LA CIENCIA HA EMITIDO ESTE MENSAJE HACE YA MUCHO TIEMPO. NADA ESTÁ SOMETIDO POR LA MUERTE COMO TÉRMINO DEFINITIVO, TODO SE TRANSFORMA, ES DECIR PIERDE SU FORMA PARA CONVERTIRSE EN OTRA DIFERENTE CUYA SUSTANCIA VITAL QUEDA IMPRESA CON OTRA DIMENSIÓN.
LA RESISTENCIA MAYOR QUE ENCONTRAMOS EN NOSOTROS MISMOS ES ESA PRECISAMENTE. NO QUEREMOS PERDER LA FORMA.
Queremos mantener el físico de nuestra juventud, nuestro cabello, la forma de movernos, aquellos ojos llenos de fuerza que nos veíamos antes y sobre todo la misma forma de ilusionarnos y mirar con esperanza. Pero la forma cambia. Siempre y continuamente.
Nos alejamos, minuto a minuto, de quienes hemos sido ayer, hace un mes o el año pasado. Nos transformamos sin querer y sin sentirlo y dejamos la envoltura que nos decora para ir adoptando otra que nos espera.
Tenemos una forma de percepción de nuestro yo y del mundo, propia del tiempo en el que nos encontramos. Diferente a la del pasado y seguramente muy distinta a la del futuro. Cuando intentamos retener la forma, a la que nos apegamos, se rompe el equilibrio y la consciencia evolutiva de nuestra esencia sufre una abrupta brecha. Es algo semejante al giro de un émbolo que se mantiene constante en el movimiento y de repente quisiésemos para en seco sus revoluciones y pretendiésemos invertir su dirección.
Debemos dejar fluir los cambios de forma. Dejar en libertad la transformación silenciosa y diaria que sufre la Madre Tierra y nuestra alma en su momento. Ésta se va a producir de cualquier manera por lo que interrumpir su espontáneo dinamismo solo nos llevará a retrasar los tiempos y a dilatar nuestro avance.
Si no ofrecemos resistencia y simplemente contemplamos lo que nos está ocurriendo, si nos ubicamos en nuestro eje central y sólo observamos y fluimos, tratando de comprender qué estamos pasando, por qué, qué significa para nosotros, qué partes se ven afectadas, qué podemos aprender, ayudar, solucionar, crecer, evolucionar…. Si alguna parte sufre y tratamos de comprender por qué esa parte se aferra a ese punto y rechaza la transformación….
Tenemos que comprender lo que significa querer “quedarse” en una forma que no quiere cambiar. O no querer aceptar la forma en la que estamos deviniendo, deseando que fuera otra, nuestra realidad.
En ambos casos estamos ofreciendo resistencia al fluir armónico con el presente continuo, y eso nos desgasta y descoloca, apartándonos de nuestro centro.
EL CAMINO SIN RESISTENCIA NOS ACONSEJA SER COMO EL AGUA, ENTENDER NUESTRA CONCIENCIA, NUESTRA IDENTIDAD DER SER LUZ LÍQUIDA QUE FLUYE CON LA MADRE TIERRA Y EL GRAN ESPÍRITU, INTELIGENCIA UNIVERSAL, EN UN MOVIMIENTO QUE COMPRENDE A TODO EL COSMOS.
ASÍ, COMO UN LÍQUIDO, PASAREMOS DE UNA FORMA A OTRA SIN DOLOR, EN LA CONSTANTE TRANSFORMACIÓN DE LA EVOLUCIÓN DEL ALMA.
NADA ESTÁ QUIETO. NADA PUEDE DETENERSE. NADA SE DETIENE.
(Reflexión basada en el contenido de la meditación del YO LÍQUIDO de Alicia Hamm)
No hay comentarios:
Publicar un comentario