EXISTEN DIFERENTES PÉRDIDAS POR DISTINTOS TIPOS DE MUERTE: MUERTE BIOLÓGICA, MUERTE PSICOLÓGICA, MUERTE SOCIAL Y MUERTE EXISTENCIAL.
EL CONCEPTO DE "PÉRDIDA" EN SENTIDO AMPLIO Y SUBJETIVO.
Hay algo o alguien que valoramos a partir de distintos factores racionales, emocionales y socioculturales.
Por un lado, puede ser algo que tuvimos y dejamos de tener. Por otro, que estemos durante mucho tiempo esperando que algo o alguien llegue -un marido, una esposa, un amigo, un padre, una madre, un hermano, un hijo a nuestra medida... -, y no llega.
EL HECHO DE VALORAR ALGO HACE QUE NOS PONGAMOS EN ACCIÓN PARA CONSEGUIRLO Y, POR TANTO, QUE NOS RESISTAMOS A PERDERLO.
Sufrimos pérdidas al pasar de una etapa vital a otra: de bebé a niño, de niño a adolescente, de adolescente a hombre, de hombre a anciano. Y éstas conllevan cambios en los que podemos sentir que perdemos parte de lo que teníamos: el cambio de escuela (de primaria al instituto), una separación matrimonial, pasar de una etapa laboral al desempleo o a la jubilación, quizá la pérdida de un amor…
También podemos sentir una pérdida después de un largo proceso de gestación-creación, como ocurre al parir o al finalizar unos estudios, una tesis doctoral o una competición deportiva. O al final de la elaboración de un libro... En realidad el camino, es decir el proceso, es tan importante o más que el objetivo o punto de llegada.
Podemos perder una parte de nuestro cuerpo, alguna función física o algo material, como una casa, poder adquisitivo, un entorno natural por el incendio de un bosque, nuestro animal de compañía…
A veces perdemos nuestro país o nuestra cultura, porque emigramos. Otras, la fe en una determinada ideología política o credo religioso.
Situaciones sociopolíticas extremas (como guerras, revoluciones o amenazas de terrorismo) pueden comportar también la pérdida de estabilidad o seguridad.
¿Y LA MUERTE? NO NOS OLVIDEMOS DE ELLA. EXISTE EL CONCEPTO DE "MUERTES COTIDIANAS", QUE SUELE UTILIZARSE PARA ENGLOBAR AQUELLAS PÉRDIDAS DE LAS QUE NO SOMOS O NO QUEREMOS SER CONSCIENTES Y QUE, SIN EMBARGO, NOS PRODUCEN DOLOR ANÍMICO.
EXISTEN DIFERENTES PÉRDIDAS POR DISTINTOS TIPOS DE MUERTE: MUERTE BIOLÓGICA, MUERTE PSICOLÓGICA, MUERTE SOCIAL Y MUERTE EXISTENCIAL.
EN CUANTO A LA MUERTE BIOLÓGICA, PUEDE TRATARSE DE LA PROPIA MUERTE O DE LA DE UN SER QUERIDO.
LA MUERTE PSICOLÓGICA, LA MUERTE SOCIAL Y LA MUERTE EXISTENCIAL PUEDEN ENTENDERSE DENTRO DEL CONCEPTO DE PÉRDIDA AMBIGUA.
Son situaciones en las que, al no existir un final rotundo, no se "certifica" la pérdida y, por tanto, no se le puede destinar por ejemplo una ceremonia de despedida -según la cultura de la persona en cuestión o diseñando una a propósito. Con ello, no hay un motivo, digamos "oficial", para realizar el proceso de duelo para que la herida vaya cicatrizando, como ocurre cuando una persona desaparece.
Nos referimos también a pérdida ambigua cuando por distintas circunstancias perdemos nuestra identidad, porque perdemos un rol. Es decir, un papel que desarrollábamos en nuestra vida: como el de madre, padre, abuela, jefe, hijo único, trabajador, hermano o cuidador principal. Otro ejemplo es la renuncia que toda decisión implica. Tomar decisiones es escoger y al hacerlo siempre queda algo eliminado o perdido.
LA MUERTE PSICOLÓGICA.
SE DEFINE LA MUERTE PSICOLÓGICA COMO “EL CONOCIMIENTO SUBJETIVAMENTE CIERTO, QUE SE SUSCITA EN UN MOMENTO CONCRETO DE LA VIDA, DE QUE UNO MISMO VA A MORIR”.
Esta certeza psicológica puede preceder a la muerte biológica en un tiempo cronométrico cero, como cuando la persona muere mientras está durmiendo sin que nunca se haya planteado seriamente la posibilidad de su desaparición o ningún indicio previo la haya avisado sobre la inminente realidad de su muerte.
Esta certeza también puede darse en unas décimas de segundo, segundos o minutos, como en el caso de un ataque cardíaco o de un accidente de automóvil, o bien en horas o días, como sucede en algunos casos de suicidio. Incluso puede darse en semanas (tal es el caso de un enfermo en situación Terminal) o en meses (si se trata de un enfermo grave en lista de espera) o años (como en el caso un diagnóstico de cáncer, SIDA o enfermedad de Alzheimer); y en última instancia esta certeza puede durar décadas, como en el prolongado proceso de pérdidas sucesivas que es la vejez.
El hecho de que, sea la muerte lenta o rápida, por enfermedad, edad, accidente o suicidio, haya un momento en que la mayoría de las personas descubren con certeza que van a morir, nos permite tratar de enfocar el acercamiento a la muerte desde un punto de vista más humano e incluso más común.
LA MUERTE PSICOLÓGICA, CONSIDERADA EN SÍ MISMA, NO TIENE PORQUE ENGENDRAR NECESARIAMENTE ANSIEDAD Y/O DEPRESIÓN, AUNQUE EN ALGUNOS CASOS ÉSTAS SEAN SUS SECUELAS.
A veces, puede originar tristeza, nostalgia,… al darse cuenta la persona que se halla sola frente a la muerte y que, con ella, desaparecerán para siempre vivencias muy queridas que atesora en su corazón. “LA MUERTE PSICOLÓGICA PLENAMENTE ACEPTADA ES MOMENTÁNEAMENTE ADAPTADORA”. Es como si el dolor hubiera desaparecido, la lucha hubiera terminado, y llegara el momento del descanso final antes del largo viaje.
De todas maneras, el pensamiento humano puede variar con gran facilidad y, por otra parte, la percepción de duración temporal ante la muerte poco tiene que ver con el tiempo físico.
Encontramos la MUERTE PSICOLÓGICA en los procesos de demencia, donde el enfermo entre otras cosas, pierde también su propia identidad, de lo cual puede ser consciente por momentos. O el caso de los estados de coma. O personas con patologías psiquiátricas. Las personas allegadas pierden a esas personas en muchos aspectos, aunque continúen teniéndolas físicamente cerca.
MUERTE SOCIAL
Es la de aquellos que, por un motivo u otro, caen en el olvido o desprecio, por parte de ellos mismos o de otras personas, independientemente de los motivos, que pueden ser múltiples. Por ejemplo, podemos perder cierto estatus social por razones económicas, perder la dignidad profesional por mobbing o la dignidad personal por algún tipo de adicción a sustancias o a situaciones conflictivas.
LA MUERTE EXISTENCIAL
Se refiere a aquellas personas que han perdido el sentido de la vida. Como ocurre a menudo, los distintos tipos de muerte ambigua no se encuentran compartimentados por completo, sino que se interrelacionan. La muerte psicológica, por ejemplo, implica también, en cierto grado, una muerte social, ya que aunque en el mejor de los casos esa persona esté bien atendida y acompañada, deja de relacionarse con su entorno como lo hacía antes.
Y ¿POR QUÉ SENTIMOS TANTO UNA PÉRDIDA? EL SER HUMANO SE RELACIONA Y ESTABLECE VÍNCULOS QUE COMPORTAN DISTINTOS GRADOS DE AFECTIVIDAD Y DE VALORACIÓN POSITIVA O NEGATIVA DEL VÍNCULO.
En el momento en que subjetivamente se da una pérdida, sentimos dolor. Dolor anímico por la valoración afectiva y la emotividad que de ello se desprende: tristeza, miedo, culpa, envidia, enfado, etc. De esta forma llegamos al duelo ante aquello que una persona, consciente o inconscientemente, siente como pérdida.
CADA PÉRDIDA SIGNIFICATIVA, REPRESENTA ALGÚN TIPO DE RENUNCIA. ES UNA CRISIS Y COMPORTA UN PROCESO DE DUELO, ES DECIR, UN PROCESO PAULATINO DE DESPEDIDA; DE DESAPEGO. Y CADA DUELO DEBE SER ELABORADO SALUDABLEMENTE, PERMITIENDO QUE CICATRICE LA HERIDA AFECTIVA QUE SE HA PRODUCIDO CON LA PÉRDIDA.
CUANDO PODEMOS INTEGRAR, ES DECIR, DIGERIR E INCORPORAR LA AMPLIA Y PROFUNDA GAMA DE FACTORES BIOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y SOCIALES IMPLICADOS EN EL PROCESO, ÉSTE PUEDE SER AL MISMO TIEMPO UNA OPORTUNIDAD DE TRANSFORMACIÓN CREATIVA. Y, LO MISMO OCURRE, SI PODEMOS MIRARLO Y VIVIRLO ASUMIENDO QUE POR DOLOROSA QUE SEA UNA PÉRDIDA Y CON VOLUNTAD, ESFUERZO, RECURSOS Y TIEMPO, PODEMOS EXTRAER DIVERSAS LECCIONES DE APLICACIÓN POSITIVA A NUESTRA VIDA.
EN CUALQUIER CASO, ES SANO VALORAR Y DISFRUTAR EL PROCESO Y NO SOLAMENTE LOS RESULTADOS, Y ELLO DEPENDE DE NUESTRA ACTITUD. AUNQUE NO SOMOS LIBRES PARA ESCOGER TODO LO QUE SE PRESENTA ANTE NOSOTROS, SÍ LO SOMOS PARA DECIDIR NUESTRAS ACTITUDES ANTE ELLO.
Somos conscientes de que el concepto de pérdida tal y como lo entendemos es muy amplio, extenso y conlleva matices y muchas preguntas. EN ESTE TÚ BLOG “ALBORADA” encontrarás una amplia gama de ellas. Te ofrecemos nuestra visión de cómo afrontar las pérdidas, gestionarlas de forma saludable y, a partir de ellas, ganar, es decir, crecer.
No pretendemos convencerte de que serás siempre muy feliz, ni creemos tener todas las respuestas. En nuestra "caja de bricolaje vital", compartimos propuestas y preguntas orientadas a discernir entre pensamiento, actitud, emoción y acción. TODO ELLO ENCAMINADO A CONJUNTAR Y ARMONIZAR LAS DISTINTAS DIMENSIONES DEL SER HUMANO
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