PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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miércoles, 21 de marzo de 2012

MORIR EN EL HOSPITAL -- MORIR EN EL HOGAR. (2ª PARTE)

MORIR EN EL HOSPITAL

EL HOSPITAL ES HOY EN DÍA EL LUGAR DONDE SUCEDE LA MUERTE "NORMAL".

 LA GRAN MAYORÍA DE LAS PERSONAS MUERE HOY EN CLÍNICAS O EN INSTITUCIONES SIMILARES, Y SEGURAMENTE QUE ESTO NO VA A CAMBIAR EN UN TIEMPO PREVISIBLE.

EN MUCHOS CASOS, POR EJEMPLO DESPUÉS DE ACCIDENTES GRAVES O CON UN INFARTO AGUDO, NO QUEDA POR LO DEMÁS OTRA ALTERNATIVA QUE LA RECLUSIÓN EN EL HOSPITAL. PERO TAMBIÉN DEBIDO A UNA AFECCIÓN GRAVE Y MORTÍFERA SE INGRESA A LA MAYOR PARTE DE LAS PERSONAS EN EL HOSPITAL.

A menudo es allí donde se hace el primer diagnóstico, y el enfermo es tratado en el hospital tal vez antes de que se plantee la cuestión de si ha de pasar las últimas semanas o meses en casa o en algún hospicio. Así pues, casi todos los enfermos incurables, al igual que sus parientes y amigos, se han encontrado, al menos en un primer momento, con el hospital. De ahí que haya que plantearse muchas cuestiones que se refieren a esa primera fase. El hospital, ese lugar tan altamente tecnificado, debe ser un espacio humano, en el que haya lugar para la solicitud y la asistencia amorosa. Y esto se debe aplicar a todos, también al cuidado de enfermos incurables y de moribundos.
Las ventajas de una asistencia y atención médica más profesional e intensa se ha logrado mediante el desplazamiento del enfermo desde su hogar a una institución extraña, donde ya no son únicamente los parientes y los amigos quienes cuidan del moribundo. También es cierto que el cuidado de los moribundos no responde a la concepción tradicional del hospital, que se crea para el diagnóstico y la curación de enfermedades, y por tanto con el objetivo de devolver la salud. Y a esto se añade el hecho de que también los asistentes preparados profesionalmente en sus propias especialidades cargan a menudo en el hospital con el cuidado de los enfermos graves y de los moribundos.
Dentro de una clínica los enfermos gravísimos y los moribundos no se distribuyen por igual entre todas las secciones, sino que hay servicios en los que más de la mitad de los pacientes son enfermos de muerte y morirán.
ESTA SITUACIÓN NO ES SÓLO DIFÍCIL DE SOBRELLEVAR PARA LOS PACIENTES Y SUS FAMILIARES; LO ES TAMBIÉN PARA LOS MÉDICOS Y EL PERSONAL SANITARIO QUE SE VEN ABRUMADOS DE TRABAJO.
ADEMÁS, EN SU MAYORÍA SÓLO HAN SIDO PREPARADOS, EN EL MARCO DE SU FORMACIÓN, DE UNA MANERA INSUFICIENTE PARA EL CUIDADO DE LOS MORIBUNDOS.
DE AHÍ QUE EN EL TRATO CON LA AGONÍA Y LA MUERTE TENGAN QUE RECURRIR A SUS EXPERIENCIAS Y ACTITUDES EN CIERTO MODO PRIVADAS. ESTA SITUACIÓN CONTRIBUYE A LA IMAGEN DESOLADA QUE MUCHOS PROFESIONALES DE LA SALUD DESCRIBEN SOBRE LAS CONDICIONES EN QUE SE MUERE EN LOS HOSPITALES.
Las investigaciones proporcionan una imagen penosa de la situación de los moribundos en los hospitales. Más de la mitad de los profesionales que se interrogan considera totalmente inadecuadas las condiciones de espacio; una cuarta parte se ve expuesta a una falta de reconocimiento por parte de sus colegas si se dedican intensamente a los moribundos; dos tercios se consideran muy deficientemente preparados con su formación profesional de cara a la muerte en los hospitales; y la mayoría de los colaboradores encuestados trabaja con la idea de que una muerte digna no es posible en el hospital.
DE HECHO, EN LOS HOSPITALES HAY SITUACIONES QUE SON INCONCILIABLES CON UNA MUERTE DIGNA. POR EJEMPLO, LOS MORIBUNDOS SUELEN SER TRATADOS HASTA POCO ANTES DE SU MUERTE PREVISTA CON UNA MEDICINA INTENSIVA, EXTREMADAMENTE COSTOSA Y AGOBIANTE; A OTROS SE LES ADMINISTRA UN TRATAMIENTO CONTRA EL DOLOR QUE LES ANULA LA CONSCIENCIA.
EN OCASIONES NO SE LES PERMITE AL CÓNYUGE O A LOS HIJOS ESTAR AL LADO DEL MORIBUNDO, AUNQUE NO SE VEA NINGÚN MOTIVO RAZONABLE PARA ELLO. Y TODAVÍA HOY SE DAN CASOS EN QUE EL MORIBUNDO, CUANDO ESTÁ MUY INQUIETO, ES ATADO AL LECHO CON CORREAS.
ESTOS HECHOS HIEREN LA DIGNIDAD DE LA PERSONA, Y HIEREN A LA VEZ LA DIGNIDAD DE LOS MÉDICOS, DE LAS ENFERMERAS Y DE OTROS AUXILIARES QUE CUIDAN DEL MORIBUNDO.

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