PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

miércoles, 27 de noviembre de 2013

PENSANDO EN CÓMO PASAR LAS FIESTAS NAVIDEÑAS

Las ciudades se van llenando de guirnaldas y luces, los comercios se adornan y preparan para hacer más ventas, anuncios y catálogos nos inundan de ideas para compras especiales y donde hay niños brilla la magia de estas fechas … Mientras tanto, nosotros tenemos pocas ganas de entrar en este ambiente de fiesta social, y lo que más añoramos es el familiar de antes (¡ay, antes!).

Porque cuando en casa hay una habitación con una cama vacía de alguien que no regresa en Navidad, cuando hay una silla sin ocupar en la mesa de las celebraciones, poco es lo que se quiere celebrar. Desde que asesinaron a nuestro hijo estas fiestas han cambiado mucho.

Siempre nos esforzamos por no romperlas con nuestro dolor. Y gracias a ello pudimos compartirlas con los abuelos, que se nos fueron marchando por sorpresa poco después y apenas nos regalaron una o dos más. Luego los años fueron pasando y la pena fue dejando lugar a una nostalgia infinita que se acentúa especialmente en estos días señalados.

Van a ser las décimas Navidades sin nuestro hijo, las novenas sin mis padres y las octavas sin mi suegro, cuando mi pequeña familia de tres ha decidido darle un impulso al asunto y preparar una celebración nuestra particular.

Tal vez no será en las fiestas más marcadas, porque tenemos obligaciones que cumplir, pero nos estamos planteando que entre el 26 y el 31 vamos a iniciar una tradición nuestra particular. Algo parecido a “Empieza el Nuevo Año con otra energía”.

Después de todo lo que nos ha pasado, no podemos seguir como si nada. Y no porque estemos amargados y no queramos vivir como antes, sino porque todo ha adquirido una nueva perspectiva. Porque las cosas más importantes han pasado adelante y las celebraciones más frívolas se han quedado atrás y nos hastían.

Los primeros años simplemente nos recluíamos en casa y evitábamos contaminarnos con la algarabía y la alegría forzadas que muchos tienen en estas ocasiones. Nos hacían daño. En los últimos nos hemos refugiado en la familia y en los más íntimos.

Pero ha llegado el momento de dar un paso más allá y dedicarnos precisamente en estas fiestas unas horas de lo que a lo largo de los años nos ha ido curando: buenos amigos, familia y momentos para relajación y curación personales. Poder hablar de lo que echamos en falta a nuestros seres queridos sin que nos miren mal, nos digan que ya debemos superarlo o nos cambien continuamente de conversación.

Sin embargo, tampoco querríamos hacer una reunión sólo para añoranzas y memorias tristes. Nos gustaría crear un evento de esperanza que nos ayude a proyectar entre todos nuevos patrones optimistas y valiosos para el nuevo año. Y en eso estamos: intentando cuadrar un par de días dedicados sólo a charlar, disfrutar de la mutua compañía y procurarnos nuevas energías curativas para 2014. 

Es una colaboración de: T.D.M.

sábado, 23 de noviembre de 2013

ESCRIBIR SOBRE MIS SENTIMIENTOS AQUÍ

Esto de poner las cosas por escrito es algo que vengo haciendo desde mi primera adolescencia. Cuando tenía trece años me costó varios encontronazos con los cotillas de mis hermanos, que se reían de mis torpes intentos de escritura y muy especialmente de todo lo que sonara a sentimientos. Porque he de decir que me crié entre cuatro varones, y aunque al cabo del tiempo tuve una hermana, los años más fundamentales de mi infancia tuvieron lugar en ambientes muy poco dados a profundizar en lo emocional.

A mí escribir me sirve mucho. Me organiza las ideas, me hace parar a reflexionar matices, me ayuda a sentir y a la vez a decantar lo que me está pasando por dentro. 

En muchas ocasiones en mi proceso de duelo he escrito y llorado a partes iguales. Y creo que parte de esa emoción se queda pegada en las palabras y me sirve de catarsis cuando las releo. Porque no es sólo verter lo sentido en determinados momentos, sino poder analizar y compararlo luego. Mis escritos me han permitido comprobar la evolución de mis altibajos, angustias, miedos, crisis y recuperaciones.

Este mes de de octubre capturando mi duelo he comprendido mejor dónde estoy. Desde el shock del asesinato de nuestro hijo, el dolor acerbo de su muerte injusta e inesperada, la ausencia penosísima de su compañía… sí, desde todo eso, he ido luchando por sobrevivir, primero; luego, por encontrarle algún sentido a esa existencia; ahora, por vivir discretamente una vida parecida a la normalidad.

Miro hacia atrás, releo lo escrito, y veo cuánto he avanzado. No es que me haya conformado, no es resignación, sino un intento de aprender a vivir con esa ausencia que hiere el alma pero de la que ningún otro ser amado es culpable. Mi marido y yo, en pareja, le echamos coraje entonces por su hermano y ahora continuamos en ese camino. Suficientemente duro es para él haber perdido a su compañero de infancia, haberse enfrentado a la muerte tan joven, sufrir también la metamorfosis de unos padres destrozados que nunca volverán a ser los mismos… No, se merece vivir. Y por él hemos hecho casi todo el esfuerzo. 

Por él las primeras horas, días, meses. Más tarde también por nosotros mismos. Ya que tenemos que seguir existiendo, que sea una vida que merezca la pena. No en el sentido material, sino en lo que a nosotros nos resulta gratificante. Pequeñas cosas que endulzan el día a día a pesar de esa habitación, esa silla y esa cama vacías que tanto nos duelen… 

Durante años escribía solo para mí. Desde que nos robaron a nuestro hijo querido he aprendido a compartir algunos de mis textos. Sé que no todos estarán de acuerdo con lo que cuento en ellos, pero es que tampoco pretendo sentar cátedra ni fijar jurisprudencia. Mis bitácoras son mis modestas opiniones, sin afán ni de polémica, ni de crear doctrina; sin acritud. 

Agradezco a los que comentan sus valiosas aportaciones y su impagable compañía. Pido, finalmente disculpas a aquellos que se hayan sentido ofendidos en algún momento, haciendo constar que nunca lo he pretendido y sabiendo, a la vez, que ha debido de suceder, sucede y sucederá, porque cada uno de nosotros es diferente. La verdad es que cuando compartimos sitios como éste se nos supone un ánimo positivo y una buena disposición. Con ellos cierro el escrito de hoy. 

Es una colaboración de: M.J.F.L.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

VISION POSITIVA DEL DUELO

EL DUELO O ESE PROCESO POR EL QUE TODO SER HUMANO PASA PARA APRENDER A VIVIR SIN UN SER QUERIDO, TIENE UNA PERSPECTIVA CULTURAL CONFUSA QUE LO CALIFICA COMO UN MOMENTO DE LA VIDA CARGADO DE SUFRIMIENTO DONDE SE SOBREVIVE SIN UN FIN APARENTE Y SE “SANA” CON EL TIEMPO. 

No hay ideas claras con el duelo, todo aquel que se acerca al doliente dice algo diferente y confuso:

 - “QUE HAY VIDA DESPUES DE LA MUERTE”, 

- “QUE HAY DESCANSO ETERNO”, 

- “QUE HAY FANTASMAS”, 

- “QUE HAY REENCARNACIÓN;

 - “QUE HAY PASO DIRECTO A DIOS”, 

 - “QUE SE FUE PERO ESTA AL LADO DE NOSOTROS”, 

 - “QUE UNOS PENAN Y OTROS NO”, 

- “QUE HAY UN CIELO PERO NO INFIERNO”,

 - “QUE LLORAR ES MALO”, 

 - “QUE ES BUENO DESAHOGARSE”; 

Todas estas son expresiones que se contradicen fusionando conceptos opuestos, el comun denominador es que hay algo mas allá la muerte física y una trascendencia en lo espiritual. Partiendo de esta similitud el doliente puede optar por una idea unificadora que tenga como objetivo tranquilizar por el destino del ser querido y centrarse en la elaboración y construcción de un proceso de crecimiento personal, por ejemplo: “mi ser querido pasó de un estado material a uno esencial donde comenzó un nuevo proceso evolutivo”. 

Esta afirmación puede ser el acuerdo personal que el doliente desarrolla para abrir una perspectiva positiva del duelo donde se entienda que el duelo, como el paso a otro estado, son procesos de cambio que implican compromiso para el crecimiento. “Si mi ser querido esta bien y él quería que yo fuera feliz en esta vida, no es esta una razón para salir del sufrimiento?”. Hacer de las ideas el mayor aliado en un proceso de cambio facilita o entorpece el desarrollo del mismo; y siempre se puede optar por mirar las situaciones de forma positiva o negativa; durante el duelo pensar de forma positiva puede ser: considerar que tras el dolor hay crecimiento e individualidad, pensar de forma negativa es: considerar que el sufrimiento nunca termina y que la vida jamas volverá a ser interesante; detras de cada opción se puede observar a un doliente que toma decisiones y que no es simple victima de las circunstancias. 

Tomar una posición frente a la vida es fijarse una meta o derrotero a seguir, es optar por dos caminos: recuperación o sufrimiento; tu puedes elegir un camino de sufrimiento donde el dolor se eternice y pierda su sentido de generador de reacciones, o puedes utilizar el dolor como motor de reacción frente a las circunstancias de la vida. Imaginemos una situación que produzca dolor, por ejemplo: quemarse un dedo, la acción de la llama sobre la piel genera una reacción fisiológica sobre el sitio afectado produciendose el enrojecimiento y posteriormente la ampolla, pero la reacción no es solamente a nivel local, todo el cuerpo en conjunto reacciona en función de proteger su integridad, el dolor alerta al organismo para que tome medidas de cambio: retroceder, soplarse el dedo, gritar y llorar para clamar la atención y ayuda de los otros, correr y buscar agua helada, etc.

El dolor alerta al organismo como totalidad para la busqueda de soluciones; el sufrimiento, por el contrario, es mantener el dedo sobre la llama, es acostumbrarse al origen del dolor y considerar su permanencia parte esencial de un proceso sin fin; el sufrimiento es una decisión durante el duelo que puede llevar al doliente a una posición inmutable donde nada de lo que se haga sirve para mejorar. Podemos observar entonces que el proceso de adaptación a la perdida de un ser querido requiere inicialmente una actitud abierta a los cambios y de un compromiso con el fallecido a la superación y mantenimiento en vida de sus legados.

Recordar lo que esmeradamente dio el fallecido durante su vida en función del desarrollo del actual doliente, permite reconocer que no era la tristeza el legado que deseaba para su familia, por el contrario era la busqueda de la felicidad, el crecimiento, el amor y muchas cualidades especificas: te enseñó a ser padre, hijo, respetuoso, disciplinado, alegre, trabajador, honrado, responsable...TU MAS QUE NADIE SABES, QUE POR TU SER QUERIDO Y POR TI MISMO, LA VIDA DEBE VIVIRSE EN FUNCIÓN DE LO APRENDIDO Y NO DEL DOLOR TRANSITORIO MIENTRAS COMPRENDEMOS EL CAMBIO A NIVEL RELACIONAL CON EL FALLECIDO, AHORA LA RELACIÓN NO ES FÍSICA ES ESENCIAL Y TRASCENDENTE. 

Es una colaboraciób de: M.L.S.R.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

ALGUNAS PELÍCULAS PARA REFLEXIONAR SOBRE EL DUELO

Dicen que la realidad supera a la ficción y es cierto que a veces sucede, pero también es verdad que, de algún modo, LA FICCIÓN SE NUTRE DE LAS EXPERIENCIAS QUE VIVIMOS Y, EN MUCHAS OCASIONES, SE BASA EN HECHOS REALES.

En este artículo haremos una breve semblanza de varias películas que versan sobre el duelo. Es útil conocerlas, porque dan pie para reflexionar y ahondar en un tema que hoy en día sigue siendo tabú en muchas esferas.

Habitualmente estas películas sirven para dar formación sobre el duelo, proyectándolas y promoviendo un coloquio tras el visionado. En otras cosas, se utilizan para facilitar el desbloqueo de alguna emoción, o simplemente para poder hablar de la muerte. Estas son algunas películas destacables sobre el duelo: 

‘LA HABITACIÓN DEL HIJO’: EL DUELO EN LA FAMILIA 

Narra la historia de una familia, compuesta por el padre, la madre y dos hijos, uno de los cuales fallece mientras bucea. La película realiza un retrato de las emociones que experimenta cada uno de los miembros y cómo cada uno se adapta al dolor de la mejor manera posible. 


‘DESPEDIDAS’: LA IMPORTANCIA DE LOS RITOS FUNERARIOS 

Este largometraje japonés narra la historia de Diago Kabayoshi, un violonchelista que, tras perder su trabajo en la orquesta donde tocaba, regresa con su esposa a su ciudad natal, donde responde a una oferta de empleo en lo que él cree que es una agencia de viajes. Nada más lejos de la realidad: el anuncio pertenece a una funeraria donde Diago volverá a trabajar, ocupándose de la ceremonia del amortajamiento de los difuntos, de darles la última despedida. La película aborda de una manera magistral cómo tienen lugar las ceremonias y los rituales funerarios en Japón. Si bien es verdad que estos se encuentran condicionados por la cultura en la que tienen lugar, lo cierto es que los rituales tienen una importancia enorme, tanto en la cultura oriental como en la occidental. 


‘POSDATA: TE QUIERO’: APRENDER A VIVIR SIN EL SER AMADO 

Esta película describe con notable sensibilidad la historia de una mujer cuya pareja fallece a consecuencia de un tumor cerebral. La muerte se produce al inicio de la película, por lo que la historia se centra en las adaptaciones que la protagonista tiene que ir haciendo en su vida, para aprender a vivir en un mundo en el que su marido ya no está presente. Hasta aquí la historia puede resultar bastante común. 

La sorpresa viene con la aparición de unas cartas que la protagonista empieza a recibir el día de su cumpleaños. A veces son cartas, a veces grabaciones, en las que él le pide que siga adelante con su vida, que “se haga sitio en el armario para ella”. De este modo, la va guiando para que tienda un puente desde el punto en el que quedó estancada cuando él murió hasta su momento actual, para darle un sentido y tender lazos con la vida, integrándole a él como parte de su historia vital. En definitiva, para que resuelva su duelo. 


‘AZUL’: LA READAPTACIÓN TRAS EL DUELO 

Este filme forma parte de una trilogía de películas, dirigidas por Krysztof Kielowski, dedicada a los colores de la bandera francesa, azul, rojo y blanco. En un accidente de coche, Julie pierde a su esposo Patrice, un prestigioso compositor, y a la hija de ambos, Anna. Al recuperarse de sus lesiones, Julie decide comenzar una nueva vida -independiente, solitaria y anónima-, alejada de los privilegios que antes disfrutaba.