PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

sábado, 22 de septiembre de 2012

¿REACCIONAN IGUAL HOMBRES Y MUJERES ANTE LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO?

Las personas poseen personalidades diferentes, se diferencian por las características físicas, aptitudes, actitudes, distintas formas de pensar, diferente tipo de creencias, de hablar, de reaccionar ante las situaciones, etc.
 
Estas diferencias son innatas en los seres humanos y es por estas que se distinguen unos de otros. Y por ello, en esta medida aplicándolo en el tema de las pérdidas se diría que todo duelo es único e irrepetible, no existen dos duelos iguales.
 
PERO SERÍA IMPORTANTE PREGUNTARSE: ¿ES IGUAL PARA HOMBRE Y MUJERES?
 
A la hora de expresar dolor y enfrentarlo, los hombres y las mujeres tienen diferentes formas de hacerlo, claro que no solo por las diferencias que anteriormente descritas. Pero tampoco se puede afirmar, que ciertas respuestas o todas ellas son exclusivas de algún género en especial, pues se debe tener en cuenta que hay hombres que reaccionan con un estilo o reacción muy femenina y viceversa.
 
Las mujeres generalmente tienen una forma particular de reaccionar; en general se observan mucho más angustiadas, con llanto prominente, aislamiento, ataques de ira, ansiedad, miedos, y esto se da desde el mismo momento en que sucede la pérdida.
 
Pasado un tiempo y cuando la ausencia se torna mucho más intensa, aparecen otras reacciones emocionales como desordenes del sueño y alimentación, baja autoestima, dificultad para vincularse a la vida social, sentimiento de inadecuación y minusvalía. En el caso de los hombres, se reconoce un patrón de respuesta diferente en el que se pudiera decir que se transforman en “hombres de acero” porque deben convertirse en el soporte de la familia.
 
Ellos controlan la expresión emocional para mantener la imagen pública de fuerza y dureza, asume una actitud controladora, protectora, solucionador de todos los problemas que se presentan, regula sus emociones y se vuelve autosuficiente y difícilmente se verá rodar una lágrima por su rostro.
 
Entender estas diferencias es importante, gracias a dicho entendimiento, se podría resolver las dudas y problemas que surgen en estos momentos de dolor y que desafortunadamente llevan a malos entendidos, que hacen que las relaciones y las familias se distancien, porque no se logra entender este tipo de reacciones.
 
Estas manifestaciones no quieren decir que el otro no sienta (hombre), o que uno de ellos sienta más que el otro (mujer), como se podría creer ante las reacciones de los géneros antes descritas, sino que cada uno tiene la opción de responder de forma diferente. Esto deja ver una vez más, que el duelo, es un proceso de mucha paciencia, no sólo con cada uno y su interior, sino con el resto de la familia, por ello, algo importante en ese momento no es solo tener en cuenta la forma como se reacciona, sino partir del sentimiento que se tenía hacia esa persona, los afectos que se han creado con ese ser querido, la situación y momento por el cual estaban atravesando, entre otros, porque es ese vínculo el que marcará posteriores situaciones y reacciones y sobre todo la forma de afrontar el duelo.
 
Por ello, es importante que se pueda compartir el sentimiento, las rabias, los miedos, las angustias y todo lo relacionado con el ser querido. Evitar quedarse callado es fundamental por lo que debemos tratar de expresar a los seres más cercanos nuestras emociones y sentimientos, y sí ese alguien más cercano, es de la familia, no tema es muy posible que esa persona también este esperando ese momento para desahogar todo el dolor que lleva este momento.
 
Esto ayudará mucho a ambos en su proceso de adaptación a la pérdida y superación del duelo.
 
RECOMENDACIONES DURANTE EL DUELO
 
Superar y adaptarse a la pérdida de un ser querido no es fácil, necesita esfuerzo y tiempo, implica una actitud de transformación del ambiente, de las relaciones sociales y las vivencias personales; existen diferentes opciones de ayuda pero hay cinco recomendaciones sencillas que facilitan el proceso:
 
1- LLORAR ES IMPORTANTE:
El deseo de llorar es característico durante el duelo, generalmente se hace a escondidas por que el llanto preocupa a los demás y genera acciones represivas; se cree que llorar entristece mas, que dificulta el paso del fallecido a una “nueva vida”, que no es de hombres o en esencia que es malo; pero cuando no hay llanto no se permite una función natural del organismo para liberar tensión emocional y generalmente como consecuencia se presenta el dolor de cabeza, el dolor de espalda y la tensión del cuello. Al evitar el llanto damos preferencia a las exigencias sociales pero no se permite parte de un proceso de carga y descarga emocional que es sano y que facilita la presencia de tiempos de relajación, en donde se organizan ideas frente al cambio que implica el duelo.
 
2- HABLA DE LO QUE SIENTES:
Todos los seres humanos evitamos el dolor y no sabemos cómo enfrentarlo, generalmente no se tocan temas tristes y frente a un doliente se prefieren temas diversos que no le recuerden lo que siente, pero hablar de las vivencias internas permite crear puentes de unión y comprensión con otras personas, sentir que no se está solo, que hay apoyo y preocupación de otro en los momentos de soledad; se posibilita ahondar en las circunstancias de la muerte y reinterpretar la situación, darle un nuevo sentido a la vida y encontrar razones de lucha.
 
3- VIVE ESTE MOMENTO EN FAMILIA:
Una familia unida facilita herramientas para soportar el dolor que genera la pérdida de un ser querido: compañía, dialogo abierto y sincero, frases de aliento, actividades lúdicas generadoras de nuevos recuerdos positivos, sentido de pertenencia a un grupo que no deja solo a sus integrantes y el contacto físico: un beso o un abrazo, sin duda reconfortan, dan sensación de protección y alivio frente al dolor. La familia llena espacios de soledad y permite la reconstrucción de una nueva rutina de vida.
 
4- GENERA CAMBIOS FÍSICOS EN TU HOGAR:
Es normal que tras la pérdida de un ser querido los recuerdos lleguen en cascada y que las imágenes del espacio compartido rememoren instantes vividos, por desgracia son los recuerdos tristes los mas repetitivos y no se trascienden los legados que dejó como aprendizaje para la vida el ser querido. Es importante generar cambios en la casa porque le exige al cerebro crear nuevas asociaciones y recuerdos frente a un ambiente que se ha teñido de tristeza; el cambio de color en las paredes y el cambio de ubicación de las pertenencias del fallecido ayuda al proceso de aceptación de la perdida, a reubicarse en un espacio sin él, a darle nuevo sentido a su relación y planificar el futuro, evitando la detención del tiempo y los recuerdos en un ambiente estático.
 
5- CAMBIAR LAS RUTINAS ESTABLECIDAS CON TU SER QUERIDO:
Sucede que mientras nos adaptamos a la perdida, durante el día se profundiza la sensación de soledad en algunas horas especificas, especialmente en esos espacios destinados a compartir y a estar en contacto con la persona que falleció; por eso la hora del almuerzo, la hora de la tele que veían juntos, la hora de la caminata o la hora de la charla nocturna, etc., se convierten en momentos tristes llenos de emociones, añoranza y búsqueda; ante lo cual se recomienda de forma muy consciente generar variaciones a la rutina, salir a caminar, asistir a la iglesia, visitar un amigo, comenzar a estudiar, aplazar unos minutos las horas de alimentación, etc., con la intención de adaptarse a un ambiente sin su ser querido. El duelo es una vivencia única y personal que a pesar del dolor permite el crecimiento personal hacia la auto dependencia y reorganización de la vida, es una oportunidad para crecer y entender la misión que cada uno tiene sobre la tierra.
 
SÍNTOMAS DE RECUPERACIÓN EN EL DUELO
 
1. Recordar sin tanto dolor y angustia como la inicial
 
2. Poder vivir nuevamente: sacarle gusto de nuevo a las cosas
 
3. Ser capaz de ayudar a otros en circunstancias parecidas
 
4. Volver a ver la vida y sentir, volver a soñar y a tener ilusión
 
5. Encontrar el “para qué” de lo sucedido (darle sentido a lo sucedido)
 
6. El dolor ya no absorbe la totalidad de las horas del día
 
7. Cuando se acepta el cambio que la muerte produjo
 
8. Disminuye el estrés por los planes propuestos
 
9. Disfrute de lo simple y lo sencillo (p.ej., se agradece, desde el corazón, un amanecer)
 
10. Ser capaz de honrar la existencia del ser querido muerto
 
11. Disminuye la angustia por las fechas significativas
 
12. Se encuentra de nuevo la realidad (se le da sentido a esta)
 
13. Se recupera el sentido de vida (al menos parte de éste)
 
14. La persona se encuentra de nuevo a sí misma (se recompone la personalidad)
 
15. Cuando desaparece la ansiedad de separación
 
16. Cuando los objetos transicionales pasan a ser simbólicos

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