PARA EL ESTUDIO, COMPRENSIÓN Y DIVULGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL Y LOS PROCESOS DE LA MUERTE

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viernes, 14 de diciembre de 2012

EXPLICAR LA MUERTE A CADA EDAD: LO QUE LOS NIÑOS ALCANZAN A COMPRENDER EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE SU DESARROLLO (2ª PARTE)

LA MUERTE EN EL NIÑO DE PREESCOLAR: DE LOS TRES AÑOS A LOS SEIS AÑOS
 
En este periodo del desarrollo evolutivo los niños tienden a ser egocéntricos, predomina la subjetividad y el pensamiento mágico y tienen una forma muy literal de interpretar las cosas que suceden a su alrededor.
 
Los niños de estas edades conciben la muerte como un estado temporal y reversible, pueden asemejarlo a dormir o a una forma de sueño, por lo que imaginan que la persona que ha fallecido despertará o volverá en algún momento.
 
En esta etapa evolutiva no son todavía capaces de comprender lo que significa el fin de las funciones vitales e imaginan que la persona fallecida sigue viva de alguna manera y puede comer, pensar, hablar y mirarnos desde donde esté. El concepto de insensibilidad post mortem está todavía en construcción.
 
A esta edad pueden creer que la muerte o las enfermedades que causan la muerte son contagiosas y que otras personas de su entorno también pueden morir. Esto se alterna con la creencia de que sus padres y ellos mismos son eternos y nunca morirán. Todavía no son capaces de comprender en su totalidad el concepto de universalidad de la muerte.
 
¿QUÉ PODEMOS HACER Y DECIR?
 
Lo más importante, y teniendo en cuenta la forma literal que tienen de interpretar los acontecimientos que suceden a su alrededor, es poder utilizar un lenguaje claro, preciso y real a la hora de explicar todo lo que tenga que ver con el hecho de morir o la noción de muerte. En este periodo los niños muestran mucha curiosidad por el lugar donde está y por cómo se encuentra la persona que ha fallecido.
 
Estas son algunas de sus preguntas más frecuentes:
 
- ¿DÓNDE ESTÁ?
 
- ¿TIENE FRÍO, PUEDE COMER Y BEBER?
 
- ¿PUEDO HABLAR CON ÉL O ELLA?
 
- ¿CUÁNDO VAMOS AL CIELO?
 
- ¿POR QUÉ NO VIENE?
 

Es importante que respondamos a estas preguntas con sinceridad y de la manera más concreta posible. La mejor forma de saber lo que nuestros hijos o alumnos entienden sobre la muerte es dialogar con ellos. Preguntarles qué piensan sobre ello nos servirá para saber qué es lo que comprenden sobre lo sucedido, así como para despejarles las dudas y preocupaciones que nos puedan plantear.
 
Los niños de estas edades no necesitan recibir una explicación extensa o metafísica sobre la muerte, pero sí debemos ofrecerles un conocimiento práctico y fundamentado en hechos que les ayude a ir comprendiendo qué sucede, por qué sucede y cómo reaccionamos ante la muerte.
 
Debemos ayudarles a entender que la muerte es irreversible y que nunca volveremos a ver a las personas que fallecen. También podemos explicarles, ante su duda de si nosotros también vamos a morir, que lo haremos cuando seamos “muy, muy, muy mayores”. El uso de múltiples “muy” implica que las personas suelen fallecer cuando son ancianas, lo que implica que ellos ya serán personas “adultas”. Es una forma de dar seguridad a su estado “niño”.
 
Si la muerte ha sido a consecuencia de una enfermedad, también haremos hincapié en que las personas mueren cuando están “muy, muy, muy enfermas” para diferenciar los niveles de enfermedades y ayudarles a que comprendan que, cuando se está “malito”, no suele existir riesgo de muerte.
 
Por último, es importante explicarles que cuando un ser vivo muere (una persona o un animal) el cuerpo detiene su funcionamiento por completo y ya no puede ver, respirar, caminar y sentir. Debemos hacerles entender el hecho natural del fin de las funciones vitales -o de la insensibilidad post mortem- para que puedan ir comprendiendo lo que la muerte tiene de irreversible, absoluta y definitiva. Debemos evitar términos metafóricos para explicar la muerte como “El abuelo se ha ido” o “Se ha sumido en un profundo sueño” o “Nos está viendo desde el cielo”, porque estos argumentos serán tomados de forma literal, lo que alimentará más aún su confusión.
 
LA MEJOR FORMA DE QUE COMPRENDAN LO QUE OCURRE CUANDO UNA PERSONA O ANIMAL MUERE ES UTILIZAR UN LENGUAJE BASADO EN HECHOS QUE SEA LO MÁS SENCILLO Y LITERAL POSIBLE.
 
RECORDAR: LOS NIÑOS ENTRE 3 Y 6 AÑOS
 
A.- Creen que la muerte es temporal y reversible.
 
B.- El concepto de insensibilidad post mortem está todavía en construcción: creen que la persona puede seguir viva, y experimentar sentimientos y sensaciones una vez fallecida (pueden vernos, escucharnos, mirarnos).
 
C.- No creen que la muerte sea universal. Piensan que sus padres y ellos mismos no van a morir.
 
D.- Interpretan de forma literal cualquier explicación que les demos sobre la muerte.
 
E.- Si se les dice que alguien ha ido al cielo preguntarán cómo pueden ir ellos también.

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