PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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martes, 1 de enero de 2013

CÓMO ENFRENTAR EL NUEVO AÑO

CUANDO ATRAVESAMOS UN DUELO, YA ES DIFÍCIL VIVIR CADA DÍA TAL COMO SE PRESENTA. PUEDE SER DESALENTADOR ENFRENTARSE AL NUEVO AÑO QUE SE PRESENTA ANTE NOSOTROS. QUIZÁS SINTAMOS TEMOR A LO QUE EL AÑO NUEVO NOS DEPARA.
 
QUIZÁS NOS PREOCUPE SI PODEMOS O NO ENFRENTAR MÁS DESAFÍOS. NUESTRA ACTUAL SENSACIÓN DE VACÍO Y SOLEDAD NOS PUEDE QUITAR LAS GANAS DE ENFRENTAR UN NUEVO AÑO.
 
Puede que nos digamos: “Solía estar tan ocupado. Solía sentirme tan necesitado, tan útil. Ahora parece no haber nada más que espacio vacío y tiempo vacío”. La llegada de otro año puede traer más de lo mismo. Ya es difícil levantarnos en la mañana sin saber lo que haremos durante el día. Entonces, ¿qué haremos en todo un año?
 
Anhelar recuperar el pasado puede a veces generar resistencia a aceptar el Año Nuevo. El pasado era donde nos sentíamos confortables, donde nos sentíamos seguros, donde nos sentíamos bien. El dolor nos agobia hoy y tememos que el Año Nuevo no nos traiga nada diferente. Estamos tristes por la persona que extrañamos y el preciado pasado que compartimos. Pensamos en cómo era y deseamos volver el tiempo atrás…
 
La llegada del Año Nuevo puede tener distintos significados para las distintas personas en duelo. Si le damos la bienvenida, le tememos o ignoramos al Año Nuevo, probablemente dependa del momento en que nos encontremos dentro de nuestro proceso de duelo. La pregunta no es si aparecerá el dolor, sino cómo lo hará y cómo lo enfrentaremos.
 
Si nuestra pérdida fue reciente, repentina o inesperada, lo más probable es que aún estemos conmocionados. Tal vez sintamos que estamos viviendo una pesadilla o viviendo la vida de otra persona, y quizás estemos tratando desesperadamente de volver a nuestra “antigua” vida. El “Año Nuevo” importa poco. Nos levantamos por la mañana, ponemos un pie delante del otro, respiramos y contamos nuestra historia de lo sucedido.
 
Escribir y hablar sobre los diferentes aspectos de lo sucedido una y otra vez puede ayudar, hasta que sintamos que ya no necesitamos contar la historia con tanto detalle. Sentirnos un poco adormecidos o distantes nos mantiene a salvo, mientras despertamos gradualmente a la realidad de la vida, y nos damos cuenta de que nuestro mundo no es como lo conocíamos o como pensamos que sería.
 
THERESE RANDO, RECONOCIDA AUTORA Y ESPECIALISTA EN DUELO, DESCRIBE EL DUELO COMO UN “PROCESO DE APRENDIZAJE”. CADA MINUTO VIVIDO CON NUESTRO SER QUERIDO “ENSEÑÓ” A NUESTRO CEREBRO CÓMO OPERAR Y QUÉ ESPERAR. CADA NUEVO DESAFÍO, COMO CALCULAR LOS IMPUESTOS, ARREGLAR COSAS Y COMENZAR UN NUEVO AÑO, SE CONVIERTE EN UNA NUEVA OCASIÓN PARA “APRENDER” QUE NUESTRO SER QUERIDO YA NO ESTÁ Y LO QUE ESO SIGNIFICA PARA NOSOTROS. LOS NUEVOS DESAFÍOS CONTINÚAN, TRAYENDO NUEVAS PENAS INCLUSO EN ETAPAS AVANZADAS DEL PROCESO DE DUELO.
 
Si hemos trabajado valientemente sobre nuestro dolor con el paso del tiempo, tal vez veamos a este Año Nuevo con interés y nos preguntemos lo que nos depara. Es probable que incluso nos sintamos dispuestos a abrir nuestras puertas y dar la bienvenida a este Año Nuevo. La hinchazón alrededor de la herida de nuestra pérdida se ha desinflamado un poco. Encontramos confort y alegría en saber que hicimos todo lo que pudimos y que amamos bien. Nos enriquecimos con nuestro amor y ahora sentimos más profunda compasión por todos aquellos que sufren. Reconocemos que la vida es un regalo para disfrutar con todo aquel que se cruce en nuestro camino. Queremos ir y hacer y ver por los dos todo aquello que esperábamos hacer juntos. No conocemos detalles, no tenemos garantías sobre lo que se viene, pero esperamos lo mejor.
 
Aunque nos sintamos asustados y solos y añoremos el pasado, podemos abrir un poco la puerta para recibir al Año Nuevo. A continuación, encontrará algunos consejos para enfrentar el próximo Año Nuevo:
 
• Comencemos descansando lo suficiente. Si aún estamos exhaustos por cuidar a alguien o llorar con angustia la muerte de alguien, necesitamos enfocarnos en la recuperación física. Tal vez sea necesario que hablemos con nuestro médico sobre la manera de recuperar nuestro estado físico.
 
• También necesitamos descansar la mente. Podemos reemplazar los pensamientos negativos con afirmaciones positivas sobre nosotros mismos. Podemos relajarnos con música, plegarias, lecturas que levanten el espíritu, lágrimas y risas.
 
• Podemos prestar atención a cualquier deseo que se despierte en nuestro interior y encontrar maneras simples y prácticas de darnos nuevo placer.
 
• Podemos recibir el apoyo que necesitamos asistiendo a reuniones de grupos de apoyo, hablando con amigos y familiares que nos escuchen y compartan nuestros recuerdos.
 
• Podemos buscar el apoyo espiritual de un ministro local, rabino, sacerdote o imán.
 
Y LO MÁS IMPORTANTE, ENCONTRAREMOS EL CORAJE PARA VIVIR EN EL FUTURO, EN EL AÑO NUEVO, VIVIENDO EL PRESENTE, Y CADA DÍA, HACIENDO NUESTRO MAYOR ESFUERZO PARA CUIDAR DE NOSOTROS MISMOS Y DE LOS DEMÁS

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