PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

viernes, 26 de marzo de 2010

EL OBJETO DE LA VIDA

Hay tres momentos muy importantes en la vida de todo ser humano: uno es su nacimiento; otro es su muerte, y el tercero que no siempre se da, es cuando comprende qué ha venido a hacer aquí.

Por esto, en lo más profundo de la esencia del ser humano, hay un impulso que le empuja en un constante afán de encontrar respuestas a los eternos interrogantes, que siempre se ha planteado, ¿quienes somos?, ¿De donde venimos?, ¿Hacia donde vamos?, ¿Por qué vivimos? , ¿Para qué vivimos?. Así, a lo largo de su vida va descubriendo, unas veces por dolor y otras por comprensión, él porque y él para qué de su existencia.

El ser humano actual, siendo consciente de la época tan especial que le ha tocado vivir, intuyendo en tiempo y espacio, la cercanía de ese cambio evolutivo tan proclamado, por todos, y viviendo en una sociedad donde los valores actuales no responden a las exigencias del conocimiento de las verdades originales, tan buscadas por él, se lanza a la búsqueda de respuestas, que le permitan tener una idea clara de, cómo decíamos antes que ha venido hacer aquí para que su vida tenga sentido, y de esa forma buscar el camino que le permita vivirla con plenitud, en esa búsqueda es donde tiene sentido la charla de hoy, intentando dar respuesta a porque vivimos y para que vivimos, preguntas que en algún momento pueden parecer iguales, pero el matiz importante esta en que el porqué es La Causa y él para qué es la finalidad.

Y vamos hacerlo situando al ser humano en su lugar correspondiente, es decir, cambiando la expresión ser humano por lo que realmente somos, seres espirituales, siendo conscientes de la frase por todos sabida “Somos seres espirituales con experiencias humanas, no seres humanos con experiencias espirituales”, lo cual a pesar de que se nos ha dicho en innumerables ocasiones, parece que nos cuesta admitirlo, cuando en numerosas comunicaciones mediumnicas se nos dice que pasamos mas tiempo en el mundo espiritual, que en el mundo físico, donde se nos dice también que prácticamente todos los días en nuestra fase de sueño, viajamos al mundo espiritual a preparar, nuestro retorno a él cuando desencarnemos. Así pues tomemos conciencia de que realmente somos seres espirituales y veamos que implica dicha toma de conciencia.

* Implica ser conscientes que por virtud de nuestra naturaleza espiritual (que es el aspecto de la divinidad), nosotros poseemos en miniatura todo lo que Dios, Energía creadora o Gran Espíritu posee, también poseemos los grandes principios creativos, que permiten a la vida sus funciones, nosotros somos esa energía creadora y esa energía creadora es nosotros, y radica en nosotros por virtud de nuestra naturaleza espiritual. La fuerza que creo toda forma de vida y que es responsable del funcionamiento de cada fase del universo reside dentro de nosotros y podemos dar esa fuerza y compartirla (dándosela a los demás o enseñándoles donde esta a cada uno).

Basta con estar en calma para permitir a esa fuerza manifestarse. Y por ser de naturaleza espiritual esa fuerza, puede ayudarnos a sobreponerse a todas las dificultades y problemas que nos encontremos a lo largo de nuestra vida.

* Implica comprender la realidad. No comprendemos la realidad y la confundimos porque la buscamos siempre en el mundo físico y la realidad de la que venimos y a la que siempre volvemos, es la espiritual.
Por eso cada uno vive una realidad distinta (de acuerdo a su grado de evolución) Recordemos como en innumerables ocasiones se nos ha dicho que el mundo físico, no es sino un reflejo oscurecido del mundo espiritual, por eso la comprensión siempre es en el ámbito espiritual. Hay que tener en cuenta que el espíritu comprende las cosas en base a su evolución

* Implica que el alma solamente se puede reconocer a sí misma cuando toma conciencia de la fuente de su existencia, que no esta en lo material que es temporal, sino en lo espiritual que es eterno.

* Implica darse cuenta que nacimiento y muerte es lo mismo, que es la forma que tiene el espíritu de entrar y salir de un mundo a otro.

* Implica ser consciente que la forma correcta de trabajar para que la sociedad sea mejor, es la difusión de las realidades espirituales, entendiendo que la humanidad esta unida, que lo de los demás también nos afecta, y que vivimos en un universo en donde todo es interdependiente y ni un detalle puede ser aislado de los demás.

* Implica en nuestra relación con los guías espirituales que su realidad es distinta que la nuestra, que vivimos en mundos distintos aunque existamos en el mismo universo.

* Implica darse cuenta que debemos resolver los problemas en su totalidad, pues si no es así vuelven a presentarse otra vez.

* Implica ser consciente que la parte divina que todos llevamos dentro es perfecta, pero no lo es en su manifestación física, por eso tenemos los procesos de evolución efectuándose continuamente porque la evolución consiste en limar todas esas imperfecciones hasta dejar asomar solamente la perfección potencial que estaba dormida.

* Implica saber que la vida es un propósito cósmico, un proyectó ideado por esa energía creadora, que esta representado por el AMOR. Nosotros somos una partícula inamovible de esa idea. Sabido esto, aunque no podamos valorar las experiencias que tengamos, nos daremos cuenta que aun no comprendiéndolas son, sin embargo, parte de ese proyecto eterno.

En definitiva, como dice nuestro amigo Silver Birch en una definición maravillosa, “TODOS SOMOS DIVINOS HUMANOS”

De esta forma, una vez analizados los conceptos a matizar cuando integremos que somos seres espirituales, las preguntas de la trascendencia que siempre se ha hecho el ser humano, a las que hacíamos referencia al principio, empiezan a encontrar respuestas y sentido.

Cuando preguntábamos quienes somos la respuesta ahora es evidente somos seres espirituales. De donde venimos de esa energía creadora. A donde vamos, a integrarnos evidentemente a esa energía creadora de la cual procedemos una vez integrados dentro de nosotros todos los procesos de las leyes universales.

De igual forma que hasta ahora, analizaremos cuál es el objeto de la vida, que es la finalidad de la charla de hoy.

Todo pensamiento dotado de sentido filosófico, rehusara siempre, admitir la posibilidad teórica de la existencia de un Universo sin finalidad alguna.

Por eso ante la pregunta que da paso al tema de la charla de hoy ¿el objeto de la vida? ; Desde el punto de vista filosófico seria tal vez atrevido, formular dicha pregunta, puesto que los fines transcendentales de la evolución espiritual del ser humano serán siempre impenetrables.

Siendo mi intención, únicamente examinar y comprobar el fin probable de la actual existencia (la existencia física) reproduciendo por un lado las teorías más significativas acerca del misterio del Ser y por otro lado los mas destacados escritos mediúmnicos al respecto.

En primer lugar veamos el pensamiento budista, según leemos en sus libros:

“Vivir es pensar. Vivir es estudiar a Dios que es él todo y esta en todo. Vivir es conocer, es buscar y profundizar, en todas las formas sensibles, las inmensurables manifestaciones de la potencia celestial. Vivir es hacerse útil a sí mismo y a los otros, es ser Bueno”

Esta definición constituye un resumen de sublime sabiduría, en total concordancia con algunas definiciones obtenidas por vía mediumnica, por ejemplo; “Vivir es comprender” (Corniller); “El objeto de la vida es aminorar el misterio de la vida” (American Journal) y todas las que giran entorno a la afirmación “La Vida es una escuela de perfeccionamiento Evolutivo del Espíritu” siendo una verdad que resulta evidente a gran cantidad de pensadores.

Pero no es la formula del problema la que queremos examinar aquí. En las definiciones que hemos visto se contempla la realización del objeto de vida, pero vamos a buscar un principio más profundo, más fundamental, más original, en relación con la génesis de la vida misma, aunque antes veremos una descripción del Dr. Gustavo Geley, en la que establece la distinción clara entre la finalidad realmente primordial de la vida y la secundaria, ya que muchas personas confunden, una por otra.
“Evolucionar es, en verdad, tomar conocimiento del propio estado real, del estado del mundo ambiente, de las relaciones establecidas entre el ser vivo y su medio, entre su medio y el medio universal. El desarrollo de las artes y las ciencias, el perfeccionamiento de los medios empleados para quitarnos el dolor o satisfacer nuestras necesidades, no son, en sí mismos, finalidades de la evolución. No son sino a consecuencia de la realización de la finalidad esencial,
que es la adquisición de una conciencia cada vez más amplia, pues todo progreso general, pasa por el aumento previo de la conciencia”

Esta claro que los inventos y los perfeccionamientos industriales, no representan el objeto de la evolución, sino que son realmente una consecuencia de la finalidad esencial de la evolución misma, que es la adquisición de una conciencia de sí mismo progresivamente más amplia. Observación que no debemos olvidar y que nos mete de lleno en nuestro tema porque si es cierto que el objeto de la vida es la adquisición de una conciencia individual cada vez más amplia, debemos reconocer entonces la verdad de lo que afirman numerosos pensadores, es decir que como ultimo análisis: “EL FIN DE LA VIDA ES LA INDIVIDUALIZACION DE LAS ALMAS”

De ahí que todos ellos desde el ser unicelular más simple, hasta el ser humano, sean indispensables para realizar la individualización de las almas y que todas las individualidades humanas, inclusive las negativas (entendiendo negativas las que actúan en contra de las leyes Universales) sean, a su vez, elementos necesarios para permitir a la humanidad alcanzar su gran fin.

Veamos como esta idea, plasmada de forma filosófica, esta magistralmente expresada en la siguiente comunicación medimnica (Amercan Journalof the R .P. S., 1911):

“Toda existencia activamente vivida, deja una huella imborrable en el mundo. Hoy el mundo es diferente porque tú has vivido. La vida que parece más insignificante es, con frecuencia, en realidad, la que más influye en la evolución del mundo. Y el recién nacido que no tuvo tiempo de aprender una sola palabra, que paso a la otra vida dejando tan solo un tierno recuerdo suyo en el corazón de su madre, ha hecho mas para reformar la historia del mundo que todo cuanto pueda concebir él mas profundo de nuestros pensadores.
Jamás ha vivido un solo ser que no haya aportado su contribución útil al progreso del mundo. El mal mismo es un instrumento de Dios para el progreso. Gracias a los errores se adquiere experiencia; la debilidad engendra la fuerza; el bien nace del mal; la miseria y el dolor hacen germinar la dicha; la ignorancia da lugar a la ciencia”

Veamos a continuación, la misma idea analizada científicamente (David Gow, light 1918):

“Una vez superado el antiguo prejuicio según el cual la inteligencia no puede manifestarse sino por intermedio de un órgano cerebral. El universo entero no es solamente la expresión de la vida, sino también de la inteligencia. En el ser humano, esta inteligencia es consciente de sí misma y la forma de alcanzar este resultado es precisamente el nacimiento del espíritu en el mundo de la materia, mientras que la idea de que el mundo es una escuela de educación y prueba para adquirir experiencia, no representa sino simplemente una verdad secundaria, aunque importante.

El gran fin de la naturaleza al crear el mundo físico, utilizando una metáfora es el de “Fabricar Almas”. Su educación podrá realizarse en nuestro mundo o en otra parte, porque los recursos de la naturaleza para ello son infinitos, una vez que el fin principal (es decir la individualización de las almas) ha sido conseguido”.

Vemos, según lo manifestado que el fin principal de la naturaleza es el de “Fabricar Almas” y no el proceder a su educación a través de un numero adecuado de experiencias. Este último fin existe, sin duda alguna y es importante, pero siempre secundario, puesto que la educación y elevación del Espíritu se puede realizar tanto en la existencia encarnada como en la desencarnada, (siendo necesario su paso por el mundo material, para integrar las experiencias materiales). Mientras que la individualización de las Almas no puede efectuarse sino por medio de su paso por el mundo de la materia. “Fabricar Almas”, esta es la verdadera y gran finalidad de la existencia de los mundos y de la vida.

Existen numerosas obras de pensadores e investigadores que llegaron por caminos distintos a las mismas conclusiones; pero lo importante, a este respecto, es la concordancia de las conclusiones, tanto mas cuanto proceden de dos fuentes distintas. Son enseñanzas que abren un gran campo de especulación, ya que esta orientación del pensamiento nos permite percibir un resplandor de verdad, sobre la razón de la existencia de un universo material, cuyo fin, no es solo hacer posible la existencia del ser humano, sino sobre todo constituye el factor principal para la existencia individualizada en el mundo ESPIRITUAL.

Así pues, para finalizar, a modo de síntesis de todo lo dicho anteriormente, compartiremos las palabras de Sir W. H. Ewans, fruto de un profundo estudio racional, serio y riguroso, hecho por él y sus colaboradores, en el ámbito científico:

“El principio espiritual del ser humano se desarrolla y se individualiza eternamente por medio de innumerables soles y planetas gracias a la regular evolución progresiva, de los minerales, los vegetales y los animales que se hallan reunidos en la energía, la fuerza, la simetría y la belleza del cuerpo humano, en sus órganos, en sus funciones .......”

“El grandioso mecanismo del Universo es, pues, un instrumento destinado a que logre su total cumplimiento la finalidad suprema. Grande por que gracias ella la estructura y la inmortalidad del espíritu humano quedaran fijadas de un modo inmutable. Los millones de soles y de planetas que pueblan el espacio infinito son, pues, los agentes subordinados y secundarios a los cuales la naturaleza ha conferido la tarea sublime de producir y eternizar al espíritu humano..... Y cada reino de la Naturaleza es un gran laboratorio en el cual están los diversos elementos necesarios al desarrollo evolutivo, hasta que un núcleo de vida ha sido puesto en condiciones de adquirir conciencia de si mismo. Y así como los reinos Naturales son laboratorios encargados de cumplir ese gran fin, igualmente cada parte del organismo humano es un laboratorio en el cual “El cuerpo Espiritual” se constituye y se perfecciona. El organismo humano cumple la tarea de conceder la individualidad a los elementos espirituales.... Lo que hace que, sin el proceso de la evolución terrestre, no habría almas INDIVIDUALIZADAS”.

Esteban Pérez López









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