ENTREVISTA A Cecilia Borràs, presidenta de Després del Suïcidi-Associació de Supervivents
Tengo 46 años. Soy doctora en Psicología. Estoy casada y tengo un hijo en el cielo, Miquel. Simpatizo con la izquierda. Creo en la energía de las personas. No hay dolor mayor que vivir el suicidio de un hijo.
El suicidio es la primera causa de muerte entre jóvenes en Barcelona
"EL QUE SE SUICIDA NO VE OTRA SALIDA, NO TIENE ELECCIÓN"
GRUPOS DE APOYO
¿Hay vivencia peor que la del suicidio de un hijo? Cecilia me asegura que no, que no hay nada más doloroso y antinatural. Por eso ha fundado -con el respaldo de Carmen Tejada, del hospital de Sant Pau- la asociación Després del Suïcidi, que ayuda a vivir a los supervivientes del suicidio de una persona querida. Los que acuden a sus "grupos de apoyo" -de seis a ocho personas- aprenden de los otros que ciertas emociones se repiten y que compartirlas proporciona algún alivio. Cecilia y su marido han ahondado en la cuestión del suicido a raíz del de su hijo, y están en disposición de ayudar a otras víctimas de la causa de muerte más común entre nuestros jóvenes.
P.- ¿Cómo era Miquel, su hijo?
Sociable, con buenos amigos, no se drogaba...
P.-¿Qué edad tenía?
Tenía 19 años. Estudiaba diseño, tenía novia estable...
P.- ¿Cómo fue su último día?
Él y su novia dormían en casa, en la habitación de al lado. A las ocho de la mañana me asomé, les dije que me iba a trabajar...
P.- ¿Estaba todo bien?
¡Sí! Pero a media mañana mi hijo me envió un SMS: "T'estimo molt, a tu i al papa, ho sento pel que faré".
P.- ¿Qué hizo?
Corrí hacia la estación de metro de Arc de Triomf, justo al lado de casa, porque desde allí estaba llamándome mi marido...
P.- ¿Y quién avisó a su marido?
La novia de Miquel, preocupada: habían discutido, se habían separado en el metro, y ella le llamaba al móvil y él no descolgaba...
Su hijo se había arrojado a las vías.
...
P.- ¿La discusión provocó el suicidio?
He aprendido algo importante: el que se suicida, lo hace porque no puede elegir.
P.- ¿Ah, no?
¡No hay libertad en el suicidio! Es una situación de sufrimiento extremo: esa persona no ve otra salida, no puede hacer otra cosa.
P.- Pero habrá un detonante...
Mire, ese supuesto detonante no conduce en todos los casos a un suicidio, así que...
P.- Pero, como padres, habrán buscado alguna explicación, eso es inevitable...
Sí, eso es lo típico: "¿Por qué? ¿Por qué?", te preguntas ¡durante meses y meses! Y revisas cada detalle vivido juntos, y te preguntas qué has hecho mal, te sientes culpable...
P.- ¿Cuánto tiempo ha pasado ya?
Tres años y nueve meses.
¿Y han encontrado alguna respuesta?
Sí: no hay tal respuesta. No hay explicación.
P.- ¿Cuándo han dejado de preguntarse?
Cuando aprendimos a amar a Miquel entero, todo él desde que nació hasta que murió.
P.- ¿Final incluido?
Sí. Y puedo añadir otra conclusión: ¡no existe un dolor superior al suicidio de un hijo!
P.- ¿Y cómo está usted ahora?
Soy su madre, ¡y siento necesidad de que Miquel esté bien...! Ya le hablaba teniéndole en el vientre..., ¡y hoy sigo hablándole! E intento ayudar a supervivientes de suicidios.
P.- ¿Supervivientes?
El pariente que se queda aquí es también víctima de ese suicidio: padeces un shock postraumático, sobrevives con eso.
P.- ¿Qué le conviene a un superviviente?
Llorar. Sufrir: ¡no hay atajos! No doparse, no enmascarar ese dolor. No obligarse a comer si no apetece. Y acompáñale, tócale, dale calor. No cuchicheéis cerca de él: ¡lo oyes todo! Que el funeral sea una despedida completa. Y, sobre todo, no decirle tonterías.
P.- ¿Qué tonterías?
Frases hechas: "el tiempo todo lo cura", "no somos nada"... No consuelan: ¡hieren!
P.- ¿Cómo fue el funeral de Miquel?
Hermoso: sus amigos grafiteros pintaron la caja de pino. Sonó su música, vimos sus fotos... La familia colaboró, fue una buena despedida: eso sí te ayuda.
P.- ¿Por qué no se habla del suicidio?
Aún se concibe como un desaire al Creador. ¡Pero es la primera causa de muerte no natural! Oficialmente, se suicidan unas 3.500 personas al año entre los 35 y los 45 años, pero seguramente son el doble, o más...
P.- Eso son muchas personas...
En Barcelona, ¡el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes!
P.- ¿Hay forma de prevenirlo, de evitarlo?
Difícil: en la mitad de los casos, la decisión se toma en la hora previa al suicidio.
P.- Algo podrá hacerse.
Sólo estar atentos a cambios repentinos de conducta, a la tristeza, a comentarios como "acabaría con todo", "me mataría"...
P.- ¿Y cómo reaccionar ante esa actitud?
Invitándole a hablar y ganar tiempo. ¡Siempre ganar tiempo! Los bomberos saben qué hacer cuando asisten a una tentativa...
P.- ¿Qué hacen?
Le llaman por su nombre, para ayudar a aflorar su "yo" profundo. Porque los que no logran suicidarse, coinciden: "¡no era yo!"
P.- Tras una tentativa de suicidio, ¿se escarmienta o se reincide?
Hay un 30% de reincidencias.
P.- ¿El suicida suele dejar mensajes?
Sólo en un 10% de los casos. Pero permítame una corrección: si alguien muere de cáncer no le llamamos "canceroso", por lo que no veo bien llamar "suicida" a un muerto por suicidio. ¡Qué injusto es adjetivar una vida entera con una sola palabra: "suicida"!
P.- Entendido. Esta entrevista, ¿cree que podría incitar a alguien al suicidio?
Eso no está demostrado: siempre ha habido, hay y habrá suicidios. ¡Hablemos! Eso sí, evitemos aludir a los detalles morbosos.
¿
P.- Qué método es el más frecuente?
En las mujeres, la intoxicación por pastillas. En los hombres, arrojarse al vacío, al tren...
P.- ¿Haría algo diferente, si pudiese?
Escuchar a Miquel ¡con todo mi ser! cada vez que me hablaba de sus cosas.
¿Ha culpado a la novia?
No.
Ella es víctima. Quiero verla muy feliz.
Publicado en:
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20121225/54358291478/la-contra-cecilia-borras.html#ixzz2JBsd694s
No hay comentarios:
Publicar un comentario