PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

jueves, 18 de febrero de 2010

POR UNA EDUCACIÓN MEJOR

“EDUCAR: NO para que todos sean dirigentes, pero Sí para que ninguno sea esclavo. NO para que todos sean sabios, pero SÍ para que ninguno sea ignorante”
Autora del artículo: Juana Teresa González (Profesora)


En mi recorrido por esta ya larga trayectoria profesional y vocacional, he pasado por no sé cuántas Leyes Orgánicas de Educación, Planes de Enseñanza, Pactos por la Educación.. Y la conclusión es bien sabida por todos: Cada vez se sabe menos, cada año alarma más el índice de fracaso escolar.

El informe Pisa no ha descubierto nada nuevo. La Educación en España ha dado pasos hacia atrás. Mi pregunta es: ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué está pasando? ¿Hacia dónde vamos en este espacio tan básico en cualquier país como es la Educación de nuestros niños y jóvenes?

Entiendo que es un asunto de tal magnitud, que todos, absolutamente todos hemos de tomar cartas urgentemente, y no vale la demagogia de que las pruebas en que se basa el informe Pisa se pasan en cursos en que los alumnos tienen menos interés… que a pesar de todo estamos mejor que antes… Nos han puesto la cara colorada, y con toda la razón. Así de simple y de lamentable.

El marco educativo lo conforman tres elementos alrededor del protagonista, del alumno: Familia, Escuela e Instituciones. Todos somos responsables de que nuestros niños y jóvenes no sientan el gusto por aprender, no vean el valor del esfuerzo. Nadie puede mirar para otro lado como si no fuera con él, ni echar la culpa al de enfrente.

Las Instituciones
Los diferentes partidos políticos aspirantes a gobernar han puesto a la Educación en el punto de mira de sus campañas electorales. Integración, defensa de la Escuela Pública – algo que es un deber de todo Gobierno y derecho indiscutible de todo ciudadano -, pero sin dotar de los recursos humanos y económicos una vez ganadas las Elecciones.

No se puede tener en una escuela niños de diferentes nacionalidades, que ni siquiera se entienden entre sí, sin el apoyo eficaz en el idioma, por ejemplo. Como tampoco alumnos con discapacidades sin una atención seria, eficaz y responsable, para que nadie salga perjudicado en ese mosaico de la diversidad, y que se ha convertido en un laberinto en el que todos nos hemos golpeado contra las paredes.

¡Cuánta energía, cuántas voces, cuánto tiempo empleado en la tan cacareada Educación para la Ciudadanía! Sin objetividad ni rigor, tanto por parte de los defensores de la Materia, como de sus detractores. Ha sido realmente vergonzoso, bochornoso para un país que se precie de desarrollado y democrático.
Recuerdo con verdadera zozobra, sesiones de Evaluación en las que había que promocionar a alumnos con tres, cuatro… hasta seis materias suspendidas. Simplemente porque ya no podían repetir. Y llegar luego a casa y ver en la televisión cómo se daba la noticia de la disminución del fracaso escolar porque, claro, los datos se basaban en los alumnos que pasaban de curso. Sin exámenes en Septiembre porque, como la Enseñanza Obligatoria se había dilatado hasta los dieciséis, aún les quedaba tiempo para aprender lo no conseguido.
¿El resultado? Pues que cada vez se lee peor, se entiende menos lo que se lee y se expresan las ideas con mayor dificultad. ¿Acaso nos podía ocurrir algo mejor? Se está recogiendo, sencillamente, lo sembrado.

Algo muy grave falla en el Sistema Educativo. Se dan contenidos que no tienen una aplicación práctica para el alumnado, y se omiten otros muchos necesarios para desenvolverse en la vida real.

Muchas veces, los Currículos oficiales son tan ambiguos, “tan abiertos”, que permiten a las editoriales manejarlos con un temario imposible de abarcar. ¿Quién permite unos libros de texto tan extensos, tan costosos? Nadie me ha sabido explicar para qué se gasta tanto esfuerzo en dar, por ejemplo, las pirámides de población, si luego preguntas dónde está Argentina y los ves recorriendo con la mirada el mapa de América de punta a punta.

No es de recibo que se dé inglés desde los tres años hasta los dieciséis, y la Escuela no pueda ofertar unos conocimientos mínimos, prácticos, alejados del inglés académico. Y así podíamos dar ejemplos interminables en todas las Materias.
Resumiendo: Un Sistema Educativo nefasto, que nos está llevando a la ruina cultural de este país. Y muy difícil de enmendar y de reconducir. Si no, tiempo al tiempo.

El alumno
El alumnado de nuestra Escuela ha cambiado. ¿En qué?

. Alto porcentaje de hijos únicos. No olvidemos que las peleas entre hermanos son una escuela donde se aprende a resolver conflictos.

. Muchos de estos hijos únicos hasta los doce años, más o menos, tienen en ese momento ya de por sí difícil, hermanos de padre o de madre, y que pertenecen por tanto a otra constelación familiar. Quedándose ellos “bocadillos emocionales” entre ambas.

. Niños que a edad muy temprana manejan por su cuenta el tiempo en casa, a la salida de la Escuela. Con la llave de la casa colgada al cuello y el armario lleno de juguetes sin estrenar. Muy diferentes a los que jugábamos en los caminos a la salida de la Escuela, sin cuestionarnos si habría alguien en casa. Nuestro escenario infantil era de puertas abiertas.

. El estar solos durante tanto tiempo puede tener consecuencias serias, que atentan a la disciplina del tiempo personal dedicado al estudio: los chicos estudian dónde y cuándo quieren: viendo la tele, con el msn abierto, jugando a la play… En tales circunstancias, adquirir un buen hábito de estudio es un milagro.

. Evidentemente, son hijos de la imagen. Los libros, por tanto, están muy lejos de ser ese hermoso espacio, abierto a conciliar preguntas y respuestas; fuente incalculable de imaginación y de creatividad. Nuestros chicos de hoy desconocen en un alto porcentaje, -y es una pena- la aventura de leer.

Y mucho más grave que todo esto, es que se ha sometido a nuestros chicos a la cultura de un consumismo que ha traspasado los límites de lo justo, lo conveniente, incluso lo moral. Se ha fabricado una niñez, una adolescencia y una juventud que rinde culto al dinero, al consumismo, al tener… En lugar de construir una fuerza humana capaz de derribar contravalores, y de tener como bandera aquellos valores que realmente afianzan y defienden la dignidad del ser humano.

Y por último, unas generaciones con la adolescencia más larga de la historia. Empieza muy pronto, y no se sabe bien cuándo termina. Bien diferentes a aquellos chicos, que por ejemplo, tenían en la mili la frontera que marcaba el comienzo de la juventud madura. Entraban siendo adolescentes y salían del cuartel con el cartel de “hombres hechos y derechos” O las chicas, que al abandonar la Escuela, se preparaban para casarse, siendo madres sin terminar de ser hijas.

La Familia
Como se deduce de lo dicho anteriormente, el marco familiar que se ha ido dibujando en los últimos años es totalmente diferente.
. Los padres son solamente víctimas del panorama educativo. Me niego a echar la culpa a la familia. La familia vive sometida a unas presiones sociales, afectivas y económicas, que la situación ha dejado a los pilares familiares tocados de un ala, y en ocasiones, heridos de muerte.

.Familias uniparentales, debiendo soportar en solitario cargas económicas importantes.

. Madres con una larga jornada laboral, futuro laboral incierto…

. En definitiva, padres y madres que, por uno u otro motivo, no pueden ofrecer a los hijos esa serenidad afectiva necesaria para crecer emocionalmente sanos.

. Todo esto ha contribuido a crear unos niños de almíbar. Hemos querido suplir la
cantidad por una aparente calidad. Y en Educación la cantidad, la persistencia, la pesadez de padres, el día a día, en definitiva, es una siembra constante, que es lo que realmente genera calidad.

. De igual manera, la familia ha caído en la trampa de dar a los hijos cosas materiales sin establecer los límites de la razón. Hemos creado a unos seres que no agradecen nada, y que todo lo quieren ahora, por encima de cualquier otra razón.

Si se reflexionara seriamente en lo que se le da dado a los hijos sin necesidad, se caería en la cuenta de que hemos perdido una oportunidad de oro, no habiendo cultivado en nuestros hijos el sentido del ahorro, la austeridad, el valor de lo humilde y la grandeza de lo simple. Valores que, por otra parte, ya formaban parte de nuestro equipaje personal.

. Todos estos factores han derivado en una relajación de la autoridad como padres, en la que todas las partes han salido perdiendo. Relajación de autoridad que ha traído como consecuencia la creciente agresividad en el niño, y que, a medida que este crece, no se sabe muy bien quién manda.

La Escuela
No es arbitrario dejarla para el final. Porque la Escuela, en medio de esta maraña, ha caído en un profundo desencanto. El docente :
. No se siente amparado por las Instituciones.
. Atacado por las familias
. No aceptado por los alumnos, que se muestran impasibles ante el estudio.
. Con la sensación de estar sembrando el desierto.
. Carente de autoridad
. Impotente ante la problemática del Aula, sobre todo ante alumnos que con 16 años van a la Escuela obligados, y que rompen constantemente la dinámica de aprendizaje.

¿QUÉ HACER?
Intencionadamente, vamos a invertir el orden de intervención.

La Escuela
. Tiene la responsabilidad de servir de catalizador.
. A la Escuela le toca agrupar fuerzas, conciliar sentimientos, interiorizar inquietudes.
. Debe asumir la tarea de cuidar a sus alumnos como nunca, defenderlos frente a un Sistema Educativo que les agobia o que corre el peligro de dejarles fuera de combate. De recibirles cada día con la cara amable de la acogida.
. Seleccionar contenidos que lancen a los alumnos a futuros aprendizajes con garantías de éxito. Los Maestros debemos convencernos de que, a fin de cuentas, nosotros y nuestros alumnos, somos un poder. Y que la Escuela es una prueba de entrenamiento para el mundo.
. Es impensable mantener a la Escuela sentada en el inmovilismo, en medio de un entorno cambiante. Si el perfil del alumno ha cambiado, si se ha modificado el entorno familiar.. Es evidente que lo que nos servía hasta ahora, puede dejar de ser efectivo.
. Transmitir en el aula un estilo de vida. Enseñar desde el corazón, desde los afectos. Que no tiemble la mano al exigir una disciplina, un hábito de trabajo, un compendio de buenos modos.
. Recordemos siempre que a un buen Maestro nunca se le olvida, y que a un mal maestro nunca se le perdona.
La familia
. Una autoridad bien entendida le da seguridad al niño.
. Si los hijos no son autónomos para recoger su cuarto, ¿lo son para administrar una paga? ( es una pregunta)
. Clarifiquemos los errores: no es lo mismo dejar los zapatos en el salón, que suspender tres materias. Las consecuencias no pueden ser las mismas, pues el delito es bien diferente.
. Nunca se impongan “castigos” largos. Los hijos son muy manipuladores. En pocos días conseguirán que se les quite el castigo, con lo cual dejarán a sus padres en el ridículo de no cumplir lo prometido.
. Que los hijos tengan muy claro que se puede dar todo el cariño, toda la atención, todo el apoyo. Pero nunca todas las cosas materiales. Simplemente, porque no se es más feliz por tener mucho.
. No gratificar con “cosas” el trabajo bien realizado. Enseñar a los hijos al valor de la felicitación, del apoyo, del beso, del abrazo y de la caricia.
. Considerar a la Escuela como aliada. Nunca como una parte enfrentada. Saber que el Maestro es la persona en la que se deposita lo más valioso: la Educación de un hijo.

Las Instituciones
. Tener muy claro que la Educación de un país es algo muy serio. Que está por encima de programas electorales y electoralistas.

. Velar por la Familia y por la Escuela. Sin demagogias. No olvidar el sentido de honradez, de honestidad y de integridad que debe dirigir el marco educativo.
. La Educación es un Derecho de todo ciudadano, y un deber ineludible para todo Gobierno.
. Exigir profesionalidad a los docentes. Dotar a la Escuela de los Recursos necesarios para una labor digna.
. No valen paños calientes. Es una responsabilidad de las Instituciones crear el escenario adecuado para lo que, tanto padres como educadores queremos:
EDUCAR: No para que todos sean dirigentes, pero sí para que ninguno sea esclavo. No para que todos sean sabios, pero sí para que ninguno sea ignorante.

Autora del artículo: Juana Teresa González (Profesora)



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