PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

viernes, 17 de agosto de 2012

EDUCACIÓN EMOCIONAL

Cuando nos enfrentamos a la perdida de un ser querido, nuestras emociones se desbordan y a menudo desconocemos como canalizarlas para que nos causen el menor dolor posible, por eso es tan importante tener una buena educación emocional.

De todos es sabido, que el bienestar psíquico, emocional y espiritual. Depende de diferentes y sutiles equilibrios, y que los extremos nos crean problemas cuando nos situamos en ellos, pero lo peor que nos puede ocurrir es no actuar, él estarnos quietos, es por esto por lo que debemos ser conscientes de que quien evita hacer sea lo que sea, por miedo a equivocarse, porque espera que los demás decidan por el, o porque prefiere refugiarse en un mundo de autoengaño y fantasía, esta renunciando a vivir, en definitiva a evolucionar.

Hay que ponerse en movimiento, actuar, abrir nuestro corazón a nuestros semejantes, sin miedo, poniendo en todo lo que hagamos, intensidad, voluntad y entrega. Esta claro que si uno no se arriesga en la vida, no pierde...... ¡Quizás sí! Evidentemente, pierde más de lo que uno puede pensar, el que no arriesga pierde algo tan necesario en nuestro día a día como la ilusión.

Dice Alan Kardec en el libro de los Espíritus, en el nº 768:
El ser humano debe de evolucionar. Solo no puede hacerlo, porque no tiene todas las facultades y le es necesario el contacto con otros seres humanos. En el aislamiento no se evoluciona.

Lo real, lo autentico, es ser uno mismo, es hacer lo mejor que podamos, con las herramientas que nos han sido dadas, así abriremos nuevos caminos a energías positivas, como la alegría, y es sabido que cualquier conflicto pierde gravedad si uno le afronta, con sentido del humor.

Y la mejor forma de empezar a conocerse uno mismo, es conociendo nuestras emociones, en definitiva, teniendo una buena educación emocional.

Y en que consiste la educación emocional, pues consiste, en comprender nuestros sentimientos, los sentimientos de los demás y controlar las emociones de forma que intensifiquen nuestra vida, aprender a relacionarnos con un respeto que va mas allá de la mera buena educación, en resumen la educación emocional, consiste en la utilización inteligente de nuestras emociones.

Así pues si unimos estos dos conceptos, inteligencia y emociones, nos da como resultado la Inteligencia Emocional, cuya utilidad es la de conocernos a nosotros mismos y tener una apropiada identificación con lo que sentimos, y la forma de acceder a este conocimiento, es dedicarnos diariamente un tiempo para el auto análisis y la reflexión de una manera honesta, entrar en ese silencio interior que nos permita, pensar sin la influencia de los demás, dando como resultado el encuentro verdadero con uno mismo, esa conexión con nuestro YO interno, las verdades originales y el descubrimiento de nuestra verdadera personalidad.

Debemos tener en cuenta, los últimos descubrimientos al respecto, donde se afirma, que sentimos como pensamos, la psicología clásica afirmaba que nuestras emociones, nacían de nuestras necesidades y deseos inconscientes, en la actualidad se ha demostrado, que nuestras emociones surgen directamente de nuestros pensamientos, actitudes o creencias, y eso hace que por lo general podamos cambiarlas solamente con modificar nuestros pensamientos, por lo tanto, si aprendemos cambiar las creencias, actitudes o pensamientos que nos causan dolor, mejoraremos nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestros comportamientos, el reto esta en comprender nuestras emociones y en los pensamientos que están originadas, quizás el verdadero éxito, consiste en mantener la alegría por vivir, pase lo que pase y continuar haciendo proyectos.

La sabiduría emocional, consiste en aceptar, tal como es, lo que no depende de nuestra voluntad y sobre todo en lo que no podemos intervenir y actuar sobre lo que sí depende de nosotros, siendo conscientes que no podemos cambiar a los demás que solo y con esfuerzo podemos cambiarnos a nosotros mismos. Dando como resultado, dicho conocimiento de la inteligencia emocional, él hacernos más conscientes y responsables de nuestros sentimientos y de los sentimientos de los demás.

Y si algo forma parte de esa inteligencia y educación emocional de forma sustancial es la “INTUICIÓN” que siendo parte de nuestro conocimiento interno, es para muchos esa gran desconocida.

¿Qué es la intuición se preguntaran? Pues no es ni más ni menos que “La inteligencia no Razonada” y de ello ya habla el refranero Castellano que es un compendio de sabiduría y nos dice al respecto: “La primera idea es la mejor” y es cierto esa sensación que tenemos frente a cualquier situación o ser humano en los primeros 30 segundos tiene según se ha demostrado en numerosos estudios, una capacidad de acierto del 80%.

Por lo cual podríamos decir que una decisión intuitiva es: un análisis lógico y analógico, efectuado en el ámbito inconsciente.... en el que de algún modo, nuestro cerebro calibra todas las posibilidades que se encuentran en nuestros dos hemisferios (derecho e izquierdo) hasta dar con una decisión ponderada, que nos permita determinar la acción más correcta. O dicho de otra forma la intuición es: la capacidad para sentir los mensajes procedentes del mundo interno de recuerdos emocionales, nuestro patrimonio personal de sabiduría y conocimiento espiritual, una facultad que se asienta en la conciencia de uno mismo. Dicha facultad, la intuición es clave en las tres partes principales de que se compone la educación emocional, veamos:

1ª.- LA CONCIENCIA EMOCIONAL       
Es la capacidad de reconocer el modo en que nuestras emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros valores éticos y morales en el proceso de toma de decisiones.

Los seres humanos que tienen desarrollada esta conciencia emocional: • Saben que emociones están sintiendo y por qué.
• Comprenden los vínculos existentes entre sus sentimientos, sus pensamientos, sus palabras y sus acciones.
• Conocen el modo en que sus sentimientos influyen en su rendimiento
• Tienen un conocimiento básico de su escala de valores y sus objetivos en la vida.

2ª.- VALORACIÓN ADECUADA DE UNO MISMO        
Es el reconocimiento sincero de nuestros puntos fuertes y de nuestras
debilidades, la visión clara de los puntos que debemos fortalecer y la capacidad de aprender de nuestras experiencias.

Los seres humanos que tienen desarrollada esta capacidad de valoración:
• Son conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades.
• Reflexionan y son capaces de aprender de sus experiencias.
• Son sensibles al aprendizaje sincero de la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la formación continua y al pleno desarrollo de sí mismos.
• Cuentan con un sentido del humor que les ayuda a tomar distancia de sí mismos.

3ª.- CONFIANZA EN UNO MISMO       
Es la fuerza de voluntad que se deriva de la certeza en nuestras capacidades, escala de valores y objetivo de nuestra vida.

Los seres humanos que tienen desarrollada esta confianza en sí mismos:
• Manifiestan confianza en si mismos y poseen “presencia”
• Pueden expresar puntos de vista impopulares y defender sin apoyo de nadie lo que consideran correcto según su escala de valores.
• Son emprendedores y capaces de asumir decisiones importantes para su vida a pesar de la incertidumbre y las presiones.

Dentro de la educación emocional hay un punto importante, que esta en lo más profundo de nuestro ser, y no es otro, que la dicotomía entre lo que es “correcto y lo que es incorrecto”.

Esta sensación de lo que es correcto o no, forma parte del continuo trasfondo de sentimientos que impregnan nuestra vida. Porque del mismo modo que hay una corriente continua de pensamientos, también existe una corriente continua de sentimientos. La hipótesis de que existe un “pensamiento puro”, es decir, una racionalidad ajena a los sentimientos, no es mas que eso, una hipótesis, una ilusión basada, en nuestra falta de atención hacia los estados de animo sutiles que nos acompañan a lo largo de nuestro día a día.

El pensamiento y el sentimiento se hallan unidos en su totalidad y en consecuencia tenemos y guardamos sentimientos, sobre todo lo que hacemos, pensamos, e imaginamos. Con ello no estoy diciendo, obviamente, que debamos sopesar todo lo que nos sucede, atendiendo exclusivamente a los sentimientos, sino tan solo que debemos tenerlos en cuenta, dada la importancia que todos sabemos que tienen.

La conexión de forma natural, con nuestros sentimientos, nos proporciona una información esencial, que puede resultar vital, para nuestro andar adecuadamente a través de la vida, esta sensación de “corrección o incorrección” es la que nos dice, si lo que estamos haciendo en cada momento, refleja en el exterior lo que verdaderamente sentimos en nuestro interior, nos dice también si estamos aplicando en lo que hacemos nuestra escala de valores y nos dice si estamos aplicando en nuestro día a día nuestros conocimientos espirituales.

Dice el refrán “cuando no sabes hacia donde te diriges, cualquier camino sirve” Lo cual significa, que cuanto menos conocimiento de nosotros mismos tengamos, mas perdidos nos hallaremos. Y este ir a la deriva puede llegar incluso a dañar seriamente nuestra salud, y como hemos dicho al principio, la educación emocional, nos ayuda a conocer mejor nuestro interior, así pues, para llegar a ese conocimiento interno, a través de la educación emocional bastara con llevar a la practica las pautas a seguir:

• IDENTIFICAR SENTIMIENTOS capacidad de ser conscientes, cuando nuestro malestar o ansiedad viene dado por el miedo, la ira, la vergüenza, la aversión....

• EXPRESAR SENTIMIENTOS verbalizar lo que nos ocurre sin miedo ni critica y con honestidad.

• EVALUAR LA INTENSIDAD DE LOS SENTIMIENTOS saber hasta que punto nos afectan y como se manifiestan.

• CONTROLAR LOS SENTIMIENTOS no reprimirlos ni eliminarlos, simplemente dirigirlos en una dirección que no tenga consecuencias destructivas.

• DEMORAR LA GRATIFICACIÓN significa ser conscientes cuando nos interesa obtener un objetivo inmediato, o esperar y esforzarnos para obtener un objetivo de acuerdo con nuestros sentimientos internos.

• CONTROLAR LOS IMPULSOS se trata de dirigirlos en una dirección consecuente con nuestros objetivos en la vida.

• REDUCIR EL RITMO DE VIDA solamente desde la calma, la tranquilidad y la armonía, podemos observar lo que nos ocurre de una manera mas objetiva, sin las distorsiones de la ansiedad y las preocupaciones (de todos es sabido, que un problema observado, es un problema resuelto)

Es evidente que nadie nace con un manual debajo del brazo y menos en el terreno de las emociones y los sentimientos, pero una vez que somos conscientes de esa educación emocional y como acceder a ella es la hora de pasar a la practica, revisar nuestra forma de sentir y actuar, teniendo la certeza que si aplicamos las pautas anteriormente dichas, una vez sabidas e integradas, obtendremos una mejora en nuestra educación emocional, obteniendo:

• MAS AUTOCONCIENCIA
es decir un mejor reconocimiento e identificación de las propias emociones, así como de las cusas que las originan.

• MAS CONTROL
las frustraciones ante las situaciones de perdida, son mejor toleradas, así como el control de la ira, las culpabilizaciones a los demás o la auto compasión

• MEJOR APROVECHAMIENTO DE LAS EMOCIONES 
se asume una mayor responsabilidad respecto a los propios sentimientos, mas capacidad de concentración y respuestas más oportunas, positivas y creativas.

RELACIONES MAS POSITIVAS 
mayor destreza en la comunicación, al comprender lo que sucede, mayor sentido de la amistad y del compromiso, mejora nuestra capacidad de resolver conflictos.

• MAS EMPATIA 
(capacidad para ponerse en el lugar del otro) mejor predisposición para la escucha real y honesta de los sentimientos y forma de pensar de los otros seres humanos, mas respeto y tolerancia para con los demás. En definitiva, la educación emocional, nos será de utilidad, para ir eliminando poco a poco nuestras emociones negativas (miedos, complejos, inseguridades, resentimientos....) y potenciar las emociones positivas (amor, entusiasmo, alegría...) para de esa forma recorrer el camino de la evolución, con plenitud, lleno de paz y armonía con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Autor del post: Esteban Pérez López (Alborada)

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