PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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sábado, 2 de marzo de 2013

SENTIMIENTOS DE CULPA Y RABIA EN EL HERMANO SOBREVIVIENTE…

“Idolatrar” al hermano muerto cuando se ha muerto un hijo.
 
Multiplicar sus fotos en la casa, idealizar su persona. Todas estas actitudes tendrán un efecto negativo en los hermanos que sobreviven, ya que en la natural competencia por destacar ante los padres, el hermano vivo sentirá envidia y rabia hacia el hermano muerto.
 
Estos sentimientos se cargan en soledad, sin contención y con gran culpa.
 
“Dios se lo llevó, porque era bueno” – es una frase bien intencionada común en padres en duelo. La reacción nuevamente puede no ser la esperada: “¿Por qué yo me quedo vivo?, ¿Será porque soy malo?”, “Dios se lleva a las personas intempestivamente”. Es difícil enmarcar esto en la imagen de un Dios amoroso. Previo a la capacidad de abstracción, no se tolera ni entiende un Dios ambivalente.
 
Descubrimos que no es poco frecuente que los hermanos pequeños se hayan dicho entre ellos frases violentas durante discusiones o peleas: “Ojalá te mueras”. Esto puede generar un sentimiento de culpa, cuya vergüenza e intensidad criminal, hace que lo experimenten y resuelvan por sí solos y muchas veces parcialmente.
 
Un fenómeno bastante común, es la incapacidad de los padres para contener a los hermanos al momento de perder a un hijo. Se encierran, comprensiblemente, en la supervivencia de su propia crisis. Pero es en este proceso, en que aquel que perdió a un hermano, pierde también a sus padres.
 
El hijo contiene al padre, en la medida que ocultar su propia pena lo protege. Estudios observacionales han mostrado por ejemplo, que la mayoría de los hermanos que sobreviven, cooperan más con las funciones de la casa.
 
Es la única forma en la que el padre puede volver a ocupar su verdadero rol, y el niño aumenta su propia posibilidad de subsistir. Así, paradógicamente, el hijo carga con el padre, en la esperanza de volver a la normalidad.
 
FUENTE: “La muerte y los niños” Revista  de pediatría

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