PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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jueves, 26 de enero de 2012

COMO AFRONTAR EL DUELO POR SUICIDIO.

UN 1% DE LA POBLACIÓN MUNDIAL FALLECE POR ESTA CAUSA. LOS INTENTOS DE SUICIDIO SUPONEN EL 20% DE LAS URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS.

COMPARÓ LA EXPERIENCIA DEL SUICIDIO CON LA DEL DUELO, ENCONTRANDO PUNTOS EN COMÚN, PUES AMBAS SE CARACTERIZAN POR SER UNIVERSALES (EXISTEN EN TODAS LAS CULTURAS); SON TRANSVERSALES (SURGEN EN TODOS LOS GRUPOS SOCIALES); SON IMPREVISIBLES (SURGE MUCHAS VECES SIN QUE NOS PODAMOS PREPARAR) Y GENERAN UNA ALTERACIÓN EMOCIONAL MUY POTENTE. Y, SI ATENDEMOS A SUS SIGNIFICADOS, ENCONTRAMOS TAMBIÉN PARALELISMOS:

- EL SUICIDO ES UN HECHO APARENTEMENTE ABSURDO, SIN SENTIDO, Y ESA ES UNA SENSACIÓN COMÚN EN QUIEN SUFRE UN DUELO.

- El suicidio es un acto de huida (del dolor, de la sociedad...). Y en el duelo existe una huida que se manifiesta en la negación inicial: “No es posible”.

- Es una expresión de rabia frente al mundo, y quien queda en duelo suele expresar la rabia de “¿por qué me has hecho esto?”

- A veces el suicidio tiene un significado de autocastigo, de expiación (“no me merezco estar aquí”); y quien está en duelo manifiesta que vivir sin la persona querida es un tormento (“merece más la pena no vivir”)

- El suicidio se puede entender como una fuga del vacío. En el duelo patológico puede surgir la huída mediante el abuso del alcohol o los psicótropos.

- EL SUICIDIO ES UNA MUERTE BIOLÓGICA, PERO EL DUELO ES UNA MUERTE BIOGRÁFICA.

LAS RAZONES DEL SUICIDIO PUEDEN SER MÚLTIPLES, PERO “ATIENDEN NORMALMENTE A UNA PÉRDIDA”: UN DESPECHO AMOROSO, AL ENVIUDAR, PÉRDIDA DEL TRABAJO O RUINA ECONÓMICA, PÉRDIDA DEL HONOR; LA EXPERIENCIA DE FRACASO (POR EJEMPLO, ACADÉMICO), O LA EXPERIENCIA DE SUFRIMIENTO (VER IMPOSIBLE VIVIR EN UNA SILLA DE RUEDAS, POSTRADO EN UNA CAMA, O VIVIENDO UNA DEPRESIÓN PROFUNDA) O LA SENSACIÓN DE INUTILIDAD.

El doliente por un familiar que se ha suicidado experimenta igualmente pérdida, fracaso y sufrimiento, y además se siente responsable y aparece la culpa. HAY QUE INSISTIR EN QUE “NOSOTROS NO SOMOS LA RAZÓN POR LA QUE DECIDIÓ SUICIDARSE, Y AUNQUE SIEMPRE SE PODRÍA HABER HECHO ALGO MÁS, NO SOMOS RESPONSABLES DE ESE ACTO”.

El suicidio puede ser una decisión “lúcida” cuando la alternativa de vivir supone una mayor experiencia de sufrimiento que la de morir.

Pero hay que cuestionarse: ¿la persona es capaz de tomar decisiones? Y ¿qué experiencia de sufrimiento hay detrás?

Queda la duda y el debate sobre el suicidio médicamente asistido, cuando la persona, en la que existe un sufrimiento físico objetivable, comunica abiertamente su deseo de morir para no sufrir más, a diferencia de quien oculta su decisión.

La sedación terminal permite atender esas situaciones límite cuando los síntomas son refractarios a todo tratamiento. Lo más difícil es cuando el síntoma es la angustia vital. Entonces, el trabajo desde los valores puede ser una alternativa psicoterapéutica muy efectiva.

Es importante tener en cuenta, “el fuerte componente de culpa que atraviesa la experiencia de duelo por suicidio”; que tiene el riesgo de estancarse como una manera falsa de reparar lo ya inevitable.

LA IDEA PRINCIPAL ES LA DE NO HABER HECHO TODO LO POSIBLE PARA EVITARLO Y HAY QUE AYUDAR AL DOLIENTE A NO INSTALARSE EN LA CULPA. TODO SUICIDIO SUPONE LA POSIBILIDAD DE UN DUELO COMPLICADO.

Hay cambiar la experiencia de culpa en respeto. Y desde los valores buscar un nuevo tipo de vínculo. Ese es el objetivo del duelo: “despedirse de un tipo de relación para llegar a otro tipo de relación sin vínculo sensorial”.

Respecto a las estrategias de ayuda para superar la muerte de un ser querido por suicidio:

“LO PRINCIPAL ES NO JUZGAR”. Y ES IMPORTANTE EVITAR FRASES HECHAS (“TÚ SABÍAS QUE ESTABA LOCO...”). “SON DOS LAS FUNCIONES DE LOS TERAPEUTAS EN EL INICIO DEL DUELO: SOSTENER EN EL DOLOR, QUE SUPONE ACOGER LA EXPERIENCIA DEL SUFRIMIENTO, Y GESTIONAR EL DOLOR”. HAY QUE AYUDAR A RECONCILIARSE CON LOS PROPIOS LÍMITES (“TENÍA QUE HABERME DADO CUENTA...”). SOMOS LIMITADOS. “NO SOY RESPONSABLE DE MI TRISTEZA, PERO SÍ DE LO QUE HAGO CON ELLA.

PODEMOS ELEGIR CÓMO VIVIR EL DUELO. Y POR FIN, SACAR LO MEJOR DE SÍ MISMO”. POR OTRO LADO, EL SUICIDIO DE UN PACIENTE TAMBIÉN SUPONE UN DUELO PARA EL PROPIO TERAPEUTA.

ESCRITO POR: JAVIER BARBERO
(PSICÓLOGO CLÍNICO. HOSPITAL U. “LA PAZ” DE MADRID)

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