EL SIMPLE HECHO DE PREGUNTAR AMOROSAMENTE A ALGUIEN QUE VIVE UN DUELO POR UNA PÉRDIDA "¿QUÉ PASÓ?", O EL ACERCARSE A QUIEN ACABA DE PERDER A UN SER QUERIDO PARA PEDIRLE SIN MORBOSIDAD QUE NOS CUENTE CÓMO FUE, PERMITE AL QUE ESTÁ DOLIDO REVIVIR SU EXPERIENCIA Y CON ELLO FACILITA LA INTEGRACIÓN DE LA PÉRDIDA AUNQUE OBVIAMENTE LE SEA MUY DOLOROSO CONTESTAR.
Los amigos, familiares lejanos y vecinos que preguntan por ello con genuino interés y se quedan al lado del que vive la pérdida ayudan a dejar parte de la pesada carga de dolor y angustia para recorrer el camino de las lágrimas más liviano. Escuchar, acompañar, preguntar, estar...acciones que ayudan en el duelo. ¿Qué es ayudar en un duelo?
El procedimiento es muy semejante al que el médico o la enfermera realizan cuando se limpia una herida: descubrir, higienizar, sacar restos inútiles de tejidos destruidos, ayudar a la cicatrización. Duele enormemente, sobre todo al principio, pero poco a poco disminuye el dolor y se aleja el riesgo de una complicación gracias al proceso de curación.
El proceso de asistencia consiste en ayudar a los que elaboran un duelo para que puedan:
1.. aceptar la pérdida.
2.. expresar libremente el dolor propio de la aflicción.
3.. reubicarse sin el difunto.
4.. resituar emocionalmente al difunto en la vida del que se queda. Con este capítulo no pretendo forzarte a que quieras estar con tu amigo que llora una pérdida, lo que sí pretendo aportar son algunos datos probadamente útiles para que, si estás decidido a acompañarlo, tu ayuda sea más eficaz.
Si bien voy a referirme especialmente al duelo por la muerte de un ser querido, la mayoría de las pautas explicitadas abajo se corresponden absolutamente con las vivencias de quienes elaboran duelos por otro tipo de pérdidas (afectivas, materiales o espirituales).
Creo que es importante empezar por saber que el duelo no es una enfermedad en sí mismo. Sin embargo, a pesar de esta certeza, podemos observar los siguientes datos: 90% de las personas sufren trastornos del sueño durante el duelo, 50% padecen seudoalucinaciones auditivas o visuales, 35% dicen tener algunos síntomas similares a los que condujeron al fallecido a su muerte, 10% de los parientes más cercanos y amigos íntimos enferman gravemente durante el primer año de duelo. Los suicidios y las muertes por accidentes son 14 veces más frecuentes entre los que han sufrido en el último año la pérdida de un ser querido que en la población general.
Todos los que atraviesan un cambio importante están obligados, a pesar de sus turbulentas emociones, a adaptarse en varios niveles, reorganizando los sistemas de comunicación con el mundo (ya no está el otro para hacerlo), ajustando las reglas al funcionamiento del sistema (nada es igual, todo ha cambiado) y redistribuyendo los roles que antes estaban asignados de una manera ahora impracticable (de algunos me haré cargo personalmente y de otros deberá ocuparse alguien más), como condición para entrar en algún momento a la nueva realidad (la vida "sin"). Estos datos por sí solos nos obliga a darnos cuenta de cuán necesarios somos para nuestros amigos que se encuentran elaborando un duelo.
Si bien la mejor herramienta para esta ayuda es el amor, cuánto mejor será nuestra presencia y acompañamiento si además de nuestros sentimientos y cuidados, fuéramos capaces de aportar la comprensión adicional que nos da tener algún conocimiento de lo que está sucediendo dentro del que pena y alguna herramienta para aliviar su dolor.
Para poder acompañar saludablemente a un familiar o amigo que ha perdido algo o a alguien valioso es posible hacer muchas cosas, pero es necesario dejar de hacer algunas otras.
TRANSCRIBO AQUÍ ABAJO UNA PEQUEÑA LISTA INCOMPLETA DE ALGUNAS PREMISAS IMPORTANTES
TENER EN CUENTA LAS ACTITUDES QUE NO AYUDAN.
1.. No le digas que lo comprendes si no pasaste por una situación similar.
2.. No hagas lo que hace la gente "porque es lo que se acostumbra"
3.. Decidite ayudar hasta donde tu corazón te pida y no hasta donde tu cabeza te exija. Nunca hagas lo que no quierés hacer.
4.. No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
5.. No te empeñes en animarlo ni tranquilizarlo, posiblemente lo.que más necesita el otro es que lo escuches.
6.. No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.
7.. No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.
8.. Evita las frases hechas.
La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: "Tienés que olvidar" "Fue mejor así" "Dejó de sufrir" "El tiempo todo lo cura" "Mantente fuerte por los niños" "Es la voluntad de Dios" "Es la ley de la vida" Dejar que se desahogue. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia o el miedo frente a la muerte de un ser querido es el mejor camino que existe para cerrar y curar la herida por la pérdida.
Estás equivocado si piensas que dejarlo llorar no sirve más que para añadir dolor al dolor. Estás equivocado si creés que ayudar a alguien que sufre es distraerlo de su pesar. Es mediante la actualización y la expresión de los sentimientos que la persona en duelo se puede sentir aliviada y liberada.
No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tenés que decir o hacer nada en especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto. Tampoco temas llorar o emocionarte con su llanto. No hay nada de malo en mostrar tu pena, en mostrar que a vos también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo o familiar en esa situación.
LO QUE MÁS NECESITA EL QUE ESTÁ DE DUELO, POR LO MENOS EN ESTOS MOMENTOS, ES UNA OREJA PARA PODER HABLAR, UN ESPACIO PARA SENTIRSE DÉBIL Y UN HOMBRO PARA LLORAR. ESTA ES QUIZÁS LA PREMISA MÁS IMPORTANTE PARA RECORRER EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS CON UN SER QUERIDO: NUNCA INTERRUMPAS LA EXPRESIÓN DEL DOLOR.
MUCHA GENTE CORTA INTENCIONALMENTE LAS EXPRESIONES EMOCIONALES DEL OTRO CON UNA SUPUESTA INTENCIÓN DE PROTEGERLO DE SU SUFRIMIENTO PERO OCULTANDO (A VECES SIN SIQUIERA SABERLO) LA VERDADERA INTENCIÓN: PROTEGERSE DE SUS PROPIAS EMOCIONES DOLOROSAS.
Extracto del libro: EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS
Autor: Jorge Bucay
No hay comentarios:
Publicar un comentario