PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

lunes, 3 de junio de 2013

EL DOLOR

EL DOLOR ES LA METÁFORA EXTREMA DE NUESTRA CAPACIDAD DE SENTIR 

NO ES FEALDAD NI DESPROPÓSITO, SINO UNO DE LOS MEDIOS PARA ENCONTRAR EL SENTIDO 

EL DOLOR ES UNA REALIDAD CUYA ACEPTACIÓN TRATAMOS CONTINUAMENTE DE POSTERGAR, A PESAR DE QUE ES LA METÁFORA EXTREMA DE NUESTRA CAPACIDAD DE SENTIR. EL DOLOR TIENE UNAS CAUSAS, PERO HABLAR DE ELLAS PONE EN PELIGRO EL “ORDEN” ESTABLECIDO O INDUCIDO. POR ESO SE ESCONDEN LAS CAUSAS DEL SUFRIMIENTO QUE ORIGINA EL PODER LEGITIMADO POR UN MODELO POLÍTICO, ECONÓMICO, CULTURAL, MODERNO O TRADICIONAL, QUE NO SE REVISA Y QUE SE CONSTITUYE DOGMÁTICAMENTE COMO ÚNICA FÓRMULA DE INTERACCIÓN SOCIAL, OCULTÁNDOSE LAS RESPONSABILIDADES TRAS LAS ESPALDAS Y EN LAS SOMBRAS. GOZAR EL PLACER, SUFRIR EL DOLOR, NO VIVIR DE ELLOS, SERÍA LA MANIFESTACIÓN DE UNA VERDADERA MADUREZ HUMANA. 

De tanto que miramos, no vemos; de tanto que nos hablan no oímos; de tanto que poseemos estamos insensibilizados para buscar. Pero nos queda el dolor como el sentido que en algún momento nos despierta de nuestro inconsciente sueño. Se teme al dolor, pero el dolor nos puede acercar a nuestra humanidad. Aunque nosotros lo neguemos, él está ahí. Aunque, incluso, en los círculos sociales más cercanos e íntimos nos parezca “incorrecto” demostrar la “debilidad” de padecer, el dolor, tercamente, estará presente.

Del dolor no se quiere hablar porque provoca, porque nos enfrenta, porque nos intranquiliza. Pero si pudiéramos medir el nivel de dolor que hoy el ser humano produce y se produce, es probable que el experimento hiciera saltar por los aires el supuesto laboratorio, ante el grito concentrado que se encierra en las entrañas del alma de este planeta. 

EL DOLOR ES, PUES, UNA REALIDAD CUYA ACEPTACIÓN NOSOTROS TRATAMOS CONTINUAMENTE DE POSTERGAR, PERO QUE A LA ALTURA DE NUESTRA ACTUAL CONCIENCIA SOCIAL SU EXISTENCIA IMPIDE QUE NOS DURMAMOS EN ESTA INCONSCIENCIA QUE NOS ANULA, QUE NOS INSENSIBILIZA: EL DOLOR ES LA METÁFORA EXTREMA DE NUESTRA CAPACIDAD DE SENTIR. 

Se habla del dolor causado por la frustración, la soledad, la renuncia, la humillación, el desprecio, la incomprensión. También se habla del dolor de los que no tienen nada, de los que emigran, de los que abandonan a los hijos, de los que torturan y de los que son torturados; de los delincuentes, de los que no tienen trabajo, de los que no poseen asistencia médica para sí mismos o para sus seres queridos; de los que se ven arrastrados por guerras que ni comprenden ni les van, de los desplazados, de los sometidos por epidemias que los que tienen las soluciones contra ellas no están interesados en erradicar. 

DOBLE LECTURA 

Y ese dolor que es “estéticamente feo” no lo asumimos como realidad humana cuando se manifiesta como pobreza, dependencia, enfermedad, injusticia, violencia, ignorancia, desamparo... atreviéndonos a negar o a omitir la verdad que se esconde: el dolor está ahí porque lo producimos en nuestra fábrica de mentiras y de imágenes aparentes que alimenta la máscara social, aunque se diga que son efectos no deseados, incontrolados. 

Pero esos efectos no deseados también se reciclan y se vive de ellos, son portadas de todos los medios de comunicación. Para eso es para lo que se utiliza el dolor, el ajeno claro, en una sociedad de la imagen y el hedonismo: se utiliza el sufrimiento físico y psíquico como espectáculo, nutriendo con el morbo el vacío que dejan las frustraciones en los proyectos, las dificultades para conseguir los sueños, las injusticias justificadas con discursos cargados de confusión y mentiras.

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