DOS años después de trabajar y apoyar el duelo a través de la palabra en el apoyo presencial de quienes sufren la pérdida de un ser querido o atraviesan el camino de la enfermedad terminal.
Nace ALBORADA, para responder a la necesidad que tenemos muchos de acompañar con alguna lectura nuestras experiencias, pensamientos y sentimientos en momentos de gran dificultad, de grandes pérdidas y acompañar también nuestro dolor con explicaciones que nos ayuden a entender porque nosotros y no otros TENEMOS QUE PASAR POR ESTAS EXPERIENCIAS QUE NOS LLENAN DE DOLOR.
QUE NOS AYUDEN A ENTENDER ¿QUÉ ES LA MUERTE? Y SI DESPUÉS DE ELLA HAY ALGO MÁS.
QUE NOS AYUDEN A ENTENDER, QUE NOS APORTAN ESTAS EXPERIENCIAS, QUE NOS ENSEÑAN Y REALMENTE SI SON ÚTILES PARA ALGO.
Por esto quiero agradecer a todos los que habéis compartido conmigo vuestro dolor y que en un momento importante para vosotros os habéis dejado ayudar, aliviar y acompañar. Me abristeis vuestro corazón desde vuestro sufrimiento, luego lo hicisteis desde la esperanza, para finalmente compartir conmigo y con vuestros acompañantes en el camino de duelo vuestra superación y renacimiento.
EL DUELO ES ESE PAÍS OBLIGADO POR DÓNDE TENEMOS QUE PASAR TODOS LOS QUE EN UN MOMENTO PUNTUAL HEMOS PERDIDO A ALGUIEN QUE QUERÍAMOS Y QUE SEGUIMOS QUERIENDO.
ES UN PAÍS INHÓSPITO Y EXTRAÑO, UN PAÍS QUE NO ESTÁ EN NINGÚN LUGAR SINO EN TODOS. ES UN PAÍS QUE ASUSTA POR SU INMENSIDAD YA QUE PARA SALIR INTUIMOS QUE VAMOS A TENER QUE RECORRERLO NO SÓLO EN TODA SU EXTENSIÓN SINO HASTA PROFUNDIDADES QUE ANTES NI SABÍAMOS QUE EXISTÍAN.
Se ha llamado desierto porque como el desierto está vacío, pero es un desierto gélido, un exilio personal que nos rodea sin más y que se convierte en nuestra morada hasta que a través de poder llorar, expresar, ser comprendidos y transformar el sufrimiento, la culpabilidad, el vacío y muchas cosas más en soportables, un buen día de pronto, empezamos a vislumbrar la estrella de la esperanza.
ESA QUE NUNCA SE PIERDE PERO QUE MUCHAS VECES EL DEMASIADO DOLOR NO DEJA VER.
EN UN MOMENTO PUNTUAL DEJAMOS LA DESESPERACIÓN, DEJAMOS EL SUFRIMIENTO Y LENTAMENTE EMPEZAMOS A DARNOS CUENTA DE LOS LAZOS DE AMOR QUE NOS UNEN A NUESTRO SER QUERIDO.
EN ESE INSTANTE SENTIMOS QUE LO HEMOS RECUPERADO Y QUE YA NUNCA MÁS LO VAMOS A PERDER.
CUANDO SENTIMOS QUE PODEMOS DECIR "ESTÁS EN MI CORAZÓN" DAMOS EL PASO QUE NOS REDIME DE LA MÁXIMA SOLEDAD Y NOS AFIRMA EN LA GRAN VERDAD, QUE EL AMOR ES PARA SIEMPRE.
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