LA CREENCIA DE QUE EXISTE UNA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE HA SIDO DEBATIDA DURANTE SIGLOS. EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS EL TEMA HA SIDO AMPLIAMENTE CUBIERTO POR LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. UNO DE LOS CASOS ES EL DEL DR. EBEN ALEXANDER, UN NEUROCIRUJANO DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD, QUE COMO MUCHOS CIENTÍFICOS NUNCA CREYERON REALMENTE EN ESTE TIPO DE EXPERIENCIAS.
Pero en el año 2008 algo cambió, después de despertar de un coma profundo todas sus creencias se desmoronaron, dando paso a la certeza de la existencia de la conciencia después de la muerte.
CLÍNICAMENTE MUERTO
Una mañana del 2008, el Dr. Eben se despertó con un intenso dolor de cabeza, en cuestión de horas parte del cerebro que controla los pensamientos y las emociones que en esencia nos hace humanos se le había paralizado. Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, Estados Unidos, determinaron que el Dr. Eben había contraído algún tipo de meningitis bacteriana muy extraña que principalmente ataca a los recién nacidos. La bacteria E. coli había penetrado en el líquido cefalorraquídeo y literalmente se le estaba comiendo el cerebro. A la mañana siguiente, cuando entró en la sala de emergencias, las posibilidades de supervivencia eran nulas, de hecho estaba a punto de dar un paso a un estado vegetativo. Durante siete días, el Dr. Eben entró en un coma profundo, el cuerpo no le respondía, ESTABA CLÍNICAMENTE MUERTO.
Al séptimo día, según los médicos, se suspende el tratamiento los y los ojos del Dr. Eben se abrieron de golpe. Todo esto fue lo que le ocurrió al cuerpo físico del Dr. Eben, pero según él, lo que le ocurrió en su interior fue sobrenatural. El neurocirujano afirmó que descubrió “que la conciencia existe más allá del cuerpo”.
EL VIAJE A LO DESCONOCIDO DEL DR. EBEN
Lo que recuerda el Dr. Eben de su “viaje al mas allá” en primer lugar, vio una especie de nubes blancas/rosadas sobre un fondo azul/negro. Por encima de las nubes observó “grupos de seres transparentes y brillantes en el cielo”. Al no saber definir lo que exactamente observó, les llamó “formas superiores de ser”. Las criaturas estaban llenas de alegría, que según los recuerdos del Dr. Eben, hacían una especie de “canto glorioso” cuando se desplazaban. También puntualizó sobre la interconexión de todo lo que observaba.
Además dijo que una mujer estaba con él y que ella le entregó mensajes muy acentuados, aunque ella no hablaba en el sentido tradicional, El Dr. Eben fue capaz de entender cada una de las palabras. Los mensajes que repetía la mujer eran: “Son amados, apreciados, queridos para siempre”, “No tienes nada que temer” y “No hay nada que puedas hacer el mal”. La mujer también le dijo que le enseñaría muchas cosas EN ESE NUEVO MUNDO, pero que inevitablemente debía volver a la tierra. Estos fueron algunos de los elementos que se describió el Dr. Eben, que en entrevistas posteriores, dijo:
“Yo sé que esto es algo tan extraordinario, cómo increíble. Un médico me comentó que todo estaba en mi mente. Pero lo que me pasó, lejos de ser una alucinación, fue tan real o más real que cualquier otro acontecimiento en mi vida. ANTES DE MI EXPERIENCIA ERA MUY ESCÉPTICO SOBRE LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE. HOY EN DÍA SÉ QUE ES UNA REALIDAD.
No sólo el universo está definido por la unidad, pero sé que ahora también forma parte el amor. He pasado décadas como neurocirujano en algunas de las instituciones médicas más prestigiosas de Estados Unidos.
Sé que muchos de mis compañeros al igual que yo éramos defensores de la teoría de que el cerebro genera conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción, y mucho menos por el amor. Lo que me ocurrió ha cambiado todas mis creencias y teorías, y tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia, sabiendo que somos mucho más que un cerebro físico.”
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