PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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sábado, 16 de octubre de 2010

CUANDO MUERE UN NIÑO: UNA GUÍA PARA FAMILIA Y AMIGOS


Estas palabras conmovedoras vienen de la obra Lifetimes: The Beautiful Way to Explain Death to Children. (Vidas: La Forma Hermosa para Explicar la Muerte a Los Niños), porBryan Mellonie y Robert Ingpen.


Es un libro grato que ofrece a los padres y a los niños una sabiduría simple: que aunque los finales son una parte natural de la vida, a veces las cosas se complican por enfermedad o accidente, que pueden hacer que una vida termine más pronto. Las plantas, las criaturas, y sí, hasta los niños, pueden morirse.

No importa lo largo de la enfermedad, o de la vida de un niño, su vida es única; merecedora de honor y celebración, aún si la muerte haya llegado temprano. Desgraciadamente, los padres que han perdido a un hijo a veces se encuentran aislados, porque los amigos pueden encontrarse sin poder manejar bien su pena y tristeza, o lade los padres del niño fallecido.

Usted quiere ayudar, pero ¿cómo? Durante este tiempo de aflicción, hay varias cosas que se puede hacer para ayudar a la familia de un niño fallecido.

• Escuche. Haga un ambiente de comodidad y seguridad para que los amigos expresen su tristeza. Es un gran regalo escuchar, sin juzgar, y sin intentar aliviar el dolor.

• Pronuncie, en voz alta, el nombre del niño fallecido – a los padres afligidos, les reconforta oír el nombre de su niño, y saber que lo recuerdan y que lo echan de menos.

• Es importante para los padres, el resto de la familia – y para usted – que usted les deje saber por medio de las palabras, o las acciones, que usted estará presente para ellos durante este tiempo tan difícil. No deje que el miedo de decir o hacer algo inapropiado le quite del lado de su amigo afligida.

• Sea paciente. Recuerde que la aflicción no tiene horario. Los que han perdido a un hijo suelen volver a sentir su pérdida y su aflicción a través de un largo tiempo.

• Comparta memorias, e historias. Deje que su amiga le guíe. Por ejemplo, se le puede decir, “Tengo una memoria maravillosa de su hijo. ¿Es ahora un buen momento para comentártelo? O ¿Es mejor esperar para otro rato?”

• Evite hablarle a su amiga de lo que “debe” sentir, o lo que “debe” hacer. No ayuda comentar de lo que “debe” estar haciendo un padre o una madre afligida. “Debes tratar de salir más,” “Debes tratar de comer más,” “Debes acercarte a la iglesia más,” “Debes leer esto,” o “Debes venir a verme” – este tipo de sugerencia no ayuda a la persona que ha perdido a su hijo.

• Abre la puerta al silencio. La capacidad de estar callado, y estar simplemente presente, no más, con su amigo, es muy reconfortante durante los tiempos de tristeza.

• Desgraciadamente, el mundo “de afuera” suele volver a sus rutinas rápidamente, y de forma muy distinta a los padres de un niño fallecido, que se ajustan a su tiempo.
Es importante que la comunidad haga sistemas de apoyo para los padres afligidos, y para sus familias, mientras ellos lentamente se reconectan con la vida alrededor, de forma nueva

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