SUCESIVAS, EL ESPÍRITU VA ALCANZANDO NUEVOS CONOCIMIENTOS Y MÚLTIPLES EXPERIENCIAS EN DISTINTOS ÓRDENES, DE ESTE MODO, LO SUMADO EN EL PASADO SE UNE AL PRESENTE, EN UNA RELACIÓN CAUSAL, QUE DETERMINA EL PERFECCIONAMIENTO DE CADA SER Y LAS POSIBILIDADES DE REALIZACIÓN EN EL PORVENIR.

Por lo tanto, la vida material le otorga la posibilidad de mejorar y avanzar conscientemente a su superación, otorgándole al espíritu un nuevo organismo adecuado a sus condiciones y a sus objetivos de progreso. Cada ser, se encuentra en el lugar y en el medio que necesita para su evolución. Su familia, sus parientes, su situación social y sus vinculaciones, responden así a sus necesidades espirituales y a la posibilidad de progreso.

Valorar estas posibilidades implica acercarse a Dios, agradecer su misericordia y amor por las oportunidades que brinda para que se reparen las faltas cometidas y se avance a nuevos estados de conciencia superior. El progreso espiritual alcanzado en las pasadas existencias no se pierde, así como tampoco los sentimientos conquistados, aunque no se recuerden a través de la conciencia cerebral.

LA REENCARNACIÓN, ASEGURA LA CONTINUIDAD DEL PROCESO DE APRENDIZAJE Y ES, POR LO TANTO, EL MECANISMO INDISPENSABLE QUE GARANTIZA LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL DEL HOMBRE.

ELLA EXPLICA DE UNA MANERA RACIONAL, LÓGICA Y SATISFACTORIA LAS DIFERENCIAS HUMANAS, ASÍ COMO TAMBIÉN, ALIENTA AL PROGRESO AL DETERMINAR QUE DE ACUERDO CON LOS ESFUERZOS POR LA REPARACIÓN Y SUPERACIÓN DE LOS ERRORES, Y TAMBIÉN AL BIEN REALIZADO, SE ABRIRÁN NUEVOS Y MEJORES CAMINOS PARA TODOS.

CUÁN IMPORTANTE SERÍA QUE LA HUMANIDAD COMPRENDA CABALMENTE QUE NACER, MORIR Y RENACER SON DISTINTAS FASES DE UN CAMINO QUE SÓLO ES ILUMINADO POR EL AMOR Y LA MISERICORDIA DE DIOS, SENTIMIENTOS QUE SE NOS OFRECEN PARA DESARROLLAR EN CADA VIDA, EN CADA ETAPA EVOLUTIVA.

Es una colaboración de L.S.

lunes, 5 de agosto de 2013

MÁS ARRIBA DEL CIELO

Algún día estaremos más arriba del cielo…en otro universo, en otro estado, en otra dimensión. Teniendo en nuestra conciencia la experiencia acumulada en tantas y tantas vidas, vividas.

Como equipaje, lo único que nos pertenece el amor que nos hemos llevado, que no es otro que el amor que hemos dado, gozando de lo mejor que hayamos hecho y aprovechando cada instante de afecto entregado a otros, cada ayuda desinteresada, cada jirón del corazón entregado sin esperar nada a cambio. Porque uno se da cuenta, a lo largo la vida, que en realidad uno solo se lleva lo que da.

Eso es lo que nos llevamos. Los recuerdos, las vivencias de lo que hemos gozado y sufrido, las sensaciones, los olores, las melodías…todo lo que ha calado en nuestra alma poquito a poco y sobre todo lo que hemos regalado a los demás para que hayan vivido sus propios ratos de ilusión, segundos de alegría o minutos de éxtasis.

Los instantes eternos, que todos hemos logrado alguna vez, están impresos en el alma. Ese es el bagaje auténtico. Lo único que llevamos puesto siempre con nosotros. Lo auténticamente nuestro. Lo que ninguna circunstancia ni situación puede arrebatarnos. Ni siquiera la cárcel, del tipo que sea, puede con ello. Podrán atarnos el cuerpo, silenciar la palabra y taponar nuestro oído pero nunca podrán gobernar nuestros pensamientos…siempre libres, siempre capaces de recrear mundos en los que ser es mejor que parecer y en los cuales, soñar solo tiene valor nunca precio.

Deberíamos estar preparados para partir en cualquier momento. Sí, sé que esto que acabo de decir suena fuerte. Incluso no quisiéramos oírlo tal vez. Pero en realidad sería el referente de haber logrado el equilibrio y la evolución que tanto ansiamos.

Irse es despedirse de muchas cosas, de muchas personas….o quizá de pocas…pero todas ellas importantes!!.

En eso debería residir el dolor mayor. Las cosas, las casas, los coches, las ropas y el glamour…son tan efímeros como intranscendentes. Algo que puede tenerse, aumentarse o perderse en cualquier momento. Algo nunca definitivo ni definitorio. Irte es solamente despoblarlo por un breve tiempo. Otros usarán tu casa, tu coche, tu ropa…e incluso personas nuevas amarán, también, a las que aquí quedan.

Solamente te irás con lo más sentido que hayas hecho, con lo mejor que hayas sido, con lo más intenso que hayas vivido. Y aquí dejarás también tu huella más valiosa. Todo lo que hayas sido capaz de provocar en el corazón de los demás. Esa será tu auténtica herencia.

¡Qué gran error cometemos los seres humanos al preocupamos por dejar a nuestros hijos legados materiales…y realmente lo que tendrán como herencia y nunca los abandonara es lo que hayamos sembrado en su corazón.

Eso que nunca perece… ellos a su vez también dejaran a sus hijos la suma de lo que nosotros les dejamos y lo que ellos aportaron y así generación tras generación.

POR ESO ES TAN IMPORTANTE, DEJAR LOS CORAZONES DE NUESTROS SERES QUERIDOS LLENOS AMOR, ESA ES LA FORMA EN LA QUE SIEMPRE ESTAREMOS ENLAZADOS….AUNQUE ESTEMOS MÁS ARRIBA DEL CIELO.

viernes, 2 de agosto de 2013

RECONCÍLIATE CON LA MUERTE

 …UN ENCUENTRO PRÓXIMO CON LA MUERTE PUEDE PRODUCIR UN AUTÉNTICO DESPERTAR, UNA TRANSFORMACIÓN EN TODA NUESTRA ACTITUD ANTE LA VIDA.

Cuando era niño y vivía en Tíbet, oí la historia de Krisha Gotami, una joven que tuvo la buena fortuna de vivir en la época de Buda. Cuando su hijo primogénito contaba cosa de un año, cayó enfermo y murió. Agobiada por la pena, con el cuerpecito en brazos, Krisha Gotami vagaba por las calles suplicándole a todo el mundo un remedio que le devolviera la vida a su hijo. Algunas personas pasaban por su lado sin hacerle caso, otras se reían de ella, y aun otras la tomaban por loca, pero finalmente dio con un sabio que le dijo que la única persona del mundo que podía realizar el milagro que ella pretendía era Buda.

Así pues, fue en busca de Buda, depositó el cadáver de su hijo ante él y le expuso su caso. Buda la escuchó con infinita compasión, y luego respondió con amabilidad: —Sólo hay una manera de curar tu aflicción. Baja a la ciudad y tráeme un grano de mostaza de cualquier casa en la que no haya habido jamás una muerte.

Krisha Gotami experimentó un gran alivio y se dirigió a la ciudad de inmediato. Cuando llegó, se detuvo en la primera casa que vio y explicó: —Me ha dicho Buda que vaya y busque un grano de mostaza de una casa que nunca haya conocido la muerte.

—En esta casa ha muerto mucha gente —le replicaron.

Fue a la casa de al lado.

—En nuestra familia ha habido incontables muertes —le dijeron.

Y lo mismo en la tercera y en la cuarta casa, hasta que por fin hubo visitado toda la ciudad y comprendió que la condición de Buda no podía cumplirse.

Llevó el cuerpo de su hijo al osario y se despidió de él por última vez, y a continuación volvió a Buda.

—¿Has traído el grano de mostaza? —No —respondió ella—. Empiezo a comprender la lección que intentas enseñarme. Me cegaba la pena y creía que yo era la única que había sufrido a manos de la muerte.

—¿Por qué has vuelto? —le preguntó Buda.

—Para pedirte que me enseñes la verdad de lo que es la muerte, de lo que puede haber detrás y más allá de la muerte y de lo que hay en mí, si algo hay, que no ha de morir.

Buda empezó a enseñarle: —Si quieres conocer la verdad de la vida y la muerte, debes reflexionar continuamente sobre esto: en el universo sólo hay una ley que no cambia nunca, la de que todas las cosas cambian y ninguna cosa es permanente. La muerte de tu hijo te ha ayudado a ver ahora que el reino en que estamos, el samsara, es un océano de sufrimiento insoportable. Sólo hay un camino, y uno solo, para escapar del incesante ciclo de nacimientos y muertes del samsara, que es el camino a la liberación. Puesto que ahora el dolor te ha preparado para aprender y tu corazón se abre a la verdad, te la voy a mostrar.

Krisha Gotami se arrodilló a sus pies y siguió a Buda durante el resto de su vida. Se dice que cuando su vida llegaba a su fin, alcanzó la Iluminación. 

ACEPTACIÓN DE LA MUERTE

La historia de Krisha Gotami nos muestra algo que podemos observar una y otra vez: un encuentro próximo con la muerte puede producir un auténtico despertar, una transformación en toda nuestra actitud ante la vida.

Tomemos, por ejemplo, la experiencia de casi muerte. Quizá una de sus más importantes revelaciones es cómo transforma la vida de quienes han pasado por ella. Los investigadores han observado una asombrosa variedad de cambios y efectos posteriores: una disminución del miedo y una aceptación más profunda de la muerte; una mayor preocupación por ayudar a los demás; una visión más cabal de la importancia del amor; menos interés por los logros materiales; una creciente fe en una dimensión espiritual y en el sentido espiritual de la vida, y, naturalmente, una mayor disposición a creer en la vida después de la muerte.

Un hombre le dijo una vez a Kenneth Ring: El hombre perdido que yo era, vagando a la deriva, sin más objetivo en la vida que el deseo de riquezas materiales, se transformó en alguien con una profunda motivación, un propósito en la vida, una dirección clara y la enorme convicción de que al final de la vida habría una recompensa.

Mi interés por las riquezas materiales y mi avidez de posesiones fueron sustituidos por una sed de comprensión espiritual y un deseo apasionado de ver mejorar el estado del mundo.

Una mujer le contó a Margot Grey, investigadora británica de la experiencia de casi muerte: Las cosas que sentí lentamente fueron un sentido del amor muy intensificado, la capacidad de comunicar amor, la capacidad de encontrar alegría y placeres en las cosas más pequeñas e insignificantes… Surgió en mí una gran compasión hacia la gente que estaba enferma y se enfrentaba a la muerte, y sentí grandes deseos de hacerles saber, de explicarles del modo que fuera, que el proceso de morir no es sino una extensión de la propia vida.

Todos sabemos de qué manera una crisis vital, como una enfermedad grave, puede producir transformaciones de semejante profundidad. Freda Naylor, doctora que valerosamente llevó un diario mientras moría de cáncer, escribió: He tenido experiencias que jamás habría tenido y que debo agradecer al cáncer. Humildad, reconciliarme con mi propia mortalidad, conocimiento de mi fuerza interior, que continuamente me sorprende, y otras cosas de mí misma que he descubierto porque he tenido que frenar en seco, reevaluar y seguir adelante.* Si efectivamente podemos «reevaluar y seguir adelante» con esa humildad y esa amplitud de miras recién encontradas, y con una aceptación verdadera de nuestra muerte, veremos que nos volvemos mucho más receptivos a las instrucciones y la práctica espirituales. Y esta receptividad bien podría abrirnos a otra maravillosa posibilidad: la de la auténtica curación. 

Recuerdo a una norteamericana de edad madura que fue a ver a Dudjom Rimpoché en Nueva York en 1976. No sentía un interés particular por el budismo, pero había oído decir que había un gran maestro en la ciudad. La mujer estaba muy enferma y, en su desesperación, se hallaba dispuesta a probarlo todo, ¡incluso a visitar a un maestro tibetano! Por entonces, yo era su intérprete.

Entró en la habitación y se sentó ante Dudjom Rimpoché. Estaba tan afectada por su estado y por la presencia del maestro que se echó a llorar y gimió: —El médico sólo me da unos meses de vida. ¿Puede ayudarme? Me estoy muriendo.

Ante su sorpresa, Dudjom Rimpoché empezó a reírse entre dientes de un modo amable y compasivo. Después le dijo: —Todos nos estamos muriendo, ya ve usted. Sólo es cuestión de tiempo: algunos morimos antes que otros.

Con estas pocas palabras, la ayudó a ver la universalidad de la muerte, y que su muerte inminente no era única. Esto apaciguó su ansiedad. A continuación, Dudjom Rimpoché le habló del morir y de la aceptación de la muerte. Y le habló de la esperanza que hay en la muerte. Al final le dio una práctica curativa que ella siguió con entusiasmo.

Esta mujer no sólo llegó a aceptar la muerte, sino que, siguiendo la práctica con dedicación completa, quedó curada. He oído muchos otros casos de personas a las que se había diagnosticado una enfermedad mortal y sólo se les daba unos meses de vida. Cuando se aislaron en soledad, siguieron una práctica espiritual y se enfrentaron verdaderamente con ellos mismos y con la realidad de la muerte, se curaron.

¿Qué nos dice esto? Que cuando aceptamos la muerte, transformamos nuestra actitud ante la vida y descubrimos la conexión fundamental entre la vida y la muerte, puede producirse una espectacular posibilidad de curación.

Los budistas tibetanos creen que las enfermedades como el cáncer pueden ser una advertencia: nos recuerdan que hemos relegado al olvido aspectos profundos de nuestro ser, como nuestras necesidades espirituales.

Si nos tomamos en serio este aviso y cambiamos radicalmente la dirección de nuestra vida, existe una esperanza muy real de curación, no sólo para nuestro cuerpo, sino para todo nuestro ser.

EXTRAÍDO DEL “EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE”

DE: SOGYAL RIMPOCHE