PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

miércoles, 28 de abril de 2010

¿HAY RAZONES PARA NUESTRAS PÉRDIDAS?

Por favor que alguien me diga por qué me paso esto, donde esta mi hijo, me estoy volviendo loca..Ayúdenme por favor..Ayúdenme se los suplico

Contestación a una pregunta que nos hacen muchas personas y aunque cada ser es diferente, puede servirle como referencia.
Querida S:
Es lógico que te sientas tan mal, que te angustie la pérdida, que quieras soluciones rápidas a tu pena, pero no las hay.

¿Por qué te pasó, nos pasó, esto? Debes buscar tu propia respuesta. La mía contiene otra pregunta ¿Y por qué no a mí? ¿Tenemos inmunidad frente a la muerte, la enfermedad, el horror? Si lo pensábamos antes, pobres ingenuos, la vida nos ha puesto en nuestro sitio. Somos como todos. Nos puede tocar. Y nos ha correspondido.

Parece que no les pasa a los de alrededor, que son felices, que el mundo gira y sigue tan contento sin romperse en mil pedazos como nuestros corazones. Es un error de interpretación. Otros muchos están como nosotros, o peor que nosotros.

Y no te lo digo como “consuelo” porque sería una estupidez.

Te lo digo como constatación de un hecho. Vivimos en un mundo imperfecto, nacemos sabiendo que hemos de morir, que nuestro momento no nos va a avisar… pero vivimos de espaldas a esa realidad y luego nos enfadamos cuando nos la encontramos de repente.

Preguntas también: “¿dónde está mi hijo?” Otra cuestión que deberás responder por ti misma, con tiempo, meditación, lectura, y mucho dolor.

Te puedo contar mi respuesta personal: nuestros hijos viven en otra dimensión, en un universo paralelo, cerca y lejos a la vez. Y el amor nos sigue uniendo hasta que nos volvamos a encontrar.

Sus tránsitos inesperados y tan dolorosos pueden servir para que nos amarguemos el resto de nuestras vidas. También para que exploremos nuestras almas, busquemos explicaciones y evolucionemos un poco más allá de la burbuja de inconsciencia en la que vivíamos antes.

No estoy diciendo que murieron para que nosotros aprendiéramos, como sostienen algunos, porque me parece una crueldad y no creo que exista un sádico cósmico dedicado a cosas semejantes. Lo que quiero expresar es que podemos adoptar actitudes diferentes (incluso opuestas) ante una pérdida. Yo elegí progresar. Tal vez así esté más cerca de mi hijo añorado. De hecho, noto que cuando dedico un tiempo diario a la meditación, a la paz interior, él está y me consuela desde el fondo de mi corazón.

Ahora te toca llorar, estar triste, enfadarte, pensar obsesivamente en lo que os ha pasado, gritar de dolor… Es lo normal, lo esperable… El dolor y esa especie de neurosis repetitiva es la forma que tienen tu mente (y tu cuerpo) de hacerse a la idea de todo. Y te va a llevar tiempo, no hay una medicación mágica para curar la fase de duelo.

Pero pasará, se irá suavizando: esa angustia insostenible no es para siempre.

Te remito a los escritos sobre duelo de este blog para datos más concretos, para prácticas, terapias y “soluciones de andar por casa” que nosotros nos aplicamos desde entonces. No te rindas.

Y si necesitas “hablar” escríbeme a mi correo.

Un abrazo de oso

No hay comentarios:

Publicar un comentario