
Regala a los demás el brillo de tus ojos...
Ese precioso brillo que proviene de tu alma;
No lo ocultes detrás de una falsa modestia,
Puede que alguien precise esa dulce mirada.
Regala a los demás una hermosa palabra;
Quizás de esa manera, hoy alegres una vida....
Nunca se sabe cuándo, podrás tú necesitarla
Y en ese caso alguien se acercará a decírtela.
Regala a los demás una tibia caricia,
Un abrazo o tan sólo, una mano extendida...
Puede que seas el bálsamo, que el otro necesita;
Que alivie su dolor o cure alguna herida.
Regala a los demás tu corazón abierto,
Tus oídos atentos y toda tu comprensión;
Puede que un día tú, necesites lo mismo
Y alguien estará dispuesto allí, con todo su amor.
No sé si eres consciente, que todos somos "Uno";
Que es algo momentáneo esto de estar separados;
Por eso todo el bien que hagas a los otros,
De una u otra forma...cuando menos lo esperes...
Regresara a ti, para alegrar tú corazón.
REFLEXIÓN
Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor.
Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable 'stress' que les producía el trabajo y la vida en general.
El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal, unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas...
Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se
sirvieran un poco del café recién preparado.
Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:
'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo. Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.'
Continuó: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café.
En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos.
Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores.
Después se pusieron a mirar las tazas de los demás.
Ahora piensen en esto:
La vida es el café.
Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.
A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.
Disfruten su café
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