PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE
¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD SINO EN TU PROPIO CORAZÓN?

sábado, 13 de marzo de 2010

LA MONTAÑA DE LOS TRES SILBIDOS (CUENTOS PARA SENTIR)

REFLEXIÓN PARA EL FIN DE SEMANA

Corría el año 1944 y la guerra como siempre asolaba a medio mundo, mientras el otro medio se moría de hambre o no participaba en modo alguno.

En un lugar perdido de los Picos de Europa, una pequeña aldea trataba de sobrevivir a las inclemencias del crudo invierno. La nieve había cortado los caminos y era imposible la comunicación con otros pueblos.

Los hombres habían salido temprano a recoger un par de vacas, que se habían escapado y que de no encontrarlas morirían de frío o serian devoradas por los lobos.

Tebi no tenía miedo, sabía orientarse muy bien por el sonido del viento al chocar con los montes y podía saber donde estaba con solo lanzar un silbido que el eco le devolvía con otra tonalidad y un tiempo distinto según lo devolviese una montaña u otra.

Así, se fue alejando del grupo porque conocía muy bien el camino de regreso, comenzó a nevar muy fuerte y sus huellas se fueron borrando

Decidió volver y lanzo un silbido para conocer el punto en que se hallaba, pero esta vez el tono no fue igual que otras veces, parecía que el eco se burlaba porque le devolvía tres notas en lugar de una.

Lanzo otro silbido y nuevamente el eco le devolvió tres notas diferentes y además relativamente pronto, lo que significaba que las montañas estaban cerca se encontraba totalmente desorientado, la noche caía y él seguía sin saber donde estaba. Sus silbidos eran contestados por tres notas pero, curiosamente aunque se desplazase de sitio, el eco aquel tan curioso no variaba.

Cansado busco cobijo junto a un árbol y pronto comenzó a oír como algunas ramas crujían y algún jadeo indicaba que los lobos estaban cerca.

De pronto oyó los tres silbidos y una luz cegadora ilumino la zona en varios kilómetros, vio su aldea y las montañas y algo más, estaba rodeado de lobos, amenazadores.

La luz cegadora le impedía ver su procedencia, pero tenia la virtud de mantener a los lobos alejados.

Poco a poco se incorporo y sin dejar de mantener a los lobos vigilados, se fue dirigiendo hacia su aldea. No tenía miedo y penso que era un " Maestro ", quien le iluminaba el camino y le protegía de las fieras.

Cuando llevaba recorridos varios centenares de metros se apago la luz y entonces si sintió miedo. En ese momento oyó a su espalda los jadeos de los lobos, que venían corriendo tras él.

Se quedo quieto, mirando hacia las estrellas y pidió que le enviasen nuevamente su luz.

De pronto el camino se ilumino y ante él apareció una figura resplandeciente llena de luz.

Entonces Tebi comenzó a correr hacia él. Pero antes de que llegara el ser de luz lo detuvo y le dijo:

¿Que haces aquí solo?

Tebi, respondió:

Salí a buscar las vacas de mi vecino pues las necesita para vivir.

El ser de luz le sonrío y señalando a las montañas le dijo:

- Los lobos te indicaran el camino

¿Los lobos? dijo asombrado Tebi

Sí. Son los seres que viven cerca de tus montañas, sus crías nacen en ellas y conocen tu silbido, así que saben que no les harás daño.

No han venido a devorarte sino a guiarte. Hoy ya han comido, una de las vacas les ha servido de alimento.

Ve con ellos tranquilamente y no dejes de silbar, te sorprendería saber la cantidad de veces que has sido acompañado por los lobos. Si hubieran querido, te habrían devorado hace mucho tiempo, pero tu amor por la naturaleza te hace su igual.

Ve tranquilo pero no a las montañas pues es su morada y la nuestra.

Vivir en armonía en un mundo, lleno de conflictos, solo es patrimonio de aquellos que han sabido encontrar el camino hacia su ser interior.

Para ellos, la noche no es oscura, la naturaleza y todos los animales se ponen a su servicio para que nada les ocurra. No vayas aun a esas montañas, algún día vivirás en ellas, pero antes tienes que descubrir tu relación con los demás y con lo demás, ese es tu trabajo.

Con esas palabras el ser luminoso desapareció.

Tebi, vivió de pueblo en pueblo, compartiendo allí por donde pasaba, su experiencia, ayudando a todo el que lo necesitaba a encontrar las respuestas necesarias, para ser uno mismo y para poder saber cual es el papel que hemos venido hacer aquí. Buscando la luz para los demás y para el mismo.

Tebi desapareció un día según cuentan los viejos de lugar, cuando caminaba hacia " La Montaña de los Tres Silbidos”






No hay comentarios:

Publicar un comentario