PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

jueves, 29 de septiembre de 2011

APRENDER DEL DOLOR



MUCHAS EXPLICACIONES MARAVILLOSAS HEMOS ESCUCHADO, CONCEPTOS DE RELIGIOSOS, FILÓSOFOS, AMIGOS Y COMPAÑEROS NOS VIENEN A NUESTRA MEMORIA, ASÍ COMO SITUACIONES DE VIDA, PROPIAS Y AJENAS, EN LAS QUE EL DOLOR DEJÓ SU HUELLA IMBORRABLE.

CABE ENTONCES PREGUNTARSE: ¿CÓMO ACTÚO EN RELACIÓN AL PROPIO DOLOR, DEL CUAL SOY PROTAGONISTA, QUÉ ME HACE EXPERIMENTAR Y MOVILIZAR? POR OTRO LADO, ESTÁ EL DOLOR AJENO, QUE MUCHAS VECES SE HACE PROPIO CON UN SENTIMIENTO DE EMPATÍA Y COMPRENSIÓN.

Si observamos hacia adentro y hacia afuera, veremos que a todos, en mayor o menor medida y de diferentes perspectivas, nos toca experimentarlo. Mientras la ciencia, la filosofía, la religión intentan buscar paliativos, indagar sobre su función y su sentido, el dolor se hace presente mostrando distintas caras o facetas. Tal vez porque es inherente a nuestra naturaleza, a la existencia del ser humano, es algo que nos une como iguales, lo mismo que otras tantas cosas, cualquiera que sea nuestra condición: el dolor nos hace iguales a todos.

Intentando indagar las experiencias vividas por seres de las más diversas profesiones, condiciones sociales, edades, busque el testimonio de quienes pudieran comentar sus propios aprendizajes, sus propias impresiones sobre el tema. Para ello, puse especial cuidado de no influir, ni limitar la posibilidad de expresión de cada uno, buscando eso sí, al finalizar el trabajo, analizar y extraer conclusiones sobre los puntos de contacto y sus implicaciones.

En primer lugar, nos limitaremos a hacer un amplio muestreo de algunos de estos testimonios referidos a este tema. Encontraremos las voces de abogados, médicos, enfermeros, pacientes, psicólogos, enfermeras, trabajadores en instituciones del orden público, policías, seres privados de su libertad, docentes y ancianos que han aportado su pensamiento en forma desinteresada y generosa.

Una abogada señala: "Sentir dolor es parte de nuestra naturaleza, nos indica que estamos vivos, sin embargo, recurrimos a todos los medios a nuestro alcance para hacer desaparecer todo lo que nos produzca molestia.

"También encontramos la banalización del dolor, la repetición hasta el hartazgo de imágenes de dolor que nos producen tal acostumbramiento que perdemos la capacidad y la sensibilidad de sentir empatía por el que sufre. No estamos dispuestos a compadecernos porque ello implicaría reconocer que el dolor es real, que no somos ajenos a ese sentimiento. Todo tiene un propósito de vida, aun las experiencias dolorosas, y si hacemos caso omiso de ellas, o nos escapamos por cualquier medio, habremos perdido el rumbo que nos permite avanzar como seres humanos".

Una docente, abuela y voluntaria en instituciones publicas, coincide en gran medida con la opinión anterior: "El dolor es una sensación molesta y muchas veces insoportable, de la que se desea salir de inmediato. Es muchas veces necesario y aun causante de felicidad única. Creo que nos hace estar vivos, ser creativos, ser mejores al procurar aliviar el dolor de los otros. Nos purifica, nos libra de egoísmos, nos eleva sobre las miserias humanas".

SEGÚN UNA PSICÓLOGA CONSULTADA "EL DOLOR SE MANIFIESTA A LO LARGO DE LA VIDA DE DIVERSAS FORMAS: EL DOLOR DE UN NIÑO O ADOLESCENTE QUE PRODUCE DOLOR A SUS PADRES PERO QUE A VECES ES NECESARIO Y ÚTIL NO TRATAR DE IMPEDIRLO. MÁS ADELANTE, EL DOLOR VA DEJANDO MARCAS A TRAVÉS DE LA ADULTEZ: LOS SERES QUERIDOS QUE SE VAN, LA ANGUSTIA FRENTE A LO MATERIAL, ECONÓMICO, LO POLÍTICO, LO SOCIAL. EN LA VEJEZ, EL DOLOR DE LA INDIFERENCIA, DEL ABANDONO, DE LA SOLEDAD, DE LA DESCONSIDERACIÓN.

PERO EL DOLOR MÁS PROFUNDO, ES EL DE LA PÉRDIDA DE UN HIJO, FRENTE A ESTE DOLOR MUY POCO SE PUEDE HACER PARA AYUDAR, SÓLO SE PUEDE ACOMPAÑAR".

La referencia a situaciones propias se nota en lo que expresan jóvenes de los barrios más humildes de las ciudades, jóvenes cuya vida se desarrolla en la más penosa situación económica y social. Dos de ellos nos dicen que "el dolor es evitable, que aprender, a ser fuertes y saber evitarlo, les da una experiencia que sirve para dar consejos a todo aquel que lo necesita, porque lo malo es muy doloroso, por eso es bueno lo bueno, por eso es bueno evitar todo lo malo".

También escuchamos las voces de otros jóvenes privados de la libertad, que ante su dura experiencia, desde su celda, nos escriben: "en este mundo rodeado de barrotes, donde uno vive con tensión, donde uno está con gente que no elige estar, el dolor nos acompaña durante días y horas que se hacen eternas, un dolor inimaginable para quien nunca estuvo preso".

Otro, en las mismas condiciones nos brinda además, las reflexiones que le produce el dolor: "cuando estoy solo pienso en lo maravillosa que es la vida, a pesar de que hoy me encuentro privado de la libertad por un error que he cometido. Estoy muy arrepentido, porque me di cuenta de lo hermosa que es la libertad. Me gustaría estar con mi madre y con mi ahijado que tanto quiero en la vida. Esto es lo único que le pido a Dios, que me ayude a convertirlo en realidad".

Oír las voces, como referencia de las más diversas condiciones sociales, económicas, experiencias de vidas marcadas por el dolor, puede servir para propiciar el análisis y la reflexión sobre un rumbo que todos, de distinta manera y con distinta intensidad, transitamos.

Continuando con la presentación de algunas experiencias, escuchamos las reflexiones de jóvenes sumidos en la desesperanza, quizás uno de los mayores padecimientos del ser humano: verse privados de su libertad, viviendo cada hora de sus vidas en una celda.
Algunas pueden ser desgarradoras como puede leerse en el siguiente testimonio: "Recién llegado, juro por Dios que he pensado en quitarme la vida porque en ese momento creí que había perdido todo, pero saqué fuerzas y lo pude superar. Después, caras que no conocía, miradas que no sabía el porqué estaban tan fijas. Hace siete meses que me encuentro privado de mi libertad y lo que más aprendí fue el respeto, porque si no tienes respeto, no tienes nada en un lugar como éste. Pienso en mi familia, en mi hijo y es como que le robé la ilusión de tener un padre sincero, bueno, justo. Pero de algo estoy seguro, nos cortaron las alas, pero jamás podrán cortarnos el sueño de volar algún día".

LAS REFERENCIAS A SITUACIONES PERSONALES SIGUIERON SURGIENDO EN LOS TESTIMONIOS DE MUCHA GENTE, COMO EL CASO DE ESTA MADRE QUE EXPRESA LO SIGUIENTE: "ESCRIBIR SOBRE EL DOLOR ES PENSAR: ¿QUÉ ES?, ¿DÓNDE SE ENCUENTRA?, ¿CÓMO SE SUPERA?, ¿CÓMO SE SOPORTA?. YO CONTESTARÍA QUE EL DOLOR ES UN SENTIMIENTO, O SEA QUE SE VIVE COMO EL AMOR, LA ALEGRÍA, EL CONSUELO. PERO DÓNDE LO UBICO?, ¿EN QUÉ LUGAR FÍSICO LO PONGO?

El amor se relaciona con el corazón, la alegría con la expresión, pero el dolor... En mi caso, por la enfermedad de mi hijo, lo sentí en todo el cuerpo. Me recorría toda, lo viví en los momentos más críticos en mi sentir, en mi pensar, en mi caminar, en mi hablar, dominaba todo mi ser.

Es por lo tanto, un sentimiento que si bien es compartido con otros como sucede con el amor, es más bien solitario, ya que las palabras no ayudan, sólo consuelan un poco las lágrimas. Así estoy con el dolor, instalado en mí como parte de lo cotidiano aunque por fuera me vean sonreír".

Una mujer, gran colaboradora de una Institución benéfica de la ciudad, nos acerca su reflexión: "El dolor brinda una carga de energía inexistente o escasa en períodos normales, que te permite estar prácticamente entera, sin flaquezas, luchando, transmitiendo fuerzas, tratando de dar y tener la serenidad necesaria para poder superarlo.

Por sobre todas las cosas, en el acto de dar, el amor va más allá del sufrimiento. No existe lógica ni razonamientos, en los momentos de dolor sólo se actúa, se va viviendo minuto a minuto, pidiendo y sintiendo que están presentes, como nunca, los seres que ya no están físicamente junto a nosotros y nos aman y también las personas queridas que nos acompañan. Luego, cuando va pasando, cuando uno se va relajando, aflojando de tantas tensiones, sobreviene la angustia y comienza el razonamiento. El dolor no es en vano, es una prueba que la vida nos pone en nuestro camino y uno trata de analizar el porqué, qué es eso tan grande que debo superar, pues grande ha sido el dolor, o por lo menos, así se siente. Lo que no siento en esos momentos es rebeldía, ni orgullo, existe resignación, aceptación: merezco esto, debo luchar para superarlo. El dolor sensibiliza".

La visión de un oficial de policía se manifiesta de la siguiente manera: "El dolor como promotor de estados de reflexión lleva a efectuar una valoración, esta valoración es un reconocimiento de las propias virtudes y defectos puestos a prueba: será éste quizás, el objeto del dolor, y efectuado el reconocimiento, permite al hombre su propio mejoramiento. No debe interpretarse que el dolor es la única vía para el progreso. En un libro leí que el dolor será tan duro como duro sea tu corazón. Creo que esto describe la meta que persigue este estado: el mejoramiento del hombre".

Una docente y abuela participa también con su opinión sencilla y clara: "El dolor llega a nosotros de muchas formas. Es para mí algo desagradable que tanto en forma corporal como espiritual todo ser humano siente. Creo que el dolor siempre me educa, me ayuda a crecer y me enseña a agradecer cuando no lo siento".

Hemos tratado de sintetizar, las reflexiones, opiniones y conceptos de personas que forman parte de nuestra vida diaria, aunque casi todos ellos no comparten nuestra filosofía. Se creyó importante considerar el pensamiento y el sentir de seres con distinta ideología, distintas experiencias, porque el dolor no reconoce fronteras y todos podemos nutrirnos y aprender de lo vivido por los demás.

En todo lo expuesto, se rescatan conceptos y aspectos con puntos coincidentes que merecen una reflexión:

LA AFIRMACIÓN DEL DOLOR COMO INHERENTE A LA VIDA HUMANA, PREMISA DE LA QUE PARTIMOS Y QUE COINCIDE CON LA GRAN MAYORÍA DE LAS OPINIONES
VERTIDAS.

LA SEGURIDAD DE QUE EL DOLOR SIRVE, QUE NOS HACE CRECER PORQUE NOS ENCAMINA: DEBILITA NUESTROS DEFECTOS (SOBERBIA, ORGULLO, APATÍA, EGOÍSMO, ETC.) Y PROMUEVE FUERZAS POSITIVAS (SOLIDARIDAD, COMPRENSIÓN, ACEPTACIÓN, VALORACIÓN DE LA VIDA, AGRADECIMIENTO).

LA IDEA DE COMPARTIR EL DOLOR, DE TRATAR DE AYUDAR O AYUDARNOS, YA QUE LA INDIFERENCIA Y EL DESAMOR, CONSTITUYEN LA FUENTE PRINCIPAL DE DOLOR, FRACASO Y TRISTEZA.

LA VALORACIÓN DEL AMOR COMO SENTIMIENTO SUPERIOR QUE PERMITE COMPRENDER EL DOLOR AJENO Y AYUDA A SOBRELLEVAR EL PROPIO.

Intentemos verlo como un maestro al que no le tenemos simpatía, pero cuyas lecciones serán imborrables en nuestro devenir evolutivo, porque el dolor es la fragua donde se templa el alma, hay un antes y un después del dolor, el que debería dejarnos una enseñanza, una experiencia de vida.

Es justo reconocer que no todos los procesos depurativos o dolorosos son iguales, pero sí todos están amparados y regidos por las Leyes de Amor y Progreso Universal.

Cuando el dolor nos sorprende o una crisis se instala en nuestra vida, se dan reacciones en el hombre que podríamos decir que son generales a la mayoría:

1) negar el dolor, no aceptarlo porque a nosotros no nos puede
suceder tal cosa.

2) Al ver que no podemos eludirlo aparece la rabia, la ira, la rebeldía y el cuestionamiento a la justicia de Dios. Se produce un enfrentamiento a la vida por lo que nos sucede.

3) Muchas veces se intenta "pactar"o "prometer a cambio de". Ponemos condiciones o exigencias a las situaciones.

4) Llegar a esta etapa lleva su tiempo.

Lo ideal sería poder aceptar lo que nos toca, descubrir el aprendizaje que nos proporciona y en lugar de preguntarnos ¿por qué me toca esto?, reformular la pregunta en ¿para qué me sirve este dolor?, ¿qué debo aprender de esta situación? ¿Qué valoraciones promueve? ¿Dónde me está alertando? Y con una cuota de humildad, de entrega y conformidad, intentemos conectarnos con nuestro Espíritu Protector, solicitando fuerzas y lucidez para la lucha. Es ese mundo o plano espiritual el que nos alimenta, nos sostiene, nos fortalece pero que necesita de nuestro recuerdo y solicitud para actuar más directamente y así intuirnos o fortificarnos

Cuando el ser se predispone en forma constante y humilde a contactar con su interior, entonces, otra será su perspectiva. No cambiará nuestra prueba, no desaparecerá el dolor, pero podremos sentirnos reconfortados por las fuerzas trascendentes y sentiremos alivio en nuestro pesar. El problema podrá tomar otra dimensión, surgirá la serenidad y la confianza para afrontarlo y todo se hará más manejable dentro de las circunstancias en las que vivimos.

Con el concepto cierto de que Dios no castiga y eliminando el pensamiento pesimista que nos lleva a creer en el castigo por lo que hicimos en otras existencias, podemos llegar a la idea de que sufrimos o atravesamos lo que necesitamos para impulsar cada momento de vida, crear experiencias y aprender el desarrollo de los sentimientos de bien que, dadas ciertas características, no se podrían aprender por otro camino. Así, aunque nos parezca una contradicción, el dolor nos está conduciendo a nuestra superación personal, a nuestra realización de espíritu universal porque nos unifica a la vida y a los seres y por sobre todas las cosas, nos sensibiliza al amor.

EL DOLOR SERÁ MUCHAS VECES EL PRIMER IMPULSO, QUIEN VIGILARÁ Y PROMOVERÁ AL SER HUMANO A OTROS ESTADIOS DE EVOLUCIÓN, PERO SERÁ LA CONQUISTA DEL AMOR LA QUE CONSOLIDARÁ LOS LOGROS OBTENIDOS.

POR ESO, APRENDAMOS TODO LO QUE EL DOLOR NOS PUEDA ENSEÑAR, ENRIQUECER Y TRANSMITIR, PARA CONVERTIR LOS LAZOS DE DOLOR, EN LAZOS DE AMOR. ESE ES EL OBJETIVO DE LA VIDA.

lunes, 26 de septiembre de 2011

DESPUÉS DE LA MUERTE



Donde vamos
André Luiz, esa entidad inspiradora de una serie de valiosos libros que nos ilustran sobre numerosos aspectos de la realidad espiritual, declara que a este plano inferior lo denominan en el Más Allá El Umbral. Dice, además, que existe un subnivel aún más terrible, donde moran aquellos que fundamentaron toda su existencia exclusivamente en sí mismos, al que conocen como Las Cavernas.


Y todas las fuentes coinciden en una cosa: lo que lleva a los seres a estos planos inferiores es, sobre todo, el apego a las cosas del mundo, los sentimientos crueles y destructivos y el egoísmo exacerbado.


Por otra parte, en los planos espirituales muy evolucionados las condiciones, situaciones y actividades de sus moradores, aún siendo en parte análogas a las que conocemos, son de una naturaleza, profundidad y amplitud tales, que nuestro lenguaje no tiene palabras apropiadas para expresarlas. Parece ser que una de sus ocupaciones fundamentales consiste en ayudar a los seres que se encuentran en etapas inferiores en la escala de la evolución.


Otra circunstancia mayoritariamente aceptada y reafirmada por fuentes del más dispar origen, es que por traspasar la frontera de la muerte nadie se vuelve omnisciente. Cada cual lleva consigo su propio sello; es decir, aquello que es íntimamente: sus conocimientos y su ignorancia, sus tendencias y sus instintos; en suma, su grado de conciencia. Tras desencarnar nadie se vuelve mejor o peor de lo que fue en la vida física, con el importante factor a tener en cuenta que en dichos planos no podemos ocultar lo que somos, no valen las apariencias, ahí cada cual revela de diversos modos lo que lleva en su interior y verdaderamente es.


Al morir no cambia nuestra apariencia externa, mantenemos esencialmente la forma y aspecto que teníamos en la última vida física - incluyendo la diferenciación sexual con que nos manifestamos en la última vida - y, en principio, el de la edad, aunque con algunas salvedades y diferencias de detalles, como veremos.


En los seres más evolucionados, después de un tiempo de reposo y adaptación - en estos casos normalmente breve- se van manifestando en la forma externa las cualidades morales adquiridas: en la expresión, en la mirada, en cierta suavización de los rasgos, y sobre todo, en la luminosidad y color de su cuerpo espiritual.


Además ocurre un proceso curioso, si desencarnó a una edad avanzada rejuvenece paulatinamente en su aspecto exterior, adquiriendo la apariencia de la edad con la que interiormente cada ser se siente más identificado psicológicamente.


OTRA LLAMATIVA CIRCUNSTANCIA, SORPRENDENTE PARA QUIEN NO HAYA TENIDO HASTA AHORA NOTICIA DE ELLO, ES QUE LOS SERES QUE DESENCARNAN SIENDO NIÑOS, SI NO REENCARNAN PRONTO CONTINÚAN SU DESARROLLO NORMAL EN EL MÁS ALLÁ HASTA ALCANZAR LA ETAPA DE SU PLENITUD FÍSICA Y PSICOLÓGICA

QUIEN NOS RECIBE

Familiares, amigos, guías especializados en atender a los recién desencarnados, mentores y nuestro guía espiritual, que nos acompañan hasta una vez hecho el transito.


Luego seremos llevados en función de cómo nos encontremos a las distintas dependencias que en el mundo espiritual, existen para cada caso.


Y tras un tiempo variable, la entidad desencarnada se ve impelida a ingresar en un plano concordante con su situación espiritual, que equivale a un particular estado de conciencia. El cuerpo espiritual de cada ser tiene, por decirlo así, una determinada "densidad" o "vibración", lo cual hace que por "gravitación" recale ineludiblemente en el plano que se corresponde con su estado evolutivo.

PODEMOS PREPARAR NUESTRA MUERTE

La actitud, el estado de conciencia con el que lleguemos a la muerte, son determinantes para pasar, mejor o peor, esa frontera. La mayor parte de los sufrimientos que pueden y suelen darse en los moribundos obedecen a las tergiversadas ideas y miedos provocados por una falsa educación espiritual y no al proceso desencarnatorio en sí mismo. Las entidades espirituales nos dicen que es mucho más duro y problemático para ellas el nacimiento que la muerte.


La Dr. E. Kübler-Ross lo resume así: "La muerte puede ser dolorosa; morir, propiamente, no lo es".


LA TOMA DE CONCIENCIA POR UN NÚMERO CRECIENTE DE PERSONAS SOBRE LO QUE ES Y ENTRAÑA EN VERDAD EL PROCESO LLAMADO MUERTE, SOBRE LA REALIDAD DEL PLANO ESPIRITUAL Y LAS DIFERENTES SITUACIONES QUE EN ÉL SE DAN EN FUNCIÓN DE LO QUE SOMOS Y HACEMOS CON NUESTRAS VIDAS, ES UNA DE LAS CLAVES QUE ESTÁN FAVORECIENDO, QUE EL SER HUMANO CADA VEZ MÁS CONSCIENTE, TENGA UNA PARTICIPACIÓN CADA VEZ MAYOR EN SU PREPARACIÓN, PARA EL MOMENTO DE SU DESENCARNACIÓN.

sábado, 24 de septiembre de 2011

EL DUELO ESPECIFICO UN DUELO PARA CADA CASO



EL DUELO ESPECIFICO UN DUELO PARA CADA CASO

Al compartir las vivencias de cada uno dentro de los Grupos, nos vamos dando cuenta que la causa de la muerte de nuestros hijos termina siendo anecdótica y que el dolor y el sufrimiento son los mismos, a pesar de las diferentes circunstancias y a pesar de la fantasía de que si la muerte hubiera sido de otra manera, el dolor del duelo sería menor.



No obstante, realizamos, una vez al año, los "Talleres de Especificidad del Duelo". Desde el mismo dolor, aceptamos la realidad y deseamos comprender los matices particulares de las distintas formas de partida; nos mueve el objetivo de hermanarnos aún más y, desde la compasión, avanzar juntos en el camino del duelo.



Aún sabiendo que es muy difícil generalizar en estos temas porque somos seres individuales determinados por multiplicidad de factores, hemos extraído las siguientes conclusiones de todo lo trabajado en dichos talleres desde lo compartido por los padres.

EL DUELO EN LA PAREJA
Lo que ayuda:
Saber y aceptar que el duelo se vive de distinta manera y con distintos tiempos;
Reconocer que no siempre se tienen las mismas necesidades;
Respetar la forma particular que cada uno tiene para expresar sus sentimientos;
Saber que, en general, la mujer manifiesta con más naturalidad sus sentimientos y que es habitual que el hombre tienda a ser más reservado en sus expresiones;
Recordar que, más allá de las palabras, son necesarios los abrazos que siempre tienen propiedades curativas, así como las caricias y los besos;
Aceptar que pueden sentirse culpas ante el placer sexual y el hablar del tema;
Demostrar amor y valoración es fundamental para la recuperación, tanto de la pareja como de la familia.



Lo que no ayuda:
Evitar hablar del tema;
Que se oculten sentimientos como una manera de proteger al otro por una actitud personal de reserva;
Desvalorizar o juzgar al que no siente igual el dolor daña la relación de la pareja;
No reconocer que el dolor puede provocar una pérdida momentánea de interés en la relación;
Que surja la competencia en cuanto a quién es el que sufre más;
Depositar en el cónyuge la expectativa de ser el único capaz de ser una ayuda para estar mejor.

Los talleres de especificidad son los siguientes:
BEBÉS Y EMBARAZOS
HIJO ÚNICO
HOMICIDIO
ACCIDENTE
MUERTE SÚBITA
ENFERMEDAD
SUICIDIO

PÉRDIDA DE BEBÉS Y EMBARAZOS.
De todas las pérdidas es a la que menos tiempo se le reconoce para sufrir; es como si al perder un bebé el duelo debiera hacerse en menos tiempo y con menos dolor.
Sufren cuando la sociedad minimiza este dolor. Aún dentro de los grupos se desvaloriza comparándola con otras pérdidas.
El entorno no registra que ese hijo existió desde el momento de la concepción y aún antes... desde el deseo.
Los padres suelen ser muy jóvenes y se sienten devastados ante, tal vez, la primera gran prueba a la que los somete la vida.
En la madre se agrega el desequilibrio hormonal, secuelas del parto o la depresión posparto. Este es el momento de mayor relación simbiótica con el bebé.
A veces hay impotencia porque es la última oportunidad de ser padres.
Es difícil tener que enfrentar el nacimiento de bebés de parejas amigas.
Aparecen sentimientos negativos como envidia al ver otros bebés o mujeres embarazadas.
Puede haber una sensación de fracaso y aún de vergüenza.
Aumenta el sufrimiento si no se tienen fotos y recuerdos.
Se siente una contradicción entre el deseo de tener otro hijo y el miedo a un nuevo embarazo.
Por hechos vividos durante el embarazo suelen sentirse culpables de lo sucedido: mala alimentación, relaciones sexuales, no haber previsto causas genéticas, ciertos ejercicios o actividades. Puede existir la sensación de haber hecho "algo mal".
Pueden surgir culpas cuando no se ha visto muerto al bebé o por no haber hecho algún ritual funerario.
Suelen escuchar frases hechas que aumentan el dolor: "Sois joven, podéis tener otros hijos"; "No llores más que es un angelito"; "No era para esta vida"; "No llores que no lo dejas descansar"; "Si tenía que morir mejor que fue pronto"; "Ustedes no son los únicos que sufren"; "Yo sufro más que vos: como madre y como abuela"...

PÉRDIDA DEL HIJO ÚNICO

Pesa el silencio de la casa; hay quienes dejan de salir para no llegar a una casa vacía.
Se interrumpen o quedan truncos los proyectos familiares.
Se pierde la posibilidad de vivenciar otros roles: abuelo/a, suegro/a.
Aumentan las crisis en la pareja por los silencios y a la incomunicación.
Hay que reubicarse y volver a adaptarse a estar en pareja; hay una gran pérdida de interés en todo.
El acostumbrarse a la soledad puede llevar a perder contacto con familiares y amigos.
Se rehúye de las actividades sociales.
Se puede hacer lo que se quiere: no levantarse, no cocinar; no hay nadie que reclame nada ni nadie que salga perjudicado.
Cuando se empieza a estar mejor es costoso hacer algo por uno mismo, en especial porque casi todo se hacía en función del hijo.
Hay una gran necesidad de encontrar otros padres en el grupo con el mismo tipo de pérdida.
Se tiene la fantasía de que si hubiera otros hijos no sería tanto el dolor.
No se escuchará más la palabra Mamá o Papá; hay una pérdida de la identidad.
Aumenta el dolor cuando la edad influye en la posibilidad de tener otro hijo. En muchos casos es la pérdida de la continuidad biológica.
Fantasía de no tener quien los cuide en la vejez.

PÉRDIDA POR HOMICIDIO.
Al principio, gran desconcierto...shock; sorpresa, incredulidad y negación; temor al juicio de la gente; a tener que enfrentar las dudas que involucren a al hijo en algo ilegal, por ejemplo; peso que generan la intervención de los medios y la opinión pública; pensamientos obsesivos referentes a cómo fueron los hechos; fuertes sentimientos dolorosos: bronca, odio, miedo, deseo de venganza; necesidad imperiosa de castigo a los culpables, aún sabiendo que no les devolverá al hijo.
Esperanza de que, al hacerse justicia, se calme un poco el dolor y se pueda continuar con el duelo; se suelen poner todas las energías en el logro de que los culpables paguen; el proceso del duelo puede verse afectado por el accionar de la policía, los medios, abogados, peritos, etc.

PÉRDIDA POR ACCIDENTE.
Hay un primer momento de gran conmoción.
Sorpresa, incredulidad, negación.
Pueden aparecer reacciones opuestas, desde sentirse como anestesiados y sin capacidad de accionar hasta explosiones emotivas de gran intensidad.
Dolor y gran esfuerzo para enfrentar los trámites administrativos, autopsia, búsqueda de testigos, reconocimiento del cuerpo, tener que avisar a la familia.
Sufrimiento porque no existió la posibilidad de despedirse.
Recuerdos torturantes para aquellos que estaban presentes en el momento del accidente.
Impotencia por no haber podido hacer nada o muy poco.
Fantasías acerca de cómo ocurrieron los hechos y del sufrimiento vivido o no por el hijo.
Suelen pasar por momentos prolongados en los que se les impone compulsivamente el revisar cada detalle de los momentos previos buscando encontrar algo que hubiese permitido evitar el accidente o bien buscando responsables.
Fuertes sentimientos de venganza contra quien provocó o es responsable del accidente.
Tener que enfrentar dudas propias o ajenas sobre responsabilidades de la propia víctima.
Es recurrente y prolongada la fantasía de que en cualquier momento el ser querido va a regresar; por lo inesperado se hace muy difícil asimilar que murió y no volverá más.
Dolor agregado cuando hay juicios de por medio

PÉRDIDA POR MUERTE SÚBITA
Sorpresa y shock.
Impotencia, estupor incredulidad.
Alivia saber que no sufrieron y que se fueron casi sin darse cuenta.
Sensación de inutilidad, de no haber podido hacer nada

PÉRDIDA POR ENFERMEDAD
Pesan los recuerdos del impacto ante el diagnóstico y el proceso de la enfermedad, en los que se pasa por las etapas descriptas por la Dra. Kubler-Ross.
Dolor por haber visto sufrir al hijo.
El tiempo de la enfermedad deja desgastados emocionalmente a todos los involucrados.
Impotencia por sentir que fue un sufrir en vano.
Resentimientos y conflictos si no toda la familia se involucró de la misma manera.
Puede haber secuelas de desequilibrios económicos a causa de la enfermedad.
Sentimientos de pesar y culpas por recordar el descuido hacia el resto de la familia y uno mismo.
Recuerdos dolorosos por estados contradictorios que iban de la esperanza a la desesperanza.
Impotencia ante la fe y esperanza depositadas en un "milagro" que no se produjo.
Contradicción entre el dolor y la sensación de alivio: por un lado, el fin del sufrimiento del hijo y por otro "liberación" en la familia de la situación prolongada.

PÉRDIDA DE HIJOS QUE SE SUICIDAN.
Búsqueda de las motivaciones que los llevaron a tan drástica decisión.
Dificultad para aceptar y respetar la decisión del hijo.
Enojo con el hijo, resentimiento por la decisión tomada sin pensar en el dolor que causarían.
Shock, sorpresa e incredulidad ante la realidad.
Negación; pueden decir que fue un accidente; cuesta enfrentar la palabra "suicidio".
Culpas por no haberse dado cuenta de lo que se estaba gestando o por algo dicho o hecho.
Sensación de fracaso, impotencia, desvalorización, de no haberlo sabido cuidar.
Culpar a terceros por pensar que tuvieron algún grado de responsabilidad, al otro miembro de la pareja, a la escuela que era muy estricta, a la sociedad, a algún profesional, etcétera.
Sensación de sentirse observado, diferente; puede sentirse vergüenza que lleva a no querer contar las circunstancias de la muerte.
Dificultad para expresar abiertamente los sentimientos; duelen los prejuicios propios y ajenos.
Miedo a ser juzgado. Suele seguir teniendo peso el estigma de la opinión pública que tenía antes la Iglesia.
Se puede estar pendiente de la opinión de los demás y sensibilizados, aún dentro del mismo grupo cuando, por ejemplo, un papá hace un comentario comparativo del estilo "mi hijo quería vivir"
La familia puede tener miedo a que otro miembro repita la acción.
Si el hijo sufría de depresión, puede resultar más doloroso aún de aceptar si el suicidio se produce en un período de mejoría.
Ayuda el reconocimiento de que es consecuencia de una enfermedad.

viernes, 23 de septiembre de 2011

LA PROPIA MUERTE CONTADA DESDE EL MÁS ALLÁ



ESTE CASO ESTA EXTRAÍDO DE OTRA OBRA DEL MÉDIUM CHICO XAVIER, TITULADA "VOLVÍ". EN ELLA EL ESPÍRITU DE JACOB, QUIEN MURIESE A EDAD AVANZADA, HABIENDO SIDO EN VIDA UN ESTUDIOSO MIEMBRO DE UNA ESCUELA ESPIRITISTA, DONDE EXPERIMENTÓ CON ASIDUIDAD EL FENÓMENO DE LA COMUNICACIÓN CON LOS DESENCARNADOS, RELATA SU SEPARACIÓN DEL CUERPO FÍSICO Y SU ENCUENTRO CON LA REALIDAD DEL MUNDO ESPIRITUAL.



He aquí el resumen de lo que Jacob observó, percibió y vivió durante las últimas fases del proceso de su propia muerte:
"Recluido, en la imposibilidad de recibir a los amigos para sostener con ellos largas conversaciones y entendimientos, me vi en varias ocasiones fuera del cuerpo exhausto, tratando de aproximarme a ellos.



En las últimas treinta horas, me reconocí en una posición más extraña. Tuve la idea de que dos corazones latían en mi pecho. Uno de ellos, el de carne, en ritmo descompasado, casi a punto de paralizarse, como un reloj en indefinible perturbación; y el otro funcionando más equilibrado, más profundo...



Mi vista común se alteraba. En determinados instantes la luz me invadía con claridades súbitas; pero durante minutos de prolongada duración, me envolvía una densa neblina.



El confortamiento de la cámara de oxígeno no lograba sustraerme a las sensaciones de extrañeza.
Observé que un frío intenso me hería las extremidades...".
Sometido a un permanente debate íntimo sobre lo que le pasaba, el moribundo apela interiormente a sus convicciones espirituales, con las que procura calmarse. Seguidamente comenta:
"Comencé a divisar a la izquierda la formación de un depósito de substancia plateada semejante a una gasa sutilísima.



No podía asegurar si era de día o de noche en torno mío, dada la neblina en que me sentía sumergido, cuando noté dos manos cariñosas que me sometían a pases de fuerte corriente. A medida que se practicaban de arriba hacia abajo, deteniéndose particularmente en el tórax, disminuían mis sensaciones de angustia."



El agonizante trae entonces a la memoria el recuerdo de una entidad amiga de sus trabajos espirituales y brota en su interior un deseo ardiente de que le asista en esos instantes. Percibe con sus sentidos psíquicos que alguien le pide silencio y tranquilidad, palabras con las que se siente ligeramente tranquilizado. A partir de este momento sigamos con el relato:
"No se extendió el alivio por mucho tiempo. Comencé a sentir sensaciones de opresión en el pecho.



Las manos espirituales que me daban los pases, se concentraban ahora en el cerebro. Demoraron su acción por casi dos horas en torno a la cabeza. Me volvió a dominar una nueva sensación de bienestar, y de pronto sentí una conmoción indescriptible en la parte posterior del cráneo. No se trataba, indudablemente, de un golpe. Se asemejaba a un choque eléctrico, de vastas proporciones, en lo íntimo de la substancia cerebral. Aquellas amorosas manos, ciertamente, habían roto algún lazo fuerte que me retenía unido al cuerpo material...



En el mismo instante me sentí subyugado por energías devastadoras.
¿A qué podría comparar el fenómeno?
La imagen más aproximada que se me ocurre, es la de una represa cuyas compuertas fuesen arrancadas repentinamente.



Me vi de repente ante todo lo que yo había soñado, estructurado y realizado durante toda mi vida. Tanto las insignificantes ideas que había emitido, como cuantos actos había realizado, por mínimos que fueran, desfilaban, absolutamente precisos, ante mis ojos afligidos, como si me fuesen revelados de golpe por un extraño poder, mediante una cámara ultrarrápida instalada dentro de mí mismo. Se me transformaba el pensamiento en un film cinematográfico, en forma misteriosa e inopinadamente desarrollado, desdoblándose, con espantosa elasticidad, para su creador, que era yo mismo".



Evidentemente, no recogemos en este esquemático resumen el conjunto de reflexiones íntimas, sentimientos encontrados, recordaciones y deseos que en esos instantes embargaban al moribundo, cuyo mundo interior, como se comprenderá, estaba activísimo, sino que procuramos extractar la parte más general del fenómeno y, por lo mismo, de validez más universal.






Reanudando, pues, el hilo de la historia, Jacob dice:
"Fuerzas de auxilio de nuestros protectores espirituales, hermanadas a mi confianza, me sostenían en aquellas perturbaciones. Brazos poderosos, aunque invisibles para mi, parecían reajustarme en el lecho. No obstante, una aflicción asfixiante me oprimía íntimamente. Sentía ansias de libertarme. Lloraba conturbado, atado al cuerpo que sentía desfallecer, cuando una tenue luz se hizo perceptible a mi vista. En medio de un sudor copioso distinguí el espíritu de mi hija Marta extendiéndome los brazos".



La percepción de la presencia espiritual de su hija proporciona a Jacob fuerzas y confianza. Quiere expresar su júbilo, pero ni sus miembros ni su voz obedecen ya a su voluntad; entonces oye como Marta se dirige a él pidiéndole su colaboración a fin de que permanezca en estado de sosiego interior.



"No me era posible, en aquellos momentos - señala -, coordinar mis pensamientos y mucho menos pronunciar frase alguna. Mi respiración era opresora, como en los últimos días de la lucha en el cuerpo físico".
Entonces, repentinamente, el moribundo siente dolores en la región torácica:
"Vine a saber más tarde - anota -, que aquellos sufrimientos provenían de la extracción de residuos fluídicos que aún enlazaban la zona del corazón".
Con la ayuda de amada hija, nota enseguida que los dolores disminuyen rápidamente. A continuación nuestro protagonista explica:



"Llegó un momento durante el cual la respiración se hizo más normal, y verifiqué que el corazón latía uniforme y regular... La respiración se normalizaba. Había desaparecido la carencia de aire. Mis pulmones se robustecían como por encanto, y tan grande era el bienestar que me proporcionaban las prolongadas inhalaciones de oxígeno, que tuve la sensación de inhalar alimento invisible, del aire ligero y puro.



A medida que se restablecía la fuerza orgánica, se fortificaba mi potencia visual.
La claridad color anaranjado que me envolvía, se iba mezclando con la luz común.
Con todo, la mejoría experimentada no llegaba al extremo de restaurarme la facultad de hablar. Mi abatimiento era aún insuperable.
Con gran asombro me vi por duplicado."



La observación de su cuerpo inerme postrado en el lecho, a pesar de su preparación espiritual, produce en el espíritu en proceso de liberación, impresiones desagradables y torturantes. En ese preciso instante descubre algo que le llama la atención:



"Aguzando mi vista, verifiqué la existencia de un hilo plateado, que unía mi nuevo organismo a la cabeza material inmovilizada".



El desencarnante percibe en aquellos momentos la presencia de dos entidades espirituales amigas, por las que sentía mucho aprecio, lo cual le llena de regocijo. Una de ellas le explica que su proceso de liberación se efectúa normalmente y que la separación del cuerpo espiritual no se podía realizar con mayor rapidez, porque "el ambiente doméstico estaba impregnado de cierta substancia que calificó de 'fluidos gravitantes'", que le dificultaban la liberación.



"Más tarde - precisa Jacob - pude saber que los objetos de nuestro uso personal emiten radiaciones que se ligan a nuestras ondas magnéticas, creando elementos de unión entre ellos y nosotros, reclamando mucho abandono de nuestra parte, con el fin de que no nos retengan o perturben".



El espíritu en liberación es substraído de aquel ambiente y llevado a otro más natural, por ser más beneficioso para él en aquellos momentos. Siente irresistible deseo de dormir y aconsejado por sus amigos, se sumerge en un sueño reparador del que sale al cabo de algunas horas:



"Me sentía otro hombre. Moví los brazos y me levanté sin dificultad. Intente hablar, y ¡qué alegría experimenté! Conversé con la hija querida a voluntad...
Tenía la sensación de haber rejuvenecido. Palpé de nuevo mi cuerpo. Era yo mismo de la cabeza a los pies. El corazón y los pulmones funcionaban con regularidad. Lo que más me fascinaba con todo era el nuevo aspecto del paisaje. Las casas, la vegetación y el mismo océano, parecían coronadas de sustancia coloreada...".



Su hija le informa de que no todos los desencarnados percibían el nuevo aspecto de lo que les rodeaba inmediatamente después de su separación, porque "muchos conservan tan fuerte afinidad con los intereses terrenales, que la vista no se les modifica de pronto, y prosiguen viendo la Tierra con las mismas expresiones con que la dejaron".



Pasan algunas horas, durante las cuales el desencarnante recibe diversas aclaraciones de los amigos espirituales. En una de ellas, a modo de síntesis, le explican lo siguiente:



"Muchas personas se despiden del mundo carnal sin obstáculos y sin desagradables incidentes. Innumerables almas duermen larguísimos sueños, y otras nada perciben en la inconsciencia infantil en que yacían sus impresiones".



El instante de la separación definitiva se acercaba. Esos momentos nos los refiere de este modo el protagonista de esta historia:
"Pasaron algunos instantes difíciles, cuando una inopinada conmoción estremeció todo mi ser. Me pareció que había sido proyectado a enorme distancia.... Confieso que aquel choque me afectó con tan grande violencia, que creí llegado el momento de 'otra muerte'.
Al poco tiempo, no obstante, el corazón se rehízo, se equilibró la respiración...".



El desprendimiento acababa de finalizar con el corte del cordón plateado. Poco después recibe esta otra importante enseñanza de su amigo espiritual:



"En la mayoría de los casos no es posible liberar a los que desencarnan con tanta prontitud. La rápida solución del problema liberatorio - le indicaron - dependía, en gran parte, de la vida mental y de los ideales a que se une el hombre durante la vida terrestre".

miércoles, 21 de septiembre de 2011

¿CÓMO SE OPERA LA SEPARACIÓN DEL ESPÍRITU Y EL CUERPO DURANTE LA LLAMADA MUERTE? (II PARTE)

Caso 2º

De esta breve selección, el segundo caso que presentamos es el de Dimas, un ser humano cuya característica más destacada era que había dispuesto durante aquella existencia a punto de concluir, de facultades mediúmnicas desenvueltas.


Auxiliado por la presencia del espíritu de un familiar muy cercano, bajo cuya influencia - aunque sin ser realmente consciente de ella - el moribundo sentíase reconfortado, una de las entidades espirituales ayudantes en los servicios de desencarnación, comenzó a ejercer influencia magnética, mediante pases dirigidos, sobre el cuerpo del agonizante:



"En primer lugar - refiere André Luiz - insensibilizó enteramente el vago, para facilitar el desligue en las vísceras. Seguidamente, utilizando pases longitudinales, aisló todo el sistema nervioso simpático, neutralizando, más tarde, las fibras inhibidoras del cerebro.



(...) Cómo yo indagase, tímido - comenta André -, por donde iríamos a comenzar, me explicó el orientador:



- Como usted sabe, hay tres regiones orgánicas fundamentales que demandan extremo cuidado en los servicios de liberación del alma: el centro vegetativo, ligado al vientre, como sede de las manifestaciones fisiológicas; el centro emocional, zona de los sentimientos y deseos, ubicado en el tórax, y el centro mental, más importante por excelencia, situado en el cerebro".
Más adelante, tras algunas consideraciones al margen de lo que sucedía en aquellos instantes, el relato continúa en la parte que más nos interesa:
"Aconsejándome cautela en la administración de las energías magnéticas a la mente del moribundo, comenzó a operar sobre el plexo solar, desatando los lazos en los que se localizaban las fuerzas físicas. Con asombro, noté que cierta porción de substancia lechosa se rebosaba del ombligo, flotando cerca.






Se le estiraron los miembros inferiores, con síntomas de enfriamiento."
En estos momentos, el moribundo comenzó a emitir algunos gemidos, circunstancia que puso en alerta a los parientes encarnados que estaban a su cuidado - por completo ajenos, evidentemente, al trabajo invisible que allí se estaba realizando - quienes acudieron presurosos, prestos a ejercer la ayuda que estimaban oportuna, según su entender, en ese momento. Sin embargo:

"Antes de que los familiares entrasen en escena, Jerónimo - el orientador -, con pases concentrados sobre el tórax, relajó los hilos que mantenían la cohesión celular en el centro emotivo, operando sobre determinado punto del corazón, que pasó a funcionar como bomba mecánica, sin regulación. Una nueva porción de substancia se desprendía del cuerpo, del epigastrio a la garganta; pero reparé en que todos los músculos trabajaban fuertemente contra la partida del alma, oponiéndose a la liberación de las fuerzas motrices, en un esfuerzo desesperado, ocasionándole angustias y aflicción al paciente. El campo físico nos ofrecía resistencia, insistiendo en la retención del ser espiritual".



No obstante, los objetivos previstos por los mentores espirituales se cumplieron. Por eso André Luiz concluye:
"Alcanzáramos el coma en buenas condiciones".



Después de un breve tiempo de descanso, el Asistente espiritual, dando paso a la última etapa del proceso, reanuda su intervención, dirigiendo su hacer esta vez sobre el cerebro:
"Concentrando todo su potencial de energía en la fosa romboidal, Jerónimo quebró alguna cosa que no pude percibir con sus detalles - explica André Luiz






-, y una brillante llama violeta-dorada se desligó de la región craneana, absorbiendo instantáneamente la vasta porción de substancia lechosa ya exteriorizada. Quise mirar la brillante luz, pero confieso que era difícil fijarla.... Pero, en breves instantes noté que las fuerzas que examinábamos eran dotadas de movimiento plastificante. La llama mencionada se transformó en una maravillosa cabeza, idéntica en todo a la de nuestro amigo en desencarnación, constituyéndose, después de ella, todo el cuerpo periespiritual de Dimas, miembro a miembro, trazo a trazo. Y a medida que el nuevo organismo resurgía ante nuestra mirada, la luz violeta-dorada, fulgurante en el cerebro, palidecía gradualmente, hasta desaparecer del todo, como si representase el conjunto de los principios superiores de la personalidad, momentáneamente recogidos en un único punto, esparciéndose enseguida a través de todos los escondrijos del organismo periespiritual, asegurando de ese modo la cohesión de los diferentes átomos, de las nuevas dimensiones vibrantes.



Dimas desencarnado, se elevó algunos palmos por encima de Dimas cadáver, apenas ligado al cuerpo a través de un leve cordón plateado, semejante a un sutil elástico entre el cerebro de materia densa abandonado y el cerebro de materia sutil del organismo liberado".



A continuación el recién desencarnado es recibido por el espíritu familiar presente en la estancia, que lo acoge y protege como si fuese alguien que viniendo del exterior, aterido y debilitado tras una larga caminata en un día de temporal frío y ventoso, llegase a un refugio acogedor, confortable y cálido.



Pasemos ahora a transcribir la última parte de este interesante relato:
"Para nuestros amigos encarnados, Dimas muriera enteramente. Para nosotros, sin embargo, la operación era aún incompleta. El Asistente deliberó que el cordón fluídico debería permanecer hasta el día siguiente, considerando las necesidades del 'muerto', aún sin la preparación debida para el desenlace más rápido".

Dejando a Dimas- espíritu en un estado parecido al sueño, al cuidado de la entidad familiar, el Asistente ofrece finalmente las siguientes explicaciones complementarias a su alumno espiritual:



"Mañana cortaremos el último hilo que lo liga a los despojos, antes de conducirlo al abrigo conveniente. Mientras tanto, reposará él en la contemplación del pasado, que se le muestra en una visión panorámica en el campo interior. Más allá de eso, acusa debilidad extrema después del laborioso esfuerzo del momento. Por esa razón, solamente podrá partir en nuestra compañía terminado el enterramiento de los envoltorios pesados, a los cuales se une por los últimos residuos".



Efectivamente, al día siguiente Jerónimo penetró en el recinto familiar donde se velaba el inerte cuerpo de Dimas y tras auscultar al desencarnado que todavía permanecía allí dormido, invisible para los encarnados, al amparo de su familiar, procedió a cortar aquel leve hilo fluídico que hasta entonces unía los despojos materiales y el cuerpo periespiritual.



No está de más que dejemos anotadas aquí algunas informaciones con enseñanzas interesantes sobre este cordón sutil, su naturaleza y sus funciones, según las observaciones que André Luiz realiza durante esta última operación ejecutada por el orientador Jerónimo:



"Tuve la nítida impresión - informa André - de que a través del cordón fluídico, del cerebro muerto al cerebro vivo, el desencarnado absorbía los principios vitales restantes del campo fisiológico... Noté que si el organismo periespiritual recibía las últimas fuerzas del cuerpo inanimado, éste, a su vez, absorbía también algo de energía del otro, que lo mantenía sin notables alteraciones.



El apéndice plateado era una verdadera arteria fluídica, sustentando el flujo y reflujo de los principios vitales en readaptación. Retirada la última vía de intercambio - tras el "corte" del cordón - el cadáver mostró señales, casi de inmediato, de avanzada descomposición".

Caso 3º



El ejemplo del que vamos a ocuparnos ahora se caracteriza por el denodado esfuerzo que Cavalcante, el moribundo, ser de arraigadas convicciones religiosas tradicionales, realiza para oponerse a su desencarnación, a pesar de que su cuerpo presenta un acusado cuadro de desorganización.



Principia el autor espiritual haciendo una extensa y minuciosa observación de los distintos sistemas orgánicos del moribundo, dando cuenta en detalle del elevado deterioro que constata, tras lo cual realiza este importante comentario:



"Reconocía, entretanto, allí, en aquel agonizante que insistía en vivir de cualquier modo en el cuerpo físico, el gigantesco poder de la mente que, en admirable decreto de voluntad, establecía todo el dominio posible en los órganos y centros vitales en franca decadencia".



La situación del moribundo se prolonga durante varios días, hasta que considerando que había llegado el momento oportuno, los técnicos espirituales deciden dar comienzo a los trabajos para la definitiva separación:
"El Asistente, poniendo en práctica recursos magnéticos, intentó propiciarle un sueño suave (para así) sustraerle los temores en auxilio directo, fuera del cuerpo físico. Sin embargo, el moribundo luchó por mantenerse en vigilia. Temía dormir y no despertar, pensaba ansioso".



La mente de Cavalcante permanecía saturada de preocupaciones, derivadas de algunos hechos de su vida en que estimaba no se había comportado adecuadamente con la que había sido su compañera; al mismo tiempo, los temores y las dudas llenaban su imaginación de imágenes torturantes, alimentadas en buena parte por sus creencias religiosas:



"En balde - observa André Luiz -, se procuró prodigar al enfermo la tregua del sueño preparatorio y reconfortalecedor. Cavalcante reaccionaba insistente".
Ante esta situación, el Asistente espiritual ofrece a su alumno esta clarificadora explicación:



"Nuestro amigo no puede soportar por más tiempo la existencia del cuerpo carnal. La máquina se rindió. Dentro de algunas horas, la necrosis ganará terreno y necesitamos liberarlo. Insiste en agarrarse a la carne putrefacta y pide, conmovedoramente, la presencia de la esposa. Ya intentamos auxiliarlo a desprenderse, aflojando los lazos de la encarnación en el plexo solar, pero él reacciona con asombroso poder. Resolví, en vista de eso, abrir pequeños vasos del intestino para que la hemorragia se haga ininterrumpida, hasta la noche, cuando efectuaremos la liberación".



A la llegada la noche, nuevamente los asistentes espirituales se encuentran al lado del enfermo, cuyo estado orgánico se aproximaba al coma:



"El agonizante - comenta André Luiz - inspiraba pena. Se le abrieron los centros psíquicos, en el avanzado abatimiento del cuerpo, y el infeliz pasó a divisar los desencarnados que se encontraban allí, no lejos de él, en la misma esfera evolutiva. No nos identificaba aún la presencia, como sería de desear, pero observaba atemorizado el paisaje interior. Otros enfermos - los cuales ocupaban otras camas dentro de la misma sala del centro sanitario en que Cavalcante se encontraba - lo encaraban ahora amedrentados. Para todos ellos, el colega deliraba de sufrimiento, inconsciente".



Teniendo en cuenta el desesperado deseo y el continuado llamado mental que el moribundo hacía a su esposa para que estuviera presente, a la que había abandonado y con la que se sentía en dolorosa deuda moral, puesto que se culpaba de errores cometidos durante su convivencia con ella, los mentores espirituales deciden contribuir a realizar dicho deseo con el propósito de conseguir apaciguar de alguna manera su pronunciado desasosiego interior.



La esposa, que había muerto hacía poco más de un año - hecho que desconocía el moribundo - y que se mantenía, por cierto, en deplorables condiciones espirituales, es traída a aquel lugar por unos instantes. La presencia del espíritu de la compañera fallecida, percibida por el moribundo debido a la agudización de sus sentidos psíquicos en esos instantes como consecuencia de su debilitamiento orgánico - presencia que él cree, no obstante, una visita física - le reconforta brevemente, descargándose con ella de aquellas antiguas situaciones vividas de las que él se sentía culpable.



Entretanto, el médico que le atiende observa sus reacciones, ajeno a las presencias invisibles, e interpretando que el enfermo está delirando en situación preagónica, toma la resolución de aliviarlo mediante la administración de una "inyección compasiva". La ejecución de esta medida es observada por las entidades espirituales asistentes con franca desaprobación, mas no pueden intervenir. Los resultados de esta acción, en lo visible y en lo invisible, no tardan en presentarse:



"En pocos instantes, el moribundo se calló. Se le enfriaron los miembros lentamente. Se le inmovilizó la máscara facial. Se le pusieron vidriosos los ojos inmóviles.
Cavalcante, para el espectador común, estaba muerto. Entretanto no para nosotros, la personalidad desencarnante estaba presa al cuerpo inerte, en plena inconsciencia e incapaz de cualquier reacción".



El orientador explica a André Luiz las nefastas consecuencias de aquella improcedente decisión médica desde el punto de vista espiritual:



"La carga fulminante de la medicación de descanso, por actuar directamente en todo el sistema nervioso, interesa los centros del organismo periespiritual. Cavalcante permanece ahora pegado a trillones de células neutralizadas, durmientes, invadido él mismo de un extraño sopor que lo imposibilita para dar cualquier respuesta a nuestro esfuerzo. Probablemente sólo podremos liberarlo después de transcurridas más de doce horas".



Efectivamente, no solamente sucedió todo tal y como anunció el orientador, sino que la situación se prolongó aún por más tiempo del que se había previsto en principio, como poco después se relata:



"Solamente nos fue posible la liberación del recién desencarnado cuando ya habían transcurrido veinte horas, después de servicio muy laborioso para nosotros. Aún así, Cavalcante no se retiró en condiciones favorables y animadoras. Apático, somnoliento, desmemoriado, fue conducido por nosotros... demostrando necesitar mayores cuidados".

martes, 20 de septiembre de 2011

TERAPIAS QUE SUAVIZAN EL DUELO POR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO.



"EN NINGUNA OTRA SITUACIÓN COMO EN EL DUELO, EL DOLOR PRODUCIDO ES TOTAL: ES UN DOLOR BIOLÓGICO (DUELE EL CUERPO), PSICOLÓGICO (DUELE LA PERSONALIDAD), SOCIAL (DUELE LA SOCIEDAD Y SU FORMA DE SER), FAMILIAR (NOS DUELE EL DOLOR DE OTROS) Y ESPIRITUAL (DUELE EL ALMA). EN LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO DUELE EL PASADO, EL PRESENTE Y ESPECIALMENTE EL FUTURO. TODA LA VIDA, EN SU CONJUNTO, DUELE"



Aunque la experiencia de la pérdida de una persona amada es parte inevitable de la vida adulta, aunque la probabilidad de tal pérdida aumenta cuando el individuo se envejece o cuando se vive en zonas de mucha violencia, aun cuando sabemos que es una experiencia traumática y muy dolorosa, TODOS SABEMOS QUE PERDER UN SER QUERIDO ES UNA DE LAS TRAGEDIAS MÁS GRAVES QUE PUEDEN SUCEDERNOS



Hay montones de cosas que se pueden hacer para ayudar en el trabajo de duelo. Y no es nuestra pretensión hablar sobre todas, porque ni las conocemos ni tenemos conocimientos en absoluto para hacerlo.



Obviamente están las terapias psiquiátricas y psicológicas individuales. Que no siempre son necesarias, porque el duelo no es una enfermedad. Pero hay especialistas en la materia que pueden ayudar. Y es verdad que durante los primeros meses es posible que necesitemos incluso ayuda de fármacos para calmar la ansiedad, mantener a raya una posible depresión o para poder conciliar el sueño.



Hay multitud de escuelas y tratamientos psicológicos y psiquiátricos. Es difícil decidirse por uno de ellos cuando pensamos que necesitamos ayuda. Como norma de sentido común, hay que buscar profesionales cualificados, y ayudarse también de los consejos de personas de confianza. Aunque también es verdad que luego cada doliente es un mundo, y lo que le ha ido bien a uno, puede ser de lo más incómodo para otro.



Las terapias de grupo, especialmente de grupos de duelo, son bastante eficaces. Además de, o en lugar de ellas, según las circunstancias, también son de bastante ayuda los foros de duelo en internet. Que en el fondo son lo mismo, pero con participantes de todo el mundo, porque la Red permite comunicarnos de punta a punta del planeta.



Aquí podemos encontrarnos con alguna diferencia respecto a los grupos que se reúnen en un espacio físico real, y no virtual. Es posible que haya espacios de tiempo en que nadie conteste y el doliente se sienta solo. El hecho de que contesten personas que están pasando por el mismo drama es muy alentador. Pero la ausencia de un terapeuta que encauce las cosas puede notarse mucho. Porque un administrador del sistema no es un psicólogo o psiquiatra entrenado en ayudar.



Los foros pueden pasar por fases depresivas, o eufóricas. Pueden entrar trolls, spam y elementos distorsionantes, que a los novatos en internet les descorazonan mucho. También pueden perder el hilo y polemizar en lugar del objetivo que se habían propuesto. Esto dependerá mucho del tipo de foro, de las reglas y del cumplimiento que haga de ellas el administrador.



Guardando las debidas precauciones, y sabiendo que se encontrarán todo tipo de opiniones, cada uno podrá encontrar los foreros afines con los que se sienta más identificado. Y eso también es curativo.
Después de un tiempo de leer y escribir, algunos foreros pueden llegar a hacerse amigos. Y conocerse personalmente, si están lo suficientemente cerca.



También es conveniente saber que, en fases cíclicas, los propios grupos o foros de duelo en lugar de ayudar pueden llegar a angustiar. No hay que sentirse culpables por eso. Sencillamente, hay que comentarlo a los compañeros con los que más nos relacionemos y participar o no según la necesidad que sintamos.



Con sencillez. Ya habrá tiempo más adelante de decidir qué hacer.
Nuestra humilde opinión en cuanto a terapias es la combinación de prácticas sencillas. Las cosas que hemos ido definiendo en las páginas de esta BLOG:



Buscar hobbies manuales y/o creativos que nos ayuden a recargar nuestra energía y a entretener las horas vacías, para que no se vuelvan horas negras y bajas.



Hacer una actividad física, para que el cuerpo no se entumezca y el cerebro pueda mejorar con las endorfinas que el deporte hace segregar.



Escribir, leer, ir saliendo poco a poco de casa. Llevar una rutina metódica de sueño, trabajo y comidas…



Buscar alguna práctica espiritual que nos consuele. Cada uno la suya.



SI A ESTO LE SUMAMOS EL CONTACTO CON OTROS DOLIENTES (FÍSICA O VIRTUALMENTE) CON LOS QUE DESAHOGARNOS Y COMPARTIR LAS PENAS, EL APOYO DE LA FAMILIA Y UN SINCERO AFÁN DE RECUPERACIÓN, PODREMOS IR ASUMIENDO NUESTRA PÉRDIDA Y REINICIANDO UNA NUEVA VIDA.



NUEVA PARA SIEMPRE, PORQUE NOS FALTA UNA PERSONA IMPOSIBLE DE RECUPERAR EN ESTA TIERRA.

lunes, 19 de septiembre de 2011

¿DÓNDE ESTÁS? CARTA DE UNA MADRE AL HIJO QUE PERDIÓ DOS AÑOS ATRAS



CADA VEZ TE SIENTO MÁS LEJOS. YA NO HABLO CONTIGO CONTINUAMENTE. Y DEBE SER UN DESCANSO PARA TI QUE DEJE DE MOLESTARTE. PERO A MÍ ME DEJA VACÍAS LAS MANOS Y UNA ANGUSTIA EN EL CORAZÓN.



SUPONGO QUE ESTOY SUPERANDO LA ETAPA DE DUELO. O PASANDO A OTRA FASE. YA NO ME HALLO EN ESTADO DE OBSESIÓN. Y TÚ ME DICES QUE ESTO ES LO NATURAL, LO DESEABLE, LO SANO. PERO YO TE AÑORO MUCHO, HIJO. Y NO DEJO DE SENTIRME UN POCO CULPABLE PORQUE LA VIDA SIGUE Y TÚ NO ESTÁS AQUÍ PARA COMPARTIRLA CONTIGO.



Menos mal que mantengo la esperanza y la creencia. Sé que estás muy bien y que volveré a encontrarte. Me has hecho comprender que lo que “te estás perdiendo” de este mundo es una filfa comparado con lo que vives en tu ¿País Azul?. Sin embargo, míranos aquí, sufriendo las miserias materiales de esta tierra y echándote tanto de menos.



La casa se ha vuelto enorme y vacía. G tiene el horario cambiado: duerme por la mañana y luego sale o está a su rollo. Casi siempre en el sótano. Tu habitación y la suya están vacías, extrañas, sin vida. Papá y yo erramos por ellas, vagamos como sombras. G volverá arriba cuando empiece el curso.






Pero tú, hijo, no vas a volver. Es muy duro de admitir. Siempre que esa verdad horrible llega hasta mí es como un puñetazo inesperado, en el plexo, que me deja sin respiración y que duele, duele, duele mucho…



He estado mirando las fotos del último verano juntos, el del 2009 ¡¡hace ya dos años!! Estás tan delgado… Te siento ajeno… como si no fueras tú… ¿Dónde estás, hijo querido? Papá me ha puesto una entrada de saludo en el móvil. Dice “Buenos días, mamá, mamita”. Es la única ocasión que tengo de que me llamen así. Ya sabes que tu hermano me llama “madre” desde hace mucho tiempo. ¿Dónde estás, Rodrigo, que no te siento?



Repaso mi vida. Era sencilla y discreta, como somos nosotros; como conscientemente queremos ser. Nada especial, sólo nuestro cariño, el deseo de lo mejor para vosotros, hijos, pero también discreto. Yo le pedía al cielo que fuerais buenas personas, que encontraseis otras como vosotros para compartir la vida; que el trabajo y la familia os fuesen apacibles; que alcanzaseis la felicidad de la obra bien hecha, de la existencia equilibrada.



No sabía que tú lo ibas a encontrar tan pronto. Porque, bien visto, ya lo has conseguido. Ya te has librado de estos sinsabores. Como tú me transmites, eres afortunado. Te has marchado antes de que la mueca del cinismo marcase su signo en tu cara. Antes de que la desilusión, la traición, la pérdida irreparable, la amargura llegasen a tu alma. Todo te parecía fácil, eras muy vital y optimista. Son cualidades que te servirán también en ese mundo que tanto envidio.



Ojalá pudiera irme. Pero Papá me pide que no le deje aquí solo. Y tiene razón. Ya ha pasado por suficiente dolor. Tu hermano, además, aunque sea muy independiente, no sabe cómo desenvolverse en situaciones nuevas. Aún tiene mucho que evolucionar. Tengo que quedarme un poco más. O mucho, no sé. Lo que me tengan deparado. ¡Me aterra tanto pensar en cuarenta años sin ti!! Recuerdo a mis abuelos. Fue eso lo que esperaron. Mirar a un futuro tan largo me angustia hasta lo indecible, así que he decidido mirar sólo al mañana.



Papá me dice que no me obsesione: que todo llega. Como los embarazos llegan a su término, como se acaban las vacaciones. Como una estación sigue a otra, y un año a otro, llegaremos al final. Y tú saldrás a buscarnos. Y, el pobre, se ha ofrecido voluntario para quedarse solo aquí, como el abuelo. Para que no pase yo por ello. Pero me insiste en que le llame pronto conmigo.






No sé qué decirle cuando me hace esas propuestas tan caballerosas. ¡Como si pudiéramos elegir! -le contesto. El me mira con una sabiduría lejana y me asegura que tú nos ayudarás en esos trances.



Se están yendo las vacaciones, estas extrañas semanas sin viajes, sin ilusiones, sin la alegría de antaño. Empezará un curso nuevo. El primero de Universidad para G. Hemos de alegrarnos por el regalo de tenerle y de compartir, los tres, esta existencia de prueba. Pero no renunciamos a ti, Rodrigo.



NUESTRA FAMILIA SIGUE SIENDO DE CUATRO. ESTARÁS CON NOSOTROS CADA DÍA Y CADA NOCHE, DONDEQUIERA QUE NOS ENCONTREMOS. TE QUEREMOS MUCHÍSIMO, CON TODA NUESTRA ALMA.



HASTA PRONTO, MUY PRONTITO:
MAMÁ

sábado, 17 de septiembre de 2011

EL DOLOR DE LA PÉRDIDA E IMPACTO DE ESTA SOBRE NUESTRO MUNDO

ELEMENTOS PARA UNA HIPÓTESIS DE TRABAJO


EL DOLOR DE LA PÉRDIDA ES...


1. ES UN DOLOR AGUDO/CRÓNICO que no tiene perspectiva de mejoría a corto plazo y que en lugar de mejorar empeora.


2. EL DUELO Y LA CURVA DEL DOLOR: La angustia inicial es intensa, predomina sobre el dolor, y va disminuyendo progresivamente. Por el contrario, el dolor inicial, presente, no se ve (lo oculta la angustia) y va apareciendo a medida que va disminuyendo la angustia. Es decir, el dolor siempre está, pero no aparece (no se deja ver) hasta después. Por otra parte, al principio hay mucha compañía, después no, justo cuando el dolor se deja ver completamente. A veces se asocia cierta "alodinia existencial" ("me duele hasta el propio aire").


3. EL DOLOR DEL DUELO ABSORBE la mayor parte de nuestra energía y cualquier cosa que nos quite energía será molesta e irritante. Así pues, nuestro nivel de tolerancia disminuye. Esto hace parte de la "economía del duelo" a que nos vemos sujetos tras la pérdida de un ser querido.


4. ES UN DOLOR CANSADO:
A. “Estoy cansada de tanto dolor” (madre que perdió un hijo)


5. EL DUELO EN EL ADULTO ES TAREA DE UNOS AÑOS. EN EL NIÑO, ES TAREA PARA TODA LA VIDA


6. ES UN DOLOR ENORME
A mi dolor le he puesto el nombre de “El Elefante” (madre que perdió hijo)
“Este dolor es tan grande que lo tengo que compartir” (madre que perdió un hijo)


7. EN UN DOLOR INACCESIBLE
En esto del dolor nunca somos viejos (en su recorrido)



8. ES UN DOLOR SUBJETIVO
Se mide en tiempo subjetivo



9. ES UN DOLOR CONVALECIENTE
El duelo es un período de convalecencia



10. ES UN DOLOR ATEMPORAL
No envejece, parece no desaparecer, se adormece y no tiene perspectiva de mejoría a corto plazo



11. ES UN DOLOR IMPREDECIBLE
Se hincha, y lo hace por tiempos o momentos (oleadas de angustia, reacciones de aniversario



12. ES UN DOLOR COLORIDO
Tiene color: inicialmente es amarillo encendido, luego es rojo y así. Siempre conserva un color



13. ES UN DOLOR AGUDO-CRÓNICO
Es un dolor agudo que se cronifica y que tiene frecuentes períodos de re-agudización



14. ES UN DOLOR ABSORBENTE
Absorbe la totalidad de la persona



15. ES UN DOLOR EXTRAÑO
El dolor inicial es de angustia, da la sensación de volverse uno loco. Luego el dolor se convierte en dolor profundo, de tristeza. Y así.



16. LAS REFERENCIAS DEL DEUDO a todo lo que no sea su dolor van desapareciendo progresivamente de su discurso, de su expresión, de su ideación, hasta llegar a ser el dolor lo único de lo que puede ocuparse o hablar. Así, duelo que no se habla es duelo que no se cura.



17. EN RELACIÓN CON LAS REACCIONES DE ANIVERSARIO, duele antes, durante y después, si bien uno se prepara es para el “durante” y se abandona el antes (la dolorosa anticipación) y el después.



18. DOLOR PRINCIPAL: PÉRDIDA DEL SER QUERIDO. DOLORES SECUNDARIOS: PÉRDIDA de seguridad, de confianza, de perspectiva de futuro, etc. No siempre la persona se aflige correctamente por el dolor y el duelo principal; a veces se equivoca.



19. LO QUE NOS HAN ENSEÑADO
La aflicción y el dolor son normales.
Cada uno debe asumirla como mejor pueda.
Debe hacerse sin ayuda.
La reacción no debe ser ni excesiva ni muy expresiva.
Debe ser al mismo tiempo discreta y sin mayor expresión emocional.
El estoicismo es la postura más aceptable ante cualquier pérdida.
A la gente le gusta esta postura: “LO ESTÁ LLEVANDO MUY BIEN".



20. COLCHÓN DE RECUERDOS
Esta tela que soporta el peso de la vida (compuesta por nuestra realidad, sentido de la vida y personalidad) se verá afectada en mayor o menor medida según el compromiso de la misma que tenía o absorbía el fallecido.



21. MODELO DE RECUPERACIÓN EN TOTAL O PARCIAL



22. LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO ES LA SUMA DE TODOS LOS DOLORES.

jueves, 15 de septiembre de 2011

COMPARTIENDO MI EXPERIENCIA EN LA VIDA



MI EXPERIENCIA EN LA VIDA NO ES MUY PROFUNDA, NO HA TENIDO GRANDES INFLUENCIAS ESPIRITUALES, NADIE ME HA DICHO NUNCA.....UNA FRASE DE ALIENTO. SIEMPRE HE SIDO YO, QUIEN HA HURGADO EN MI PROPIA HERIDA. DOLÍA POR TEMOR A NO SER ACEPTADA, ERAN OTROS TIEMPOS CON OTRAS IDEOLOGÍAS Y LO PROFUNDO DEL SER...NO ESTABA DE MODA.

Nadie me explicó cómo debía caminar... ¡nadie ¡...pero he tenido un coraje y una determinación digna de mí, porque a nadie le debo explicaciones, solo a mi Dios con el que hablo y converso.

He sido una niña especial.......Especial por mi dulzura, por mi manera introvertida de ser, por mi mirar, por tener la cara llena de pecas...en fin.....todo en mi era una condición limitadora en el fluir hacia una adolescencia un tanto abrumadora.

Me enfrente a mis primeros cambios físicos, con la expectante inocencia de cualquier ser humano, modifique mi carácter a medida que mi cuerpo variaba y todo ello....para vivir un futuro con esa ilusión " ilusoria " que todo adolescente transporta por algunos años..... Unos con más peso que otros.

En definitiva era el patito feo de mi barrio..." TENIA HASTA MOTE "........pero mi vida seguía sin darme cuenta de todos los cambios internos que se estaban produciendo en mi. Estudié y trabaje a partes iguales, era pura energía....vital, luchadora y sobre todo mujer.

Nunca, nunca....me adularon los chicos a temprana edad.....que gracia....mis amigas siempre tenían un príncipe que les rondaba. Me atormentaba porque no me veía bonita...pero ya sabía que en mis conversaciones con mi Dios, había un regalo guardado para mí.

Cometí DOS errores muy importantes en mi vida a nivel afectivo, pero como todo lo que duele....se transforma, aprendemos...y punto.
¡¡¡¡¡¡

Mis queridos lectores........Mi DIOS me convirtió en un cisne de alas blancas, bello pero débil....y hago alusión a lo de débil por mi condición sensitiva.

Surgí al mundo ...nueva...radiante de luz y con más fuerza que nunca. Me aproveche por puro ego de las circunstancias, como todo en la vida.....los errores. Ya saben...son parte del juego.

Tuve a mis pies todo lo que quise, dinero, placer....promesas de buena vida. Aproveche momentos y disfruté. Caí en el materialismo y me rodeé de gente muy influyente. Mientras que las luces y la música sonaban, yo me dejaba llevar.................................

Pero llego ese instante en el que te paras, dejas la copa e instintivamente ahogas todo lo que te envuelve. Sabía que debía parar....mi vida era un teatro, ya lo sabía.....pero me sentía tan bonita ¡¡¡¡¡¡¡¡. Nunca me di cuenta de las adulaciones irreales, de los efectos de una vida ....un poquito desordenada, porque aunque parezca otra cosa....siempre he tenido un sentido del honor muy severo.

Me he ganado siempre el respeto, en cualquier ambiente de los que me he movido. Por eso cuando me acuerdo de todo ello......me rio comentando en plan de chiste " que lo mismo sirvo para comer con el rey, que me tomo unas cervezas con la chusma del barrio".

Y ya me ven....después de mis años de juventud....apareció la estabilidad, formé una familia y aquí estoy...uno más en esta gran urbe.

Pero...¿ Y las campanillas que suenan con el auténtico amor?....¿ son reales?....¿ existen?.......

Para mí son ficticias. Nunca las oí sonar....alguna vez....me pareció oírlas....pero.....que va ¡¡¡¡¡¡

Percibo muchas cosas de mi vida, gracias a Dios lo bueno, lo malo y lo peligroso............ahora SI se lo que quiero.

No se trata de nadie...se trata de una vida llena de satisfacciones donde tu estabilidad este regada por sutiles gotas de querer y saborear lo realmente puro, lo que todavía mantiene una pequeña pizca de inocencia.

ES UN LUJO ENCONTRAR HOY POR HOY, UNA PARTE DE INOCENCIA EN EL SER HUMANO.

Prácticamente toda se la ha llevado el camino, pero yo quiero indagar y buscar esa parte inocente del ser.

SOY UNA PALOMA QUE TODAVÍA NECESITA VOLAR.

Volveré a comenzar....reanudaré, cuando tenga como siempre....el suficiente valor, el camino en busca de mi media mitad.
Se positivamente que lo voy a encontrar.....solo un instante me va hacer falta para saber que debo rendirme a EL.

Todavía me queda tiempo, no mucho, pero el suficiente......Una vez que lo encuentre me fundiré con él y nunca más volveré a ser consciente de mi mundo real.

A TI................................A QUIEN ESPERO.....A QUIEN ANHELO.

ES UNA COLABORACIÓN DE: --PISCILAZUL--

miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL DUELO ES MÁS QUE UN SENTIMIENTO

El duelo no es única y exclusivamente un sentimiento, ni siquiera un sentimiento negativo. Los sentimientos se pueden crear artifi-cialmente utilizando drogas o psicofármacos, por ejemplo, o estimulando eléctricamente determinadas zonas cerebrales.

También se pueden atenuar e, incluso, suprimir mediante la costumbre, la instrucción militar, la mani¬pulación o seccionando fibras nerviosas. Los sentimientos son estados interiores pasajeros, a veces ajustados a una situación externa y a veces no.


Ciertos experimentos con animales demuestran que un gallo enjaulado, por ejem¬plo, puede sentirse furioso, sexualmente satis-fecho o amodorrado en un espacio de quince minutos según los impulsos desencadenantes que se le apliquen. Los seres humanos reac¬cionarían de un modo parecido.

PERO CON EL DUELO OCURRE ALGO DISTINTO. SE HALLA EN LO MÁS PROFUNDO DEL CORAZÓN, EN EL CENTRO ESPIRITUAL Y MENTAL DE LA PERSONA, Y NO EXISTE MAGIA O ENCANTAMIENTO QUE LO PUEDA EXTRAER DE ALLÍ.

Es mucho más que un senti¬miento, es el conocimiento de una pérdida va¬liosa. No hay nada que pueda borrar ese co¬nocimiento. Ni siquiera los narcóticos pueden impedir que vuelva a aparecer cada vez que despertamos.

De la misma manera, no hay nada que pueda deshacer esa pérdida.

Los «objetos sustitutivos» de cualquier tipo acen¬túan con mayor intensidad todavía el carácter insustituible de lo perdido; es más, nada pue¬de devaluar lo valioso. Es justamente en la pérdida donde el carácter valioso queda gra¬bado con supremo dolor en la conciencia.


Este conocimiento acompaña al doliente durante el resto de su vida como un susurro que no puede silenciar, más o menos perceptible se¬gún el momento, pero siempre relatando con melancolía lo que un día fue valioso.


En el primer «umbral» que atravesaremos, colindante con el conocimiento de la pérdida, anida la comprensión de que en nuestra vida ha existido precisamente algo valioso. Este en¬tendimiento inmediatamente posterior a la irrupción de la tragedia alberga ya una semilla de consuelo.

No nos hemos movido en el vacío ni nos hemos quedado aislados, sino que he¬mos vivido en correspondencias cuyas mues¬tras más fascinantes han sido las correspon¬dencias amorosas… Es bueno recordarlas y cerciorarse de que han existido.

¿Por qué es bueno? Porque se trata de otra comprensión importante que se desvela: los hombres tenemos la problemática tendencia a acostumbramos a la riqueza, y también a la ri¬queza interior.


Tan pronto como aparecen las correspondencias de valores, como por ejemplo la vida en pareja, la amistad, la maternidad o la paternidad, nos acostumbramos a nuestros amores y los tratamos como si fueran propieda¬des sobre las que Ostentamos un derecho. Poco a poco, vamos dejando de notar lo mucho que las personas a las que está referida nuestra exis¬tencia la intensifican y nos hacen felices. Sólo cuando nos despedimos de ellas volvemos a ser conscientes de su singularidad.


Entonces, el duelo toma el lápiz rojo y corrige todas esas ideas absurdas sobre derechos. «Todo es un bien prestado, todo es un regalo, la vida entera es un regalo hasta la muerte —escribe el duelo sobre nuestras fantasías de propiedad tacha¬das—. Pero recuerda que tu estás entre los ob¬sequiados.


Has sido afortunado durante años. Yo soy el precio que ahora deberás pagar por ello. Cuanto más cariñosas hayan sido tus rela¬ciones amorosas, más feliz habrás sido con ellas y más amargamente tendrás que llorar ahora por el enorme motivo de satisfacción que tenias.»


LA RIQUEZA NO CONTIENE LA ABUNDANCIA DE AQUELLO QUE, A PESAR DE TODO, TENEMOS QUE DE¬JAR ATRÁS. LA VERDADERA RIQUEZA ES UNA VIDA REALIZADA EN LA ENTREGA Y EN LAS MUCHAS Y MA¬RAVILLOSAS CORRESPONDENCIAS DE VALORES QUE, CUANDO ACABAN, DEBERÁN SER LLORADOS. EN EL DUELO SE REFLEJA NUESTRA RIQUEZA.

POBRE DEL QUE NUNCA HA LLEVADO LUTO POR NADA. NO PUEDE PERDER NADA PORQUE NO HAY NADA POR LO QUE SU CORAZÓN PALPITE. ES EL MÁS POBRE DE NOSOTROS.

martes, 13 de septiembre de 2011

¿CÓMO SE OPERA LA SEPARACIÓN DEL ESPÍRITU Y EL CUERPO DURANTE LA LLAMADA MUERTE? (I PARTE)



1º Caso



El primero que vamos a estudiar procede de una obra de origen mediúmnico titulada "Los mensajeros espirituales", cuyo autor extra físico es André Luiz, espíritu muy conocido en el movimiento espiritista brasileño y sudamericano, que fuera un célebre médico en su última vida. El médium que canalizó estas y otras muchas obras del mismo ser y de otros muchos espíritus, es Francisco Cándido Xavier (Chico Xavier), muerto (30-6-2002) a los 92 años de edad, que tiene en su haber más de 400 obras psicografiadas, emanadas de diversas fuentes espirituales.



La descripción de estos hechos aparece en los capítulos XLIX y L, titulados, respectivamente, Máquina Divina y La Desencarnación de Fernando. Vamos a resumir sus puntos esenciales, destacando los datos que más nos interesan.
Repetimos, sitúese correctamente, el lector: los hechos están descritos no desde el plano físico, sino desde esa otra dimensión más sutil, ordinariamente imperceptible por nuestros sentidos, a la que se le ha venido dando diferentes nombres: Mundo Espiritual, Mundo Astral, Más Allá...



André Luiz, la entidad que informa de estos y de otros muchos pormenores de la vida en el mundo invisible, está acompañando a otro espíritu que responde al nombre de Aniceto, el cual en aquellos momentos actúa como su instructor en una serie de campos y tareas encaminadas a su preparación como futuro servidor. En la ocasión que nos ocupa, atendiendo a la llamada de un doctor espiritual, ambos se encuentran junto a un moribundo, Fernando, de unos sesenta años, que permanece postrado en su lecho en estado de coma desde hace varios días, a consecuencia del avanzado estado de la leucemia que padece.



Ni en el plano físico ni en el invisible, la estancia estaba vacía. En el plano de los encarnados varios familiares cercanos hacían guardia junto al enfermo llenos de aflicción. En el plano invisible dos entidades, la madre del moribundo y otra pariente próxima, se hallaban allí intentando también ayudar a aquel ser presto a dejar el mundo de la carne.



En un determinado momento el instructor insta a André a que realice una auscultación profunda del organismo del moribundo, para que tome plena consciencia de los procesos generales y particulares que acompañan y determinan la separación del espíritu del cuerpo. André obedece la indicación y he aquí la narración de una parte de su observación:



"Noté que su alma se retiraba lentamente a través de puntos orgánicos aislados. Asombrado verifiqué que, bien al centro del cráneo, había un foco de luz mortecina, que variaba ligeramente de forma, como la llama de un candelabro encendido ante las ondulaciones leves del viento. Llenaba toda la región encefálica causándome profunda admiración".



Advirtiendo su asombro, Aniceto le ofrece información aclaratoria:
"La luz que usted observa es la mente, para cuya definición esencial no tenemos, por ahora, concepción humana alguna".
Detenido en un examen minucioso del estado orgánico del moribundo, ayudado en este propósito por la acción magnética de su instructor, André
Luiz sigue dando cuenta de sus impresiones:



"El cuerpo me parecía ahora una maravillosa usina mostrando los más mínimos detalles... Identificaba, en grandes proporciones, los nueve sistemas de órganos de la maquinaria humana: el esqueleto óseo, la musculatura, la circulación sanguínea, el aparato de purificación de la sangre, consustanciado con pulmones y riñones, el sistema linfático, la maquinaria digestiva, el sistema nervioso, las glándulas hormonales y los órganos de los sentidos".
Reparando en el profundo estado de deterioro orgánico ya alcanzado en el cuerpo que observa, el comunicante espiritual nos describe así la situación:



"Millones de organismos microscópicos iban y venían en la corriente empobrecida de glóbulos rojos. Presenciaba el pasaje de formas raras, a la manera de minúsculas embarcaciones cargadas de bacterias mortíferas... Invadían todos los núcleos organizados. Órganos como los pulmones, el hígado y los riñones, estaban siendo asaltados irremediablemente, por incalculable cantidad de saboteadores infinitesimales...".
Es entonces cuando nota algo notable, algo en lo que no había fijado su atención hasta aquel momento:



"A medida que se consolidaban los microbios invasores en determinadas regiones celulares, algo se destacaba, lentamente, de la zona atacada, como si un molde siempre nuevo fuese expulsado de la forma gastada y envejecida, reconociendo yo, de ese modo, que la desencarnación se operaba a través de proceso parcial...".



El irreversible estado del caos orgánico del moribundo, se torna evidente para el estudiante del mundo invisible, que anota:
"Observé que el moribundo intentaba readquirir la dirección de los fenómenos orgánicos, pero en vano...".



Aniceto, el instructor, explica a su alumno la trascendente importancia que tiene el organismo físico desde el punto de vista evolutivo, formado por el molde espiritual preexistente, ya que éste representa, según sus palabras, "una conquista laboriosa de la humanidad terrestre".






En su explicación el guía alude a la semejanza del cuerpo orgánico de los humanos con una máquina moderna:
"Ambos - señala - son impulsados por la carga de combustible, con la diferencia que en el hombre, la combustión química obedece al sentido espiritual que dirige la vida organizada".



Siguiendo con su lección, Aniceto hace hincapié en la función gobernadora y organizadora de todo el complejo orgánico que le corresponde a la mente humana:
"Ahí - explica - no poseemos tan sólo el carácter, la razón, la memoria, la dirección, el equilibrio, el entendimiento; sino también el control de todos los fenómenos de la expresión corpórea".



Más adelante, reflexionando sobre el mismo asunto, añade:
"La mente humana, aunque indefinible por la concepción científica limitada en la Tierra, es el centro de toda manifestación vital en el planeta... Cada célula es un minúsculo motor trabajando bajo el impulso mental".



El instructor espiritual realiza esta otra interesante observación referida al moribundo, que nos ayuda a comprender mejor como las circunstancias individuales condicionan de manera fundamental el desarrollo del proceso desencarnatorio:
"Estamos viendo aquí a un hermano en el momento de la retirada... El agonizante se retira poco a poco y aún no abandonó totalmente la carne por falta de educación mental. Se ve, por el exceso de intemperanza de las células, sobre las cuales no ejerce ya ni un control parcial, que este hombre vivió muy lejos de la disciplina de sí mismo... A decir verdad este amigo nuestro no está desencarnando, está siendo expulsado de la máquina divina...".



En esto, los espíritus familiares del moribundo allí presentes, solicitan al instructor su ayuda y colaboración para acelerar el proceso de la desencarnación. Otra de las entidades, precisamente la que había solicitado la asistencia del instructor Aniceto en aquel caso, confirma a éste la justicia de la ayuda que se pide, al tiempo que le informa del operativo organizado para atender las necesidades del desencarnante tras el definitivo desligue, necesidades relacionadas con su peculiar estado espiritual.



Mas, antes del desenlace definitivo, las entidades ayudantes en el proceso desencarnatorio perciben el envío continuado de energías magnéticas que los familiares encarnados situados en la sala, en su aflicción, emiten en dirección al moribundo. André Luiz nos describe este fenómeno:
"De hecho, una red de hilos cenicientos y débilmente iluminados parecía ligar a los parientes con el enfermo ya casi muerto".



Ante esta circunstancia, la cual podía perturbar el trabajo que se estaba llevando a cabo, Aniceto declara sentenciosamente:
"Tales socorros son ahora inútiles para devolver el equilibrio orgánico al paciente. Necesitamos neutralizar esas fuerzas emitidas por la inquietud, proporcionando, ante todo, la posible serenidad a la familia".



Recurriendo a la acción de los pases magnéticos, el mentor espiritual proporciona al organismo del agonizante unas momentáneas reservas de vitalidad, lo que de inmediato se tradujo en una aparente mejora del estado clínico del paciente, con acentuación y regularización de sus constantes vitales. Tal mejora es advertida por el facultativo terrestre que lo atendía, quien da cuenta a los parientes. Estos, regocijados ante las buenas noticias, recobran su alegría y alejan de si las preocupaciones que hasta entonces venían llenando sus mentes; deciden, pues, dejar solo al paciente para que descansase tranquilo. Con esto el propósito del instructor espiritual se había logrado: anular las emisiones magnéticas desestabilizadoras de los parientes.






Entonces es cuando comienza la última fase del desligue definitivo del espíritu:
"Aniceto aprovechó la serenidad del ambiente y comenzó a retirar el cuerpo espiritual de Fernando, desligándolo de los despojos; reparando yo que había iniciado la operación por los calcañales y terminando en la cabeza, a la cual, por fin, parecía estar prendido el moribundo por extenso cordón, tal como sucede con los recién nacidos terrenales. Aniceto lo cortó con esfuerzo. El cuerpo de Fernando se estremeció, con lo que el médico humano fue llamado al nuevo cuadro. La operación no había sido corta ni fácil. Se había demorado largos minutos, durante los cuales vi a nuestro instructor emplear todo el caudal de su atención y tal vez de sus energías magnéticas".



En el plano invisible, entre tanto, donde el trabajo no había terminado, se presenta la siguiente escena:
"La madre del desencarnado, auxiliada por Aniceto y por el facultativo espiritual que nos había conducido hasta allí, prestó al hijo los socorros necesarios. A los pocos instantes, mientras la familia terrenal se echaba sobre el cadáver, en llanto, la pequeña expedición constituida por tres entidades, las dos señoras y el clínico, salía conduciendo al desencarnado hacia el instituto de asistencia, observando yo que no salían utilizando el vuelo, sino caminando como simples mortales".



Los cuatro casos que seguidamente vamos a analizar, están sacados de una interesante obra titulada "Obreros de la Vida Eterna" (5), recibida también por el médium Francisco Cándido Xavier y dictada, como la anterior, por el espíritu André Luiz, que es quien hace la mayor parte de las observaciones y narra los acontecimientos. Son cuatro casos en los que otros tantos seres humanos se enfrentan a su próxima muerte, a la que cada uno llega envuelto en sus particulares circunstancias y condiciones, tanto orgánicas como mentales y espirituales.



En todos estos ejemplos, André Luiz acompaña en calidad de estudiante a un equipo de entidades especializadas en atender a los moribundos, quienes propician con sus conocimientos y técnicas la desconexión entre la parte espiritual y el organismo físico, en los seres humanos que se enfrentan a su inmediata salida de este plano o, como se dice habitualmente, a la muerte.