PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

lunes, 5 de julio de 2010

VISUALIZAR EL DESTINO HUMANO

A medida que vaya filtrándose más información sobre la Otra Vida en la conciencia de la gente, creo que nuestra comprensión de la historia y el destino humano cambiará de modo considerable.


Si todos nacemos en este mundo con una tarea, significa que todos los que vivieron alguna vez aquí tuvieron una tarea y que todo lo que ocurrió fue siguiendo un propósito más elevado.


De hecho, considero que con esta nueva conciencia ya podemos sentir que se forma una nueva historia sobre lo que pasó en esta dimensión. Podemos sentir esa historia porque, en realidad, lo que estamos haciendo es recordar la gran secuencia de los hechos.


Cuando el universo empezó a existir, nosotros éramos un aspecto de lo que estaba pasando. Vivimos en las primeras estrellas mientras gravitaban juntas, creaban los esquemas básicos de la energía elemental y se dispersaban en el espacio.


Nuestra intención se unió a lo divino cuando el Sol y los otros planetas formaron nuestro sistema solar, creando el medio perfecto para la vida en la Tierra. Fuimos los primeros aminoácidos cuando se transformaron en los primeros vegetales unicelulares y después en animales. Fuimos las plantas cuando liberaron el oxígeno a la atmósfera por primera vez. Nadamos en los océanos como organismos multicelulares y después como peces.


Fuimos nosotros los que ansiamos superar los límites del agua y festejamos al saltar a la forma de anfibios y al arrastrarnos por primera vez por la tierra. Y fuimos parte de la mayor conciencia que avanzó a través de los reptiles y los mamíferos hasta llegar al fin a nuestra especie.
A partir de ahí, la historia continúa con la paciente participación de nuestras almas en las miles de vidas que pasaron hasta que los seres humanos adquirimos los primeros atisbos de conciencia de nosotros mismos. Lentamente, despertamos y tomamos conciencia de que estamos vivos en la Tierra y que por último morimos. A diferencia de los demás animales, necesitábamos saber por qué estamos acá. ¿Cuál es nuestro propósito?

UNA HISTORIA ESPIRITUAL
En el momento en que formulamos por primera vez esa pregunta, la evolución ingresó en un nuevo terreno: el lento avance de la realidad humana hacia la verdad de quiénes somos y qué deberíamos estar haciendo. La humanidad primitiva creó una mitología rica que intentó explicar nuestra existencia y cómo vinimos a este mundo. No obstante, desde el principio nos faltó energía y empezamos a manipularnos y dominarnos unos a otros, iniciando así el uso de la fuerza bruta.
Ahora vemos que la evolución tenía un propósito implícito para esa violencia: la diseminación de nuevas ideas. El humano primitivo de inmediato sintió el impulso de conquistar y unificar, de forzar a los demás a adoptar su punto de vista. Los más fuertes dominaban y ganaban la deferencia y la atención de los otros, y en un proceso de lenta unificación estos individuos fuertes y sus seguidores conquistaron cantidades cada vez más grandes de territorios y pueblos, a los que impusieron nuevas filosofías de vida, sólo para ser a su vez conquistados y sometidos con otros valores y creencias.
Desde la perspectiva de la Otra Vida, todo esto fue lo mejor que pudimos hacer en esas circunstancias. Creo que cada uno puede intuir que vinimos a la Tierra muchas veces a lo largo de esta evolución. Y cada vez que vinimos, siguiendo nuestra Visión del Nacimiento, nuestra intención era hacer todo lo posible por alejar a la humanidad de la barbarie de la guerra y el imperio e introducir una forma más civilizada de unificar y discernir la verdad.
Al principio esta transmisión de una verdad superior avanzó con mucha lentitud porque en los primeros años la brecha entre lo que sabíamos en la Otra Vida y lo que podíamos vivir en la Tierra era muy grande. Cada vez que nacimos, luchamos por superar las convenciones de las culturas en las que nacimos y luchamos por recordar la verdad que se suponía traíamos al mundo. Lentamente, no obstante, los esfuerzos civilizadores de grupos de seres humanos inspirados empezaron a cambiar las cosas. En Medio Oriente, tribus judías crearon una rica mitología basada en la idea de un solo Dios, y poco a poco esta idea de un creador, una fuente paternal compartida por todos, se difundió en gran parte del hemisferio occidental.
Desde Oriente, empezó a difundirse un reconocimiento similar de que todos compartíamos una unidad común con la inteligencia absoluta o Divinidad. Esta idea provocó un salto hacia delante en la unificación. Ahora, en vez de pensar que nos apoyaba un dios local que competía con los dioses de nuestros enemigos, empezó a aflorar la conciencia de que todos los seres humanos éramos en esencia parte de la misma fuerza creativa.

EXTRACTO DEL LIBRO DE JAMES REDFIELD

LA NUEVA VISIÓN ESPIRITUAL (The Celestine Vision)
El despertar de una nueva conciencia espiritual y universal hacia el nuevo milenio.

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