PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

sábado, 25 de agosto de 2012

¿QUÉ ES LA MEDIUMNIDAD? (I PARTE)

Son bastantes los correos que nos han llegado solicitando que hablásemos sobre mediumnidad y los médiums, dado que es un tema de moda al estarse emitiendo por los medios audio visuales varias series, en donde la mediumnidad o los médium son sus protagonistas, así que les dejo con esta primera entrega.
 
La duda concerniente a la existencia de los Espíritus, tiene por causa primera el desconocimiento de su verdadera naturaleza. Se les figura generalmente como seres aparte en la creación, y cuya necesidad no está demostrada.
 
Muchos no los conocen sino por los cuentos fantásticos que han oído desde la cuna, poco más o menos como se conoce la historia por los romances; sin investigar si estos cuentos, separados los accesorios ridículos, se apoyan sobre un fondo de verdad, sólo les impresiona lo absurdo; no quieren tomarse el trabajo de quitar la corteza amarga para descubrir la almendra y rehúsan el todo.
 
Cualquiera que sea la idea que se forme de los Espíritus, esta creencia está necesariamente fundada sobre la existencia de un principio inteligente fuera de la materia, y es incompatible con la negación absoluta de este principio. Tomamos, pues, nuestro punto de partida en la existencia, la supervivencia y la individualidad del alma.
 
Desde el momento que se admite la existencia del alma y su individualidad después de la muerte, es menester también admitir:
 
1º que es de una naturaleza diferente del cuerpo, pues que una vez separada de éste no tiene ya sus propiedades;
 
2º que goza de la conciencia de sí misma, puesto que se le atribuyen la alegría o el sufrimiento; de otro modo sería un ser inerte, y tanto valdría para nosotros no tenerla. Admitido esto, el alma va a alguna parte; ¿en qué se convierte y a dónde va?
 
Las almas que pueblan el espacio son precisamente lo que se llaman "Espíritus"; los "Espíritus" no son, pues, otra cosa que las almas de los hombres despojadas de su envoltura corporal.
 
Si los Espíritus fuesen seres aparte, su existencia sería más hipotética; pero si admitimos que hay almas, es necesario también admitir los Espíritus que no son otros que las almas; si se admite que las almas están por todas partes, es necesario admitir igualmente que los Espíritus están por todo. No se podría, pues, negar la existencia de los Espíritus sin negar la de las almas.
 
Figurémonos desde luego el Espíritu en su unión con el cuerpo; el Espíritu es el ser principal, pues, que es el ser "pensador y superviviente"; el cuerpo no es, por consiguiente, más que un "accesorio" del Espíritu, una envoltura, un vestido que deja cuando está usado. Además de esta envoltura material, el Espíritu tiene una segunda, semi-material que le une a la primera; en la muerte, el Espíritu se despoja de ésta, pero no de la segunda a la que nosotros damos el nombre de "periespíritu".
 
Esta envoltura semi-material que afecta la forma humana, constituye para él un cuerpo fluídico, vaporoso, pero que, por ser invisible para nosotros en su estado normal no deja de poseer algunas de las propiedades de la materia.
 
El Espíritu no es, pues, un punto, una abstracción, sino un ser limitado y circunscrito, al cual sólo falta ser visible y palpable para parecerse a los seres humanos. ¿Por qué pues no obraría sobre la materia? ¿Por qué su cuerpo es fluídico? ¿Pero no es entre los fluidos los más rarificados, los mismos que se miran como imponderables, la electricidad, por ejemplo, que el hombre encuentra sus más poderosos motores? ¿Es que la luz imponderable no ejerce una acción química sobre la materia ponderable?
 
Nosotros no conocemos la naturaleza íntima del periespíritu; pero supongámosle formado de materia eléctrica, o de otra tan sutil como ésta, ¿por qué no tendría la misma propiedad siendo dirigida por una voluntad?
 
Resta ahora la cuestión de saber si el Espíritu puede comunicarse al hombre, esto es, si puede hacer con él cambio de pensamientos. ¿Y por qué no? ¿Qué es el hombre si no un Espíritu encarcelado en un cuerpo? ¿Por qué el Espíritu libre no podría comunicarse con el Espíritu en prisión, como el hombre libre con el que está entre cadenas? Una vez que admitís la supervivencia del alma, ¿es racional no admitir la supervivencia de los afectos?
 
Puesto que las almas están por todas partes, ¿no es natural el pensar que la de un ser que nos ha amado durante su vida, venga cerca de nosotros, que desee comunicarse, y que se sirva para esto de los medios que están a su disposición? ¿Durante su vida no obraba sobre la materia de su cuerpo? ¿No era ella quién dirigía sus movimientos? ¿Por qué, pues, después de su muerte, de acuerdo con otro Espíritu ligado a un cuerpo, no tomaría este cuerpo vivo para manifestar su pensamiento, como un mudo puede servirse de uno que hable para hacerse comprender?
 
Si la creencia en los Espíritus y en sus manifestaciones fuese una concepción aislada, el producto de un sistema, podría con alguna apariencia de razón ser sospechosa de ilusión; pero que se nos diga ¿por qué se la encuentra tan viva entre todos los pueblos antiguos y modernos, y en los libros santos de todas las religiones conocidas?
 
TEMA Nº 1 LA MEDIUMNIDAD: DEFINICIÓN
 
El significado de la palabra médium etimológicamente es, intermediario, es decir un médium como su propio nombre indica es el que sirve de intermediario entre el mundo espiritual y el mundo material.
 
Por lo tanto la mediumnidad es la facultad que tienen determinadas personas, para hacer de puente, para relacionarse en los planos de existencia del ser humano, el espiritual y el material o también puede decirse que es la facultad que permite relacionar los dos mundos el visible y el invisible.
 
Por lo tanto podemos afirmar que la mediumnidad es una facultad humana no sobre natural. La comunicación entre ambos estadios del ser humano el material y espiritual, es algo que fluye de manera natural y que necesita de un médium para que se dé.
 
Podríamos definir al médium, como una persona con una determinada constitución psíquica y neurobiológica, que le permite inter actuar en ambos planos.
 
Nada hay de sobrenatural en el desarrollo de las facultades mediumnicas, otra cosa diferente es que las leyes que rigen la mediumnidad aun escapan a la plena comprensión y no se han podido ubicar en el contexto de los conocimientos de la ciencia.
 
En un sentido más amplio de la definición de mediumnidad, podemos afirmar que todos los seres humanos en mayor o menos medida, poseen dicha facultad mediumnica.
 
“Toda persona que siente con diferente intensidad, la influencia de los espíritus, es médium, al ser esta facultad inherente al ser humano, no constituye por lo tanto un privilegio exclusivo de determinados individuos, de allí que haya pocos que no posean una manifestación de ella. Es posible afirmar entonces que todos los seres humanos a diferentes niveles, son médiums”
(Libro de los médiums cap.XIV Nª 159)
 
Definiéndolo de forma más estricta, se llama médium a quien muestra esa facultad de forma evidente, bien definida y evidenciando sus manifestaciones con cierta frecuencia e intensidad. Pudiendo denominar a este tipo de mediumnidad, mediumnidad dinámica y definir mediumnidad estática como esa manifestación leve y esporádica que pertenece a la naturaleza humana tal como hemos explicado antes.
 
La mediumnidad es totalmente independiente del sexo, edad, raza, nivel cultural o económico del ser humano, de su inteligencia y moralidad e inclusive de su creencia en ella o no, ya que es de naturaleza psicobiologica, caracterizada por la exteriorización de las facultades implícitas del médium y en determinadas ocasiones por distorsiones en el acoplamiento entre el espíritu, el envoltorio que solo cubre (peri espíritu) y el cuerpo físico.
 
Es muy importante no olvidar que la mediumnidad no depende de las condiciones morales de quien la posee, es por ello que podemos encontrar médiums desarrollando todo tipo de acciones humanistas y altruistas y por el contario podemos encontrar médiums que utilizan la facultad de una forma inmoral constantemente.
 
Por lo tanto la mediumnidad es neutra por naturaleza, siendo su correcto desarrollo y uso lo que le confiere el sentido moral.
 
EXTRACTO DEL CURSO-TALLER SOBRE MEDIUMNIDAD QUE IMPARTE ALBORADA
 
Próximo artículo: TEORÍAS SOBRE LA MEDIUMNIDAD II parte

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