ROSA MONTERO: “HAY MUERTES QUE SE LLEVAN UN PEDAZO DE TU VIDA Y NO LO VAS A RECUPERAR JAMÁS”
La escritora española habla de su nueva novela "La ridícula idea de no volver a verte" en la que reflexiona sobre el estereotipo literario de las viudas.
“No te recuperas nunca, ese es el error: uno no se recupera, uno se reinventa”, escribe Rosa Montero. Habla del dolor de una muerte y sabe de qué esta hablando: habla del duelo por su marido, Pablo Lizcano, que murió de cáncer en 2009, cuando tenía 58 años. Y también habla del duelo de Marie Curie –sí, Marie Curie– por su marido, Pierre Curie, que cayó delante de un coche de caballos a los 49.
Libro raro, entonces, este que está sacando Montero. No es una novela, no es un ensayo, va ilustrándose con fotitos que muestran las cosas que Montero señala, usa hashtags en el medio del texto, se trata de Marie Curie pero también de Rosa Montero y en el fondo –ese es su éxito– del dolor humano de la pérdida. Se trata, también de dos historias de amor. Pero la de los Curie quizás no sea sólo entre ellos; la historia de los Curie es un trío: Pierre, Marie y el radio, ese elemento azulado y brilloso que descubrieron y que les traería la felicidad, la gloria y la muerte.
De todas estas cosas trata La ridícula idea de no volver a verte. El libro nació de la propuesta de una editora: tomar el diario que Marie Curie escribió un año después de la partida de Pierre y escribir un prólogo. O bueno, escribir algo, lo que saliera. Y si lo que salía era un libro, entonces el diario iría como apéndice. Así fue.
ENTREVISTA A LA ESCRITORA ROSA MONTERO AUTORA DEL LIBRO: LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE.
¿QUÉ TE PASÓ CON EL DIARIO DE MARIE CURIE?
–Varias cosas. Ella me manda el diario y el diario es tan desgarrado que se me llena la cabeza de ecos, se me llena de ecos, no sólo del propio duelo sino de ella, y de repente me topé con Marie Curie.
¿QUÉ TE ATRAJO DEL PERSONAJE?
–En mi edad y en mi situación te empiezas a hacer preguntas esenciales y existenciales, ¿no? Quién eres, por qué estamos aquí, por qué nos cuesta tanto encontrar nuestro lugar en el mundo, cómo podemos llegar a vivir mejor, cómo podemos relacionarnos con la ambición y con el mundo exterior. Y veo a esta mujer, que es un genio y que, salvando esa inmensa distancia entre nosotras, está cerca de mí. Entonces esto servía para reflexionar sobre todo eso que además son dudas, peleas, inquietudes de todos, no sólo mías.
¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO?
-Lo que estoy diciendo es qué haces cuando se te muere alguien, por ejemplo. Cómo consigues pasar, sobrevivir, qué haces con un desamor, cómo consigues navegar entre tu ambición de desear algo y tu inseguridad de pensar que no llegas. Qué haces con el mandato paterno y materno: la pobre Marie Curie se pasó la segunda parte de su vida científica buscando aplicaciones prácticas para el radio, porque el padre le había dicho que lo que ella estudiaba no era útil. Media vida tratando de demostrarle al padre muerto que no tenía razón. Y también hablo de cosas como atarse la vida de pies y manos, ser demasiado responsable, demasiado autoexigente, demasiado autocrí
tica, demasiado tensa, demasiado angustiada.
¿CÓMO CONSIGUES IR LIBRÁNDOTE DE TODO ESO? IR GANANDO LIGEREZA… ¿Y ESCRIBIR TE SIRVIÓ?
–Sí, me ha servido tanto que me di cuenta de que entre los hashtags faltaba uno: #serenidad. Y sí, creo que me ha dado un poco de serenidad el libro.
¿NO PENSABAS ESCRIBIR SOBRE TU DUELO?
–No, jamás, porque soy súper pudorosa.
¿DA VERGÜENZA EL DOLOR?
–Sí, no me ha gustado nunca sacarlo, mis novelas no tienen nada de autobiográfico, pero resulta que ahora, cuando surgió esto y me estalló el diario de Marie Curie en la cabeza, comprendí que podía escribir y llenarme toda la boca de palabras porque habían pasado tres años y porque ya no estaba hablando del duelo de una manera testimonial, me había acercado de una manera más universal.
CUENTAS QUE DE REPENTE, A PARTIR DE UNA IMAGEN CUALQUIERA, COMO LA FOTO DE UN LUGAR AL QUE FUISTE CON PABLO, TE ASALTA EL RECUERDO. ¿CÓMO SE ASUME ESO?
–No puedes lidiar, eso es como cuando te da una punzada de dolor en una pierna. No lidias, lo aguantas, lo llevas, lo vives. Pasas de esa punzada de dolor, que puede ser muy intensa, y sigues viviendo. Ya lo dice Marie Curie: “Me he levantado esta mañana, he visto a las niñas, he estado hasta contenta y minutos después estaba aullando de dolor”.
–
DICES EN EL LIBRO, QUE UNO NO SE RECUPERA SINO QUE SE REINVENTA. ¿HAY UNA IDENTIDAD DE LA VIUDA?
–Puede haber una identidad de viuda, que está muy estereotipada, es una viuda que yo no me siento, me siento alucinada, no puedo creer que sea una viuda.
¿CÓMO ES ESE ESTEREOTIPO?
–Una mujer mayor, aparcada fuera de la vida. Aunque también hay otro estereotipo, el de la viuda alegre, en general es una mujer que se ha rendido. Y luego está la viudez verdadera, el duelo. De lo que hay que hablar es de la ausencia. Hay muertes que se llevan un pedazo de tu vida y ese pedazo no lo vas a recuperar jamás.
¿UN PEDAZO DE ATRÁS O HACIA DELANTE?
–Un pedazo de tu ser. Al perder a esa persona que da testimonio de tu vida, que está en tu memoria formando parte de tu vida, es que has perdido parte de memoria, parte de tu pasado pero también parte de lo que tú eres, de tu futuro. Es como si hubieras perdido una mano, un pie y de eso no te recuperas. Te dicen “Ya te vas a recuperar”… ¡qué tontería!, no vuelves a ser esa persona jamás. Te puedes reinventar y al reinventarte te puedes hacer mejor, puede que tu nueva vida, que siempre va a llevar esa mutilación, sea incluso mejor que la anterior y más feliz.
¿Y CÓMO ESTÁ YENDO TU REINVENCIÓN?
Bastante bien. Intento alcanzar la serenidad, el vivir el hoy y en plenitud.
¿TE SALE?
Solo a ratos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario